Cultura
30 años de la muerte de Tarragó Ros
15 DE ABRIL (*)
Corría el año 1978… y fallecía el Tarragó Ros. Los curuzucuateños de mi generación no tuvimos la oportunidad de escuchar y disfrutar de las virtudes musicales del llamado “Rey del Chamamé”. – Es cierto que por entonces el acordeonista ya poco aparecía por el pueblo.
¿Estábamos en otra? – ¿No sentíamos esa música? – seguramente influidos por el folclore norteño cuando no por el club del clan o lo que es más, por el nacimiento de Los Beatles. Lo cierto es que siempre se está a tiempo de reconocer los “silencios” que tienen nuestras vidas, aunque si uno – esos espacios sin sonidos – los utiliza, como en la música para armonizar, surgen como la mía de hoy una melodía de reconocimiento al gran músico, al papá de un amigo de todos, al vecino que no fue por razones de generación, pero sí al notable compositor que nos dejó, entre muchas composiciones, una que hoy ya es HIMNO DE CURUZÚ CUATIA: su incomparable chamamé que arranca diciendo: “Curuzú Cuatiá tierra querida, cuna que nunca te he de olvidar…” Corría el año 1923… y el 22 de junio, el Jefe del Registro Civil decía “Antonio Ros, color blanco, de treinta y seis años, español, soltero, hacendado domiciliado en esta ciudad, declaró: que el día 19 del corriente, a la hora una en su domicilio nació el varón Tarragó, color blanco, hijo natural del declarante y de Florinda Reina, color trigueña de veinte años, argentina, soltera, domiciliada en esta ciudad, hija de Eustaquio Reina. La familia Ros – abuelos y padre de Tarragó – llegó a Buenos Aires en 1898. Eran Francisco Ros Guilera y Rosa Tarragó Miró, que traían a su hijo Antonio Francisco Amado. Llegado a los treinta se casó con Rosa, y en 1887 de aquella unión nació Antonio Francisco en la ciudad de Curuzú Cuatiá. LOS PRIMEROS AÑOS Los primeros años de Tarragó giraron en torno a la barraca de cueros propiedad de su familia, especie de puerta abierta al mundo. Allí conoció a peones, mariscadores, gauchos oscuros con sombreros de enormes alas, y también a músicos de emoción intensa. De alguna manera consiguió una armónica, y no fue raro que aunque sus padres lo incentivaron a estudiar piano, el quisiera tocar el acordeón y también la batería que habría visto en algún baile de pueblo. A los quince años ya integraba distintos conjuntos con su hermano y algunos amigos, y a los diecisiete, ya decidido por el chamamé emprendió sus primeras giras. Con dos o tres músico más, subían a un tren, se ganaban el dinero para el viaje tocando para los pasajeros, y en una de esas aventuras llegaron hasta Buenos Aires. Pero el grueso de su trabajo, menos escaso que las ganancias, estaba aún en Corrientes, en los alrededores de Curuzú. BRISAS CORRENTINAS Ya por ese entonces, Tarragó sentía que su pasión por la música estaba atravesada por algo más que el gusto de la aventura personal. Y para dar difusión y sostén a esa conciencia cultural, el 15 de julio de 1943, apareció la primera edición del quincenario “Brisas Correntinas”, editado y dirigido por el mismo. La publicación incluía un editorial, letras de canciones, una columna humorística, unos versos dedicados a Tarragó por su amigo Luís Torres, anuncios de programas radiales y bailes. Ese mismo año viajó a Buenos Aires integrando el Trío Taragüí, que dirigía Pedro Sánchez. Ya en la capital, otra visión alimentó sus sueños adolescentes de ídolo popular, la imagen de Ramón Estigarribia, músico apodado Yaguareté, comiendo con deleite y sin privaciones, feliz y rodeado de amigos en un restaurante del centro. En aquél momento fue además acordeonista de Mauricio Valenzuela, de quien años más tarde hablaría agradecido por sus enseñanzas profesionales; y también tocó junto a Mario Millán Medina. lsaco Abitbol, Ernesto Montiel, Pedro Mendoza y Luís Acosta fueron otros de los amigos que estuvieron cerca de su corto paso por la capital. En 1944 regresó a Corrientes. Al frente de un elenco llamado Melodías Guaraníes -cuya dirección en algún momento compartió con el celebrado bandeonista Oreste Hernández. En 1945 en vista de las