Signos Literarios
Es como el alcohol, en exceso produce víctimas
EL ADJETIVO
El adjetivo es la palabra que acompaña al sustantivo para calificarlo, determinarlo y le otorga características. El adjetivo en lo literario es un complemento que se ha discutido en muchas teorías, y creo que todas han tenido una función de mejora del texto, tanto en lo fónico como en lo literal.
En tanto fónicos, los adjetivos terminan con z o con l, ejemplo: falaz, inmóvil, los hay que hacen referencia al género del sustantivo como bueno o mala, y los que terminan en e, triste, inmutable, y si se busca los hay que terminan i, señalo esta cualidad de la grafía de los adjetivos porque son usados en su doble función: la de complementar al sustantivo, y de la letra final para ser usados con preferencia en aquellos textos denominados poéticos. Hay mucho por decir sobre los adjetivos, puesto que se clasifican por su uso, los hay adjuntos (cuando se encuentran unidos al sustantivo, oscura noche o noche oscura), explicativos (expresan una cualidad del sustantivo, reafirmándolo, se utiliza delante del sustantivo: cobarde soldado), especificativos (amplía información: conciencia limpia), calificativos (señalan cualidades: sol grande). Determinantes (cuando señalan algo de un sustantivo, pero de todos los posibles el adjetivo sólo le cabe a uno posible: e.t. es un buen extraterrestre), variaciones de estas clasificaciones son los adjetivos cuantificadores como séxtuple, quíntuple, o los interrogativos, como cuáles, quienes, numerales como dos, uno, extensivos como tan, pocos; y otros tipos de usos o combinaciones demasiado amplio para enumerar todo. Por razones literarias, sus usos se han ido diseminando en las escrituras porque su doble función, la de apoyar en algún sentido al sustantivo y la de aportar su forma fónica, constituyen uno de los conjuntos preferidos para adornar un texto. Sin embargo, por lo mismo, es bastante usual caer en el exceso. La adjetivación excesiva de los escritores que nos precedieron son, en principio, el origen de los Lugares Comunes; otro abuso es la tendencia excesiva a la cacofonía, efecto sonoro desagradable producido por la cercanía de sonidos o sílabas que con igual pronunciación dentro de una palabra o en frases cercanas producen una sensación de rechazo de lo escrito. Hay que distinguir la cacofonía del recurso estilístico o retórico Aliteración, en un ejemplo en el comentario 20, del artículo Oximorón con crema chantilli, utilicé la frase “perro guarro”, en donde la cercanía de las sílabas “rro”, es un recurso estilístico denominado Aliteración, con un efecto auditivo buscado, que en el ejemplo remarca ferocidad. La cacofonía se refiere a lo que no cumple función textual y a la cercanía de palabras, como cuando la terminación de una palabras es el comienzo de la próxima: casa amplia, luna ámbar, o frases completas con excesos de vocales: La rama calmaba el bandazo de la araña, o excesos de consonantes, me miraba mejorar mejillas, mientras me miraba más y más. Los mejores escritores aconsejan prescindir del adjetivo y escribir, algunos opinan que ese “escribir” es sinónimo de describir, y hubo toda una serie de escritores apoyando esa sugerencia, de este modo aparecieron textos descriptivos, con gran influencia en lo que se dio en llamar poesía moderna, descriptiva, que parece contar una historia desde el uso de verbos o sustantivos con un mínimo de adjetivos. Uno de los autores que más me gustan en representación de este tipo de poesía es Roberto Juarroz, de quien recomiendo leer completo su maravilloso libro “Poesía Vertical”. POESÍA VERTICAL I Una red de mirada mantiene unido al mundo, no lo deja caerse. Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos, mis ojos van a apoyarse en una espalda que puede ser de dios. Sin embargo, ellos buscan otra red, otro hilo, que anda cerrando ojos con un traje prestado y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo. Mis ojos buscan eso que nos hace sacarnos los zapatos para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo o inventar un pájaro para averiguar si existe el aire o crear un mundo para saber si hay dios o ponernos el sombrero para comprobar que existimos. (Tomado del libro Poesía Vertical, Roberto Juarroz.) En general el joven escritor, en la etapa de desplegar su propia escritura, se deja envolver en la excesiva adjetivación, suponiendo que eso transmite un estado o circunstancia personal, de emoción, sin embargo, nótese que en el texto de Juarroz, la circunstancia emotiva se trasmite, y flota permanente. La sugestión de los ojos como una red, el aire que falta si no se está a su lado, el momento de sacarse los zapatos, previos al amor o a la intimidad de la cama; todo un mundo de sugestión con un mínimo de adjetivación, ausencia total de cacofonía e incluso de rima artificial, notar que el uso de la metonimia como catalizador del sentido encuentra su efecto poético naturalmente, sin necesidad de la ampulosidad de la adjetivación. Claro que estamos hablando de un escritor de gran altura, llegar a esa perfección no es cosa de escritura al azar, sino más bien un muy bien pulido proceso racional de selección y artificio literario. En suma, a la hora de leer en voz alta un texto hay que