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¿San Maradona?

EMILIO GUILLERMO NAZAR (*)

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Gilda, Rodrigo, el Gauchito Gil o la Difunta Correa tienen “santuarios”, pero. ¿significa que son santos? ¿Qué es un santo?.


Para los católicos, ser santo es participar de la santidad de Dios. Jesucristo es el Santo de los Santos y el Espíritu Santo es el Santificador. Dios, Nuestro Padre, nos creó para ser santos, y se llama santo a lo que está al servicio de Dios en forma particular, sea persona, cosa, lugar, tiempo. Todo católico debe alimentar la vocación a la santidad en este sentido. ¡Usted también puede alcanzar la santidad! Y para ello hay que perseverar en las virtudes hasta el último momento de la vida. LA SANTIDAD ¿Cómo saber si un difunto es verdaderamente un santo? La certeza de la santidad de un difunto sólo se tiene cuando éste ha sido formalmente reconocido por la Iglesia por medio de un proceso llamado canonización. Sabemos que hay innumerables santos en el cielo que no han sido canonizados, es mas, podemos tener razones para pensar que un difunto esté en el cielo. Pero no podemos proponerlo como santo para veneración pública sin la canonización. Cuando popularmente se tiene a un difunto como santo que no ha sido reconocido por la Iglesia, puede ser que la gente acierte y más tarde el difunto sea oficialmente reconocido por la Iglesia como santo. También puede ocurrir que el difunto sea santo pero que nunca sea reconocido canónicamente, aunque se trate de una vida ejemplar. La tercera posibilidad es que la gente se equivoque, lo cual puede causarles desvíos, porque la gente se identifica con quien tuvo luchas, sufrimientos y tragedias; pero eso no es suficiente para ser santo. Si se trata de personas que son falsos santos, ¿cómo es que hacen milagros? Es necesario aclarar que sólo Dios hace milagros, y que los santos solamente interceden. Los falsos santos pueden aparecer como milagrosos, pero los falsos santos no pueden hacer milagros de verdad, sino que se trata de una apariencia y engaño, en lo cual puede haber incluso una intervención del demonio. Por eso, hay que tener mucho cuidado con ciertas devociones de personas que no se han caracterizado por las virtudes que buscan agradar a Dios, ni por imitar a Jesucristo. Los santos son modelos, y debemos imitar sus virtudes heroicas. Pero ¿qué podemos imitar de Gilda o de Rodrigo en ese sentido? ¿Qué virtud hay en la Difunta Correa o en el Gauchito Gil? DIFUNTA CORREA “La difunta Correa”, es un mito sanjuanino que tiene adeptos en Argentina y Chile. En 1835 fue reclutado un criollo apellidado Bustos para las montoneras de Facundo Quiroga, y llevado por la fuerza a La Rioja. María Antonia Deslinda Correa era su mujer, quien desesperada porque su esposo iba enfermo, tomó a su hijo y siguió las huellas de la montonera. Dice la leyenda que después de mucho andar, sin fuerzas, sedienta y agotada, se dejó caer en la cima de un pequeño cerro. Animales de carroña revoloteaban sobre el cadáver de la mujer y al verlos, unos arrieros que pasaron por la zona encontraron al niño aún con vida, alimentándose de sus pechos. Recogieron al niño, y dieron sepultura a la madre en las proximidades del Cementerio Vallecito, en la cuesta de la sierra Pie de Palo. Con el tiempo, empezaron las peregrinaciones a la tumba de la “difunta Correa”, la gente acercaba ofrendas, se le atribuyeron milagros, generando un folklore popular sobre el tema. GAUCHITO GIL “El Gauchito Gil” es originario de la provincia de Corrientes. Algunos lo consideran un “Robin Hood” correntino, que robaba a los ricos para darle a los pobres, a quien la policía mató en una emboscada; otros dicen que murió en un duelo entre gauchos, mientras que otra versión sostiene que se negó a alistarse o desertó del ejército durante las guerras internas de Argentina y entonces lo fusilaron. Algunos lo tomaron por santo y, a pesar de que han pasado muchos años, hay gente que lleva una cinta roja, que es su símbolo, y pone imágenes de él junto a las de María Santísima y los santos. La gente que frecuenta sus “santuarios” se considera católica y cree que es un santo más de nuestra Iglesia. La razón de su popularidad no se origina en la santidad sino, quizás, en que la gente, inconcientemente, ve en él una víctima de la injusticia y de los conflictos humanos que ellos también sufren, al igual que en el caso de la difunta Correa. SAN LA MUERTE “San La Muerte” también tiene seguidores en nuestro país y es venerado principalmente en Corrientes, Chaco, Misiones y Formosa, y también en el Paraguay. Su culto surge tras la expulsión de los jesuitas de sus misiones en el noreste de la Argentina, en 1767. Cuando la Iglesia habla de prepararse para la “buena muerte” algunos, por error, han pensado que se trata del nombre de un santo llamado “San La Muerte” o “San Buena Muerte” a quien veneran por sincretismo, el Viernes Santo y el Día de todos los Muertos. Se trata entonces de un santo que no existe. GILDA Y RODRIGO Gilda, la popular cantante, se llamaba Miriam Alejandra Bianchi. A los 18 años se casó con Raúl Magnín con quien tuvo dos hijos, Mariel y Fabrizio. Luego de su separación a los 29 años, Gilda se presentó en una entrevista por un aviso clasificado en el que convocaban vocalistas para un grupo musical. Allí comenzó su carrera musical. Falleció en un accidente de tránsito el 7 de septiembre de 1996. Sus fans dicen que Gilda es generadora de milagros. También el cantante Rodrigo falleció en un accidente automovilístico en la Autopista Buenos Aires-La Plata, en mayo de 2000, tras una agitada vida donde no faltaron la lujuria y las drogas. Tras su muerte, se empezaron a construir santuarios dedicados a su persona y estampitas con su imagen y “Oraciones místicas”. MADRE MARÍA María Salome Loredo Otaola de Zubiza, más conocida como la Madre María, era de origen español, nació el 11 de octubre de 1854 y murió el 2 de octubre de 1929. Llegó a la Argentina en 1866, y hacía predicaciones logrando numerosos adeptos, alegando que se apoyaba en la Religión Católica, aunque tenía un contenido de tipo espiritista. Ella fue discípula de Pancho Sierra; existe un culto que se le rinde por Miguel Maresco Duval, quien