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Producir ñandúes, un negocio rentable

CARNES NO TRADICIONALES (*)

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En un informe elaborado por la prestigiosa consultora NewsAgro, aquí se detallan minuciosamente todos los aspectos, secretos y verdades del nuevo negocio en carnes no tradicionales y cueros: el ñandú.


El fenómeno globalizador al que asistimos en los últimos años, generó una revalorización de lo singular y distintivo de cada región. La mayoría de los extranjeros que nos visitan año tras año, no sólo se llevan bellos paisajes y el calor de la gente, sino que también prueban nuestros vinos y saborean los exquisitos platos de la cocina criolla. La oferta gastronómica local se ha ido diversificando, y ofrece a los visitantes una variada gama de carnes exóticas: en restaurantes y hoteles de cinco estrellas de los principales destinos turísticos del Mercosur, ya se puede comer carne de ñandú. La Consultora NewsAgro viajo a conocer “Ñanduty”, un criadero de ñandúes ubicado en Colonia, Uruguay, para interiorizarse de todos los aspectos productivos. CARNE Y CUERO: SALUD Y ELEGANCIA La carne de esta ave autóctona presenta atributos altamente deseables: excelentes propiedades organolépticas y una altísima calidad nutricional. Es una carne roja y sabrosa, con buen sabor y el delicado bouquet de las carnes de caza. Es tierna y similar en consistencia a los mejores cortes de carne vacuna. Es magra (menos del 2% de grasa) y de alto valor proteico, y presenta una alta proporción de ácidos grasos insaturados (Omega 3 y 6), siendo rica en hierro y baja en sodio. Así, se vuelve saludable y se recomienda su consumo para la prevención de enfermedades cardiovasculares: actualmente se está gestionando que la Fundación Favaloro recomiende su consumo para una alimentación saludable. La carne no es el único producto con valor comercial: el cuero de esta ave se destaca por su distinción y belleza, presentando un diseño simétrico, correspondiente a los sitios de inserción de las plumas (folículos). Es un producto muy suave al tacto, dúctil, que se emplea principalmente en la industria del calzado y en marroquinería fina. Por su parte el cuero de las patas (tarsos) posee grandes escamas reptilianas, que lo hace ideal para su utilización en apliques de marroquinería. ¿CÓMO INICIARSE EN LA PRODUCCIÓN? La producción de ñandúes es una actividad sumamente interesante que puede abordarse desde distintos enfoques productivos. He aquí algunas recomendaciones: Según nos cuenta el licenciado Pablo Vignolo, responsable técnico del criadero, en primer lugar es posible dedicarse a alguna o a todas las etapas del ciclo de producción de la especie, que son la reproducción, incubación, cría de pichones, recría y terminación. La mayoría de los criaderos son de ciclo completo, pero la especialización en alguna de las etapas favorece una mayor eficiencia productiva. “Existen distintas maneras de comenzar a criar ñandúes, pudiendo adquirirse huevos fértiles o ejemplares de distintas edades (pichones, juveniles, subadultos o adultos) a otros criaderos. Para la elección de la modalidad más adecuada, es necesario tener en cuenta qué se desea producir (huevos, animales para faena, etc.) y la escala que se pretende alcanzar”, señaló Vignolo. El otro aspecto que es necesario considerar a la hora de elaborar un proyecto de cría de ñandúes, es el sistema de producción a implementar. Lo cual se relaciona con el objetivo del proyecto a ejecutar y con la relación de costo-efectividad en cada caso. Particularmente se distinguen tres sistemas de producción que difieren en inversión, infraestructura y tecnología de manejo: intensivo, semiextensivo y extensivo. El sistema intensivo se caracteriza por el mantenimiento de los animales en superficies reducidas (corrales) y la dieta se basa en alimento balanceado. En el extensivo los animales disponen de amplias superficies, con bajas densidades, y se alimentan de pasto (principalmente de dicotiledóneas herbáceas). El sistema semiextensivo es una combinación de ambos. Los animales están en superficies intermedias y la base de la dieta es el pastoreo directo, el cual se complementa o sustituye con alimento balanceado en períodos de baja disponibilidad de la pastura. Recomendación: No hay que olvidar que el ñandú (Rhea americana) es una especie protegida, cuya conservación está amenazada, por lo cual para iniciar cualquier proyecto productivo es necesario habilitar el criadero ante la Dirección Provincial de Fauna de la provincia correspondiente. Asimismo, si se desea transportar