Opinión
“No hay que caer en la tentación de volver al atajo para alcanzar el bienestar”
JAVIER GONZÁLEZ FRAGA
El ex presidente del Banco Central manifestó su optimismo por la actual situación económica argentina, a pesar de que consideró que con el tiempo hay que ir solucionando algunos problemas, como el aumento del gasto público, los impuestos distorsivos y los índices de inflación.
BUEN COMPORTAMIENTO González Fraga habló en una Jornada organizada por los CREA del Litoral Sur, en Galarza, Entre Ríos, donde explicó que la economía está teniendo un comportamiento muy bueno, con un crecimiento del PBI del 26% en los últimos tres años, una inflación del 3,7% en 2003 y del 6,1% en 2004. Esto es muy significativo, ya que el Fondo Monetario Internacional había predicho una inflación del 36% para 2003 y del 15% para 2004, y hasta el propio Gobierno había dicho que en 2003 los precios subirían un 24%. Sin embargo, esta situación acostumbró a los argentinos a una inflación muy baja, que además era inmerecida, sobre todo en cuanto a los productos de origen agropecuario, y por eso hoy hay una gran preocupación por los aumentos de los últimos meses. Por otra parte, el superávit fiscal primario alcanzó el 3,9% el año pasado, mientras que si se incluye a las provincias esa cifra sube al 5,5%. El otro factor que muestra el crecimiento de nuestra economía son las inversiones, que alcanzan al 20% del PBI, cuando en la década del 90 llegaban al 19%. La industria creció 40% desde 2002, cuando comenzó a superarse la crisis. Los depósitos en los bancos crecieron un 110% a pesar de una tasa de interés negativa: desde 2001 pasaron de 60.000 millones de pesos a 130.000 millones. PROBLEMAS POR SOLUCIONAR A pesar de estos números muy positivos presentados por González Fraga, hay algunos problemas por solucionar y uno de ellos es el aumento del gasto que últimamente ha crecido a un ritmo más acelerado que la recaudación. Otro problema es el que se genera por la emisión de las Lebac con 6% anual de interés a 30 días y 6,85% a 182 días, cuando el Banco Central compra dólares. “De seguirse así, va a ser más rentable especular que producir”, dijo González Fraga. Si la tasa de los Lebac bajara, los bancos van a dar más crédito, porque les va a ser más rentable prestarle a la gente que al Banco Central. Actualmente el Banco Central absorbe el excedente de liquidez de los bancos con estas letras, evitando que éstos puedan dar créditos. UNA ARGENTINA INÉDITA Actualmente, a pesar del gran crecimiento de las importaciones se mantiene el superávit comercial con no menos de 900 millones de dólares mensuales de saldo. Según explicó González Fraga, es una Argentina totalmente inédita, ya que históricamente después de dos años de superávit venía el déficit y al cuarto o quinto año ya se entraba en una crisis. A esto hay que agregar el aumento de las reservas, que ya llegan a los 25.000 millones de dólares. Las exportaciones de manufacturas de origen industrial aumentaron 50%, sobre todo los productos provenientes de PyME hacia países limítrofes, mientras que el total de exportaciones creció un 17,3%. El contexto financiero internacional muestra que la economía brasileña se está desacelerando, con un crecimiento del 5% en 2004 y un esperado de sólo el 3% en 2005, con una apreciación importante del Real. Sin embargo, la balanza comercial con Brasil es negativa, lo que se debe principalmente a los fuertes subsidios que otorga el Bandes a los exportadores, con créditos cuya tasa es solamente un 10% de la del mercado. Eso hará posible que las exportaciones alcancen los 100.000 millones de dólares este año. El contexto mundial también muestra un aumento de las tasas de corto plazo en EE.UU., del 1 al 3%, y una baja de las de largo plazo (10 a 20 años), lo que ayudó mucho al canje de la deuda argentina. Actualmente los vencimientos de nuestro país con el FMI son cómodos; por el momento no hace falta usar las reservas, sino que se pueden pagar con el saldo primario. De esta forma, es lógico un acuerdo con el FMI, que permita refinanciar el 75% de los vencimientos de capital, algo muy necesario para no pagarlos con reservas. Actualmente se avanzó mucho en la renegociación de los contratos con las privatizadas –una de las medidas que pide el Fondo– y seguirán las novedades después de las elecciones. CUATRO CUESTIONES CRÍTICAS González Fraga definió cuatro cuestiones que hay que tener controladas y sobre las que hay que trabajar en el corto plazo para mantener buenas perspectivas en la economía argentina. La primera es impedir que la inflación se desborde sin que se apliquen soluciones monetaristas para frenarla, como dejar caer el tipo de cambio o subir la tasa de interés. Esto llevaría a un aumento de la especulación y a la quiebra de los productores. La segunda es el aumento de la inversión. “Hay que lograr que las grandes empresas inviertan 6000 millones de dólares, lo que quitaría presión a la inflación a largo plazo y la llevaría a valores del 25% del PBI, que es lo recomendable”, pidió el orador. El tercer problema por enfrentar es el energético, que debe solucionarse con más gas, proveniente de las lluvias para las centrales hidroeléctricas en el corto plazo y de mayor inversión en exploración y generación. Por último, debe mantenerse la solvencia fiscal, moderando el crecimiento del gasto y sustituyendo gradualmente los impuestos distorsivos por otros más ortodoxos. COMPETITIVIDAD Actualmente