prestar atención a si el uso de adjetivos realmente lo ayudan; aunque es difícil dejar aflorar un texto sin el componente emocional, es buena idea escribirlo, guardarlo en un cajón y cuando ya no se esté tan influido por el proceso emocional y se pueda encarar lo escrito con el proceso racional, enfrentar la corrección con la intención de desguazar los recursos empleados, con un resultado, quizás de eliminación, aunque sea un asunto doloroso. Respecto a la elección del uso de los adjetivos, cito a Carpentier, los adjetivos son las arrugas del estilo, frase cuyo sentido ambiguo establece justamente su mejor característica, sobre todo por no caer en el lugar común o en la profusión, pues como vimos, es mejor la sugerencia que la función declarativa o explicativa del adjetivo. Uno de los escritores más hábiles en utilizar la adjetivación con éxito, fue Borges. LAS COSAS El bastón, las monedas, el llavero, la dócil cerradura, las tardías Notas que no leerán los pocos días que me quedan, los naipes y el tablero, un libro y en sus páginas la ajada violeta, monumento de una tarde sin duda inolvidable y ya olvidada, el rojo espejo occidental en que arde una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas, láminas, umbrales, atlas, copas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos, ciegas y extrañamente sigilosas! Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos hemos ido. En la frase que termina con ajada al final de la línea, la relación entre la página, que precede al adjetivo, y violeta, la flor en la línea próxima, o el color; violeta es una palabra en clave dicotómica, que puede representar estados de ánimo, una referencia al sentido del olor, una referencia al sentido de la vista en su función color, una referencia a la época, las violetas son símbolos de modestia o timidez, de cierta forma un emblema. Borges juega con la relación de sentidos, usando el adjetivo como una metonimia más que como declarativo o explicativo, en referencia a la página, como vieja o ya pasada, muy leída, en referencia a la flor, como seca o todo lo que ya se mencionó. Mismo efecto e intención con la palabra tardía, precedida con cerraduras, seguida de Notas. El uso de dócil cerradura, siempre en Borges existe esa ambigüedad de relación entre el adjetivo y su sustantivo, que no son declarativos ni explicativos, sino metonímicos, la cerradura muy usada, transitada. Borges es un escritor reconocido en el arte de la adjetivación precisa, su libro “Ficciones”, es considerado una de las joyas literarias para el estudio del adjetivo como recurso sin caer en los males que lo aquejan, y es uno de los escritores capaces de esgrimir hasta tres adjetivos en la misma frase sin caer en el tan temido exceso, utilizando una clara preferencia por la anáfora, repetición de palabras o conceptos. Los adjetivos en una función metonímica como ya vimos, la hipálage o sea el recurso fónico o semántico e incluso gramatical fuera del uso común; la adjetivación con doble función o significado, y los adjetivos derivados por anexión de prefijos esencialmente negativos o privativos, como por ejemplo: inaccesibilidad, improbable. Los secretos del maestro, son inacabables e inabarcables, valgan como ejemplo y como características de la descripción, siempre incompleta de su escritura. Todos los que escribimos tenemos un cajón secreto, que esperamos se autodestruya en cuanto desaparecemos, en donde escondemos una vergüenza literaria que nos provoca un placer privado del que no podemos prescindir, pero que a la luz literaria es completamente inadecuado y nadie agradece. Los grandes escritores, se han destacado por la parquedad en el uso de los adjetivos, salvo las excepciones como se han comentado. La literatura de verdad está llena de expiraciones. Fuente: datagestion. Com. Taller de escritura, Hugo Cella
En honor a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898, se lanzará el jueves próximo desde el Jardín Japonés (Buenos Aires) el primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”. La iniciativa es impulsada por la Fundación E Jendú Arte y Cultura, Imagen Diplomática, la Fundación “Andresito de las Misiones” y el Observatorio Social por la Paz y cuenta con el auspicio de la Embajada Japonesa en Argentina.
Las organizaciones que impulsan el certamen desarrollan sus actividades con miras a la reafirmación y expansión en todo el mundo de la Cultura de paz, con especial atención a la filosofía y los objetivos de Naciones Unidas, representados en sus distintos estamentos y agencias, como así también en sus diversos Programas, Fondos y Organismos, que tienen por principal causa el derecho de todos los pueblos del universo a la paz duradera y definitiva.
Este Primer Concurso Internacional tiene como objetivo principal la exaltación de la poesía en general y de la poesía japonesa en particular; al mismo tiempo que busca reafirmar el espíritu de confraternidad y amistad entre el Japón y la Argentina, en Honor y Homenaje a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre ambos países el 3 de Febrero de 1898
Vale señalar que el milenario Haiku, es una composición poética japonesa que consta consecutivamente de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (diecisiete en total).
