Signos Literarios
Alazana florece tu rosal
POEMAS DE HORACIO POGGI (*)
A Oscar Portela. Doma tu propia sombra arisqueando potranca alazana, corcoveo y empellón, vasos desiertos de herraduras. Una mujer soberbia vestida con breches y casaca de carpincho, botas marrones y espuelas habladoras, merodea la aguada y se golpea los tacos, no te deja beber, nadie te quita el freno, rienda corta. Si pudieras tronar esos pastos engrillados, harías una huella para la víbora ciega y viajarías de sur a norte, atravesando descampados, higueras y castaños, pomelos y naranjales agrios. País empobrecido de gaviotas aunque rico en linaza de ayer, dulce mar celeste, dulce inalcanzable el dulce de leche, escaso jarro de leche de la leche de las lecheras mejor criadas que nuestros hijos de los hijos del padre y el abuelo gringo deslomado en la ciega para qué. Potra, tu tordillo espera, observa, se quita caprichosos jejenes, a coletazos los echa al aire del corral. Potra, mi potra fiel de fidelidad absoluta como la trascendente ligazón del Absoluto, montura o carga, cuelga el lazo y los bastos silentes miran la polvareda tenue, pequeña desolación de humito terroso. Todo el peso de estío florece en tu andar de rosas amarillas- LAS HAY A María del Carmen Suárez Desespera la bruja roja, gatilla insultos, enloquece el gato montés nunca cazado, menos por luciérnaga iracunda. Ayer hubo toldería, incendio de pajonales y humo tan oscuro como el tabaco fumado en pulpería devenida en tapera del zorrerío también rojo. La bruja negra quiere llegar temprano el viernes y asume su límite fatal debido a intrusos, cuarto fugaz, gualicho padre. Consumen cebo y aceite los candiles. La sequedad de lenguas es evidente, irrumpe la bruja blanca, escarcha gruesa, ojos entumecidos, vidrios afiebrados. Hacen y deshacen, sapo agonizante. Embolsan tierra de camposanto. Invocan a Mandinga, queman limones y estampitas de Ceferino. Ponen y sacan yuyos varios, fotos y alfileres, asta molida para resucitar toros embravecidos, boca ensangrentada, espuma verde, cadáver de alfalfa. Resurgen gemidos de bestia trashumante ahogándose en la laguna, escasez de música y el paisano de boina colorada acecha guitarra en ristre para dispararle una décima al forastero. Imagina el grito definitivo de la negritud felina aunque el arreador de mujeres falte a la cita, agua hirviente, facón cruzado, pilchas de lujo, bastos y encimeras. Pareja la guerra coloreada, rinde frutos de infierno terrenal, se despellejan longitudes de plegarias, rodillas curtidas y laceraciones en saurio alado, boca cosida, secarse a la sombra de una tumba abierta, cueva de peludo, “la calor” hace estragos en el chifle arenoso de viento. Rojas, negras, blancas, las brujas guerrean en el potrero de Mandinga. Una cruz lejana, puro algarrobo puro, las espanta y corre. Vuelan. Chocan. Remolino, polvareda endiablada y colérica como víbora de cascabel. Sólo queda la blanca, blanca de ginebra. VICTORIA DEL CABALLO Mandinga es un jinete frustrado. Nunca pudo domar la furia del caballo ni tan siquiera con su lengua sibilina. Se cae al primer corcovo y termina masticando gramilla de luna. Ya no insiste más. Fue vencido por la voluntad indómita del Señor de la Pampa. De envidia resuella espuma verde por la boca y maldice el alegre nacer de los potrillos. PROCESIÓN Arden de vergüenza las velas. Impregnada de incienso balbucea la cruz procesional. Es un remolino de humo blanco que enreda los cabellos despeinados de las almas en pena. Acompaña los rezos una alfombra de jazmines, golpe tenue de alas, moneda de trébol acariciando la elevación del cáliz. Desparrama el verano una jardinera tirada por zainos azabaches La procesión se cubre de sequía. “¡Niños no le falten el respeto a Dios, no hablen, no corran, no se rían”, ruegan las mantillas agrias y enlutadas de las comadres del templo. Suelta sapos y luciérnagas el zanjón para delicia de los traviesos. Le guiña un ojo a Cristo la lechuza vitalicia del campanario ante el desfile ruidoso de la hipocresía. Comen algarrobas los horneros del Bajo y se emborrachan con bendiciones de murciélagos incandescentes. Las llamaradas azules del atrio hacen santiguar a los diablos seglares que cantan arrodillados y abrazan a la luna. Alegres de cielo. (*) Para Corrientes al Día especial de Horacio Poggi; Buenos Aires
En honor a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898, se lanzará el jueves próximo desde el Jardín Japonés (Buenos Aires) el primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”. La iniciativa es impulsada por la Fundación E Jendú Arte y Cultura, Imagen Diplomática, la Fundación “Andresito de las Misiones” y el Observatorio Social por la Paz y cuenta con el auspicio de la Embajada Japonesa en Argentina.
Las organizaciones que impulsan el certamen desarrollan sus actividades con miras a la reafirmación y expansión en todo el mundo de la Cultura de paz, con especial atención a la filosofía y los objetivos de Naciones Unidas, representados en sus distintos estamentos y agencias, como así también en sus diversos Programas, Fondos y Organismos, que tienen por principal causa el derecho de todos los pueblos del universo a la paz duradera y definitiva.
