Rural
Especialistas europeos en oleaginosas visitaron la Argentina
AGRICULTURA PARA PRODUCIR ENERGÍA
La Asociación Argentina de Girasol junto a la Unidad Integrada Balcarce (FCA-UNMP, EEA INTA) y Cazenave y Asoc. S.A. fueron los anfitriones de una misión técnica de intercambio integrada por tres especialistas franceses en girasol y colza.
André Merrien es director del Laboratorio de Análisis del CETIOM (Centro Técnico Interprofesional de las Oleaginosas Metropolitanas) y responsable de los Programas de Investigación y Desarrollo del Centro Técnico para el Oeste de Francia, donde se concentra el 50% de los cultivos oleaginosos. La semana pasada recorrió Argentina acompañado de Francis Flenet, doctor en Fisiología Vegetal del CETIOM y Gilles Sauzet del Observatorio Colza del mismo organismo. La misión técnica fue financiada en forma conjunta por el CETIOM, la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), Cazenave y Asociados y la Unidad Integrada Balcarce (FCA-UNMP, EEA INTA). El objetivo: intercambiar conocimientos vinculados a girasol y colza. Hace 22 años que Merrien vino por primera vez al país. Durante mucho tiempo, los especialistas del organismo francés marcaron el norte para la cadena del girasol argentino. Esta vez, el intercambio fue igualitario. El gran avance que ha tenido la Argentina en el desarrollo de tecnologías para la agricultura hizo posible que, en esta oportunidad, los especialistas franceses vinieran a buscar novedades sobre desarrollos genéticos, ensayos, siembra directa e intersiembra para aplicar en sus planteos agrícolas. En su visita, Merrien, Flenet y Sauzet se reunieron con los referentes argentinos para intercambiar experiencias en determinantes de calidad en granos y aceites, estudios sobre colza y girasol y brechas de rendimientos. Además, recorrieron la EEA del INTA Balcarce, módulos de producción de colza e intersiembras en Tandil y en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. LA COLZA Y EL GIRASOL EN EUROPA En Europa, para producir biodiesel hay que desarrollar 1,9 millones de hectáreas de colza. Aunque el cultivo crece, la pregunta que se hacen los especialistas es si la producción francesa alcanzará a satisfacer el mercado. El otro gran mercado para los aceites en Europa es el de consumo humano, especialmente aquellos con altos niveles de Omega 3, valorados por sus propiedades para la salud. “Hay un aumento sensible en el consumo de este tipo de aceites”, anunció Merrien. El cultivo de colza es un producto del norte del país. El girasol, por su parte, se aloja hacia el sur y el oeste de Francia. “La pregunta que nos hacemos es cómo se va a manejar en el país el desarrollo de la colza y del girasol equilibradamente. Aunque son dos cultivos diferentes, la colza es de invierno y el girasol de primavera, ambos pueden ir antes del trigo, pero hay cierta competencia por su condición de cabeza de rotación”, expresó el especialista. En la zona tradicional, la colza ocupa el 25/30% del área agrícola útil. Generalmente se hace colza y trigo, pero con problemas de enfermedad y de malezas. Para esta oleaginosa, las expectativas de crecimiento están puestas hacia el oeste, en la zona ganadera. El aporte que esta actividad hace a la materia orgánica del suelo y los niveles de nitrógeno generan condiciones propicias para el cultivo de colza. También hay un plan de desarrollo hacia el sur del país, área girasolera con escasa disponibilidad hídrica que baja las expectativas de rinde para la colza. En cuanto al girasol, las perspectivas en Francia son de recuperación. Desde hace 10 años el área viene bajando. Hace 15 años había más de 1 millón de hectáreas, actualmente la superficie apenas alcanza la mitad. “Los precios bajaron y el cambio en la política Común fue muy difícil para la colza y el girasol y muy buena para el trigo. La falta de inversión en girasol tiene principalmente razones económicas. Aunque también es cierto que algunos productores tienen que enfrentar factores limitantes, como plagas y enfermedades”, argumentó Merrien. Los bajos precios de los granos hicieron que los agricultores franceses llevaran al girasol a los peores lotes, esto bajó los rindes y coincidentemente se interrumpió el progreso genético. “Este año tenemos mejores rendimientos que el año pasado, con un promedio de 2.8/2.9 tn/ha, lo que representa 5 o 6 quintales por encima de lo obtenido en la campaña anterior”, aclaró. “El año próximo es posible que el cambio siga marcando una diferencia en precio para el girasol oleico destinado a consumo humano y el producido para biodiesel. Hay una diferencia de 50 euros por tonelada a favor del consumo doméstico”, expresó Merrien. En Francia, el 50 % del girasol producido es de tipo alto oleico. Se estima que el 30% del oleico va para uso industrial, la otra parte para alimentación. De ese 30%, la