Nacionales
“Se necesita atacar urgente a la inflación”
NADIN ARGAÑARAZ (*)
Según el economista de la Fundación Mediterránea, Nadin Argañaraz, el Gobierno debe aplicar recetas integrales de largo plazo para bajar las expectativas inflacionarias, más allá de un arreglo con los productores agropecuarios. El experto vaticina un escenario complicado para las finanzas públicas de las provincias.
El primer cuatrimestre del año cerró con una ecuación complicada, difícil de sostener en el tiempo, para las finanzas públicas nacionales. El comportamiento de las variables fiscales giró en torno a más presión tributaria, más gasto público y más superávit. Lo primero significa todo un desafío para la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sobre todo si se toma en cuenta la discusión en el campo por la vigencia de las retenciones móviles. Lo segundo, el gasto, es más complicado: creció un 38% respecto del año pasado. El aumento del ahorro fiscal es casi una necesidad para el Gobierno nacional. Este escenario fue planteado por Nadin Argañaraz, director de investigación del Instituto para el Estudio de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea. En una charla con LA GACETA, el economista cordobés sugirió al Gobierno no perder de vista su lucha contra la inflación y que las medidas que se adopten deben ser de largo plazo. -¿Cómo puede sostenerse el escenario fiscal que plantea sobre las cuentas nacionales? -La presión tributaria viene creciendo de una manera constante en los últimos años. Y creo que sostenerla requiere de un esfuerzo importante por parte del Gobierno en la medida que la economía vaya desacelerándose a una tasa inferior al del crecimiento de los últimos años. Esto para nada resulta algo dramático, sino como algo natural. Pero aún hay que ver cómo termina la cuestión de las retenciones móviles. Claramente en un contexto de soluciones rápidas y sostenibles al conflicto con el campo contribuirá a mejorar las expectativas y, por ende, a que la economía no se desacelere tanto. La resolución del conflicto con el campo puede ser positiva pero no solucionará el problema de la inflación en la Argentina. -¿Qué es lo que debería hacer el Gobierno para encontrarle la vuelta a la inflación? -A mi criterio, es necesario que instrumente, de manera integral, un ataque a la inflación. Tenemos por un lado el gasto público que, por distintos motivos, sigue incrementándose y, por ende, la participación del Gobierno en la economía. Lo que uno observa, además, es que el aumento de la presión tributaria es tan importante que hasta permite financiar el aumento del gasto y obtener un mayor nivel de ahorro fiscal. Según mis cálculos, en el primer cuatrimestre, el ahorro fue equivalente a 3,8% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que de alguna manera marca una señal de capacidad de pago. Por eso es necesario sostenerlo, con políticas conjuntas por el lado del gasto y de los ingresos. -¿Qué medidas se pueden tomar por el lado del gasto público? -No sé si bajarlo, pero simplemente moderando el crecimiento del gasto público puede ser una salida, aunque sosteniendo aquellos que son socialmente importantes. El gasto viene creciendo por encima del Producto Bruto y, como decía, eso hace que el Estado tenga mayor participación en la economía. -El Gobierno está obsesionado por acrecentar el superávit, ya que los compromisos por la deuda externa están por encima de los niveles de 2001… -Hay que focalizar la atención en los servicios de la deuda, es decir, cuánto necesita el Estado de su economía para poder cancelar los vencimientos anuales. La Argentina tiene servicios de la deuda que representan el 4,7% del Producto Bruto para los próximos años. Por eso sostengo que es importante alcanzar superávit fiscal elevado, ya que en el mercado financiero internacional no es tan simple endeudarse a tasas bajas para cualquier país. Y con el riesgo país que tiene la Argentina no podrá hacerlo o hacerse de créditos fácilmente. -¿Cómo se pueden bajar las expectativas inflacionarias? -Claramente, lo que se requiere es una señal contundente para mostrar que la inflación en la Argentina puede bajar a niveles razonables para el desenvolvimiento económico. Esto es a una tasa de entre el 8% y el 10%, tomando en cuenta algunos indicadores de inflación privada que están por encima de los niveles oficiales. No se puede bajar la inflación en un mes. Es algo que el Gobierno debe replantearse con metas cumplibles, a través de instrumentos que marquen una convergencia a índices de inflación más bajos a lo largo de los próximos años. -¿Hay que pensar la