animales o productos entre provincias (tránsito federal) o realizar una exportación directa, se debe registrar el criadero en la Dirección Nacional de Fauna Silvestre. MANEJO DE REPRODUCTORES El período reproductivo de los ñandúes va de septiembre a febrero. A comienzos de agosto se conforman los grupos reproductivos, para lo cual se realiza una selección de los reproductores en base a atributos físicos y de comportamiento deseables. “Trabajar con relaciones menores atenta contra el bienestar de las hembras. En los sistemas intensivos hay que evitar una alta densidad de machos, porque puede derivar en accidentes, especialmente si se trata de ejemplares particularmente agresivos”, dice Vignolo desde su experiencia, que incluye varios años de manejar esta especie. La cantidad de huevos obtenidos por hembra y su fertilidad son los principales índices productivos que permiten evaluar cómo se está trabajando en esta etapa. En condiciones normales la fertilidad es superior al 90%. Hacia fines del período de pastura, puede ser necesario cambiar algunos machos sólo si se verifica un aumento de la infertilidad de huevos. Los estudios realizados por “Ñanduty” mostraron que el recambio compulsivo de machos no se justifica. En otoño se hace un examen coproparasitológico y se administra un antiparasitario específico si es necesario. INCUBACIÓN DE HUEVOS La incubación de huevos se realiza en incubadoras. Si se pretende alcanzar una buena eclosión, hay que olvidarse de la incubación natural. En los últimos años se han logrado alcanzar índices aceptables de eclosión de huevos. Trabajando con las variables ambientales adecuadas, y con incubadoras que funcionan correctamente, es común tener una eclosión de huevos totales del 80%. “La incubación natural (la realiza el macho), es una alternativa a tener en cuenta cuando la postura excede la capacidad de incubación artificial, pero no como opción productiva”, sostuvo el especialista en diálogo con la enviada especial de NewsAgro. Las condiciones de higiene y desinfección son muy importantes, dado que problemas de contaminación podrían ocasionar pérdidas significativas. En los trabajos de investigación desarrollados en “Ñanduty” se demostró que es conveniente desinfectar todos los huevos que van a ser incubados, incluso los que parecen limpios. Una práctica de manejo habitual, principalmente en aquellos establecimientos en que el sector de postura se encuentra a una distancia considerable respecto al de incubación, es el almacenamiento de huevos en condiciones controladas. Otros de los estudios realizados por el criadero, indican que sólo se pueden almacenar los huevos por 3-4 días sin perder viabilidad embrionaria. Es recomendable realizar un seguimiento individual de los huevos para descartar tempranamente a los infértiles, contaminados y a los que se detuvo el desarrollo embrionario. Dos días antes de la eclosión proyectada, se trasladan al sector de nacimientos. “Es conveniente que la eclosión se realice en nacedoras específicas, no en incubadoras adaptadas como nacedoras. Inclusive, es mejor que el sector de incubación esté separado físicamente del de nacimientos. De otra manera es imposible mantener una correcta higiene”, aconseja Vignolo. Si las condiciones de incubación han sido correctas no es necesario asistir los nacimientos. En caso que haya que asistir a una proporción importante de huevos, esto indica que hay fallas graves en la incubación. Los pichones nacen al cabo de 36-37 días de incubación, permanecen 24 horas en la nacedora y luego se trasladan a las instalaciones de cría. CRÍA DE PICHONES Los pichones o charitos pueden criarse bajo dos sistemas diferentes: en el sistema tradicional, durante el día están al aire libre y se los encierra de noche con fuentes de calor (gas o electricidad). En el otro sistema, los animales permanecen en galpones día y noche. La alimentación de los pichones es a base de alimento balanceado, suplementado en algunos casos con forraje picado (trébol o alfalfa). La cría hasta los 2-3 meses de edad es la etapa más complicada del ciclo de producción, en la que puede haber una alta mortandad. Numerosos factores condicionan la supervivencia de los charitos, como las condiciones de bienestar, la calidad del alimento, la aparición de enfermedades infectocontagiosas, etc. “Los pichones de ñandú son muy sensibles al estrés durante el primer mes de vida. En consecuencia, es necesario implementar adecuadas condiciones de cría de manera de asegurar el bienestar de los animales. Todas las prácticas de manejo que ayuden a disminuir el estrés deben ser tenidas en cuenta. En este