se hace llamar “Hermano Miguel”. ¿Y MARADONA? Supuestamente, el 30 de octubre de 1998 se le ocurrió a un grupo de fans de Maradona decir que ese día era una “Navidad”, porque Diego Armando Maradona había nacido un día como ese. Para el 30 de octubre de 2001 se les ocurrió hacer una “cena de Navidad”, y se habló de una “Iglesia”, porque si Maradona es el “Dios del fútbol” debía tener su “Iglesia maradoniana”. Aquí lo que se reverencia es que Maradona hizo un gol con la mano a los ingleses. y desde allí surge una burla a la Iglesia Católica, cuando hasta han llegado a afirmar que la madre de Maradona es virgen y cosas semejantes. Un negocio de fanáticos que pretende generar un mito. Mal que les pese a muchos, Maradona es un ser mortal, que goza de defectos, y que incluso podría aspirar a la santidad si se lo propusiera. Pero hay que proponérselo y llevar una vida de virtudes, lo cual entra en la esfera de libertad de cada uno. A diferencia de todos los anteriores, Maradona se encuentra actualmente vivo, de ahí la posibilidad de renegar de la Fe, o de que se asuma como católico militante, lo cual entra en la esfera de su libre albedrío. LOS MILAGROS Milagro es una intervención sobrenatural de Dios en un hecho no explicable por las leyes naturales. ¿Cuál es el milagro en estos casos de devociones que hemos relatado, sin pretender agotar el abanico de falsos cultos divulgados en el mundo entero? ¿Dónde está la virtud? Ser santo es algo que ilumina la vida de toda persona que quiere seguir los pasos de Jesucristo. Y la santidad hay que conquistarla. Relativamente pocas son las falsas devociones, frente a la multitud de santos que la Iglesia Católica ha canonizado. Sería bueno profundizar la vida de los santos, la vida completa y sus obras, sus escritos, sus milagros. Y veremos cuánta diferencia hay con estos casos que hemos mencionado. Desde su vida habitual, desde sus actividades, usted también puede emprender el camino de mejorar la vida de la Fe, de ir eliminando defectos y profundizando las virtudes. Usted también puede ser santo, y todo depende del buen uso de su libertad. (*) Recibido por Corrientes al Día de Agencia NOVA, por Emilio Guillermo Nazar, abogado, católico apostólico romano (arrobados@hotmail.com).

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Opinión

Cuando el mérito no importa

OPINIÓN (*)

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Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.


Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo.  Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico.  Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!

 

Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles.  Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan.  Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.

 

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Pobres Alberdi y Sarmiento.  Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria.  Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.

 

Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.

 

¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar.  El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.

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Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.

 

El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias.  Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.

 

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Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.

 

¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país.  ¿En serio?  ¿Se puede ser tan caradura?  Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?

 

También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio?  “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.

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Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos?  Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.

 

Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.

 

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Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.   

 

El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.

(*)  Rogelio López Guillemain

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Opinión

Reconvertir proyectos e innovar

POR MARIA EUGENIA MANCINI

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La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.


Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.

 

Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.

 

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También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.

Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.

 

Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables  y caminos nuevos para salir adelante.

 

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Pienso que un camino de desarrollo  es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.

 

Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo  foco en nuestros recursos y liderar.

 

Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos  el compromiso de crear un cambio duradero.

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Opinión

La “borocotización” de Alberto

(*) OPINIÓN

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Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner.  Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.


El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".

 

En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.

 

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La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo  a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.

 

Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.

 

Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.

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En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.

 

La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.

 

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(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.

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