Nacionales
Se aprobó el demorado acuerdo nuclear con Australia
LUCIANO TANTO CLIMENT (*)
En el mundo en el que las percepciones cuentan más que la realidad, Francia aprovechó mientras tanto una exportación argentina.
La madrugada del viernes 17 de diciembre, luego de un debate de horas iniciado la noche del jueves, la Cámara de Diputados aprobó finalmente el Acuerdo de cooperación nuclear con Australia. El acuerdo rubrica la operación tecnológica más importante jamás emprendida entre ambos países, la construcción de un reactor de investigación en las cercanías de Sydney por parte de una empresa argentina por un monto de 180 millones de dólares. La aprobación del acuerdo otorga oxígeno a la industria nacional de exportación nuclear, pero tres años de discusiones mediáticas (el acuerdo se firmó en agosto de 2001) no sólo sirvieron para cuestionar cual es el verdadero respaldo a este tipo de iniciativas, sino que nos costaron cincuenta millones de dólares. El contrato original no incluía la provisión del combustible nuclear del reactor, pero existía confianza en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en adjudicarse este negocio de otros 150 millones para toda la vida útil del reactor. Lamentablemente, la demora en aprobar el acuerdo jugó en contra de la confiabilidad argentina al momento de elegir un proveedor por los próximos 10 años (50 millones de US$) y los australianos optaron por Francia, país cuyo sector gubernamental nunca cuestionó su propio sector nuclear exportador. Esta vocación suicida no es comprensible si no nos remontamos al pasado reciente. En junio de 1998 se inició el proceso licitatorio internacional más importante de la historia para la construcción de un reactor nuclear de investigación, su relevancia residía no solamente en el monto del contrato (180 millones de dólares) sino que el comprador era un país altamente desarrollado, Australia. De una primera evaluación surgieron ocho empresas con experiencia y tecnología necesaria para afrontar el proceso de precalificación. Una nueva calificación, seis meses más tarde, dejó sólo a cuatro en la fase final: AECL de Canadá, Siemmens de Alemania, Technicatome de Francia e INVAP de Argentina. La empresa rionegrina INVAP invirtió un gran esfuerzo en acomodar su oferta exactamente a las necesidades del contratante, diferenciándose así de sus competidores y ganando la puja en junio de 2000 pese a no ser la más barata. Naturalmente siguieron presiones para evitar la firma del contrato, el cual se concretaría un mes más tarde. Francia demostró ser el país más activo en pos de torcer la elección australiana, lo que provocó intervenciones directas de la Cancillería y nuestro Embajador en Canberra en más de una ocasión, es conocido el fervor de los dirigentes galos en defensa de sus exportaciones, más aún si éstas son de un altísimo valor agregado. Siguió entonces la negociación entre las Cancillerías de Australia y Argentina para cerrar el respaldo gubernamental a tan importante emprendimiento mediante un acuerdo de cooperación nuclear y, a pedido de Australia, se incluyó una cláusula que admite la posibilidad de que nuestro país procese el combustible gastado del reactor en cuanto ellos no tienen la capacidad para hacerlo, requisito éste que los australianos habían incluido en los pliegos licitatorios y que por lo tanto habían asumido todas las empresas participantes. Semejante exportación, que debería haber sido percibida como un motivo de orgullo, no tardó en transformarse en el blanco de Greenpeace y el acuerdo en el centro de las críticas de varias ONGs antinucleares. La campaña en contra del que será el único reactor en Australia se trasladó a la Argentina. Una masiva acción en los medios e ingeniosas manifestaciones frente al Congreso o la Embajada de Australia, oportunamente acompañada por populares artistas y presentadores de televisión, instaló la idea de que el acuerdo no era otra cosa que un negociado entre los gobernantes argentinos y australianos, para hacer de nuestro país el basurero nuclear del mundo y burlar así la prohibición del artículo 41 de la Constitución Nacional. La defensa de las exportaciones de tecnología pasaban de esta forma a un segundo plano. El acuerdo había pasado en 2001 por el Senado y consiguió mucho después la aprobación de los Diputados, ello luego de un largo proceso en el que la Cancillería y la CNEA remitieron para su análisis información sobre el verdadero alcance del acuerdo. Pese a la campaña en contra, se logró que la gran mayoría de los legisladores asumiera que el acuerdo se inserta en la estrategia de exportaciones tecnológicas y de retención en el país de científicos y personal calificado. Era importante contrabalancear el costo político de ser identificado como uno de los responsables de traer a estas pampas un nuevo Chernobyl