Con la puesta en vigencia de la nueva norma de navegación en la Laguna Iberá, quienes tengan embarcaciones y realicen actividades de guías turísticos, deberán inscribirse en los nuevos registros habilitados y respetar las capacidades de cargas que la medida establece para preservar este escenario natural.

Con fecha 29 de diciembre de 2004 el Ministerio de la Producción, Trabajo y Turismo de la Provincia de Corrientes, estableció la Resolución Nª980/04 para la “Regulación de la Navegación en la Laguna Iberá”, reglamentando las diferentes actividades vinculadas con el uso público del lugar, así como un régimen de sanciones relacionado con el incumplimiento del marco normativo. Esta reglamentación suma nuevas actividades a la agenda de vigilancia y control del Cuerpo de Guardaparques del Iberá, ya que por tratarse de una normativa reciente, quienes visitan el Iberá, deberán ser debidamente informados sobre las nuevas medidas, que disponen un marco legal que protege la riqueza natural de la flora y la fauna del lugar. Para los expertos en ecoturismo de Fundación ECOS que están trabajando en la zona, la norma constituye toda una innovación en planificación de áreas protegidas, especialmente por haber jerarquizado a los guías locales. Como se dijo en un taller de participación publica sobre ecoturismo realizado recientemente en Colonia Carlos Pellegrini, para tratar esta norma y otros temas que hacen el desarrollo del lugar; esta Resolución es el resultado de la participación de los distintos actores relacionados con el sector turístico del Iberá (ahora reunidos en la incipiente Cámara de Turismo del Iberá), con las autoridades de la reserva, y ha puesto de manifiesto, la necesidad de comenzar a ordenar el uso de los recursos, para que el desarrollo turístico del Iberá se fundamente sobre futuras bases sustentables. NUEVOS REGISTROS Entre los puntos más importantes de la norma, tratados en esa oportunidad debe resaltarse la importancia que tiene para la comunidad local, el requisito -indispensable para guías y lancheros– de poseer domicilio en Colonia Carlos Pellegrini. Así, en el artículo primero se crean dos registros: el Registro de Guías Locales de Avistajes y el de Embarcaciones para excursiones en la Laguna Iberá. Luego, se determina como área de aplicación de la Resolución a la Laguna Iberá, y las áreas de avistaje definidas están ubicadas en los canales “Arroyo Corriente” y “Arroyo Miriñay”, incluyéndose al predio del Centro de Interpretación de la Reserva Provincial. En los Registros creados deberán inscribirse aquellas personas físicas o jurídicas que presten al turista los servicios de traslado en embarcaciones y vistas guiadas, aclarándose taxativamente, que quienes no se encuentren debidamente inscriptos, no podrán continuar con la prestación de dichos servicios. REQUISITOS Como requisitos mínimos para poder inscribirse como guías locales, los interesados deberán presentar una solicitud de inscripción por escrito, tener domicilio en Carlos Pellegrini y poseer una capacitación adecuada acorde a la función que desarrollan. En cuanto al servicio de excursiones lacustres, son requisitos mínimos para la inscripción de embarcaciones, la solicitud de inscripción por escrito, la residencia del propietario en la localidad de Carlos Pellegrini, y la realización y aprobación de la capacitación que les brindará la Subdirección de Parques y Reservas. CUPOS Un tema en especial que fue analizado en el taller, se refiere al cupo de 14 lanchas autorizadas para transporte de pasajeros de los prestadores inscriptos en el registro correspondiente, cantidad que no podrá ser modificada hasta tanto se cuente con estudios de capacidad de carga adecuados que justifiquen su modificación. Los permisos se otorgarán por períodos anuales, teniendo prioridad para la renovación aquellos que cuenten con inscripción previa. Previendo que no se exceda esta carga y una vez realizado el primer período de inscripción de prestadores para este servicio de excursión, la norma prevé que sólo podrán efectuarse nuevas inscripciones, en caso de existir disponibilidad de permisos, del 01 al 30 del mes de marzo de cada año. Los prestadores cuyas lanchas estén registradas