dificultades para conseguir trabajo bien pago, aceptó reemplazar a Tránsito Cocomarola en el conjunto de Emilio Chamorro. Actuó con casi tres años, durante los cuales maduró como instrumentista y compositor, pero sobre todo fue definiendo un estilo propio, que sumado a su fuerte personalidad pronto desembocaría en su carrera como director. En 1947, de su fugaz unión con Elia Crespina Molina nació Antonio. Ese mismo año decidió volver a independizarse profesionalmente y para ello se radicó definitivamente en Rosario, en las puertas del litoral y cerca de Buenos Aires. Intentó sus primeros grupos, hizo sus primeras actuaciones, en La Ranchada, un local de propiedad de Emilio Chamorro; en el Club Huracán de Entre Ríos, en el Centro Correntino de Rosario. Fue allí precisamente en 1948 que incorporó a Carlos Olmedo, quien sería al final su cantante, animador y amigo fiel. Aquel conjunto se completaba con Felipe Lugo Fernández, Rómulo Velásquez, Adriana Selva, Edgar Estigarribia y Alonso, el nombre de pila de este último perdido en la memoria. SU PRIMERA GRABACIÓN Los comienzos no fueron sencillos. Las presentaciones más frecuentes eran las fiestas organizadas por los prácticos del puerto, y también en los bailes montados por el mismo Tarragó, en los que a su conjunto solía sumar una orquesta de tango y una de jazz. Trabajó así hasta 1954 en que realizó su primera grabación. Acompañado por Antonio Niz y Vicente Lugo Fernández dio una prueba en Odeón, impactó por su estilo punzante e irresistiblemente bailable, y grabó un disco de 78 rpm con el Toro y Don Gualberto. Su repercusión fue inmejorable, al año siguiente volvió a grabar, y a partir de allí comenzó su ascenso. Ya entonces había agregado a las bombachas unas corraleras también bordadas que había tomado de las antiguas imágenes de Carlos Gardel, a quien mucho admiraba. Llegando los años ´60 era uno de los músicos mas populares de toda su zona de influencia, y uno de los mayores vendedores de discos del país, y los sellos discográficos se disputaban su contrato. En 1964 había pasado el millón de placas vendidas y fue distinguido con su primer disco de oro. Más adelante obtendría otro, uno de platino y el preciado Templo de Oro que la compañía discográfica ofrecía sólo a sus grandes estrellas históricas. APARECIÓ ANTOÑITO Un día de 1966, se encontraba de paso por Buenos Aires, cuando se le apareció Antoñito a quien poco había vuelto a ver. Regresaron juntos a Rosario, y ante la decisión del jovencito y en vista de sus habilidades con el acordeón, el padre le dio en su conjunto un puesto de acordeonista suplente y presentador. Entre tanto Tarragó tenía su propio salón de baile en Rosario, El Humberto 1º, y no abandonaba la actividad gremial en la seccional Rosario de la Unión Argentina de Variedades. Los sucesivos discos de larga duración, las radios y sus frecuentes presentaciones televisivas afianzaron su popularidad, cuando ya comenzaba a ser llamado El Rey del Chamamé. En la intimidad de su casa de Rosario, se lo podría ver cenando a la madrugada junto a Angelita Lezcano, su compañera de los últimos dieciséis años, conversando con ella y escuchando por la radio chamamés. Llegó a componer casi doscientos temas – El desconsolado, Por que te fuiste, El prisionero, Madrecita, Caña con ruda o El afligido, son algunos de los más conocidos – grabó una veintena de discos de larga duración e influenció a toda una generación de intérpretes del chamamé. En sus años finales, el asma había comenzado a cercarlo. Cuando sintió el primer y último aviso de su corazón, se levantó tranquilo, se afeitó, se vistió con su cuidada elegancia habitual, y salio para internarse en el Sanatorio Corrientes en Rosario. Era el 15 de abril de 1978. (*) Recibido por Corrientes al Día de Juan Carlos Raffo

El Gobierno de la Provincia, a través del Instituto de Cultura de Corrientes, impulsó un primer encuentro de trabajo con representantes de organizaciones vinculadas al chamamé para empezar a pensar en conjunto un plan de trabajo de acciones concretas para la salvaguardia de este patrimonio vivo.
