Signos Literarios
Autorretrato
MABEL VILCHEZ
Mabel Vilchez nace en Pergamino, provincia de Bs. As. y pasa su infancia en el campo, donde aprende a dibujar. Se muda a la ciudad para seguir la escuela media, y allí se interesa por la Historia del Arte.
A los 20 años, se traslada a Rosario para seguir los estudios superiores. Egresa del Instituto Superior de Bellas Artes y se traslada a Corrientes, dónde permanece hasta el momento y hace la trayectoria más importante de su actividad. Hasta el año 2004, donde deja de contabilizar sus actividades, había realizado 54 muestras colectivas, 30 individuales y 5 en otros países, donde también obtuvo importantes premios en Dibujo. Participó como jurado de Salones nacionales y regionales y tomó numerosos cursos de perfeccionamiento con destacados profesores y artistas de reconocida trayectoria nacional. Su fuente de inspiración nace de trabajos de introspección, que la lleva de obras de construcción racional a otras de carácter intuitivo y sensible. Estas últimas, generalmente tomadas de sus percepciones infantiles en el campo, donde pasaba mucho tiempo mirando nubes y estrellas, la forma curiosa de la naturaleza, rodeada de animales y jugando con las flores. Preocupada por las problemáticas sociales, ha desarrollado las series “Paisajes de mi ciudad”, ironizando con el tema bucólico, y mostrando a la vez la cruda realidad del rancherío, los perros de la calle y las niñas embarazadas. En otra línea tiene temáticas como la actualización del JUEGO DE LA OCA, antiguo juego griego, para adultos, donde el azar o los dioses llena de avatares la vida del hombre. MUJERES JUGANDO tiene un carácter más festivo y de género. El humor, la crítica social, la reivindicación de las minorías, y la melancolica referencia al mundo poético de su infancia, pasando por el erotísmo son sus temáticas recurrentes. El recuerdo más antiguo que tengo en relación con la expresión plástica, fue el alarido de mi madre que decía, espantada: ”¿qué estás haciendo con mi delineador de cejas…?” Era en el campo de la provincia de Santa Fe. Mi padre, obrero rural de la estancia “La Barrancosa”, de SAFICO S.A, trabajaba de sol a sol y de lunes a domingo. Mi madre se ocupaba de hacer de mí una mujercita de carácter insoportable. Yo soñaba con saltar entre los cúmulos nimbus, o volar enredada en las “babas del diablo”. Sólo las tormentas violentas eran una buena variante a la monotonía de esos días. Encontré el dibujo copiando las historietas que leía papá. Mi hermano, la guitarra, empezando con Yupanqui y culminando luego con Britten y Bach. A él le gustaba el piano y a mí la formación académica en Europa, cosas que no fueron posibles, pero salimos del lugar y saltamos al escalón siguiente, que nos dio entre otras el pensamiento abstracto y la impaciencia social. A los 15 años fui a estudiar a la ciudad más cercana: Venado Tuerto. En la escuela normal pensaba labrarme un futuro venturoso: iba a ser maestra a los 20 años. Allí encontré una florida biblioteca y conocí a Elena Siró, poeta y directora del teatro vocacional. Me enseñó lo imprescindible para que la vida no sea algo desabrido y estúpido. Arte, buena literatura, cine… También me dijo sentenciosa: ”vas a ser una artista”. En Rosario recibí el título de profesora de dibujo y descubrí a Bergman, leí “El lobo estepario” y “Rayuela”, salí a la calle a protestar por la guerra y las dictaduras y llegué a Corrientes por error. Acá hice, en una hoja fijada en la puerta de la cocina de mi casita recién habitada, una “Maternidad” con un poema de Guillermo Parodi, escritor casi desconocido para mí, que recién llegaba a la ciudad. En el año 75 lo presenté al Salón Municipal de pintura. El cuadro lo confiscó la Secretaría de Investigaciones del Estado (SIDE) por “sospechoso de subversión” y el salón nunca más se realizó. De esta vida provinciana he obtenido la porfía ante la resignación, la rebeldía para aceptar el absurdo, una obra vacilante en cuanto a estilo, desobedeciendo los consejos más astutos sobre cómo hay que hacer para triunfar, una lengua afilada para cuando debiera callarme y algunos hábitos que vienen desde la cuna, que sería pedante mencionar… Elegí el mejor camino, el más difícil, el que genera deseo y placer. El del conocimiento, la razón, la poesía y la creación. En mi caso este camino está sembrado de modestas verbenas silvestres, que es lo que puedo; pero las tengo entre las manos como cuando niña, cargada de sueños imposibles. Los mejores.
En honor a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898, se lanzará el jueves próximo desde el Jardín Japonés (Buenos Aires) el primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”. La iniciativa es impulsada por la Fundación E Jendú Arte y Cultura, Imagen Diplomática, la Fundación “Andresito de las Misiones” y el Observatorio Social por la Paz y cuenta con el auspicio de la Embajada Japonesa en Argentina.
Las organizaciones que impulsan el certamen desarrollan sus actividades con miras a la reafirmación y expansión en todo el mundo de la Cultura de paz, con especial atención a la filosofía y los objetivos de Naciones Unidas, representados en sus distintos estamentos y agencias, como así también en sus diversos Programas, Fondos y Organismos, que tienen por principal causa el derecho de todos los pueblos del universo a la paz duradera y definitiva.