deberán notificar a la Autoridad de Aplicación la nómina correspondiente al personal que actúe como timonel y/o guía de cada embarcación. EMBARCACIONES En cuanto a las embarcaciones a motor utilizadas en la Laguna Iberá no podrán superar los 40 HP; deberán estar en buen estado de conservación y mantenimiento, matriculadas, provistas de salvavidas para cada pasajero y contar con todo el equipamiento y documentación que exija la Prefectura Naval Argentina. El avistaje se podrá realizar a motor, siempre a marcha regulada, en todo el área, constituyendo una excepción el canal Arroyo Corriente, donde ésta actividad se deberá realizar con botador en toda su extensión, tanto de ida como de vuelta, excepto en días muy ventosos en los que se permitirá el uso de motor a marcha regulada. Para proteger a la fauna del lugar, se estableció que el avistaje de fauna deberá realizarse siempre guardando una distancia mínima de dos metros entre el animal y el punto más cercano de la embarcación. La norma también regula la partida de las embarcaciones disponiendo que las salidas de las embarcaciones se llevarán a cabo desde la costa de Carlos Pellegrini, tanto de muelles privados como municipales, según el caso. Previo a cada salida deberá comunicarse a la autoridad de aplicación, a efectos de verificar la capacidad de carga de cada circuito de observación de fauna. CAPACIDAD DE CARGA Se establece como capacidad máxima de carga para el canal Arroyo Corriente, utilizando botador, hasta 6 (seis) lanchas por turno y, en días ventosos, cuando se utilice el motor a marcha regulada, hasta 4 (cuatro) lanchas por turno. En el canal Arroyo Miriñay, la capacidad máxima de carga será, con motor regulando, de 4 (cuatro) lanchas por turno. Las excursiones en las áreas de avistaje tendrán una duración máxima de 2 (dos) horas por cada embarcación, pudiendo alcanzar hasta 3 (tres) horas en períodos de baja ocupación turística. Por otro lago queda prohibido a todas las embarcaciones, incursionar más allá del perímetro de la laguna Iberá y las áreas de avistaje definidas en la Resolución. OTRAS PRÁCTICAS Las embarcaciones privadas no registradas para la navegación en la Laguna Iberá, sólo podrán acceder al espejo de agua con autorización de la Autoridad de Aplicación, exclusivamente desde el muelle del Centro de Interpretación y con la presencia a bordo de un Guardaparques. La práctica de remo, canotaje, kayak, navegación a vela, buceo con y sin tanques, y otras actividades acuáticas se permitirán únicamente en el espejo de agua, quedando prohibidas en las áreas de avistaje, mientras que la práctica jet-ski, moto de agua, ski acuático y actividades similares están totalmente prohibidas en toda la región, debido al impacto que producen sobre el medio ambiente. Quienes quieran realizar excursiones nocturnas de todo tipo, deberán comunicarlas con debida antelación a la Autoridad de Aplicación, la que se encuentra facultada para autorizarla o denegarla. Dicha comunicación deberá ocurrir antes de las 18 horas del mismo día en que se prevé realizar la excursión. LA AUTORIDAD La Resolución señala que la Autoridad de Aplicación de la norma será la Subdirección de Parques y Reservas, quien deberá reglamentar la nueva medida y aplicar las sanciones por incumplimiento a ésta u otra normas. Estas podrán graduarse de acuerdo a la gravedad de la infracción entre el apercibimiento, la multa, suspensión temporaria o la cancelación del registro cuando las circunstancias así lo ameriten. La Subdirección de Parques y Reservas ejercerá el poder de policía a través de su personal (Guardafaunas y Guardaparques) quienes vigilarán el estricto cumplimiento de la nueva normativa, estando autorizados para solicitar la exhibición de la documentación pertinente y hasta solicitar el retiro del área en caso de no cumplimentar los requisitos necesarios. Tal como se desprende de los considerandos de la Resolución 980 y como la califica Fundación ECOS, esta medida es una suerte de anticipo del Plan de Manejo del Iberá, un “ensayo” sobre una locación geográfica reducida de la Reserva, como lo es la laguna Iberá, pero con gran trascendencia, por ser uno de los sitios más sensibles y conspicuos de todo el sistema.