o propiciar en el conurbano bonaerense una mini Hiroshima o cuanto menos fomentar el cáncer entre sus habitantes. Es que la actividad nuclear tiene muy mala prensa y sus detractores no dudan en agitar los fantasmas de su pasado y proyectarlos a la Argentina. De nada sirven cinco décadas con los mejores índices de seguridad entre todas las actividades energéticas o 20.000 transportes anuales en el país sin incidente alguno. Poco cuenta el respaldo al Acuerdo de las Academias Nacionales y la manifestación de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) que sostiene, al igual que las demás autoridades técnicas del planeta, que el material que ingresaría al país es conceptualmente diferente al de residuo, por lo que no tiene sustento la inconstitucionalidad invocada (la Constitución prohibe el ingreso de residuos). Es hasta paradójico que la cruzada antinuclear ataque el proyecto trayendo a colación el cáncer, cuando el reactor que construimos en Australia tiene como objetivo prioritario el tratamiento de 500.000 pacientes cada año e incorporar nuevas aplicaciones al producir Holmium 166 (para tratamiento de cáncer de hígado) y Lutetium 177 (tratamiento de cáncer de pulmón). La Cancillería ha insistido en la importancia de abordar el tema desde criterios objetivos y sobre bases científicas, evitando de esta forma cometer gruesos errores u omisiones que contribuyen a una peligrosa parcialización. Es cierto también que el sector nuclear no ha sabido instalar un debate responsable sobre la energía nuclear y el análisis costo-beneficio en comparación con todo el parque energético. Tampoco el Gobierno ha logrado transmitir a la población las ventajas de mantener una política energética basada en una mayor variedad de fuentes, siendo éstas combustibles fósiles, hidroeléctricas, nucleares y renovables. También sería productivo que algunos ecologistas abandonaran dogmas que les impide admitir, por ejemplo, que muchos de los países que renunciaron a la energía nuclear terminaron por contribuir al cambio climático al volcarse al mayor consumo de combustibles fósiles. En el tema nuclear, la batalla de la percepción siempre fue ganada por la desinformación, en el pasado la responsabilidad le cupo a las autoridades porque se trataba de una cuestión “sensitiva” vedada a los comunes mortales, hoy porque prevalece el mensaje apocalíptico de los antinucleares, no sorprenderá entonces el reproche de algún Diputado al sector nuclear que convencido de las bondades del acuerdo tenga que explicar en el vecindario que no está apoyando la construcción de un basurero nuclear. En este esquema resulta natural que el propio Greenpeace utilice todos sus recursos publicitarios para fomentar esta percepción, después de todo son enemigos declarados de la energía nuclear y sus bondades tendrán que ser difundidas por otros. Luego de la aprobación del acuerdo los antinucleares se apuraron a anunciar que no se darán por vencidos y que la lucha recién comienza. Pese a una retórica común a todos los legisladores, resultó sintomático que varios de los diputados reconocidos como referentes del arco progresista hayan preferido blandir el discurso de Greenpeace en lugar de seguir los dictados técnicos de nuestra autoridad de aplicación competente y la opinión de nuestros científicos institucionalmente organizados. Existe un evidente costo político que hoy conlleva aprobar acuerdos que apuntalan nuestra actividad nuclear, el costo de 50 millones de dólares de una exportación perdida todavía no alcanza para nivelar la balanza, el daño irreparable a la imagen de la Argentina como un exportador de tecnología nuclear confiable, tampoco. En conclusión, es preciso evitar la tentación mediática de anuncios tremendistas, abonada por una exitosa pero deformante campaña antinuclear y la percepción general de que un logro tecnológico argentino como el que nos ocupa, no puede ser explicado sino por un turbio negociado que apunta, con la complicidad de Australia, a transformarnos en el basurero del mundo. Parece difícil aceptar la explicación más simple, la oferta argentina era la mejor y, lo que es bueno para franceses, alemanes, canadienses y estadounidenses, lo es para nosotros también. (*) Funcionario del Servicio Exterior de la Nación; recibido por Corrientes al Día.
El presidente chino Xi Jinping visitó la Rosada. Se anunció un mecanismo para reforzar las reservas del BCRA. También habrá créditos para represas y el Belgrano Cargas. China quiere ganar peso comercial y financiero en la región. Acuerdos que generan deudas.
(www.clarin.com) Fueron palabras del presidente Xi Jinping: este es el año del Caballo, y la Argentina es conocida -dijo- como el país de los caballos. Por eso, formuló sus deseos de que sea un “caballo galopante” la profundizada relación estratégica con la Argentina.