sentido, el pastoreo directo de leguminosas (alfalfa o trébol), la presencia de un referente, el suministro de probióticos, etc., contribuyen a alcanzar mejores resultados”, sostuvo Vignolo. Por otra parte, es altamente recomendable definir e implementar estrictamente un programa de bioseguridad, para prevenir la emergencia de enfermedades infectocontagiosas. Esta sugerencia adquiere mayor relevancia cuando la escala de trabajo es alta. En la mayoría de los criaderos los resultados en los dos sistemas de cría son muy variables, con supervivencia de pichones que van del 90 al 30%, por lo cual aún no es posible recomendar un sistema en particular. Sin embargo, se pueden obtener buenos resultados productivos si se cuenta con un correcto asesoramiento técnico y se está lo suficientemente atento, de manera de hacer un diagnóstico precoz de los problemas y actuar rápidamente. RECRÍA Y TERMINACIÓN DE ÑANDÚES A partir de los 2-3 meses de edad, los animales se trasladan a los corrales de recría. Durante esta etapa en los sistemas extensivos y semiextensivos la base de la alimentación es el pastoreo de leguminosas con un complemento de balanceado (hasta los 5-6 meses). Mientras que en el sistema intensivo el balanceado constituye la base de la alimentación. En esta etapa es cuando la diferencia de costos es significativa a favor de los sistemas pastoriles. Los cultivos más recomendables para los ñandúes son las leguminosas, particularmente alfalfa y trébol (rojo y blanco). Una de las ventajas del trébol respecto a la alfalfa reside en que su manejo es mucho más sencillo en relación a: la preferencia que evidencian los ñandúes por las hojas, la alta capacidad de rebrote y su elevada persistencia, aún con períodos de reposos comparativamente cortos. Otra ventaja adicional, especialmente del trébol blanco, es que posee tasas de crecimiento por demás interesantes durante el invierno. No obstante, la inclusión de la alfalfa en el esquema de rotación de cultivos, permite tener una buena oferta forrajera en los períodos de sequía. Los alimentos balanceados que se utilizan en esta etapa, como los correspondientes a las otras, son los formulados para ratites, pero también pueden usarse alimentos para otras especies (pollos y conejos). Una forma de reducir costos es fabricar el balanceado en el propio establecimiento. De esta forma sabemos exactamente qué se les suministra a los animales, el valor nutricional de las distintas materias primas y su sanidad. No obstante, se necesita cierta escala de producción para que se justifique esta inversión. Es importante identificar a los animales y disponer de una balanza para monitorear su productividad en términos de ganancia de peso, consumo y conversión alimentaria. La faena de ñandúes se realiza a los 9-12 meses de edad, cuando superan los 23 kg de peso. EL NEGOCIO DEL ÑANDÚ: ALGUNAS CONSIDERACIONES Ya adentrándonos en las cuestiones comerciales, las demandas actuales de un creciente número de consumidores se orientan hacia productos novedosos, de alta calidad, cuyo proceso productivo se integre adecuadamente con el medio ambiente. Como se señaló anteriormente, los productos derivados de la faena del ñandú cumplen estos requisitos. Afortunadamente, las perspectivas para la producción de ñandúes en Argentina son favorables: se va incrementando la cantidad de criaderos, hay más asociaciones gremiales, incluso se ha conformado una entidad nacional (ACRIÑA), se observa una mayor participación de diversas áreas del Estado en la promoción de la actividad y ya se cuenta con algunos frigoríficos habilitados para la faena. El panorama es alentador y muestra que las dificultades que enfrenta el sector se van superando. No obstante, el principal problema ha sido la dificultad para ocupar nichos efectivos de mercado. No se cuenta con un mercado maduro para los productos del ñandú, lo que ha dilatado el crecimiento de la actividad productiva. Esto es debido a la escasa capacidad de inversión comercial de muchos de los criadores para el desarrollo de productos (agregado de valor) y su promoción. Tal es así que actualmente ya existe una comercializadora de carne de ñandú (American Rhea Export SRL), que opera con restaurantes de categoría y hoteles de lujo en varias ciudades de la Argentina, y en breve lo hará en hipermercados de la cadena Wal-Mart, solucionando las dificultades de colocación de productos. La producción de ñandúes es un negocio rentable, con amplias posibilidades de desarrollo, pero es necesario abordarlo seriamente para asegurar su éxito. (*) Recibido por Corrientes de Laura Freidemberg para Consultora NewsAgro.

