En un comunicado de la Dirección Provincial de Defensa Civil de Corrientes, se señala que según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), el temblor se registró a las 8.53. con una intensidad de 6.3 en la escala de Richter y tuvo epicentro a unos 50 kilómetros al sudoeste de San Fernando del Valle de Catamarca, muy cerca del límite con La Rioja y en Corrientes, su repercusión fue menor y no se registraron víctimas y daños.

El informe, que suscribe el titular de la repartición, agrimensor Francisco Espinoza, el movimiento sísmico se produjo cerca de la superficie a unos 21 km de profundidad lo que provoca mayor repercusión en la distancia, este tipo de fenómenos ya se experimentó en ocasión del Sismo ocurrido el 25 de noviembre de 1997 que destruyó la ciudad de Caucete San Juan y que fuera percibido también en la ciudad de Corrientes En esta Capital fueron desalojados algunos edificios en forma preventiva, tales como el de Lotería correntina, Tribunales y el ubicado frente al arzobispado donde funcionan Desarrollo Humano y la Dirección de Catastro entre otros. La Dirección de Defensa Civil inmediatamente se puso en estado de alerta y numerosas consultas fueron evacuadas desde los teléfonos de emergencia 103-105 y 475832, a efectos de dar tranquilidad a la población y sobretodo en como actuar en este tipo de situaciones poco comunes en la zona. La recomendación en todos los casos fue evitar el pánico, en los edificios en altura evitar el uso de ascensores y evacuar por las escaleras con tranquilidad buscando ubicarse en lugares abiertos. Una vez realizadas las consultas correspondientes ante la Dirección de Protección Civil de la Nación se aconsejo a la población el retornar con normalidad a sus lugares de trabajo, igual recomendación se le hizo al Ministerio de Educación respecto a la continuación de las clases en los edificios escolares. Lo que se experimentó en Corrientes fue como la onda producto de arrojar una piedra en el agua, el lugar donde cae la piedra es el epicentro del sismo y el efecto de la propagación de las ondas fue lo que se sintió en Corrientes. En algunos casos la gente experimentó mareos y descomposturas. No se tuvieron noticias de heridos o daños, ni de manifestaciones en el interior de la provincia. Debemos recalcar que los Sismos son desastres de tipo repentino y no se puede predecir científicamente con antelación COMO SE ACTÚA EN LAS ZONAS CON RIESGO SÍSMICO En las zonas con riesgo sísmico existen normas para la elección de los terrenos, el uso de materiales de construcción, el número de pisos, la disposición y diseño de elementos estructurales, la distribución y separación de los edificios para evitar que dos edificios altos contiguos se destruyan por el choque de uno contra el otro durante un temblor, etc. Las vibraciones de los sismos no hieren ni matan directamente, pero sí sacuden y derrumban las casas y edificios mal diseñados o construidos, y los que se asientan en terrenos movedizos. En otras palabras, no son los temblores sino las construcciones hechas por el hombre las que causan innumerables víctimas. De ahí la importancia que tiene el diseño correcto de las estructuras que llamamos “antisísmicas”. La experiencia indica que los terremotos interrumpen las comunicaciones de todo género. Se recomienda, por tanto, que las agencias de comunicaciones y servicios públicos cuenten con equipos de emergencia, con sus fuentes de energía independientes para poder prestar auxilio a los vecinos. En las habitaciones suele haber muebles altos, como armarios, espejos, estantes, repisas, lámparas y otros semejantes; los aseguraremos muy bien, ya que su caída puede causar lesiones a las personas durante las sacudidas de un temblor. Otro problema de los edificios modernos es el de los grandes ventanales de vidrio que llegan hasta el piso porque fácilmente, a través de ellos, pueden salir despedidos hacia la calle los escritorios, butacas o asientos, sobre todo si están provistos de rueditas; una barra de hierro en la ventana evitará este accidente. También conviene alejarse de las ventanas, que durante los temblores suelen saltar en pedazos y causan heridas, tanto dentro del edificio, como fuera, en la calle. La realización de simulacros de terremoto resulta una experiencia educativa inmejorable para la adecuación de las conductas personales a la situación de emergencia. El simulacro es la puesta en práctica de una plan de evacuación en el que cada habitante de la escuela cumple un rol, completado con reflexiones previas y posteriores a su