Este Primer Concurso Internacional tiene como objetivo principal la exaltación de la poesía en general y de la poesía japonesa en particular; al mismo tiempo que busca reafirmar el espíritu de confraternidad y amistad entre el Japón y la Argentina, en Honor y Homenaje a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre ambos países el 3 de Febrero de 1898
Vale señalar que el milenario Haiku, es una composición poética japonesa que consta consecutivamente de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (diecisiete en total).
Signos Literarios
Otra publicación en revista internacional para teórico correntino
FRANCISCO TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS
La propuesta de reforma democrática, “El voto anticipado” del autor Francisco Tomás González Cabañas fue publicada por la prestigiosa Revista española de la transparencia, ISSN-e 2444-2607, Nº. 6, del año 2018, en las págs. 102-104. Para el creador del índice democrático, herramienta que mide las prácticas democráticas en los distintos poderes de los distritos auditados, se trata de la publicación número quince por parte de revistas internacionales que imponen estándares de exigencia y de calidad para publicar desarrollos teóricos, que como en otras elaboraciones de González Cabañas (voto compensatorio, gabinete ciudadano, cámara de dipunadores) sostienen novedosos criterios o categorías para remozar la democracia como la experiencia que puede, o debe, seguir siendo mejorada para representar, palmariamente, el gobierno del pueblo o de los ciudadanos.
“Al establecer la posibilidad de un voto anticipado, se conseguirían modificaciones sustanciales, giros copernicanos en la política cotidiana, que al constituirse en concomitantes, complementarias o en paralelo, con el voto o sufragio clásico y tradicional, de ningún modo significara una ruptura conflictiva, una instancia revolucionaria traumática, sino simple y llanamente la consolidación de la democracia misma, resignificando, desde lo electoral su definición histórica como etimológica.
El voto anticipado, permitirá que el ciudadano, en los tiempos actuales en donde considera un valor positivo el compartir sus gustos, preferencias y elecciones, ante sus semejantes, por intermedio de plataformas virtuales o de redes, haga lo propio con su preferencia electoral o política. El voto o sufragio clásico, que en varias aldeas occidentales, sigue amparado por ley, para que se lo respete en su condición secreta, fungió con utilidad hace décadas atrás, cuando las realidades sociales y existenciales no habían sido gravitadas por la explosión del mundo digital y de la cada vez más influyente inteligencia artificial. Sería más que una falta de tino el señalar, como se vio modificada la vida diaria del occidental promedio, de dos décadas a esta parte, más bien, es incomprensible como aún no se haya generado, hasta esta oportunidad, la posibilidad para que el ciudadano moderno, pueda hacer visible, pueda exteriorizar sus elecciones políticas, y en el caso de que lo decida que lo comparte y difunda, tal como lo hace con todos los otros (al menos tiene tal posibilidad) aspectos de su vida que no solo son considerados públicos, sino también áreas o zonas privadas”.
Estos párrafos que hacen mención al desarrollo teórico de Francisco Tomás González Cabañas, publicados por la revista internacional de marras, evidencian el grado de audacia teórica, de arriesgada creatividad, sostenidas en giros arguméntales y en razonamientos acendrados en la historia del pensamiento que lo preceden al correntino, construyendo para sus consideraciones y categorías un sendero en donde seguramente tantos más que vengan con él o detrás suyo, erigirán bajo estos pilares una nueva consideración de lo político como de lo democrático.
El texto “Crónicas de Bosque” de Francisco Tomás González Cabañas, fue publicado en la Revista editada en el Perú “Dúnamis”, en su número 8 del año 9, correspondiente a Septiembre del año en curso.
Con la presente el autor suma 8 publicaciones en revistas internacionales (la mayoría de ellas especializadas en filosofía) en menos de un año, como dos libros de filosofía política publicados, uno de ellos (El Voto Compensatorio) editado en Alemania, y la aceptación a más de una veintena de diferentes congresos internacionales de diversas ponencias oportunamente enviadas y aceptadas.
Crónicas de Bosque, es un relato ficcional, que vislumbra una crítica social que encierran al autor en sinuosos laberintos de persecución e indiferencia por parte de quienes pretenden una sociedad sesgada, en donde las decisiones son tomadas por facciones con poder circunstancial y por tanto el ejercicio ciudadano y la vida democrática, pasan también a ser literatura o filosofía ficcional.
CRÓNICAS DE BOSQUE
Se estima que tiempo antes de la existencia de los guaraníes nuestras tierras fueron habitadas por una civilización que ha dejado muy pocos rastros de su existencia. Alcanzando el grado de mito, como la célebre Atlantis, daremos cuenta, de la información que contamos acerca de la cultura que podríamos dar en llamar como de los “Gentereí”.
En un tiempo no precisado de la historia, en lo que actualmente se conoce como el litoral argentino, una cultura de peculiares características, tuvo su apogeo y extinción, bajo sinuosidades sociales y políticas, que en la actualidad nos pueden parecer, casi familiares y cotidianas, por lo que no es demasiado arriesgado suponer, que pese a los siglos transcurridos y por más que las evidencias materiales no sean contundentes, tenemos una carga genética o arrastramos signos de quiénes serían nuestros antepasados directos; los Gentereí.