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Pobreza intelectual en la sanción de la modificación de la ley de Manejo del Fuego

COMUNICADO DE CARBAP

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La reciente sanción en el Senado Nacional de las modificaciones a la Ley de Manejo del Fuego 26.816, las cuales prohíben por el término de treinta (30) años desde la extinción del fuego cualquier actividad agropecuaria que sea distinta al uso y destino que la superficie tuviera previo al momento del incendio, independientemente si el incendio fuera provocado o accidental, claramente atenta contra el productor agropecuario y su seguridad jurídica.


Esta nueva prohibición, además, se aplica a las superficies con bosques implantados o nativos, sumando nuevas restricciones a las ya existentes en la ley de bosques por hasta sesenta (60) años.

 

Es de destacar que estas restricciones afectan profundamente el derecho de propiedad, además de ser aplicadas incluso a aquellos individuos que no son culpables de estos incendios en el caso de situaciones naturales, provocados por terceros o accidentales, tan comunes en el sur de nuestras provincias de Bs As y La Pampa en campos lindantes a vías del ferrocarril en tiempos de seca. Se trata de una situación insólita e inconstitucional, porque se impide disponer del inmueble alterando el derecho a la propiedad.

 

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Del mismo modo los propietarios deben soportar las consecuencias de la ineficiencia de un Estado que no es capaz ni de prevenir incendios tanto accidentales o como consecuencia de actos de vandalismo como así tampoco de aprehender y someter a la justicia a quienes lo hubieran originado.

 

Estas modificaciones a la ley, que limitan el uso privado y comercial de tierras incendiadas, plantean una mirada prejuiciosa y muy injusta sobre el productor agropecuario, en quien recae la culpabilidad del hecho aun no siendo responsable, afectando la garantía constitucional de presunción de inocencia, quien además de haber perdido su capital de trabajo o sus inmuebles por estos hechos debe enfrentar una condena por un evento sobre el cual no tiene responsabilidad alguna y restricciones por décadas.

 

Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), entendemos que esta nueva ley es el resultado de la incapacidad intelectual de los legisladores en la búsqueda de herramientas lógicas, inteligentes y realistas para atender una problemática seria y compleja, ante la fácil y sencilla receta de aplicar políticas partidarias en temas legislativos nacionales, actitudes revanchistas y castigos en lugar de reales soluciones autosaboteando al país al condenar previamente al productor impulsando normas que promueven incertidumbre sectorial .

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Elaboran mapa de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes

Departamento de Comunicación Institucional del Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste

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Un proyecto conjunto entre investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y de INTA avanza en la elaboración de un mapa de tierras aptas para el cultivo de mandioca en la provincia de Corrientes.  Recientemente se relevó un área de 915 mil hectáreas al norte de la Provincia de Corrientes, y se identificó que bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3 % de esa zona posee tierras muy aptas y el 18 % de aptitud moderada, pero con manejo tecnificado el área de tierras muy aptas podría ampliarse al 13%.


La superficie cultivada con mandioca en Argentina ha decrecido los últimos años. La reducción del área cultivada puede estar ligada al desconocimiento de la distribución de las tierras aptas para su cultivo, base estructural de la productividad de este cultivo.

 

La provincia de Corrientes posee clima subtropical homogéneo pero una gran diversidad de suelos. Si bien Corrientes ha sido tradicionalmente productora de mandioca, sin embargo también el área ha disminuido considerablemente a nivel provincial.

 

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En ese contexto, investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del "Grupo Recursos Naturales" del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), consideraron pertinente evaluar la aptitud de las tierras para el cultivo de mandioca en la provincia.

 

En una reciente publicación, presentada en el “XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo”, dieron a conocer los resultados de aptitud para el cultivo de mandioca en un área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia de Corrientes.