La reunión realizada el pasado lunes a la tarde en el Museo de Bellas Artes "Dr. Juan R. Vidal", estuvo encabezada por el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes (ICC), Arq. Gabriel Romero, el director de Artes Escénicas, Música y Artes Audiovisuales del ICC, Eduardo Sívori, la directora de Relaciones Internacionales, Gabriela Basualdo, y asistieron por las instituciones vinculadas al chamamé: el representante de SADAI en la provincia, Coquimarola; Tato Ramírez de Músicos Independientes de Corrientes (MICO), Néstor "Pucho" Rojas de Fundación Dorado; Pedro "Topo" Zubieta de Fundación Memoria del Chamamé y Cacho Espíndola de la Asociación Músicos de Corrientes (ASOMUCO).
"Generamos un espacio de encuentro para conformar un plan de trabajo. Comenzamos a delinear propuestas que se pondrán en marcha el año que viene. Se habló de educación, investigación y varias ideas de cómo vincular al chamamé con el turismo", explicó el presidente del Instituto de Cultura, además de anticipar que en febrero se llevará adelante la próxima reunión para avanzar en la generación de un listado de acciones y presupuestar proyectos.
"A partir de la incorporación del chamamé en la lista representativa del patrimonio cultural Inmaterial de la humanidad hemos logrado cerrar varios círculos, entre ellos la falta de reconocimiento de esta expresión tan nuestra. Pero a partir de esto se abren otros círculos que nos tienen como depositarios del desafío: cómo sostenemos la vigencia y acrecentamos el conocimiento, la investigación, la promoción y la difusión, apoyándonos en este respaldo de máximo reconocimiento", expresó, por su parte, Eduardo Sívori.
Por eso, el encuentro apuntó a pensar y proponer acciones que puedan ser proyectadas, gestionadas y ejecutadas desde el lugar de los organismos, las instituciones y organizaciones o agrupaciones vinculadas al chamamé, presentando proyectos sustentables, acompañados de posibles fuentes de financiamiento.
Cultura
Fundación Leer llega a los hogares con libros y juegos para disfrutar en verano
ESTE VERANO, A LEER Y A JUGAR DESDE DONDE ESTÉS
Leer y jugar en familia es un excelente programa para este verano tan especial. Por eso, Fundación Leer invita a registrarse de manera gratuita en “Leer 20-20. El DesafíoEdición verano” y acceder a increíbles libros infantiles organizados por edades. Además, quienes se sumen recibirán todas las semanas entretenidos juegos en línea.
En un año particular donde chicos y grandes tuvimos que afrontar grandes desafíos, llegan los esperados meses de descanso. Este tiempo puede ser ideal para disfrutar de la lectura y acompañar a los chicos en su formación como lectores.
Con más tiempo disponible, Fundación Leer los invita a compartir momentos de lectura en voz alta, charlar sobre lo que leen y disfrutar de una increíble y variada selección de libros. Solo tienen que registrarse en desafio.leer.org para comenzar a vivir esta experiencia.