mayor parte (un 90%), se destina a la producción de biodiesel. En este campo hay un crecimiento de los biolubricantes, especialmente donde se usa aceite para máquinas en ambientes sensibles, como el agua o la selva. Esta tendencia genera un reciente mercado para el oleico de calidad. En Francia hay dos tipos de oleicos, el oleico (80%) y el alto oleico (90%). De todas formas, los productores ven con mejores ojos el mercado de aceite para uso alimentario, porque tiene mejor precio. TECNOLOGÍAS QUE ATRAEN En Francia, la preocupación pasa por la producción de aceite para la fabricación de biodiesel y una mejora en el rendimiento energético. En este contexto productivo, la práctica de la siembra directa es, para los franceses, uno de los principales atractivos. “Estamos trabajando para optimizar todos los procesos entre la siembra y la cosecha de manera de reducir el consumo de energía. Tratamos de hacer trabajos menos agresivos con el suelo para conservar mejor la materia orgánica y disminuir la cantidad de prácticas”, detalló Merrien. Pero las características del suelo francés obligan a estudiar varias adaptaciones. En primer lugar, el nivel de materia orgánica apenas ronda el 1 o 2%, contra niveles de 7 u 8 que tienen los argentinos. También hay diferencias en la profundidad y la composición de los suelos. Además, la maquinaria agrícola debe ser modificada. “Especialmente cuando se trata de semillas de colza, a las que les cuesta mucho crecer si sobre el suelo hay un rastrojo de trigo. Esto desata una reacción en la parte de abajo del cotiledón que vuelve la semilla sensible a las enfermedades y al vuelco”, explicó Merrien. En lo que hace a la práctica de intersiembra, los especialistas franceses comentaron que están desarrollando algunas experiencias con el fin de mejorar el nivel de nitrógeno en suelo, apuntando a una agricultura orgánica, con soja-girasol o trébol –girasol. “Tenemos serios problemas con las malezas en colza y girasol”, destacó Merrien. De allí el interés en el trabajo argentino en control de malezas, que junto a las investigaciones tendientes a mejorar el contenido de aceite en grano, resultan aspectos de especial cuidado para los franceses. “Los estudios sobre contenido de aceite en grano o la composición de ácidos grasos que se han realizado aquí son de los únicos que se han hecho en el mundo a ese nivel. No hay más de 4 o 5 en desarrollo, pero el del INTA Balcarce es uno de los más importantes”, destacó el investigador francés. EL DESAFÍO DE LA COLZA EN LA ARGENTINA En nuestro país hay apenas unas 30 mil hectáreas de colza con un incipiente desarrollo. Según André Merrien, las posibilidades de crecimiento dependen de varias cuestiones. En primer lugar, hay que definir cuáles son los lugares donde conviene usar colza de primavera o de invierno. “Existe una diferencia muy importante entre los cultivos de invierno o verano de acuerdo al nivel de rendimiento, el potencial para la colza de primavera es de unas 2 ton/ha., mientras que el de la colza de invierno es de 3,5 ton/ha.”, explicó el técnico. Actualmente, el mercado paga unos 400 dólares la tonelada de colza. Un precio interesante si se logran 2.5/3 ton/ha de rinde. “El tema es analizar adónde se va a introducir la colza en el sistema de rotación”, aclaró Merrien. “Desde el punto de vista económico hay que discutir qué puede dar mejores resultados, si una soja de segunda/trigo, trigo/colza de primavera o un trigo con una colza de invierno”, enumeró. Uno de los aspectos a estudiar es el manejo de la colza y la soja en sistemas de intersiembra. “La posibilidad de sembrar la soja antes de la cosecha de colza es difícil, pero tal vez puede ser más simple poner una colza de invierno luego de una soja. Se debe realizar una evaluación del cultivo respecto del ambiente y cuál es el potencial de acuerdo al clima”, relató Merrien. El especialista indicó además que es necesario hacer una evaluación de las variedades disponibles en el mercado mundial, como las usadas al norte de Europa, donde los tipos de invierno requieren una tolerancia muy grande al frío para llegar a la floración. “En Francia el cultivo de colza anda bien, ya que es un clima intermedio”, expresó. En lo que hace a enfermedades, la principal preocupación se llama Phoma. Es un hongo que ataca a la planta a nivel del tallo. Tiene diferentes cepas y se han desarrollado distintos grados de tolerancia. Este es un aspecto clave para el desarrollo de la colza en la Argentina. Hay que hacer una evaluación muy estricta de la tolerancia de las variedades a esta enfermedad. En los sistemas en siembra directa, el hongo permanece en el suelo después de la cosecha y viaja con el viento. En Francia, la protección se logra con las labranzas. Plagas como el pulgón o enfermedades como la esclerotinia también presentan dificultades en ese país.
