Espectáculos
75 años sin el Zorzal y 10 sin el Potro
ÍCONOS DE LA CULTURA POPULAR
El Zorzal de Buenos Aires Algunas personas dicen que las calles de Medellín tienen un recuerdo o una forma de Buenos Aires, quizá el amor por los tangos y por Carlos Gardel, son los que han provisto de ese espíritu a la ciudad.
(Primiciasya.com)Y la canción, quizá, debería decir así: “mi Medellín querido, cuando yo te vuelva a ver…” Y es que la Ciudad de la Eterna Primavera, se quedó para siempre con la memoria de uno de los grandes del tango, guardando perennemente en sus calles, un recuerdo mudo de Bueno Aires, del sombrero de ala ancha, del bandoneón, del acordeón, del arrabal, del puñal, del amor, de Carlos Gardel. Fue el 24 de junio de 1935, hace 75 años, cuando Medellín y el mundo vieron a Gardel por última vez, un accidente en el despegue de la avioneta en la que salía del Aeropuerto Olaya Herrera, lo dejó para siempre en la memoria de los paisas, pues, aunque los estudiosos de la vida del cantante no se ponen de acuerdo donde fue que nació, aunque él escogió ser argentino, porteño, si está claro que Medellín fue la ciudad que lo abrazó para siempre. Rodrigo Pareja, periodista y fanático del tango, quien se encontró con la música de la tierra del fuego en 1950, afirma que “el auge del tango en Medellín se debe en parte a Gardel, pero no totalmente, porque cuando él murió ya el tango se conocía aquí, él era más conocido en la ciudad por su filmografía que por sus canciones, la muerte de Gardel obviamente contribuyó a que se afianzara el tango o a que por lo menos se despertara una gran curiosidad”. Y es que Gardel, además de ser un reconocido cantante, también participó como actor en varias películas, las cuales ayudaron al éxito de su carrera como intérprete, pues aunque el tango ya era conocido en Latinoamérica, la contundencia del séptimo arte, acompañado por las notas tristes de la guitarra, el acordeón y los violines, sumado a la figura de Carlos, ayudaron a que la conquista fuera inminente y Medellín no fue la excepción. El número de tangos que hizo Gardel no es para nada despreciable: fueron 517 canciones, que para el momento que vivía la industrial musical en la época es una cifra muy grande, que demuestra el nivel del artista, sin embargo, Pareja afirma que “aquí las emisoras, de todas esas canciones, sólo muelen 20 ó 30 y si eso pasa en pleno siglo XXI, que no ocurriría en 1935; la discografía de Gardel no se conocía, se conocían las canciones que incorporaron en las películas, sobre todo las que hizo en Nueva York, por ejemplo, está un tango muy famoso que se llama El Día que me Quieras, y todo el mundo lo cantó, pero esa canción, pese a ser tan hermosa, no es totalmente un tango”. Medellín, entonces, desde antes que Gardel pisara tierras antioqueñas, ya era una ciudad que frecuentaba el tango, sin embargo, su muerte ayudó a crear un mito y permitió que se creará una figura indisoluble entre Carlos y la ciudad, lo que llevó a que la gente comenzara a considerar a Medellín como una meca del tango, inclusive con el pasar del tiempo se ha dicho que Medellín es la capital mundial del tango, afirmación que según Rodrigo Pareja, no es cierta. “Indudablemente cuando se habla de Tango y de ciudades tangueras Medellín debe estar en los primeros lugares”, dice Pareja, para lo que agrega que “mientras aliente un corazón en el mundo, va a existir el tango, porque es una vivencia y en el tango el ser humano encuentra todo lo que le pasa”. Quizá después de los años, Gardel, al ver a Medellín, donde se le rinde tributo sagradamente, casi todas las noches del año, pensaría que sí 20 años no son nada, 70 tampoco lo son, y como en el “Caminito” que el tiempo ha borrado y que es una sombra, él también siempre la será para estas tierras que lo abrazaron para siempre. Potro cordobés La figura del cuartetero cordobés Rodrigo, una de las más populares de la música argentina de los últimos años, parece apagarse al cumplirse una década del trágico accidente automovilístico que en ese momento lo erigió en mito. El artista, que encantó a partir de un carisma que paseó sin pausa por la fauna mediática tras alcanzar el éxito masivo, murió el mismo día que Carlos Gardel pero 65 años después. Tras varios años de trabajo en la música y una decena de álbumes editados, Rodrigo llegó al éxito masivo y logró trascender ampliamente las fronteras del género