inflación en el largo plazo? -Al menos a uno o dos años. De esa manera se reacomodarán las expectativas del consumidor y posibilitará una reducción de la tasa real de inflación. El peor escenario para la economía es tener expectativas altas de inflación, porque cualquier ruido impacta mucho. Por eso es necesario una señal oficial clara sobre el horizonte económico con objetivos a 2009 y a 2010. -¿Las intervenciones del Banco Central en el mercado sirven para combatir esa sensación de corrida y refugio de los ahorros hacia el dólar? -El nivel de reservas internacionales que tiene el Banco Central es importante, en términos de cantidad de dinero de la base monetaria para la economía. Por ende, el Central tiene que hacer todo lo posible, con medidas a su alcance, para disminuir las expectativas de corridas y las inflacionarias. Insisto: la clave pasa por una acción integral, porque no se puede dejar que la solución pase sólo por las manos del Banco Central o de la política de ingresos o de la política de gastos. Todo tiene que estar relacionado para atacar conjuntamente el principal problema que tiene el país: la inflación. -¿Cuáles pueden ser esas recetas? -La acción coordinada con medidas de política económica que tiendan a disminuir las expectativas y empezar a converger hacia una tasa de inflación que no comprometa a la economía. Si se posibilitan aumentos salariales del 50%, estás alimentando expectativas inflacionarias. La emisión monetaria para comprar dólares que entran en la balanza comercial también tiende a eso. Lo ideal es que esos dólares se compren con superávit fiscal y no se tenga que emitir tanto dinero para comprar dólares. -¿En este contexto económico, qué puede suceder con las finanzas de las provincias? -Hay provincias que ya proyectan cerrar este ejercicio fiscal con déficit. Ese es el caso de Buenos Aires. En los distritos provinciales, la recuperación del gasto público, más que el nivel de incremento, está volviendo a ponerlos en una situación que, en el mejor de los casos, puede llamarse equilibrio o mínimo superávit fiscal. Pero el déficit está latente, como en el caso Buenos Aires. Y esto, a diferencia de lo que sucede con las cuentas nacionales, se debe a que las provincias no han creado nuevos impuestos. A lo sumo se incrementaron los existentes que mejoraron los niveles de recaudación provincial y de ingresos por coparticipación federal de impuestos. Los aumentos del gasto salarial son una prueba de la recuperación del nivel de erogaciones en términos de Producto Bruto. Y en esto volvemos a un viejo planteo. La Argentina se debe una discusión del nuevo régimen de distribución de recursos coparticipables. Un debate de fondo y central, como parte de la política de cualquier país federal. La distribución de los fondos coparticipables es sumamente relevante en estos tiempos. La Argentina necesita de eso, más allá de los incumplimientos a las cláusulas constitucionales, y de la mora que viene desde 1996 para discutir el nuevo régimen. De esta manera, se podrá definir la situación fiscal de las provincias hacia el futuro. -¿Ese escenario de discusión del nuevo régimen de coparticipación está dado? -Se está planteando a partir de la diferencias de ingresos que existen entre las provincias con la Nación. En esto debo remarcar que cada provincia tiene tres senadores en la Cámara Alta y ellos son los que deberían llevar la voz de cada distrito. Ese el ámbito donde las provincias están en igualdad de condiciones para la discusión de un tema tan sensible como la nueva distribución de los fondos coparticipables. No hay que perder de vista esto y, tarde o temprano, el tema formará parte de la agenda nacional. (*) Recibido por Corrientes al Día desde La gaceta de Tucuman. Nadin Argañaraz es doctor en Economía, Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (CEMA); Master en Economía, Universidad del CEMA; licenciado en Economía, Universidad Nacional de Córdoba. Ocupación actual: director de investigación del Instituto para el Estudio de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea.

El presidente chino Xi Jinping visitó la Rosada. Se anunció un mecanismo para reforzar las reservas del BCRA. También habrá créditos para represas y el Belgrano Cargas. China quiere ganar peso comercial y financiero en la región. Acuerdos que generan deudas.
(www.clarin.com) Fueron palabras del presidente Xi Jinping: este es el año del Caballo, y la Argentina es conocida -dijo- como el país de los caballos. Por eso, formuló sus deseos de que sea un “caballo galopante” la profundizada relación estratégica con la Argentina.
