Si no hubiera sentimientos, no merecería la pena hacer cine. Este parece ser el lema del director Ang Lee (Taiwan, 1954), que ha hecho de la sensualidad y las pasiones la base de su cine como vuelve a demostrar en su último filme Deseo, peligro.

“Lo maravilloso del cine”, dijo ayer en una encuentro con periodistas en Madrid, “es que con la imagen y el sonido puedes llegar a los pensamientos y a la parte más íntima de las personas”. En la película, que se estrena el próximo viernes, Ang Lee carga las tintas en el más explícito erotismo, las pasiones más arrebatadas y los sentimientos más peligrosos. La trama, inspirada en un relato de la escritora china Eileen Chang, lleva al espectador al Shanghái de 1942, una ciudad ocupada por los japoneses que se convierte en el escenario ideal para las luchas políticas, el espionaje y el asesinato. DESCONOCIDA Y VETERANO Una actriz desconocida, elegida entre 10.000 aspirantes, Tang Wei, y el veterano Tony Leung, icono del cine asiático desde hace dos décadas y que interpreta al gran villano, llevan el peso de los dos personajes antagónicos, amantes y cómplices. El realizador reconoce que siempre pide mucho a los actores pero en este caso, dijo, animó a ambos a “dar el no va más”, sobre todo, durante el rodaje de la escena de mayor carga sexual para la que, en el proceso de preproducción, llegaron a diseñarse las posiciones amatorias. Y ya en el plató Wei y Leung se reunieron durante 12 días a solas con el director, su ayudante, el de sonido y el operador. “Quería que los actores se sintieran como una parte orgánica” de todo el filme, explica Lee. Aunque los nervios estuvieron “a flor de piel”, no se llegó a la histeria. DESNUDOS El problema, en todo caso, no es el sexo, que está en otros filmes sino que “la gente, los actores, se desnudan en todos los sentidos, y creo que he conseguido que lo den todo”, señala el realizador de obras que fluctúan como en péndulo entre Oriente y Occidente. Es el caso de Banquete de bodas, Sentido y sensibilidad, Tigre y dragón y Brokeback mountain. Sin sensualidad, no habría emoción en el cine, y Lee la tiene en cuenta, casi la busca, en las historias que lleva al celuloide. “Cuando veo algo jugoso, me apetece hacerlo. Sin sentimiento, todo sería muy seco”, explica. La idea la tuvo muy clara cuando rodó Sentido y sensibilidad, porque no quería un “drama de té”, en referencia a las formalidades victorianas de la obra de Jane Austen. Las películas de Lee han contado siempre con una gran acogida por parte del público y han sido candidatas a numerosos Oscar. Deseo, peligro ha recogido de momento siete Caballos Dorados, el más preciado galardón del cine chino. ¿Y si con Deseo, peligro logra hacer doblete en la Academia de Hollywood de mejor director y mejor película, tras el fiasco de Brokeback Mountain? “Ojalá”, responde, pero reconoce la dificultad de la empresa por las “barreras culturales” que separan Estados Unidos del planteamiento del filme.