De estilo muy sobrio, con esta gráfica alusión al calendario chino sorprendió Xi a la hora de los discursos, tras encabezar con Cristina Kirchner el acto de firma de acuerdos bilaterales por más de US$ 7 mil millones, que aportarán los chinos para financiar obras de infraestructura.
Estos aportes eran muy ansiados por el Gobierno, con problemas para financiarse, caída de reservas y el fallo adverso de la Justicia de EE.UU. que obliga a pagarle a los fondos buitre y al menos demoró el plan oficial de “regreso al mundo” para buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.
Los acuerdos con China incluyen, tal como se había anticipado, US$ 2.099 millones para revitalizar el Belgrano Cargas (el Estado nacional aportará otros US$ 370 millones); y US$ 4.714 millones para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, obras largamente postergadas y acaso último megaproyecto de la era kirchnerista. El otro acuerdo con números a la vista es el aporte chino para la compra de 11 buques de dragado, por 423 millones de dólares.
En total se suscribieron una veintena de acuerdos, y una declaración conjunta que elevó el vínculo bilateral a “asociación estratégica integral”, un estatus que China sólo tenía en América latina con Brasil, México y Perú, y supone la decisión de profundizar la cooperación mutua.
A estos acuerdos se sumó más temprano –sin presencia de los presidentes– la firma de un segundo swap (el primero fue en 2009), un intercambio de yuanes y pesos por US$ 11 mil millones que podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central. Cristina celebró este punto en un momento de “ataques especulativos” de los fondos buitre.
Xi Jinping llegó a las 17.20 a la Casa Rosada, donde fue recibido con honores militares por los Granaderos. Caminó por la alfombra roja y en el Salón Blanco lo aguardaba Cristina para el saludo, los himnos nacionales y la presentación de delegaciones. Luego pasaron al despacho presidencial, donde estuvieron reunidos a solas y luego sumaron a sus ministros, durante una hora.
La última visita de un presidente chino fue la de Hu Jintao, en 2004. Allí se estableció una asociación estratégica, se firmaron memorándums de entendimiento y el gobierno kirchnerista había generado un singular clima de furor previo al propalar la versión de que llegarían US$ 20 mil millones, que nunca se concretaron.
Ayer, el presidente Xi tuvo su inmersión en el estilo de los actos K: hubo una videoconferencia con El Calafate, por las represas santacruceñas, con el gobernador Daniel Peralta; y otra con Maciel, Santa Fe, donde el secretario de Transporte Alejandro Ramos y Wang Hong, vicepresidenta de la empresa estatal china que canalizará los créditos, hablaron de las obras del Belgrano Cargas.
La jornada terminó con una cena en el Museo del Bicentenario. A la hora de los regalos volvieron los caballos. Cristina mostró las fotos –“No podíamos traerlos acá”, se excusó– de los que regaló. A la primera dama china, un caballo de silla, y a Xi, uno de polo. “Ambos son reproductores, sementales”, enfatizó. “Ahora sí, brindo por el año del Caballo de Madera, a brindar por la Argentina, por la amistad con China”, cerró la Presidenta antes de chocar copas con Xi.
Nacionales
Municipio de la Costa. Otra denuncia contra Boudou de sus días como funcionario municipal
CASAS QUE NUNCA SE REALIZARON
La denuncia tomó nuevo impulso cuando en las últimas semanas la oposición del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Costa impulsó una denuncia contra Amado Boudou (secretario de Hacienda local en 2005), Juan de Jesús (por entonces intendente y actual diputado provincial) y su hijo Juan Pablo (ahora a cargo de la comuna) por presunta “defraudación al Estado nacional”.
(www.perfil.com) Según reseña la publicación La Tecla, en 2005 se firmó un convenio para la construcción de viviendas con Nación, el cual fue firmado por los funcionarios mencionados, entre ellos vicepresidente procesado en la actualidad por la causa Ciccone.
La licitación la ganó la firma Cantera FC y debía terminar la obra en 2006; pero para agosto de 2007 se había abonado más de dos tercios del monto total y más de la mitad de las casas estaba sin terminar, según consigna la revista.
Proveedores de Cantera FC denunciaron haber recibido cheques sin fondos. Tras esto, la empresa entró en convocatoria de acreedores pese a presuntamente haber cobrado hasta ese momento unos 24 millones de pesos.