musical en el que se desarrolló. Desde un puñado de canciones directas y pegadizas que reafirmaron su compromiso con el folclore regional que lo definía, el cantante, dueño de un rostro bello y verde mirada pícara, logró hacerse un lugar propio dentro del peculiar universo de la música bailantera. “El cuarteto fue muy marginado por los militares y me encanta defenderlo aunque yo no sea el Che Guevara, como también me encanta que tenga su lugar en revista Gente porque eso significa que con el cuarteto pude ganarle a la cumbia”, opinó Rodrigo en una charla con Télam en marzo de 2000, antes de la imponente serie de conciertos que ofreció en el estadio porteño Luna Park. Se transformó en ícono de un estilo marginal que alcanzó el centro de la escena y como los grandes rockeros (Janis Joplin, Curt Cobain y Jimmy Hendrix, entre otros) falleció a los 27 años. Pese a su pose bohemia, más cercana a los desplantes del mundo del rock que a la estética bailantera, Rodrigo también expresó con claridad cuál era su sitio de pertenencia. A su manera y desde un peculiar estilo artístico, el creador peleó por dignificar los aires de una música popular que desde mediados de los 90 comenzó a estar vinculada a la cumbia y los ritmos tropicales. En la citada conversación, “El Potro” había precisado: “Tengo una cabeza muy amplia para la música, que no confunde la salsa con el merengue, con la guajira o con el wawancó”. “Así como nunca estuve en la bailanta especificó para acercarme al rock me falta mucho porque tampoco tengo ganas. Soy consumidor de rocanroll pero no soy un exponente de eso y es muy feo ver una guitarra eléctrica en manos de alguien que no la sepa tocar aunque tenga la plata para comprarla”. Una desgraciada madrugada, tras un recital en el boliche Escándalo, de la localidad bonaerense de City Bell, lo empujó a la muerte sobre la autopista Buenos Aires-La Plata, a la altura de Berazategui. El accidente, en el que también perdió la vida el actor Fernando Olmedo (hijo del genial artista rosarino Alberto Olmedo), precipitó una oleada de devoción popular que Rodrigo Bueno venía sembrando a ritmo de cuarteto. La noticia corrió con rapidez, generando dolor entre una multitudinaria legión de fanáticos de todo el país que se hicieron tiempo y lugar para despedirlo masivamente en la municipalidad de Lanús y, poco después, convertir la zona de Berazategui en un santuario popular de recordación. Los homenajes truncos, la utilización de su éxito y una maquinaria comercial dispuesta a explotar cada segundo de una vida agitada, intensa y azarosa, fueron condimentos del final de una figura que alcanzó estatura de fenómeno. Su fuerte inserción en ese mundo cultural extendido por las márgenes de la vida formal de la música, le permitió llegar directamente a un público que aprendió a venerarlo y valorarlo. Rodrigo supo desenvolverse con soltura y autenticidad frente al desafío mediático de los escenarios televisivos y las primeras planas de las revistas. Más aún, el cantante hizo uso y abuso de ese poder y su figura reinó en las portadas de los semanarios y se hizo fuerte frente a las cámaras de TV. De algún modo, Rodrigo se afianzó en su desfachatada y candorosa personalidad para pasar sin traumas ni complejos del “underground” cultural al centro de la escena, en un tránsito al que tampoco fueron ajenos otros personajes laterales como su madre Beatriz. El precio que debió pagar por ese salto, sin embargo, pareció estar ligado a una hiperactividad artística forzada desde su mismo entorno y focalizada en acumular la mayor cantidad de actuaciones en el menor tiempo posible. La herencia que entregó a sus seguidores y la significación simbólica de su poderosa figura parecieron ser elementos capaces de exceder con creces a las manipulaciones de quienes no querían abandonar el atractivo de un ventajoso negocio. “Yo no soy ni Sandro ni el heredero de La Mona porque no soy ningún clonado. Estoy de paso, sé muy bien que ahora el cuarteto es una moda, pero siento que tengo que cumplir con mi parte y hacerlo historia”, expresó tres meses antes de una muerte temprana, que le impidió completar el legado. El tiempo pasó y el hombre de ojos claros que supo ser fenómeno, mito e ídolo de muchos, pasó a ser un recuerdo en el imaginario colectivo de los argentinos que vuelve a aflorar únicamente cuando sus canciones resuenan en las radios o se bailan en las fiestas.
