Sobre las Lecturas de AERA en la SADE el 7 de abril de 2007 y la presencia del destacado poeta y filósofo correntino Oscar Portela. En el tercer año del Ciclo de Lecturas Poéticas del Grupo AERA en la sede central de la sociedad Argentina de Escritores, S.A.D.E., bajo la coordinación de los escritores Silvia Long-Ohni y Alejandro Drewes, ha tenido lugar la segunda velada de lecturas, con la presencia como invitado especial del poeta correntino Oscar Portela, con el auspicio de la Subsecretaria de Cultura de la Provincia de Corrientes, la Subsecretaria de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Corrientes y del Diputado Agustín Portela.

La lista de poetas invitados ha contado con los recitados de obra propia a cargo de: GRACIELA BUCCI (Premio Faja de Honor de la S.A.D.E. 2001 por su libro de relatos breves “Detrás de las palabras…el eco”, jurado de concursos literarios nacionales e internacionales) JAVIER GALARZA (Editor y poeta, coordinador de Seminarios sobre Hölderlin y sobre Alejandra Pizarnik en la Fundación Centro Sicoanalítico Argentino) ALEJANDRA ZARHI (Editora, poeta y periodista chilena, directora de la revista literaria internacional Imágenes de Océanos) El encuentro de lecturas comenzó a las 20.15 con la lectura de poemas, a cargo de los coordinadores, Silvia Long-Ohni y Alejandro Drewes, de textos de los poetas entrerrianos Tomás Barna, Susana Quinteros y Rosa María Sobrón, en el marco del ciclo 2007 “AERA con los poetas de las provincias argentinas” Luego de las lecturas de los escritores invitados, ante un público de unas 40 personas, que colmó la capacidad del salón auditorio del tercer piso de la S.A.D.E., tuvo lugar la presentación del destacado poeta Oscar Portela, a cargo de Alejandro Drewes, quien leyó la siguiente nota introductoria a su obra, especialmente redactada por el Dr. Joaquín Meabe. OSCAR PORTELA, EL POETA Y LA AGENDA DEL FILOSOFO por Joaquín E. Meabe Como la vida es corta, uno debe elegir las lecturas de acuerdo a un cierto rango de relevancia de lo que se ofrece. Ese es por lo general el problema del filósofo genuino; del todo diferente al erudito. Y, por cierto, todas las selecciones ofrecen reparos porque resulta inevitable omitir autores imprescindibles en cada selección. Y tampoco hay tiempo para todo. Por eso cualquier preferencia deja un saldo en la cuenta del lector inteligente. Para un estudioso de la filosofía (de la genuina filosofía y no de la erudición) una primera selección debería ser simple y directa: Homero, Parménides, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Platón, Aristóteles, el Fragmenteder Vorsokratiker de Diels (para los presocráticos), la Biblia en la Vulgata de San Jerónimo, San Agustín, Santo Tomás, Cervantes, Shakespeare, Descartes, Kant, Nietzsche, Kafka, Arlt, Marechal. ¿Hay otros más importantes, desde otro punto de vista ? Por cierto que sí. Pero, el que así lo crea que haga su propia experiencia. Por su parte Kant sólo tenía setecientos libros en su biblioteca y, al parecer, le resultaron suficientes. Pero esa primera selección, tan importante de por sí, parece haber pasado por alto a los poetas y en particular a los poetas modernos. ¿Puede uno prescindir de ellos? Desde luego que no. Y esta tampoco es una cuestión de expertos, aunque no cabe duda de que son escasos los poetas filósofos en el mundo moderno, sesgado hacia la instrumentalidad, el oficio entretenido y el predominio de lo sensible. En ese horizonte de precariedad creativa hay algunos autores que no deberían quedar fuera de nuestra agenda, como Hölderlin. Y en este cul de sac de Occidente, cabe preguntar si hay alguno que pueda acompañarnos con nuestro propio idioma. La sorpresa en nuestro esterésico horizonte es, sin embargo, notable. Yo al menos encuentro dos poetas en los que se percibe esa impronta filosófica que ayuda a pensar: Francisco Madariaga y Oscar Portela. Notable generosidad de una cultura como la nuestra, edificada en el margen extremo de Occidente, que cuenta con más de un poeta-filósofo. ¿Será eso el resultado del pathos; del límite que reclama urgentes respuestas a los que están en los umbrales de la nada? No es fácil