Rural
Pobreza intelectual en la sanción de la modificación de la ley de Manejo del Fuego
COMUNICADO DE CARBAP
La reciente sanción en el Senado Nacional de las modificaciones a la Ley de Manejo del Fuego 26.816, las cuales prohíben por el término de treinta (30) años desde la extinción del fuego cualquier actividad agropecuaria que sea distinta al uso y destino que la superficie tuviera previo al momento del incendio, independientemente si el incendio fuera provocado o accidental, claramente atenta contra el productor agropecuario y su seguridad jurídica.
Esta nueva prohibición, además, se aplica a las superficies con bosques implantados o nativos, sumando nuevas restricciones a las ya existentes en la ley de bosques por hasta sesenta (60) años.
Es de destacar que estas restricciones afectan profundamente el derecho de propiedad, además de ser aplicadas incluso a aquellos individuos que no son culpables de estos incendios en el caso de situaciones naturales, provocados por terceros o accidentales, tan comunes en el sur de nuestras provincias de Bs As y La Pampa en campos lindantes a vías del ferrocarril en tiempos de seca. Se trata de una situación insólita e inconstitucional, porque se impide disponer del inmueble alterando el derecho a la propiedad.
Del mismo modo los propietarios deben soportar las consecuencias de la ineficiencia de un Estado que no es capaz ni de prevenir incendios tanto accidentales o como consecuencia de actos de vandalismo como así tampoco de aprehender y someter a la justicia a quienes lo hubieran originado.
Estas modificaciones a la ley, que limitan el uso privado y comercial de tierras incendiadas, plantean una mirada prejuiciosa y muy injusta sobre el productor agropecuario, en quien recae la culpabilidad del hecho aun no siendo responsable, afectando la garantía constitucional de presunción de inocencia, quien además de haber perdido su capital de trabajo o sus inmuebles por estos hechos debe enfrentar una condena por un evento sobre el cual no tiene responsabilidad alguna y restricciones por décadas.
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), entendemos que esta nueva ley es el resultado de la incapacidad intelectual de los legisladores en la búsqueda de herramientas lógicas, inteligentes y realistas para atender una problemática seria y compleja, ante la fácil y sencilla receta de aplicar políticas partidarias en temas legislativos nacionales, actitudes revanchistas y castigos en lugar de reales soluciones autosaboteando al país al condenar previamente al productor impulsando normas que promueven incertidumbre sectorial .
Rural
Elaboran mapa de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes
Departamento de Comunicación Institucional del Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste
Un proyecto conjunto entre investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y de INTA avanza en la elaboración de un mapa de tierras aptas para el cultivo de mandioca en la provincia de Corrientes. Recientemente se relevó un área de 915 mil hectáreas al norte de la Provincia de Corrientes, y se identificó que bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3 % de esa zona posee tierras muy aptas y el 18 % de aptitud moderada, pero con manejo tecnificado el área de tierras muy aptas podría ampliarse al 13%.
La superficie cultivada con mandioca en Argentina ha decrecido los últimos años. La reducción del área cultivada puede estar ligada al desconocimiento de la distribución de las tierras aptas para su cultivo, base estructural de la productividad de este cultivo.
La provincia de Corrientes posee clima subtropical homogéneo pero una gran diversidad de suelos. Si bien Corrientes ha sido tradicionalmente productora de mandioca, sin embargo también el área ha disminuido considerablemente a nivel provincial.