 

Este relevamiento, se suma uno anterior en el cual los investigadores ya habían identificado las tierras de aptitud para la mandioca en una zona de 913 mil hectáreas en el noroeste de la provincia, desde Bella Vista y San Roque hacia el norte.

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"La información generada representa un aporte disponible para los actores involucrados en el territorio" destacó la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Burgos, investigadora de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y referente del proyecto en el que además participaron la Ing. Agr. Silvia Perucca (INTA), el Dr. Ricardo Medina (UNNE), el Licenciado Raúl Barrios (INTA) y el Dr.  Ditmar Kurtz (INTA y UNNE).

 

En el caso del relevamiento del área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia, de acuerdo a lo observado, bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3% del área posee tierras muy aptas y el 18% de aptitud moderada.

 

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Pero haciendo camellones el área de tierras muy aptas se amplía al 5 % y con manejo tecnificado pasa al 13 %, 120.536,57 hectáreas que podrían ser muy aptas para el cultivo, cuadriplicándose la superficie muy apta al dejar el manejo tradicional.

 

 DETALLES DEL ESTUDIO

Para la evaluación de aptitud de tierras, los investigadores de la UNNE e INTA utilizaron un modelo que confronta los requerimientos del tipo de uso (demanda) con la información edafo climática (oferta).

 

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Los resultados se categorizaron en tierras de clase "Muy Apta" (sin limitaciones o leves, que no afectan el uso sostenido, ni los rendimientos; "Moderada" limitaciones moderadas con rendimientos entre el 75-50% por debajo del esperado; "Marginal" con importantes limitaciones con reducción de rendimientos esperados entre 50-25% del potencial; y "No Apta" cuyo uso no es recomendable con la tecnología descripta.

 

Se evaluaron tres Tipos de Utilización de la Tierra: "Manejo Tradicional", "Manejo Tradicional y plantación en lomos" y "Manejo Tecnológico adecuado para la zona, bajo labranza reducida". Los Requisitos de Utilización de la Tierra (RUT) se seleccionaron de bibliografía existente y los datos de suelos a escala 1:50.000 se tomaron de trabajos anteriores.

 

Para elaborar los árboles de decisión se usaron textura del horizonte superficial, riesgo de exceso hídrico, riesgo de erosión, profundidad efectiva, drenaje, índice de encostramiento, contenido de materia orgánica, fósforo, pH, conductividad eléctrica y sodio intercambiable.

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Los resultados de la evaluación se volcaron en un Sistema de Información Geográfica.

 

 RELEVANCIA DEL TRABAJO

 

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La Ing. Burgos explicó que las principales limitaciones que se presentan en el área corresponden a riesgos de excesos hídricos por inundaciones, encharcamientos y/o anegamientos.

 

Remarcó que la realización del Mapa de Suelos con aptitud puede transformarse en una herramienta clave para los productores en la selección de los sitios para el cultivo, así como de las estrategias de manejo del cultivo.

 

Señaló que el modelo desarrollado está disponible para ser utilizado en otras áreas, incluso en provincias vecinas, según destacaron los investigadores de UNNE e INTA.

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Los resultados del proyecto de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes fueron presentados en el marco del XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, organizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE en formato virtual del 13 al 16 de octubre.

 

El trabajo de investigación se enmarca dentro del Proyecto de Investigación denominado “Sistemas de Producción y Agregación de Valor en Cultivos Industriales Regionales” incentivado por la Secretaría General de Ciencia Técnica de la UNNE (PI 18A/001) que se lleva adelante bajo la dirección de la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Ma. Burgos.

 

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Elaboran mapa de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes

INVESTIGACIÓN

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Un proyecto conjunto entre investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y de INTA avanza en la elaboración de un mapa de tierras aptas para el cultivo de mandioca en la provincia de Corrientes.  Recientemente se relevó un área de 915 mil hectáreas al norte de la Provincia de Corrientes, y se identificó que bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3 % de esa zona posee tierras muy aptas y el 18 % de aptitud moderada, pero con manejo tecnificado el área de tierras muy aptas podría ampliarse al 13%.


La superficie cultivada con mandioca en Argentina ha decrecido los últimos años. La reducción del área cultivada puede estar ligada al desconocimiento de la distribución de las tierras aptas para su cultivo, base estructural de la productividad de este cultivo.