De estilo muy sobrio, con esta gráfica alusión al calendario chino sorprendió Xi a la hora de los discursos, tras encabezar con Cristina Kirchner el acto de firma de acuerdos bilaterales por más de US$ 7 mil millones, que aportarán los chinos para financiar obras de infraestructura.
Estos aportes eran muy ansiados por el Gobierno, con problemas para financiarse, caída de reservas y el fallo adverso de la Justicia de EE.UU. que obliga a pagarle a los fondos buitre y al menos demoró el plan oficial de “regreso al mundo” para buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.
Los acuerdos con China incluyen, tal como se había anticipado, US$ 2.099 millones para revitalizar el Belgrano Cargas (el Estado nacional aportará otros US$ 370 millones); y US$ 4.714 millones para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, obras largamente postergadas y acaso último megaproyecto de la era kirchnerista. El otro acuerdo con números a la vista es el aporte chino para la compra de 11 buques de dragado, por 423 millones de dólares.
En total se suscribieron una veintena de acuerdos, y una declaración conjunta que elevó el vínculo bilateral a “asociación estratégica integral”, un estatus que China sólo tenía en América latina con Brasil, México y Perú, y supone la decisión de profundizar la cooperación mutua.
A estos acuerdos se sumó más temprano –sin presencia de los presidentes– la firma de un segundo swap (el primero fue en 2009), un intercambio de yuanes y pesos por US$ 11 mil millones que podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central. Cristina celebró este punto en un momento de “ataques especulativos” de los fondos buitre.
Xi Jinping llegó a las 17.20 a la Casa Rosada, donde fue recibido con honores militares por los Granaderos. Caminó por la alfombra roja y en el Salón Blanco lo aguardaba Cristina para el saludo, los himnos nacionales y la presentación de delegaciones. Luego pasaron al despacho presidencial, donde estuvieron reunidos a solas y luego sumaron a sus ministros, durante una hora.
La última visita de un presidente chino fue la de Hu Jintao, en 2004. Allí se estableció una asociación estratégica, se firmaron memorándums de entendimiento y el gobierno kirchnerista había generado un singular clima de furor previo al propalar la versión de que llegarían US$ 20 mil millones, que nunca se concretaron.
Ayer, el presidente Xi tuvo su inmersión en el estilo de los actos K: hubo una videoconferencia con El Calafate, por las represas santacruceñas, con el gobernador Daniel Peralta; y otra con Maciel, Santa Fe, donde el secretario de Transporte Alejandro Ramos y Wang Hong, vicepresidenta de la empresa estatal china que canalizará los créditos, hablaron de las obras del Belgrano Cargas.
La jornada terminó con una cena en el Museo del Bicentenario. A la hora de los regalos volvieron los caballos. Cristina mostró las fotos –“No podíamos traerlos acá”, se excusó– de los que regaló. A la primera dama china, un caballo de silla, y a Xi, uno de polo. “Ambos son reproductores, sementales”, enfatizó. “Ahora sí, brindo por el año del Caballo de Madera, a brindar por la Argentina, por la amistad con China”, cerró la Presidenta antes de chocar copas con Xi.
Nacionales
Municipio de la Costa. Otra denuncia contra Boudou de sus días como funcionario municipal
CASAS QUE NUNCA SE REALIZARON
La denuncia tomó nuevo impulso cuando en las últimas semanas la oposición del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Costa impulsó una denuncia contra Amado Boudou (secretario de Hacienda local en 2005), Juan de Jesús (por entonces intendente y actual diputado provincial) y su hijo Juan Pablo (ahora a cargo de la comuna) por presunta “defraudación al Estado nacional”.
(www.perfil.com) Según reseña la publicación La Tecla, en 2005 se firmó un convenio para la construcción de viviendas con Nación, el cual fue firmado por los funcionarios mencionados, entre ellos vicepresidente procesado en la actualidad por la causa Ciccone.
La licitación la ganó la firma Cantera FC y debía terminar la obra en 2006; pero para agosto de 2007 se había abonado más de dos tercios del monto total y más de la mitad de las casas estaba sin terminar, según consigna la revista.
Proveedores de Cantera FC denunciaron haber recibido cheques sin fondos. Tras esto, la empresa entró en convocatoria de acreedores pese a presuntamente haber cobrado hasta ese momento unos 24 millones de pesos.