desarrollo. La presencia de especialistas en este tipo de desastre contribuirá a replantear las acciones erróneas o imprecisas. El conocer con anticipación las conductas más apropiadas contribuirá a que mantengamos la calma en caso de producirse la emergencia. Todos los miembros de la escuela identificaremos el sitio donde están los interruptores principales de la electricidad, cómo desconectar el gas y el agua, cuáles son las salidas de emergencia, dónde están y cómo se utilizan los extintores de incendio, etc. Debemos contar en la escuela y en nuestras casas con varios elementos indispensables en un sitio seguro y accesible, útiles no sólo en caso de terremoto sino en muchas otras calamidades domésticas. Por ejemplo, un depósito de agua potable, algunos alimentos enlatados y galletas, una linterna, una radio a transistores y un botiquín de primeros auxilios. Este sitio debe ser bien conocido por las personas que tengan alguna responsabilidad, no sólo por los adultos, sino también por los más jóvenes, ya que puede suceder que ellos se encuentran solos en el lugar cuando suceda el terremoto. ACCIONES DURANTE EL TERREMOTO Lo más importante es conservar la calma, para el logro de la cual todos debemos estar preparados teórica y prácticamente en el tema sísmico. Desarrollaremos el plan de evacuación que hayamos previsto. Evitaremos gritar. Si estamos dentro de una vivienda, escuela, lugar de trabajo, buscaremos el sitio más seguro: Dintel de una puerta. Debajo de un escritorio o mesa resistente. Debajo de la cama. Nos alejaremos de objetos que puedan caernos encima: vidrios, chimeneas, armarios altos, bibliotecas, adornos, etc. Recordaremos que el temblor no dura más de unos instantes y evaluaremos la conveniencia de salir del edificio en donde nos encontremos. No lo haremos si las paredes se están derrumbando. Nunca usaremos ascensores. En la calle puede haber más peligros por los edificios mal construidos, el desmoronamiento de salientes y adornos. Si estamos en una construcción antisísmica, no dudaremos en permanecer en ella. Si tenemos que salir de un edificio atestado de gente, no correremos hacia las puertas, ya que la aglomeración puede provocar asfixia e, incluso y frecuentemente, la posibilidad de morir aplastado. Si el temblor nos encuentra en la calle, nos alejaremos inmediatamente de los edificios, buscando el centro de una calle amplia, evitando la cercanía de árboles cuyas ramas pueden desgajarse y golpearnos. También nos distanciaremos de postes y torres. Tendremos cuidado con el tránsito: los conductores son los últimos en sentir el temblor. Si estamos dentro de un vehículo nos quedaremos dentro y lo detendremos, sin intentar llegar a nuestra casa. Las represas son lugares de máximo peligro al agrietarse y desbordar el agua que contienen. EL REGRESO A CASA Auxiliaremos a las personas heridas. Si debemos llamar por teléfono a miembros de nuestra familia, seremos breves en extremo. Observaremos si hay focos de incendio. En tal caso, si superan nuestras posibilidades de extinguirlos, nos comunicaremos con los bomberos. Abandonaremos la casa si advertimos riesgos de derrumbe, ya que las réplicas de temblores pueden acabar de derruír las edificaciones averiadas. Si se han derramado líquidos inflamables, los limpiaremos de inmediato. Revisaremos los servicios de la casa: agua, electricidad y gas. Preferentemente, no los habilitaremos. Los vidrios y otros objetos rotos pueden causarnos heridas, así que utilizaremos zapatos gruesos y un sombrero o algo similar para cubrirnos la cabeza y proteger los ojos. Trocitos de vidrio pueden contaminar los líquidos para beber, los colaremos con un pañuelo limpio o lienzo, o los dejaremos decantar. Podemos utilizar fogones, estufas y asadores portátiles. Antes de utilizar una chimenea para cocinar, nos cercioraremos de que está en buen estado, sin grietas ni peligro de derrumbe. Los placares, armarios y otros lugares de depósitos deben abrirse con cuidado para ver que objetos se han caído, o se pueden salvar, evitando que haya un derrumbe de ellos contra el que abre la puerta. No saldremos a curiosear. Dejaremos las calles libres para el paso de vehículos, de bomberos, policía, ambulancias y equipos de auxilio. Nos mantendremos informados por una radio a baterías a través de la cual obtendremos datos oportunos. Nos mantendremos alejados de las playas para protegernos de eventuales marejadas. Si nuestra vivienda se encuentra inhabitable, las autoridades de Defensa Civil dispondrán nuestro alojamiento en un Centro de Evacuados.