La aplicación de las nuevas normas para la navegación en la Laguna Iberá, la posibilidad de cobrar un derecho de acceso a la Reserva con el fin de obtener fondos para su conservación y la necesidad de encontrar una ruta escénica y transformar a Colonia Carlos Pellegrini en un pueblo de barro, fueron los grandes desafíos tratados por los pobladores y autoridades de esta localidad, en un taller celebrado el Día Mundial de los Humedales.

El encuentro, denominado “Taller para la reglamentación de la navegación en la Laguna Iberá y su planificación turística”, se realizó en el Centro de Interpretación de la Reserva Iberá, organizado por Fundación ECOS conjuntamente con Fundación Naturaleza para el Futuro(FUNAFU), Fundación Iberá y la Subdirección de Parques y Reservas de Corrientes. Con el lema del Día Mundial de los Humedales “Hay riqueza en la diversidad de los humedales ¡No la perdamos!, el director de Fundación ECOS, Miguel Reynal, entregó al cuerpo de Guardaparques del Iberá, una Lancha y una cámara fotográfica digital para apoyar las actividades de contralor que se realizan en los esteros del Iberá. Reynal agradeció la presencia de los funcionarios del área de Producción, de las autoridades de la comuna de Pellegrini, de la cámara de turismo, dueños de hosterías, guías y guardaparques, y de todos los que estaban participando en el taller, analizando y aportando ideas para contribuir al fortalecimiento de la operativa de la Reserva y su futura conservación. IBERÁ Y CAMBIO CLIMÁTICO Luego de reseñar las ultimas y alarmantes informaciones que se manejan a nivel internacional sobre el efecto del hombre sobre el clima y el gran aumento de los fenómenos de catástrofes ambientales ocurridos en el planeta, dijo que “los impactos del hombre sobre el medio ambiente nos atañen a todos y en cierta medida, las actividades de conservación en el Iberá tienen que ver con eso”. “Un ecosistema como el del Iberá-destacó- es un sumidero de carbono importantísimo que actúa como un filtro de los gases atmosféricos negativos y todo lo que hagamos por mantenerlo como una zona de naturaleza prístina y no modificada por el hombre, contribuirá a dominar el cambio climático”. Sobre el trabajo que Fundación Ecos está llevando a cabo en la Reserva, adelantó que el Proyecto de Conservación del Iberá está en la etapa final de concreción del Plan de Manejo, que será vital para lograr su conservación y su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. “Estamos colaborando -puntualizó- con la comisión interinstitucional que está gestionando la inclusión del Iberá en la Lista de Patrimonio de la UNESCO” y agregó que “el proyecto impulsa el desarrollo del ecoturismo, brinda apoyo social a las EcosEscuelas del Iberá, está colaborando con las comunidades de los esteros para generar actividades a través de micro emprendimientos que se están presentando en el marco del Plan Manos a la Obra”. Destacó como un punto en especial, a las actividades contra el furtivismo que se están desarrollando con el cuerpo de Guardaparques, para lo cual ya el año pasado la Fundación había donado camionetas y equipos. Conmemorando ese día tan especial para los humedales, Reynal entregó la lancha y la cámara fotográfica al Director de Recursos Naturales, Felipe Escobar, quien se encontraba acompañado por el Subsecretario de Producción, Ramiro O`Harris, y adelantó que se está estudiando la posibilidad de donar la construcción de un nuevo sendero en ese sector de la Laguna Iberá, donde se encuentra emplazado el Centro de Interpretación de la Reserva. ECOTURISMO La jornada se extendió durante dos días de deliberaciones, coordinadas por el equipo de consultores de FUNAFU, dirigido por Oscar Iriani, especialista en Ecoturismo, quien brindó detallada información sobre los problemas del crecimiento operados en otras áreas protegidas del país y del mundo, que no tuvieron en cuenta a tiempo la necesidad de planificación ecoturística. Los datos estadísticos presentados indicaron que la carga turística del Iberá ha crecido mas de lo esperado en los últimos años y si esta tendencia se mantiene y no hay un serio compromiso de planificación, Pellegrini corre el riesgo de tener en el corto plazo los mismo problemas de urbanización y deterioro de los recursos naturales y del ambiente social, que han tenido otros lugares de nuestro país, tales como la zonas de glaciares o la costa atlántica. Destacó que la oportuna medida tomada por el gobierno de Corrientes a través de la Resolución 980, que regula la navegación en la Laguna Iberá no se ha dado en otros lugares y tiene aspectos altamente positivos ya que ha protegido a los pobladores locales, estableciendo un registro de propietarios para las 14 lanchas habilitadas, con lo cual se establece además una capacidad de carga