Cantera cedió los créditos al Banco Hipotecario, y éste emprendió una causa judicial contra el municipio para cobrar la supuesta deuda de 1.930.000 pesos” por las casas que nunca se terminaron”, dicen desde la oposición. Y éste fue el puntapié para su tratamiento y denuncia la cual fue impulsada por Marcos García, concejal del bloque A toda Costa.
Según García, Boudou “fue quien firmó los cheques, que además no estaban a la orden, cuando los cheques en la administración pública deben estar cruzados” y porque “él firmó eso y firmó los cheques por 24 millones de pesos”, sostuvo García. Los denunciantes buscan investigar hasta qué punto llegaba la relación entre Cantera FC y el vice.
Familiares acusaron al canciller por negociar en secreto con Irán y dijeron que “nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Del piquetero K aseguraron que “debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y criticaron que tenga espacios en TV y radio.
(www.clarin.com) El vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, exigió hoy al Gobierno nacional “medidas concretas” para conseguir la captura de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA y que “sean sometidos a juicio en Argentina”.
También reclamó al Congreso de la Nación “la derogación expresa” de la ley que habilitó el memorándum con Irán, que fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Fue el primer orador de un acto que incluyó duras críticas al canciller Héctor Timerman y al piquetero oficialista Luis D’Elía.
Luego de Saiegh habló el periodista Alfredo Leuco, quien comenzó diciendo que “los muertos no tienen ni paz ni justicia”. El conductor de Radio Mitre recordó diferentes historias de víctimas del atentado, como la de Sebastián, un niño de 5 años y repasó la evocación de sus compañeros en el colegio.
“La impunidad no es producto de un fenómeno natural sino producto de la ineficacia de ocho presidentes que pasaron y pasaron”, dijo Leuco. Y acusó al ministro Timerman por el memorándum con Irán.
“Será recordado como el canciller responsable del delito de lesa impunidad. Quedará grabado en la historia por esta traición al pueblo hebreo y argentino”. Y también le apuntó a Luis D’Elía, a quien acusó de antisemita.
Finalmente, habló el familiar Luis Czyzewski, quien perdió a su hija en la masacre. Czyzewski dijo que, “En cada una de nuestras casas hay una silla vacía”. Luego, criticó el acuerdo del Gobierno nacional con Irán y calificó de “mal gusto” al denominar ese arreglo como un memorándum de entendimiento.
“Señor ministro Timerman, si el memorándum fuera tan bueno ¿por qué lo negoció en secreto? Usted parece que no tuvo en cuenta que negociaba con un gobierno repudiado por la comunidad internacional”, fustigó el familiar. “Parece que para usted, señor canciller, esto no era trascendente. El gravísimo error diplomático de acordar con Irán no es gratuito”, indicó.
Czyzewski agregó que, “Nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Y se preguntó: “¿Por qué nunca se denunció a Irán como un país terrorista?”. También criticó al gobierno menemista y dijo que “´¿Cómo la Justicia no pudo encontrar pruebas contra Corach?”, en referencia al ex ministro del Interior de Carlos Menem, bajo cuyo mandato sucedió el atentado.
Y criticó que Luis D’Elía tenga espacios en radio y televisión para difundir su pensamiento antisemita. “D’Elia debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y también dijo que en el programa “Fútbol para Todos” no mostró un homenaje hecho por las víctimas de la AMIA y agradeció, por el contrario, a los clubes Boca y Estudiantes.
Además, Czyzewski pidió a Julio Schlosser (presidente de la DAIA) que aclare los contactos que tuvo con Timerman antes de la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Y también añadió que, “Apoyamos la creación de una CONADEP para la causa AMIA”.
Minutos antes de las 11, se emitió un mensaje en video grabado del Papa Francisco.
El año pasado los cuestionamientos pasaron por el memorándum firmado por el Gobierno con Irán, que prometía poder tomarles declaración a los funcionarios iraníes sospechosos de ser autores intelectuales de la masacre pero a cambio de hacer caer las circulares rojas de Interpol. El pacto fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal y el Gobierno apeló a la Corte empantanando la polémica idea de Cristina.
Con el sonar de la sirena, comenzó a las 9.53 el acto central para recordar a las víctimas del atentado que en 1994 destruyó la sede de la AMIA, provocando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos.
Bajo el lema “Ni un día de olvido”, se recordó a las víctimas del ataque perpetrado hace 20 años en la mutual judía ubicada en Pasteur 633, en pleno barrio de Once. Mario Pergolini fue el maestro de ceremonias.