Cantera cedió los créditos al Banco Hipotecario, y éste emprendió una causa judicial contra el municipio para cobrar la supuesta deuda de 1.930.000 pesos” por las casas que nunca se terminaron”, dicen desde la oposición. Y éste fue el puntapié para su tratamiento y denuncia la cual fue impulsada por Marcos García, concejal del bloque A toda Costa.
Según García, Boudou “fue quien firmó los cheques, que además no estaban a la orden, cuando los cheques en la administración pública deben estar cruzados” y porque “él firmó eso y firmó los cheques por 24 millones de pesos”, sostuvo García. Los denunciantes buscan investigar hasta qué punto llegaba la relación entre Cantera FC y el vice.
Familiares acusaron al canciller por negociar en secreto con Irán y dijeron que “nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Del piquetero K aseguraron que “debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y criticaron que tenga espacios en TV y radio.
(www.clarin.com) El vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, exigió hoy al Gobierno nacional “medidas concretas” para conseguir la captura de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA y que “sean sometidos a juicio en Argentina”.
También reclamó al Congreso de la Nación “la derogación expresa” de la ley que habilitó el memorándum con Irán, que fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Fue el primer orador de un acto que incluyó duras críticas al canciller Héctor Timerman y al piquetero oficialista Luis D’Elía.
Luego de Saiegh habló el periodista Alfredo Leuco, quien comenzó diciendo que “los muertos no tienen ni paz ni justicia”. El conductor de Radio Mitre recordó diferentes historias de víctimas del atentado, como la de Sebastián, un niño de 5 años y repasó la evocación de sus compañeros en el colegio.
“La impunidad no es producto de un fenómeno natural sino producto de la ineficacia de ocho presidentes que pasaron y pasaron”, dijo Leuco. Y acusó al ministro Timerman por el memorándum con Irán.
“Será recordado como el canciller responsable del delito de lesa impunidad. Quedará grabado en la historia por esta traición al pueblo hebreo y argentino”. Y también le apuntó a Luis D’Elía, a quien acusó de antisemita.
Finalmente, habló el familiar Luis Czyzewski, quien perdió a su hija en la masacre. Czyzewski dijo que, “En cada una de nuestras casas hay una silla vacía”. Luego, criticó el acuerdo del Gobierno nacional con Irán y calificó de “mal gusto” al denominar ese arreglo como un memorándum de entendimiento.
“Señor ministro Timerman, si el memorándum fuera tan bueno ¿por qué lo negoció en secreto? Usted parece que no tuvo en cuenta que negociaba con un gobierno repudiado por la comunidad internacional”, fustigó el familiar. “Parece que para usted, señor canciller, esto no era trascendente. El gravísimo error diplomático de acordar con Irán no es gratuito”, indicó.
Czyzewski agregó que, “Nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Y se preguntó: “¿Por qué nunca se denunció a Irán como un país terrorista?”. También criticó al gobierno menemista y dijo que “´¿Cómo la Justicia no pudo encontrar pruebas contra Corach?”, en referencia al ex ministro del Interior de Carlos Menem, bajo cuyo mandato sucedió el atentado.
Y criticó que Luis D’Elía tenga espacios en radio y televisión para difundir su pensamiento antisemita. “D’Elia debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y también dijo que en el programa “Fútbol para Todos” no mostró un homenaje hecho por las víctimas de la AMIA y agradeció, por el contrario, a los clubes Boca y Estudiantes.
Además, Czyzewski pidió a Julio Schlosser (presidente de la DAIA) que aclare los contactos que tuvo con Timerman antes de la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Y también añadió que, “Apoyamos la creación de una CONADEP para la causa AMIA”.
Minutos antes de las 11, se emitió un mensaje en video grabado del Papa Francisco.
El año pasado los cuestionamientos pasaron por el memorándum firmado por el Gobierno con Irán, que prometía poder tomarles declaración a los funcionarios iraníes sospechosos de ser autores intelectuales de la masacre pero a cambio de hacer caer las circulares rojas de Interpol. El pacto fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal y el Gobierno apeló a la Corte empantanando la polémica idea de Cristina.
Con el sonar de la sirena, comenzó a las 9.53 el acto central para recordar a las víctimas del atentado que en 1994 destruyó la sede de la AMIA, provocando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos.
Bajo el lema “Ni un día de olvido”, se recordó a las víctimas del ataque perpetrado hace 20 años en la mutual judía ubicada en Pasteur 633, en pleno barrio de Once. Mario Pergolini fue el maestro de ceremonias.