Además, todos los viernes de enero y febrero, las familias registradas en la plataforma recibirán juegos para seguir divirtiéndose con las historias que disfrutarán estos meses.
A partir del 8 de enero ya podrán disfrutar de esta propuesta para el verano. Para participar pueden inscribirse desde ahora en desafio.leer.org. Los libros y juegos están disponible desde cualquier celular, tablet o computadora.
Antecedentes: desde su creación la plataforma de Leer 20-20. El Desafío -desafio.leer.org- ya cuenta con más de 15 millones de lecturas.
comunicaciones@leer.org.ar
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ACERCA DE FUNDACIÓN LEER
Desde Fundación Leer organización sin fines de lucro que desde 1997 trabajamos para acercar la lectura y los libros a los niños y niñas de todos los rincones de la Argentina. En el 2018 Fundación Konex nos otorgó el “Premio Konex Platino” en la categoría Entidades Culturales. Y en 2019 “Premio Samsung Innova” a la Plataforma digital Leer 20-20, como proyecto más innovador en la categoría “Arte y Cultura”.
En 22 años de trabajo desarrollamos programas en las 23 provincias del país y en la Ciudad de Buenos Aires. Así, 2.364.138 niños y jóvenes participaron de los programas; 2.133.756 libros nuevos fueron distribuidos; 3.806 espacios de lectura fueron creados y 25.377 adultos capacitados entre docentes y líderes comunitarios de escuelas y centros de todo el país.
Cultura
Chamamé de la Humanidad, comenzaron a delinear proyectos tras la declaración de la Unesco
CULTURA
El Gobierno de la Provincia, a través del Instituto de Cultura de Corrientes, impulsó un primer encuentro de trabajo con representantes de organizaciones vinculadas al chamamé para empezar a pensar en conjunto un plan de trabajo de acciones concretas para la salvaguardia de este patrimonio vivo.
La reunión realizada el pasado lunes a la tarde en el Museo de Bellas Artes "Dr. Juan R. Vidal", estuvo encabezada por el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes (ICC), Arq. Gabriel Romero, el director de Artes Escénicas, Música y Artes Audiovisuales del ICC, Eduardo Sívori, la directora de Relaciones Internacionales, Gabriela Basualdo, y asistieron por las instituciones vinculadas al chamamé: el representante de SADAI en la provincia, Coquimarola; Tato Ramírez de Músicos Independientes de Corrientes (MICO), Néstor "Pucho" Rojas de Fundación Dorado; Pedro "Topo" Zubieta de Fundación Memoria del Chamamé y Cacho Espíndola de la Asociación Músicos de Corrientes (ASOMUCO).
"Generamos un espacio de encuentro para conformar un plan de trabajo. Comenzamos a delinear propuestas que se pondrán en marcha el año que viene. Se habló de educación, investigación y varias ideas de cómo vincular al chamamé con el turismo", explicó el presidente del Instituto de Cultura, además de anticipar que en febrero se llevará adelante la próxima reunión para avanzar en la generación de un listado de acciones y presupuestar proyectos.
"A partir de la incorporación del chamamé en la lista representativa del patrimonio cultural Inmaterial de la humanidad hemos logrado cerrar varios círculos, entre ellos la falta de reconocimiento de esta expresión tan nuestra. Pero a partir de esto se abren otros círculos que nos tienen como depositarios del desafío: cómo sostenemos la vigencia y acrecentamos el conocimiento, la investigación, la promoción y la difusión, apoyándonos en este respaldo de máximo reconocimiento", expresó, por su parte, Eduardo Sívori.
Por eso, el encuentro apuntó a pensar y proponer acciones que puedan ser proyectadas, gestionadas y ejecutadas desde el lugar de los organismos, las instituciones y organizaciones o agrupaciones vinculadas al chamamé, presentando proyectos sustentables, acompañados de posibles fuentes de financiamiento.