 

La provincia de Corrientes posee clima subtropical homogéneo pero una gran diversidad de suelos. Si bien Corrientes ha sido tradicionalmente productora de mandioca, sin embargo también el área ha disminuido considerablemente a nivel provincial.

 

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En ese contexto, investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del "Grupo Recursos Naturales" del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), consideraron pertinente evaluar la aptitud de las tierras para el cultivo de mandioca en la provincia.

 

En una reciente publicación, presentada en el “XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo”, dieron a conocer los resultados de aptitud para el cultivo de mandioca en un área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia de Corrientes.

 

Este relevamiento, se suma uno anterior en el cual los investigadores ya habían identificado las tierras de aptitud para la mandioca en una zona de 913 mil hectáreas en el noroeste de la provincia, desde Bella Vista y San Roque hacia el norte.

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"La información generada representa un aporte disponible para los actores involucrados en el territorio" destacó la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Burgos, investigadora de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y referente del proyecto en el que además participaron la Ing. Agr. Silvia Perucca (INTA), el Dr. Ricardo Medina (UNNE), el Licenciado Raúl Barrios (INTA) y el Dr.  Ditmar Kurtz (INTA y UNNE).

 

En el caso del relevamiento del área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia, de acuerdo a lo observado, bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3% del área posee tierras muy aptas y el 18% de aptitud moderada.

 

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Pero haciendo camellones el área de tierras muy aptas se amplía al 5 % y con manejo tecnificado pasa al 13 %, 120.536,57 hectáreas que podrían ser muy aptas para el cultivo, cuadriplicándose la superficie muy apta al dejar el manejo tradicional.

 

DETALLES DEL ESTUDIO

 

Para la evaluación de aptitud de tierras, los investigadores de la UNNE e INTA utilizaron un modelo que confronta los requerimientos del tipo de uso (demanda) con la información edafo climática (oferta).

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Los resultados se categorizaron en tierras de clase "Muy Apta" (sin limitaciones o leves, que no afectan el uso sostenido, ni los rendimientos; "Moderada" limitaciones moderadas con rendimientos entre el 75-50% por debajo del esperado; "Marginal" con importantes limitaciones con reducción de rendimientos esperados entre 50-25% del potencial; y "No Apta" cuyo uso no es recomendable con la tecnología descripta.

 

Se evaluaron tres Tipos de Utilización de la Tierra: "Manejo Tradicional", "Manejo Tradicional y plantación en lomos" y "Manejo Tecnológico adecuado para la zona, bajo labranza reducida". Los Requisitos de Utilización de la Tierra (RUT) se seleccionaron de bibliografía existente y los datos de suelos a escala 1:50.000 se tomaron de trabajos anteriores.

 

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Para elaborar los árboles de decisión se usaron textura del horizonte superficial, riesgo de exceso hídrico, riesgo de erosión, profundidad efectiva, drenaje, índice de encostramiento, contenido de materia orgánica, fósforo, pH, conductividad eléctrica y sodio intercambiable.

 

Los resultados de la evaluación se volcaron en un Sistema de Información Geográfica.

 

RELEVANCIA DEL TRABAJO

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La Ing. Burgos explicó que las principales limitaciones que se presentan en el área corresponden a riesgos de excesos hídricos por inundaciones, encharcamientos y/o anegamientos.

 

Remarcó que la realización del Mapa de Suelos con aptitud puede transformarse en una herramienta clave para los productores en la selección de los sitios para el cultivo, así como de las estrategias de manejo del cultivo.

 

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Señaló que el modelo desarrollado está disponible para ser utilizado en otras áreas, incluso en provincias vecinas, según destacaron los investigadores de UNNE e INTA.

 

Los resultados del proyecto de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes fueron presentados en el marco del XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, organizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE en formato virtual del 13 al 16 de octubre.

 

El trabajo de investigación se enmarca dentro del Proyecto de Investigación denominado “Sistemas de Producción y Agregación de Valor en Cultivos Industriales Regionales” incentivado por la Secretaría General de Ciencia Técnica de la UNNE (PI 18A/001) que se lleva adelante bajo la dirección de la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Ma. Burgos.

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