Opinión
“Los pueblos que olvidan su historia y a sus héroes están condenados a desaparecer y a la esclavitud”
“SIENTO VERGÜENZA AJENA” (*)
“20 de febrero de 1827 – Batalla de Ituzaingó – El Ejército Libertador de la Banda Oriental del Uruguay, Provincia integrante de la Confederación Argentina, derrota completamente y pone en fuga al Ejército Imperial del Brasil”.
Nadie, ningún periódico, ninguna radio ha recordado este hecho glorioso de nuestra historia, de nuestras Fuerzas Armadas. Las efemérides de los diarios no hicieron referencia a este hecho. Evidentemente vamos camino a la desintegrarnos como pueblo y como nación. Ya no recordamos ni siquiera nuestras victorias como Pueblo. En el año, 1824 la Banda Oriental del Río Uruguay había sido invadida por el Imperio del Brasil y el Gobierno entreguista de Rivadavia intentaba no intervenir pero las Provincias a través de sus representantes en el Congreso exigieron la declaración de guerra al Imperio del Brasil y se envía al Ejército Libertador a recuperar la Provincia invadida por nuestro ancestral oponente. Durante más de un año y medio los enfrentamientos se redujeron a combates no decisivos y escaramuzas de las avanzadas, hasta que en a mediados del mes de febrero de 1827 se reunieron todas las fuerzas imperiales, fuertes en 27.000 hombres para dar la batalla final y doblegar el espíritu libertario de los Confederados Argentinos, que reunían un Ejército de 8.000 hombres al mando del General Alvear. El Comandante de los Brasileños hizo escribir una canción en honor a la batalla que librarían y en la que aplastarían a los argentinos, sojuzgando definitivamente a la Provincia Oriental del Río Uruguay convirtiéndola en la Provincia o Estado Cisplatino del Imperio del Brasil. Las avanzadas Confederadas derrotan a las imperiales en los combates previos a la batalla, el 13 de febrero el Gral Lavalle derrota a la Brigada de Bento Manuel en Bacacy y el 16 de febrero Mansilla derrota a la caballería imperial en el Ombú. El 20 de febrero el Gral Alvear a las 6 de la mañana, antes de iniciar el cruce del Río Santa María ordena el ataque y sorprende al Ejército Imperial Brasileño con esta acción, porque ellos esperaban que iniciara el cruce del citado río para atacarlo durante el vadeo en el Paso del Rosario. Se inicia el combate con la carga de la caballería de los Generales Brandsen y Paz contra la infantería brasileña que resiste el choque manteniendo su formación. El General Lavalle con su caballería ataca a la caballería brasileña de Bentos Goncalves y el General Lavalleja ataca a la caballería de Abreu. A las 2 de la tarde la batalla estaba resueltamente a favor de las tropas Confederadas Argentinas. La caballería imperial estaba en franca huída. La infantería imperial se retiraba en orden pero dejaba el campo de combate en derrota. Para sorpresa de muchos, inclusive de los actuales historiadores se desconoce la razón por la que el General Alvear, Comandante en Jefe del Ejército Confederado, no quiso iniciar la persecución del enemigo en retirada e impidió a sus generales que persiguieran al enemigo. La canción encontrada entre el bagaje brasileño es nuestra Canción de Ituzaingó. Demás está decir que pocos años después, perdíamos la Provincia Oriental del Río Uruguay. También es necesario resaltar que Alvear siempre fue un agente del Imperio Inglés. Esta fue la razón principal de su encono contra San Martín, ya que lo diferenciaba su sentimiento anglófilo del sentido y sentimiento americanista de nuestro Padre de la Patria. Nos preguntamos si estos ejemplos de heroísmo y coraje de nuestra historia patria, que olvidamos sin razón no son una muestra más del sojuzgamiento de nuestra dirigencia que olvida nuestra heredad y se esfuerza para ser como el clavel del aire, sin raíces y sin sostén y para ser llevados sin rumbo y sin futuro por la menor de las brisas. De la misma manera que ayer el General Alvear negara un triunfo rotundo que pudo haber recuperado lo que por herencia correspondía a la Confederación de la Provincias Unidas del Sur, cuales eran los actuales estados de Río Grande del Sur y de Santa Catalina, hoy tratamos de olvidar y hasta renegamos de nuestra victoria sobre el terrorismo comunista apátrida y encarcelamos a nuestros héroes. Hoy los que denigran a nuestros héroes de la guerra contra la subversión, reniegan también de nuestros triunfos en las guerras por nuestra emancipación, ocultando la verdad, expresándola a medias y desprestigiando a quienes lucharon para que el pueblo argentino pudiera vivir en libertad. En ambos casos hay una respuesta a exigencias externas de quienes pretenden olvidar la historia y cambiar la idiosincrasia del pueblo argentino. En ambos casos responden al imperio del momento, ayer representado por Inglaterra hoy por el poder internacional del dinero y la usura, los bancos. Hoy dicen estar en contra del imperio y apoyan a Chávez que con el petróleo venezolano sostiene el actual imperio y a Castro que mantiene en esclavitud al pueblo cubano pero cumple las exigencias de los bancos. Hoy como ayer la lucha es entre el bien y el mal. O amas y adoras a Dios o amas y adoras al dinero y quienes olvidan la historia de su nación siempre responden a intereses personales y monetarios. Pero los argentinos, convencidos de nuestros ideales de Patria, sentimos vergüenza ajena por todos aquellos que debiendo ser la memoria y hasta la conciencia de los pueblos, son los mercaderes de la noticia y olvidan y hacen olvidar a nuestros héroes cuando no los denigran. Si señores a Uds. los periodistas me refiero y por Uds. siento vergüenza ajena. (*) Recibido por Corrientes al Día de Carlos Augusto Franceschi Carabajal -L.E. 7.768.466
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.