En ese contexto, investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del "Grupo Recursos Naturales" del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), consideraron pertinente evaluar la aptitud de las tierras para el cultivo de mandioca en la provincia.
En una reciente publicación, presentada en el “XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo”, dieron a conocer los resultados de aptitud para el cultivo de mandioca en un área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia de Corrientes.
Este relevamiento, se suma uno anterior en el cual los investigadores ya habían identificado las tierras de aptitud para la mandioca en una zona de 913 mil hectáreas en el noroeste de la provincia, desde Bella Vista y San Roque hacia el norte.
"La información generada representa un aporte disponible para los actores involucrados en el territorio" destacó la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Burgos, investigadora de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y referente del proyecto en el que además participaron la Ing. Agr. Silvia Perucca (INTA), el Dr. Ricardo Medina (UNNE), el Licenciado Raúl Barrios (INTA) y el Dr. Ditmar Kurtz (INTA y UNNE).
En el caso del relevamiento del área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia, de acuerdo a lo observado, bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3% del área posee tierras muy aptas y el 18% de aptitud moderada.
Pero haciendo camellones el área de tierras muy aptas se amplía al 5 % y con manejo tecnificado pasa al 13 %, 120.536,57 hectáreas que podrían ser muy aptas para el cultivo, cuadriplicándose la superficie muy apta al dejar el manejo tradicional.
DETALLES DEL ESTUDIO
Para la evaluación de aptitud de tierras, los investigadores de la UNNE e INTA utilizaron un modelo que confronta los requerimientos del tipo de uso (demanda) con la información edafo climática (oferta).
Los resultados se categorizaron en tierras de clase "Muy Apta" (sin limitaciones o leves, que no afectan el uso sostenido, ni los rendimientos; "Moderada" limitaciones moderadas con rendimientos entre el 75-50% por debajo del esperado; "Marginal" con importantes limitaciones con reducción de rendimientos esperados entre 50-25% del potencial; y "No Apta" cuyo uso no es recomendable con la tecnología descripta.
Se evaluaron tres Tipos de Utilización de la Tierra: "Manejo Tradicional", "Manejo Tradicional y plantación en lomos" y "Manejo Tecnológico adecuado para la zona, bajo labranza reducida". Los Requisitos de Utilización de la Tierra (RUT) se seleccionaron de bibliografía existente y los datos de suelos a escala 1:50.000 se tomaron de trabajos anteriores.
Para elaborar los árboles de decisión se usaron textura del horizonte superficial, riesgo de exceso hídrico, riesgo de erosión, profundidad efectiva, drenaje, índice de encostramiento, contenido de materia orgánica, fósforo, pH, conductividad eléctrica y sodio intercambiable.
Los resultados de la evaluación se volcaron en un Sistema de Información Geográfica.
RELEVANCIA DEL TRABAJO
La Ing. Burgos explicó que las principales limitaciones que se presentan en el área corresponden a riesgos de excesos hídricos por inundaciones, encharcamientos y/o anegamientos.
Remarcó que la realización del Mapa de Suelos con aptitud puede transformarse en una herramienta clave para los productores en la selección de los sitios para el cultivo, así como de las estrategias de manejo del cultivo.
Señaló que el modelo desarrollado está disponible para ser utilizado en otras áreas, incluso en provincias vecinas, según destacaron los investigadores de UNNE e INTA.
Los resultados del proyecto de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes fueron presentados en el marco del XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, organizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE en formato virtual del 13 al 16 de octubre.
El trabajo de investigación se enmarca dentro del Proyecto de Investigación denominado “Sistemas de Producción y Agregación de Valor en Cultivos Industriales Regionales” incentivado por la Secretaría General de Ciencia Técnica de la UNNE (PI 18A/001) que se lleva adelante bajo la dirección de la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Ma. Burgos.
Un proyecto conjunto entre investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y de INTA avanza en la elaboración de un mapa de tierras aptas para el cultivo de mandioca en la provincia de Corrientes. Recientemente se relevó un área de 915 mil hectáreas al norte de la Provincia de Corrientes, y se identificó que bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3 % de esa zona posee tierras muy aptas y el 18 % de aptitud moderada, pero con manejo tecnificado el área de tierras muy aptas podría ampliarse al 13%.
La superficie cultivada con mandioca en Argentina ha decrecido los últimos años. La reducción del área cultivada puede estar ligada al desconocimiento de la distribución de las tierras aptas para su cultivo, base estructural de la productividad de este cultivo.