contestar esto, pero creo que ambos, Madariaga y Portela, ofrecen en su obra una original, inteligente e inusual respuesta que vale la pena agendar. Dr. Joaquín Meabe. Corrientes, 24 de abril de 2007. A continuación, fueron recitados por Alejandro Drewes, los poemas “En carne viva” , “El hielo y el fuego”y “Oda a Luz-Bel”, del libro En carne viva, cerrados con palabras del autor alusivas a su obra y al lugar del escritor en el tiempo presente. Oscar Portela cerró su lectura con un impecable recitado del poema “Los adamitas”, que transcribimos. LOS ADAMITAS: POEMA DE OSCAR PORTELA A Luisa Mercedes Levinson María del Carmen Suárez Y Leonor Calvera. Adán Desnudo. Desnudo el Mar retrocedido Ante tanta hermosura. Medida es la belleza Mas tu hermosura es impiedad y es todo. Los ojos del venado te contemplan Azorados. Tan pura es la visión que el animal Y el ave, las aguas y los vientos, el cielo Donde reinas se demoran contigo. Tan pura es la virginidad del cuerpo Que rompes tu la aurora cuando aquella despierta. Abre tus verdes ojos como algas y mueve Tus ligeras pestañas arqueadas como plumas Giradas hacia el cielo o entórnalas si quieres. Donde tu frente es amplia como verde pradera. Luce la otra estrella. Tiemblan las fosas de tu nariz de ave levemente Aquilina. Y la declinación De pómulos hacia entreabiertos labios Donde el mundo y su gloria deponen su osadía. La tarde avanza lenta hacia extrema barbilla. Y en la punta del iceberg encuentra un solo Artista la perfección eterna. La visión Enloquece. Cuello de aéreo cisne Que baja hasta los hombros Como los férreos arcos que sostienen la tierra. La áurea espalda baja hasta cintura- junco Donde concentra el todo su alimento terrestre. Y el monte el monte el monte De tus dos nalgas prietas como estremecimientos De Islas del Egeo. Muslos que los delfines y orfebres Encontraran quiso emular el héroe. Y tu tórax de acero que define Tu vientre de caderas Que juegan las fugas de un concierto. ¡Adán, Adán desnudo en un día primero! Ninguna desnudes tan desnuda como ésta. Tu sexo de paloma erguido entre las piernas. Y tú reinado aquí en éste mundo nuestro. Este es el paraíso y ésta tu luz austera. Oh palmera a la vera de una mar suntuosa. Este es el paraíso. Y tu mano contiene los frutos Que aquel día tú comiste sin vernos. Nosotros somos Frutos. Tu sed y tu hambre todo. Nosotros poseídos de tu rayo celeste. Nosotros Adamitas siempre te fuimos fieles. Estas tú, rey de un orden de amores. Y nosotros tus siervos. Solo tú desnudes vela la gracia eterna. Danos tu cuerpo entonces. Poséenos postreros Que el grito de un amante Es un hijo perfecto. Oscar Portela. 21 de abril del 2007 Quizá las palabras de Luis Gregorich a la obra de Oscar Portela, en su brevedad, acierten y resuman la huella esencial que dejó en el auditorio la lectura de sus poemas: “Lo que parece caracterizar a la poesía de Oscar Portela, en una primera aproximación, es el lúcido encuentro de la pasión con la racionalidad. El suntuoso y sensual lenguaje de sus poemas, como ocurre con muchos poetas mayores, casi siempre se ve matizado, controlado, por una chipa reflexiva. Leerlo y descubrir que sus intertextos, en los que cabe toda la poesía moderna, implica enfrentarse al conflicto, nunca totalmente resulto, entre la transgresión y el orden.” Desde Entre Ríos la poeta María Eloiza Ragozza afirma: ” sorprendente poema y eximios comentarios, yo deslizo el mío. El lenguaje de Portela es un continuo embestir contra los límites Llega a la esencia musical y dionisíaca. El poema estimula ver con la mente.”Nosotros somos tu hambre y tu sed “. . . una espiral poética con preocupación apocatástica. Portela tiene don poético pero selecciona las palabras condensando el pensamiento, atraviesa lo múltiple y cose con imágenes las heridas del origen humano. Felicitaciones, Oscar. María Eloisa Ragozza Luego de la presentación de Oscar Portela, tuvo lugar la presentación del poemario “El bazar de los esclavos”, de Tulio Ferro, del cual rescatamos algunos fragmentos y poemas: Para un nuevo poemario, ahora entre nosotros: Acerca de EL BAZAR DE LOS ESCLAVOS, de Tulio Ferro Con el libro, con este primer libro de Tulio