que puede soportar el sitio, para no impactar sobre los recursos naturales. Para Irían, la norma ha jerarquizado a los guías locales, ha determinado que se puede hacer y que no se puede hacer en la laguna y es el punto de partida para que la comunidad pueda avanzar en el tratamiento de otros temas que deberán ser abordados en el marco de una efectiva planificación. Deberán encontrar- dijo- una ruta escénica, decidir si la obtención de recursos para la conservación se hará a través de un derecho de acceso como en todos los parques nacionales, establecer sus categorías, determinar normas de urbanización para la colonia, estudiar la capacidad de carga ideal que no perjudique los recursos naturales ni el ambiente social y cultural, los códigos de alojamiento y la capacitación de los guías, entreoíros muchos factores que irán surgiendo con el desarrollo ecoturístico. Todos estos temas, fueron abordados durante los dos días que duró el taller. PELIGROSA URBANIZACIÓN Invitado especialmente al taller por Fundación ECOS, y con el toque especial que lo caracteriza, el arquitecto Andrés Salas, ofreció a los participantes del encuentro, una amena charla, en la cual rescató la capacidad artesanal del espíritu correntino y reafirmó su postura de que “el rancho es la resultante de lo más íntimo de su idiosincrasia y de lo que los pobladores de esta región tenían más a mano para utilizar en otras épocas”. Para Salas, “el clima y el uso de los espacios es muy importante a la hora de planificar el desarrollo urbano de las comunidades” y evitar cometer los errores tan comunes de “incorporar los modelos europeos o de países con alta densidad demográfica, en las ciudades y en los barrios con las modernas unidades habitacionales de diseños colectivos que no se ajustan ni al clima del lugar ni a lo que la gente necesita”. Reivindicando el viejo estilo “galería” tan común en la región y acorde al clima que se soporta en las comunidades del interior, alentó a “que Pellegrini pueda evolucionar con sus herencias tangibles e intangibles”, con el modelo del “rancho sin medianeras” y el “reciclado” que hoy está siendo valorado y usado por empresas constructoras de destacada actuación nacional e internacional. “La casa no es una foto; es una película”, dijo refiriéndose a la evolución que tendrán las familias que habiten esta comunidad a orillas del Iberá, la que “crecerá y estará sometida al fenómeno de subdivisiones de parcelas que han sufrido todos los pueblos y ciudades, que terminan siendo grandes conglomerados rodeados por los conocidos cordones de pobreza, donde los pequeños espacios verdes son invadidos con locales, balcones, casillas, y aún basurales e intrusos”. “No pretendan hacer la Manhattan en Pellegrini- advirtió-ni el Disney Word del Iberá, porque el turista extranjero tiene un conocimiento previo de lo que va a ver en este lugar y lo que quiere es ver algo diferente a lo que ya conoce”. Por eso alentó a los presentes a manejar con criterio lo que se va a construir en este punto de entrada de la Reserva, conservando la idiosincrasia de la población, el viejo estilo galería y un buen manejo de los espacios para “no caer en las medianeras y los terrenos cada día más pequeños, que solo llevan a una urbanización que al final termina contaminando el lugar que se quiso conservar”. Finalmente resaltó que “lo bueno es que Pellegrini tiene todo por hacer” y que “la conservación va más allá de la naturaleza” ya que incluye no solo la riqueza natural potencial de un lugar sino además “sus valores tangibles e intangibles como la gastronomía típica, la música, los trajes o las artesanías, que también son valores agregados importantes para la actividad turística que Pellegrini debe rescatar”. PUEBLO DE BARRO Estrella Losada, integrante de la Cámara de Turismo local, expresó que estaba totalmente de acuerdo en que “se refuerce la idea de conservar el rancho correntino, y que aún se está a tiempo de mantener su identidad”. “Que éste pueblo sea un pueblo de barro y que éste sea uno de sus atractivos, es uno de nuestros anhelos”, dijo, y agregó que la idea de la cámara es rescatar toda la identidad de Pellegrini para sumarla como atractivo turístico del recurso natural. Por otro lado, los propietarios de algunas hosterías manifestaron estar de acuerdo con estas ideas de urbanización, ya que la colonia posee alrededor de 80 ranchos típicos de barro que deberán ser conservados como atractivo turístico cultural. La implementación de un derecho de acceso a la Reserva fue acordado también por los participantes como un punto de partida factible para disponer de fondos destinados a la conservación del atractivo principal de la Reserva, que es su fauna, su flora y todo el escenario natural, sin el cual el ecoturismo está destinado a fracasar