Geraldine Bello nació en CABA, un 18 de abril bajo el signo de aries. Es una modelo muy apasionada y perseverante. Comenzó su carrera como modelo realizando su primer desfile a los 5 años de edad, para el prestigioso diseñador Ricardo "Hermenegildo" Zampar.
Al margen de que su mamá es modista, desde muy chica le encantaba probarse ropa, zapatos, accesorios, peinados y también jugar con las muñecas cambiandoles los looks. La modelo nos cuenta también que siempre tuvo una conexión especial con los niños, ya que le gustaba ayudar y transmitir conocimientos. Así nace su amor por la moda y la docencia.
La bella modelo, considera que la verdadera belleza se encuentra en el alma, focalizando también el esfuerzo por lograr sus sueños. Geraldine nos afirma que la humildad y el profesionalismo son pilares para ella.
Se destacó en su carrera como modelo recibiendose en las agencias "Plusdolls" y "Visage Models". Siguió sus estudios perfeccionándose en la prestigiosa escuela de "Roberto Piazza", también realizó dos Master class intensivas en modelaje dictadas por Claudio Cossano, Fabián Medina Flores, Mariano Caprarola, Virginia Elizalde y Bruno Salas. También realizó otra master class de pasarela con Matilda Blanco y un curso de Automaquillaje brindado por Mary Kay.
Geraldine tiene amplia experiencia en producciones fotográficas realizadas en estudios y exteriores con diferentes marcas de indumentaria y maquillajes. También en desfiles y proyectos fotográficos independientes. Participó en "duelos de looks" y desfiles en el programa televisivo "La Jaula de la Moda" conducido por Horacio Cabak.
La modelo Geraldine Bello nos cuenta que su frase inspiradora es "No es por lo que eres, es por lo que transmites, ahí está tu magia"
Actualmente se convirtió en una de las modelos favoritas, de la prestigiosa diseñadora de moda, Johanna Pass que la convocó para finalizar su pasada en el próximo desfile de Innovation Marketing, donde será dirigida por la contadora y modelo Daniela Sivikofsky Franco.
Cada vez falta menos para una nueva edición del Taragüí Rock, organizado por el Gobierno de Corrientes, a través del Instituto de Cultura, con el apoyo del CFI. Esta será fiesta especial porque se cumplen 10 años ininterrumpidos, apoyando y haciendo crecer al género en la región.
Una de las bandas nacionales que estará el sábado 14 de septiembre en el corsódromo Nolo Alías será Malón. En esta oportunidad saldrán a escena con un tributo a una icónica formación del metal argentino como Hermética.
Malón se formó en 1995, después de la separación de Hermética. Claudio O'Connor, Antonio Romano y Claudio Strunz continuaron como grupo bajo el nombre de Malón, y como bajista llamaron a Karlos Cuadrado, que ya había acompañado a Antonio Romano en el grupo Cerbero.