Signos Literarios
Otra publicación en revista internacional para teórico correntino
FRANCISCO TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS
La propuesta de reforma democrática, “El voto anticipado” del autor Francisco Tomás González Cabañas fue publicada por la prestigiosa Revista española de la transparencia, ISSN-e 2444-2607, Nº. 6, del año 2018, en las págs. 102-104. Para el creador del índice democrático, herramienta que mide las prácticas democráticas en los distintos poderes de los distritos auditados, se trata de la publicación número quince por parte de revistas internacionales que imponen estándares de exigencia y de calidad para publicar desarrollos teóricos, que como en otras elaboraciones de González Cabañas (voto compensatorio, gabinete ciudadano, cámara de dipunadores) sostienen novedosos criterios o categorías para remozar la democracia como la experiencia que puede, o debe, seguir siendo mejorada para representar, palmariamente, el gobierno del pueblo o de los ciudadanos.
“Al establecer la posibilidad de un voto anticipado, se conseguirían modificaciones sustanciales, giros copernicanos en la política cotidiana, que al constituirse en concomitantes, complementarias o en paralelo, con el voto o sufragio clásico y tradicional, de ningún modo significara una ruptura conflictiva, una instancia revolucionaria traumática, sino simple y llanamente la consolidación de la democracia misma, resignificando, desde lo electoral su definición histórica como etimológica.
El voto anticipado, permitirá que el ciudadano, en los tiempos actuales en donde considera un valor positivo el compartir sus gustos, preferencias y elecciones, ante sus semejantes, por intermedio de plataformas virtuales o de redes, haga lo propio con su preferencia electoral o política. El voto o sufragio clásico, que en varias aldeas occidentales, sigue amparado por ley, para que se lo respete en su condición secreta, fungió con utilidad hace décadas atrás, cuando las realidades sociales y existenciales no habían sido gravitadas por la explosión del mundo digital y de la cada vez más influyente inteligencia artificial. Sería más que una falta de tino el señalar, como se vio modificada la vida diaria del occidental promedio, de dos décadas a esta parte, más bien, es incomprensible como aún no se haya generado, hasta esta oportunidad, la posibilidad para que el ciudadano moderno, pueda hacer visible, pueda exteriorizar sus elecciones políticas, y en el caso de que lo decida que lo comparte y difunda, tal como lo hace con todos los otros (al menos tiene tal posibilidad) aspectos de su vida que no solo son considerados públicos, sino también áreas o zonas privadas”.
Estos párrafos que hacen mención al desarrollo teórico de Francisco Tomás González Cabañas, publicados por la revista internacional de marras, evidencian el grado de audacia teórica, de arriesgada creatividad, sostenidas en giros arguméntales y en razonamientos acendrados en la historia del pensamiento que lo preceden al correntino, construyendo para sus consideraciones y categorías un sendero en donde seguramente tantos más que vengan con él o detrás suyo, erigirán bajo estos pilares una nueva consideración de lo político como de lo democrático.
El texto “Crónicas de Bosque” de Francisco Tomás González Cabañas, fue publicado en la Revista editada en el Perú “Dúnamis”, en su número 8 del año 9, correspondiente a Septiembre del año en curso.
Con la presente el autor suma 8 publicaciones en revistas internacionales (la mayoría de ellas especializadas en filosofía) en menos de un año, como dos libros de filosofía política publicados, uno de ellos (El Voto Compensatorio) editado en Alemania, y la aceptación a más de una veintena de diferentes congresos internacionales de diversas ponencias oportunamente enviadas y aceptadas.
Crónicas de Bosque, es un relato ficcional, que vislumbra una crítica social que encierran al autor en sinuosos laberintos de persecución e indiferencia por parte de quienes pretenden una sociedad sesgada, en donde las decisiones son tomadas por facciones con poder circunstancial y por tanto el ejercicio ciudadano y la vida democrática, pasan también a ser literatura o filosofía ficcional.
CRÓNICAS DE BOSQUE
Se estima que tiempo antes de la existencia de los guaraníes nuestras tierras fueron habitadas por una civilización que ha dejado muy pocos rastros de su existencia. Alcanzando el grado de mito, como la célebre Atlantis, daremos cuenta, de la información que contamos acerca de la cultura que podríamos dar en llamar como de los “Gentereí”.
En un tiempo no precisado de la historia, en lo que actualmente se conoce como el litoral argentino, una cultura de peculiares características, tuvo su apogeo y extinción, bajo sinuosidades sociales y políticas, que en la actualidad nos pueden parecer, casi familiares y cotidianas, por lo que no es demasiado arriesgado suponer, que pese a los siglos transcurridos y por más que las evidencias materiales no sean contundentes, tenemos una carga genética o arrastramos signos de quiénes serían nuestros antepasados directos; los Gentereí.