nuestra moneda se está devaluando con respecto al Real, que últimamente se ha revaluado mucho, y eso nos hace más competitivos que Brasil en el contexto internacional. Sin embargo, el peso se aprecia con respecto al dólar y al euro. La apreciación cambiaria va a seguir en el futuro, aunque el Gobierno no permita una apreciación nominal sino por una inflación mayor a la de EE.UU. El razonamiento es así: es malo que los precios bajen un 20% porque el dólar cae un 20%; es mejor si éste se mantiene y hay inflación, ya que en ese contexto se pueden renegociar los aumentos de salarios y gastos, y el impacto en la economía es menor. Si los precios cayeran 20% deberían bajar los salarios y eso llevaría a un caos social. “La tendencia es a una mayor inflación que devaluación, con una recuperación de los salarios y suba de los servicios tanto públicos como privados”, adelantó González Fraga. También seguirá el aumento en las materias primas, como el petróleo y la chapa, y todo en conjunto llevará a un aumento en los costos con una pérdida de competitividad de las empresas y del país. ASIGNATURAS PENDIENTES Para enfrentar esta pérdida de rentabilidad de las empresas y por lo tanto del país, habrá que tomar medidas compensatorias. “Por empezar, ahora que se logró el canje de la deuda hay que analizar los impuestos. Antes eso era una mala señal hacia los acreedores, porque reducir o modificar los tributos significaba que había poca intención de pagar la deuda”, dijo González Fraga. En ese sentido, es claro que hay que trabajar sobre los impuestos distorsivos. Primero, el nivel de IVA es muy alto; sólo los países escandinavos pagan más del 20%; aquí debería ser menor al 15%. Para llegar a estos valores y reducir las retenciones habría que aumentar el impuesto a las Ganancias y los tributos patrimoniales, disminuyendo la evasión. “Ya pasó la crisis y hay que reorganizarse como sociedad; por eso hay que pagar los impuestos que pagan las sociedades que admiramos”, destacó el orador. La idea del Gobierno al instalar las retenciones fue combatir la pobreza y evitar subas de los alimentos en el mercado interno. Sostiene el dólar alto con el superávit fiscal que logra y, con ello, ayuda a las exportaciones al hacer más competitivo al país, manteniendo bajos los precios domésticos. Las retenciones son una herramienta de corto plazo y se irán cancelando cuando la situación lo permita por el superávit fiscal. Si éste baja abruptamente colapsa la economía, habría que salir a pedir plata en el exterior nuevamente, como se hacía en los 90, con altas tasas de interés, ingreso de especuladores y baja en la producción. “No hay que buscar más esto. No se debe caer en la tentación de volver al atajo para alcanzar el bienestar. Esto es lo que se hizo en los 70 y los 90 y los resultados fueron desastrosos para el país”, recordó el analista. Otro factor que hay que modificar son las tasas de interés para el sector productivo. La actividad agroindustrial debe tener tasas del 6 al 7% para financiarse, no como las que hay actualmente, que son del 15 al 20% por créditos a dos años. Otra prioridad es buscar es el acceso a los mercados externos. Si bien la Cancillería está haciendo las cosas bien, hay países de la región, como Chile, que nos superan ampliamente. Si logramos acceso a nuevos mercados podríamos recibir mejores precios”, enfatizó el economista. En los últimos 50 años, la Argentina se caracterizó por tener una economía muy volátil, con fuertes cambios y etapas muy cortas de crecimiento y de crisis. “Ser menos volátiles debe ser el objetivo de la economía argentina y eso se lograría haciendo una planificación a más largo plazo para aumentar la productividad e impedir la pérdida de competitividad”, proyectó el orador. Desde 1981 hasta la actualidad, la Argentina siempre buscó soluciones mágicas que terminaron en fracasos. Además, el estancamiento no fue igual para todos: aumentó muchísimo la brecha entre ricos y pobres. La relación entre lo que gana el 10% más rico sobre el 10% más pobre aumentó 4,5 veces. “El nuevo modelo no es volátil, por eso no hay que estropearlo con cuestiones políticas”, pidió González Fraga. Si la Argentina sigue bien hasta febrero de 2006, sería la segunda vez en 50 años que crecemos cuatro años seguidos. Y si este crecimiento sigue hasta 2007, sería la primera vez en 100 años que nuestra economía crece durante cinco años seguidos. Y por el momento todo parece indicar que esto será así. “Esta es la primera vez que en el tercer año de un proceso de crecimiento no hay atraso cambiario, no hay que salir a buscar fondos en el exterior ni hay déficit fiscal primario”. Todo esto hay que ponerlo en la balanza al momento de hablar de las retenciones”, alertó el director del BCRA. QUE PASARÁ HASTA FIN DE AÑO Como cierre, González Fraga esbozó un escenario para lo que resta de 2005. El crecimiento económico alcanzará el 7%, con una inflación del 11% que, sin embargo, no debe alarmar a nadie. El peso va a tener una apreciación de 5 a 8% en términos reales, el desempleo puede llegar a situarse por debajo del 10% y los salarios podrían aumentar un 7%. “Sospechen que estamos ante un modelo distinto donde lo importante es la producción y no lo financiero, a pesar de algunas medidas electorales. No comparto todo lo que hace el Gobierno, pero estoy lejos de la bronca de algunos colegas míos”, concluyó el analista.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.