Este Primer Concurso Internacional tiene como objetivo principal la exaltación de la poesía en general y de la poesía japonesa en particular; al mismo tiempo que busca reafirmar el espíritu de confraternidad y amistad entre el Japón y la Argentina, en Honor y Homenaje a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre ambos países el 3 de Febrero de 1898
Vale señalar que el milenario Haiku, es una composición poética japonesa que consta consecutivamente de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (diecisiete en total).
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Otra publicación en revista internacional para teórico correntino
FRANCISCO TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS
La propuesta de reforma democrática, “El voto anticipado” del autor Francisco Tomás González Cabañas fue publicada por la prestigiosa Revista española de la transparencia, ISSN-e 2444-2607, Nº. 6, del año 2018, en las págs. 102-104. Para el creador del índice democrático, herramienta que mide las prácticas democráticas en los distintos poderes de los distritos auditados, se trata de la publicación número quince por parte de revistas internacionales que imponen estándares de exigencia y de calidad para publicar desarrollos teóricos, que como en otras elaboraciones de González Cabañas (voto compensatorio, gabinete ciudadano, cámara de dipunadores) sostienen novedosos criterios o categorías para remozar la democracia como la experiencia que puede, o debe, seguir siendo mejorada para representar, palmariamente, el gobierno del pueblo o de los ciudadanos.
“Al establecer la posibilidad de un voto anticipado, se conseguirían modificaciones sustanciales, giros copernicanos en la política cotidiana, que al constituirse en concomitantes, complementarias o en paralelo, con el voto o sufragio clásico y tradicional, de ningún modo significara una ruptura conflictiva, una instancia revolucionaria traumática, sino simple y llanamente la consolidación de la democracia misma, resignificando, desde lo electoral su definición histórica como etimológica.
El voto anticipado, permitirá que el ciudadano, en los tiempos actuales en donde considera un valor positivo el compartir sus gustos, preferencias y elecciones, ante sus semejantes, por intermedio de plataformas virtuales o de redes, haga lo propio con su preferencia electoral o política. El voto o sufragio clásico, que en varias aldeas occidentales, sigue amparado por ley, para que se lo respete en su condición secreta, fungió con utilidad hace décadas atrás, cuando las realidades sociales y existenciales no habían sido gravitadas por la explosión del mundo digital y de la cada vez más influyente inteligencia artificial. Sería más que una falta de tino el señalar, como se vio modificada la vida diaria del occidental promedio, de dos décadas a esta parte, más bien, es incomprensible como aún no se haya generado, hasta esta oportunidad, la posibilidad para que el ciudadano moderno, pueda hacer visible, pueda exteriorizar sus elecciones políticas, y en el caso de que lo decida que lo comparte y difunda, tal como lo hace con todos los otros (al menos tiene tal posibilidad) aspectos de su vida que no solo son considerados públicos, sino también áreas o zonas privadas”.
Estos párrafos que hacen mención al desarrollo teórico de Francisco Tomás González Cabañas, publicados por la revista internacional de marras, evidencian el grado de audacia teórica, de arriesgada creatividad, sostenidas en giros arguméntales y en razonamientos acendrados en la historia del pensamiento que lo preceden al correntino, construyendo para sus consideraciones y categorías un sendero en donde seguramente tantos más que vengan con él o detrás suyo, erigirán bajo estos pilares una nueva consideración de lo político como de lo democrático.
El texto “Crónicas de Bosque” de Francisco Tomás González Cabañas, fue publicado en la Revista editada en el Perú “Dúnamis”, en su número 8 del año 9, correspondiente a Septiembre del año en curso.
Con la presente el autor suma 8 publicaciones en revistas internacionales (la mayoría de ellas especializadas en filosofía) en menos de un año, como dos libros de filosofía política publicados, uno de ellos (El Voto Compensatorio) editado en Alemania, y la aceptación a más de una veintena de diferentes congresos internacionales de diversas ponencias oportunamente enviadas y aceptadas.
Crónicas de Bosque, es un relato ficcional, que vislumbra una crítica social que encierran al autor en sinuosos laberintos de persecución e indiferencia por parte de quienes pretenden una sociedad sesgada, en donde las decisiones son tomadas por facciones con poder circunstancial y por tanto el ejercicio ciudadano y la vida democrática, pasan también a ser literatura o filosofía ficcional.
CRÓNICAS DE BOSQUE
Se estima que tiempo antes de la existencia de los guaraníes nuestras tierras fueron habitadas por una civilización que ha dejado muy pocos rastros de su existencia. Alcanzando el grado de mito, como la célebre Atlantis, daremos cuenta, de la información que contamos acerca de la cultura que podríamos dar en llamar como de los “Gentereí”.
En un tiempo no precisado de la historia, en lo que actualmente se conoce como el litoral argentino, una cultura de peculiares características, tuvo su apogeo y extinción, bajo sinuosidades sociales y políticas, que en la actualidad nos pueden parecer, casi familiares y cotidianas, por lo que no es demasiado arriesgado suponer, que pese a los siglos transcurridos y por más que las evidencias materiales no sean contundentes, tenemos una carga genética o arrastramos signos de quiénes serían nuestros antepasados directos; los Gentereí.