Opinión
Escritores maltratados en Festival Latinoamericano
OFENDIDOS Y HUMILLADOS (*)
Excepciones hechas a aquellos marketineados por el capital o por la burocracia oficial, las informalidades, los malos tratos, las ofensas, parecen ser el vuelto diario con que se pagan los esfuerzos del creador Argentino. A todo nos hemos acostumbrados, sería un infierno hacer caso omiso a esto. Oscar Portela
El título, una cita del libro homónimo de Fiodor Dostoievski, corresponde muy bien a lo que sentimos mi mujer y yo al ser tratados con la mayor desconsideración, falta de la más mínima ética y absoluta carencia de responsabilidad por los organizadores del Festival Latinoamericano de Arte, celebrado en la ciudad de Mar del Plata, en Argentina, desde el 11 al 17 de diciembre pasados. La organización de este encuentro de nombre rimbombante y contenido pobrísimo corrió por cuenta de la Fundación de Poetas de Mar del Plata (FPMP), cuyas filiales en el resto del país venían cumpliendo un itinerario muy correcto de eventos culturales, concretados en distintas fechas y lugares a lo largo de 2006. Lamentablemente, la sede central de la entidad -Mar del Plata- la no estuvo ni por asomo a la altura de sus propias filiales. En noviembre último, el secretario general de la FPMP, René Villar, volvió a insistir respecto de mi presencia en alguno de los eventos programados por la FPMP, como lo venía haciendo durante todo el 2006 para que participara en los encuentros organizados por la entidad en distintas localidades de la Provincia. de Buenos Aires. A todas esas invitaciones previas me negué, por mis obligaciones laborales y personales. Finalmente, accedí a presentar mi libro recién publicado en el marco del citado Festival Latinoamericano de Arte a realizarse en diciembre del corriente. Villar me notificó que la FPMP se haría cargo del alojamiento de mi mujer -quien es investigadora teatral y que iba a tomar parte del acto de presentación de mi libro- y del mío propio. Tanto las reiteradas invitaciones como la notificación de las condiciones de nuestra estadía en Mar del Plata fueron realizadas por Villar vía e-mail. De buena fe, accedí al pedido y me trasladé con mi mujer desde la Ciudad de Buenos Aires, donde residimos, hasta la sede del Festival, costeando los pasajes de ida y de vuelta de mi bolsillo. Al llegar al hotel señalado, me entero por el conserje de que mi reserva estaba cancelada y la habitación asignada entregada a otros pasajeros, dado que este señor Villar había enviado un mail al hotel señalando que mi mujer y yo íbamos a tomar la habitación el viernes 15 de diciembre. Cuando acepté la invitación, yo había informado a Villar que llegaría el sábado 16 y debía partir el domingo 17 de diciembre. Me comuniqué telefónicamente con Villar, a fin de que solucionara el problema que él mismo había originado y se presentara en el hotel para ello, pero me manifestó que vivía en las afueras de Mar del Plata y no podía concurrir antes de las 14 hs., cuando debía asistir a una reunión de la FPMP a realizarse en un centro cultural llamado La Rada. Me indicó que nos dirigiéramos a dicho centro cultural para reunirnos con él y que almorzáramos allí por cuenta y cargo de la FPMP. Fuimos hasta el citado centro cultural y lo encontramos cerrado con rejas, cadenas y candados. Con mi mujer descompuesta por el viaje y al borde de un ataque de nervios, volví a la estación de ómnibus para cambiar los pasajes y volvernos inmediatamente a Buenos Aires, pero allí comprobamos que los pasajes no tenían devolución. Volví a llamar varias veces a Villar, que pasadas las 14 hs. seguía al teléfono hogareño, y hasta pedí por favor que, dado el estado de mi mujer, me consiguiera urgente algún tipo de alojamiento, ya que, además, había alerta meteorológico y todas las plazas hoteleras de la ciudad estaban cubiertas por los más de cuarenta mil visitantes que habían venido a Mar del Plata a presenciar un recital de rock. Finalmente, tras una docena de llamadas, logré que Villar me indicara un hotel, mucho más que muy modesto -vamos a usar este eufemismo- donde quedaba una sola habitación sin ocupar, dado que carecía de ventilación, de teléfono y de otras necesidades básicas para un pasajero en tránsito. Insistí con las llamadas y por terceras personas me enteré de que la presentación de mi libro y todas las otras actividades culturales “previstas” por la FPMP, como consecuencia de la escasez de público asistente a las mismas, habían sido trasladadas al Centro Cultural La Rada. Logré comunicarme telefónicamente con el presidente de la FPMP, Dardo Sextino, quien me manifestó al enterarse de los hechos que estaba dando un curso -¿un curso de qué?…me pregunto yo- y que el tema “de la hotelería” (sic), así lo denominó, no era su área. Le recordé que como presidente de la FPMP todo era su área y sólo atinó a responder: “todo se va a arreglar”. A las 18.30 hs. me presenté en el Centro Cultural La Rada -un humilde café-bar de reducidas dimensiones- que entonces sí estaba abierto y con unas 10 personas en su interior. Este era el Festival Latinoamericano de Arte organizado por la FPMP. El acto cultural que se estaba desarrollando cuando llegué -del que participaban miembros de otra entidad, la Sociedad Argentina de Escritores filial Mar del Plata- originariamente estaba previsto para las 15 hs. y eran, como ya dije, las 18.30 pasadas. Me hice indicar dónde estaba Villar y le manifesté que en esas condiciones mi libro no se iba a presentar, a lo que reaccionó con la mayor grosería, elevando la voz y gesticulando, tras lo cual se retiró. Por respeto a las 10 personas que estaban escuchando la lectura de un autor en esos momentos, me retiré yo también. Demás está decir que al día siguiente. al retirarnos para viajar a Buenos Aires del paupérrrimo hotel donde mi mujer y yo estábamos alojados, debí abonar de mi propio bolsillo la cuenta de nuestro alojamiento, pues nadie de la FPMP se hizo presente para ello, ni se comunicó conmigo por teléfono ni ninguna otra cosa parecida. Desde luego, tampoco nadie se deshizo en disculpas por hacernos perder tiempo y dinero y ganas, concurriendo a un caótico “Festival Latinoamericano”, con invitados del exterior (¡!!) y, entre los locales, el poeta Leopoldo Castilla y la dramaturga, guionista, directora de teatro, ensayista y docente Cecilia Propato, a quienes no vi por el lugar. ¿Estaban invitados realmente todos los nombrados o solamente figuraban en el programa?. Tampoco nadie nos explicó por qué se puede faltarle el respeto a un autor que viaja 400 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para concurrir a un festival de la irresponsabilidad, la grosería y el caradurismo, sin cobrar un solo centavo y pagándose los pasajes. Tengo 50 años y he participado en varios congresos, encuentros y festivales, dentro y fuera de nuestro país y es la primera vez que me sucede algo como lo relatado. El dinero y el tiempo que perdí por mi buena fe ya no importan. Lo que sí me importa es que ningún otro colega tenga que pasar por parecidas circunstancias. Me pregunto qué nos hubiese pasado a mi mujer y a mí si yo no hubiera llevado dinero extra para afrontar cualquier imprevisto, confiando en la previsión y la responsabilidad de la inefable FPMP, su presidente y su secretario general. (*) Recibido por Corrientes al Día de Por Luis Benítez, Poeta, narrador y dramaturgo argentino, miembro activo de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina, de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, EE.UU., con sede en la Columbia University; de la World Poets Society (Grecia); de la International Society of Writers (EE.UU.) y del Advisory Board de World Poetry Press (India). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poétes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.