La provincia de Corrientes posee clima subtropical homogéneo pero una gran diversidad de suelos. Si bien Corrientes ha sido tradicionalmente productora de mandioca, sin embargo también el área ha disminuido considerablemente a nivel provincial.
En ese contexto, investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del "Grupo Recursos Naturales" del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), consideraron pertinente evaluar la aptitud de las tierras para el cultivo de mandioca en la provincia.
En una reciente publicación, presentada en el “XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo”, dieron a conocer los resultados de aptitud para el cultivo de mandioca en un área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia de Corrientes.
Este relevamiento, se suma uno anterior en el cual los investigadores ya habían identificado las tierras de aptitud para la mandioca en una zona de 913 mil hectáreas en el noroeste de la provincia, desde Bella Vista y San Roque hacia el norte.
"La información generada representa un aporte disponible para los actores involucrados en el territorio" destacó la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Burgos, investigadora de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y referente del proyecto en el que además participaron la Ing. Agr. Silvia Perucca (INTA), el Dr. Ricardo Medina (UNNE), el Licenciado Raúl Barrios (INTA) y el Dr. Ditmar Kurtz (INTA y UNNE).
En el caso del relevamiento del área de 914.195 hectáreas ubicadas al norte de la Provincia, de acuerdo a lo observado, bajo el sistema de manejo tradicional solamente el 3% del área posee tierras muy aptas y el 18% de aptitud moderada.
Pero haciendo camellones el área de tierras muy aptas se amplía al 5 % y con manejo tecnificado pasa al 13 %, 120.536,57 hectáreas que podrían ser muy aptas para el cultivo, cuadriplicándose la superficie muy apta al dejar el manejo tradicional.
DETALLES DEL ESTUDIO
Para la evaluación de aptitud de tierras, los investigadores de la UNNE e INTA utilizaron un modelo que confronta los requerimientos del tipo de uso (demanda) con la información edafo climática (oferta).
Los resultados se categorizaron en tierras de clase "Muy Apta" (sin limitaciones o leves, que no afectan el uso sostenido, ni los rendimientos; "Moderada" limitaciones moderadas con rendimientos entre el 75-50% por debajo del esperado; "Marginal" con importantes limitaciones con reducción de rendimientos esperados entre 50-25% del potencial; y "No Apta" cuyo uso no es recomendable con la tecnología descripta.
Se evaluaron tres Tipos de Utilización de la Tierra: "Manejo Tradicional", "Manejo Tradicional y plantación en lomos" y "Manejo Tecnológico adecuado para la zona, bajo labranza reducida". Los Requisitos de Utilización de la Tierra (RUT) se seleccionaron de bibliografía existente y los datos de suelos a escala 1:50.000 se tomaron de trabajos anteriores.
Para elaborar los árboles de decisión se usaron textura del horizonte superficial, riesgo de exceso hídrico, riesgo de erosión, profundidad efectiva, drenaje, índice de encostramiento, contenido de materia orgánica, fósforo, pH, conductividad eléctrica y sodio intercambiable.
Los resultados de la evaluación se volcaron en un Sistema de Información Geográfica.
RELEVANCIA DEL TRABAJO
La Ing. Burgos explicó que las principales limitaciones que se presentan en el área corresponden a riesgos de excesos hídricos por inundaciones, encharcamientos y/o anegamientos.
Remarcó que la realización del Mapa de Suelos con aptitud puede transformarse en una herramienta clave para los productores en la selección de los sitios para el cultivo, así como de las estrategias de manejo del cultivo.
Señaló que el modelo desarrollado está disponible para ser utilizado en otras áreas, incluso en provincias vecinas, según destacaron los investigadores de UNNE e INTA.
Los resultados del proyecto de aptitud de tierras para el cultivo de mandioca en Corrientes fueron presentados en el marco del XXVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, organizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE en formato virtual del 13 al 16 de octubre.
El trabajo de investigación se enmarca dentro del Proyecto de Investigación denominado “Sistemas de Producción y Agregación de Valor en Cultivos Industriales Regionales” incentivado por la Secretaría General de Ciencia Técnica de la UNNE (PI 18A/001) que se lleva adelante bajo la dirección de la Ing. Agr. (Mgter) Ángela Ma. Burgos.