El primer disco, Espíritu Combativo, incluyó un video clip de la canción "Síntoma de la Infección" y otro de "Castigador por Herencia", algo que nunca habían hecho en Hermética. Esto permitió a la banda alcanzar proyección internacional para ser difundida por el programa HeadbangersBall de MTV, que también los incluyó en un CD compilado.
También participaron en la segunda fecha del festival Monsters Of Rock en Argentina en 1995, con OzzyOsbourne, Faith No More, Paradise Lost y White Rat.
El grupo se separó a principios de 1998. Claudio O'Connor comenzó un proyecto en solitario (aunque inicialmente tenía la intención de mantener un proyecto paralelo a Malon), y Claudio Strunz formó el grupo Simbiosis, mientras que Antonio Romano y Carlos Kuadrado reunieron a Cerbero junto a Willy Caballero, aunque bajo el nombre de Visceral. Malón se reunió en 1999, con todos sus miembros, para un recital de beneficio.
En 2011, Malón se encuentra con su formación original y vuelve a ofrecer conciertos en Argentina, América del Sur, América Central y América del Norte. La banda es una de las más importantes de Latinoamérica, con miles de fanáticos en los países de Centroamérica y el Caribe, siendo una de las bandas que cantan Metal en español más importante del mundo.
Las entradas siguen a la venta en el Teatro Vera (de martes a sábado de 17 a 21) y a través de fulltickets.com, y las mismas tienen un costo de 250 pesos por día y 400 para las dos jornadas, además de un ticket de estacionamiento a 100 pesos. Y se suman como puntos de comercialización el Instituto de Cultura (San Juan 546), y el local Que Sea Rock, de lunes a viernes, de 8 a 12, y en la ciudad de Resistencia, en Opui, de lunes a viernes de 9 a 12, y de 17 a 21. Vale recordar que habrán colectivos gratuitos tanto sábado como domingo desde las 16 hs, partiendo desde la plaza Cabral.
La cantante argentina, Martina Stoessel, se presenta en Corrientes el próximo martes 25 de mayo en el Playón HANGAR. La alta demanda de entradas por internet del primer día a la venta demuestra que la actuación de la artista será un éxito sin precedentes en la ciudad.
Tini, llega con su Quiero Volver Tour. Luego de hacer un Luna Park explotado a fines del 2018, presentó durante el verano su nuevo show en Pinamar, Mar del Plata y el Festival de Villa María. Con este espectáculo, en el que se destaca su puesta en escena, luces, pantallas, bailarinas, Tini hará bailar y emocionar al público del Nordeste.
La cantante adelantó que también interpretará todos los hits de su primer álbum solista “TINI” y de su reciente disco “Quiero Volver”. Este álbum fue lanzado en octubre del año pasado e incluye colaboraciones con artistas latinos de primer nivel como Nacho, Karol G, Morat, Sebastian Yatra y Cali y el Dandee.
Los ticketts tienen el costo para el sector PREMIUM $2200 (+ $100 service charge); VIP: $1700 (+ $100 service charge), el sector de platea $1200 (+ $100 service charge y el campo de pie $700 (+ $100 service charge).
Las entradas se pueden adquirir en las oficinas Hangar, en Costanera Sur y La Madrid, donde solo se podrá comprar en efectivo de 8 a 21 horas, en el Bar PIETON, ubicado en las calles San Lorenzo y Junín solo con pagos en efectivo de 10 a 13 y 18 a 22:00. Para compras con tarjeta de crédito, se podrán adquirir las entradas a través de www.fullticket.com. Las entradas también se venden en Que Sea Rock (Carlos Pellegrini 1427) y en OPUI Resistencia (Mitre 225) donde solo acepta efectivo. Los menores a partir de 2 años abonan ingreso.