Ferro, entre nosotros. Frente al misterio del libro, y a las borgianas imposibilidades de todo prólogo para dar cuenta de sus aspectos inasibles, de sus imposibles espacios poéticos, métricos. Un libro y sus imágenes, su bello portal de entrada que nos abre al mundo de la pintura de su autor, a la galería de múltiples espejos de su Gestalt. Poemas en verso y en prosa -los de la primera parte del libro-, cuya nota distintiva es posiblemente el trabajo sobre la palabra sumaria, desnuda, que uno presume esculpida en soledad a lo largo de los años. Como en el magnífico poema que abre el libro, Septiembre. Ni los pinceles dejaron en la tela, el contraste de los ocres y los amarillos. El gris en las miradas. El alcohol tirado en noches de amapola. Las almas parten. No volverán las flores en septiembre Donde se halla el lector de frente al inaudito espacio vacío de la obra, de la pintura, terminada, o aún peor, nunca concluida. Los versos, con un metro irregular que se repite en verso libre, llevan a bucear en la pregunta filosófica, tan cara al poeta: en esas rosas cuya belleza ya nunca volverá en el ciclo de futuras primaveras. Habrá otras rosas, pero nunca las mismas. Y las amapolas del sueño y para alcanzar el reino del olvido, tema que va a reaparecer en otros textos de la primera parte del poemario. (…) Tulio Ferro nos habla en relación con los fuertes motivos de sus poemas, de las marcas con que el tiempo nos señala: las marcas de los años perdidos, el imposible reflejo de unos ojos, el sutil aroma de la magdalena proustiana. La palabra, cada verso, como en el poema intitulado Recorro Dejo el puerto. En un mar, abandonado a las estrellas, recorro. Sin abandonar la carga. Sin saber quién llenará de lágrimas la calma, me pierdo. Me pierdo joven. Despierto viejo. (…) A lo largo del recorrido por el poemario, los cuatro elementos primordiales -sobre todo el agua y el aire-, sustentan el discurso lírico en forma constante. A veces representan juntos el remolino que arrastra al Hombre, errante en la tierra, como en El viento: El perfil del viento cambia, su norte en la corriente. Es la voz, que en el desierto vacía, las formas del sol y la luna Hilos de fuego en la tormenta. Ojos en el hielo. Solitario entre los vientos que se pierden en la brisa. Aquí, uno ve quizá, pensando en las lecturas del poeta, una de las múltiples transfiguraciones de Ulises en las poéticas modernas: de un Ulises ya envejecido y solitario, que ya siente en la piel del alma la escarcha de los dominios nórdicos que ha ido a buscar, bajo la zarpa de la Osa Mayor. De esta manera, este poema, que cierra una primera estación en el cuerpo del libro, resume de cierta manera los motivos y las inquietudes existenciales de Tulio Ferro. (…) La segunda parte del poemario, en forma consistente con una idea expresada en el prólogo de los editores, en torno a la recuperación del valor de las palabras, de dotar de contenido y de sentido a tanto flatus voci, -idea afín a Nietzsche como a sus maestros helénicos-, presenta al lector una serie de aforismos. Y así, con altas y bajas, Tulio Ferro filosofa y poetiza, tomando su propio martillo: * El éxito del hombre en su lucha con la vida, significa la victoria sobre sí mismo. * Mundo hipócrita que grita, cuando la muerte es pública. Calla, cuando aprieta la mano que no da. * Mis enemigos me ayudaron a crecer Palabras para un primer poemario, para compartir con ustedes este primer libro de Tulio Ferro, en el comienzo de un arduo camino a continuar. Alejandro Drenes. Buenos Aires, 22 de abril de 2007 Finalmente, el cierre del encuentro incluyó, como habitualmente, lecturas a micrófono abierto, de las cuales vale destacar muy especialmente la de Jorge Estrella. En resumen, un encuentro con la palabra poética, un amplio repertorio de voces, y por supuesto, el raro lujo de contar al poeta Oscar Portela entre nosotros: al amigo, al poeta, al filósofo, al lúcido observador que hace años es de nuestra realidad nacional. Dr. Alfredo Andino. Asociación General San Martín Miguel Matusevich. Corrientes al Día Alejandro Drewes y Lic. Silvia Long-Ohni. Coordinadores de Lecturas del Grupo AERA en la SADE.