Opinión
¿Elecciones y mañana que? El estupor.
DEDICADO AL DR. VICENTE MOLINA
La perplejidad en Aristóteles. “Las aporías y la ignorancia, perplejidad y admiración que ellas implican o suscitan originan el afán de huir de la ignorancia, de salir de la perplejidad, de hallar la salida -por medio del saber: originan el afán de éste, el afán de sabiduría en general”.
José Gaos. La perplejidad en Heidegger “El hombre mira atónito lo que pueda venir con la explosión de la bomba atómica; no ve lo que hace largo tiempo ha llegado y ciertamente ya ha sucedido, lo que expele la bomba atómica y su explosión únicamente como su última eyección -por no hablar de la bomba de hidrógeno, cuya deflagración inicial podría, teniendo en cuenta sus máximas posibilidades, extinguir toda vida terráquea. ¿Qué espera esa angustia llena de perplejidad, si lo decisivo ha ocurrido ya?” La perplejidad en Wittgestein “Para Wittgenstein las cuestiones filosóficas comienzan con la perplejidad. Con la perplejidad, por ejemplo, ante la palabra “tiempo”, ante su gramática, ante lo que podría llamarse contradicciones aparentes en esta gramática. Dicha perplejidad se expresa a través de preguntas desorientadoras. Preguntas que son “una manifestación de falta de claridad, de desagrado mental” y que Wittgenstein, siguiendo a Hertz, compara a la pregunta “¿por qué?” “Tal como suelen hacerla los niños”. También esta es una expresión de desagrado mental y no demanda necesariamente ni una causa ni una razón” La perplejidad ante la gramática de la palabra “tiempo” lleva a San Agustín a formular una pregunta desorientadora: “¿Cómo es posible que se pueda medir el tiempo? Pues el pasado no puede ser medido, por estar pasado; y el, futuro no puede medirse por que no ha llegado todavía. Y el presente no puede medirse por que no tiene extensión”. La perplejidad para Jorge Semprun “No hay reflexión teórica digna de este nombre, en efecto, que no arranque del asombro, de la duda. De la perplejidad, en fin de cuentas. Un pensamiento afincado en la certeza absoluta de sus propios postulados o puntos de partida no sería tal, en verdad. Sólo sería discurso monolítico, dogmático monólogo. Diciéndolo con palabras de Javier Muguerza, uno de los filósofos españoles más interesantes y rigurosos de nuestros días: «La perplejidad no es tan sólo un signo de los tiempos que vivimos, sino también, y en cualquier tiempo, un acicate insustituible de la reflexión filosófica. Por eso Ortega, para quien “la vida es permanente encrucijada y constante perplejidad”, solía decir que “el más certero título de un libro de filosofía es el que lleva la obra de Maimónides”. La filosofía es siempre, por lo tanto, una Guía de Perplejos. Y con harta frecuencia le pe-dimos que “nos saque de” la perplejidad”. La perplejidad para Kierkegaard “Para Kierkegaard, la fe es un salto y, por tanto, un riesgo donde la plena inseguridad humana se transforma en la plena seguridad de lo divino. Este salto no puede ser menguado por la razón. El objeto de la fe es la paradoja, es la absoluta sumisión a la más completa perplejidad. Solamente la fe nos permite alcanzar a Dios sin negar su infinita diferencia y su infinita trascendencia”. Rodrigo Figueroa Weitzman “La vida es siempre perplejidad, decía Ortega. Vivir es carecer de brújula y de reloj. Es no saber dónde está uno, qué significa lo que hay al lado, ignorar lo que viene después, desconocer el rumbo que debe uno tomar ante las disyuntivas que se abren”. Jesús Silva-Herzog Márquez La perplejidad para Gegory Bateson “Con estas preguntas irracionales y a menudo absurdas creaba a propósito perplejidad, pero muchos estudiantes y autores seguían admirándole precisamente por eso. Cuando uno de sus asistentes de clase una vez se atrevió a romper este silencio artificial lo insultó diciendo: “¡Usted es un mono! Justamente ahora tenía un silencio suculento en el horno y usted tenía que meter sus babuchas gordas!”(13) Sabía vender sus construcciones confusas como auténticas genialidades” Michael. M. Weber EL MAÑANA QUE PASO Oscar Portela Cada paso, cada acto de gobierno, cada escándalo – ni de el ni razón ni de la fe – inducen a las cabezas pensantes a la “perplejidad”. Es verdad que entre la perplejidad y el asombro estén intricadas combinaciones. Pero resulta posible que la misma “perplejidad nos conduzca al asombro y ésta al saber”. En realidad el estado de “perplejidad” en que está sumida la humanidad y en especial el pueblo Argentino ante su destino no aseguran un camino seguro para salir del laberinto de la ignorancia. Es el desafío de Teseo. En el fondo del laberinto construido por Dedalus espera el Minotauro. Solo una rigurosa “anatreptika” – desmantelamiento – tal como la describe Joaquín Meabe nos permitiría salir del solitario laberinto y sus trampas. Un obispo y sus dudas El obispo de Londres Georges Berkeley afirmó: “ser es percibir”. Pero solo Dios lo percibe todo. No obstante con cierto grado de angustia porque el “substancialismo” se desvanecía ante sus ojos, tomo una aguja y se pincho en el brazo. El dolor lo torno – si no al yo – de inmediato a lo que creía era percibirse a si mismo y dejar atrás todo principio físico de “incertidumbre”. Más aún hoy – aunque los “fotones” sean perceptibles por los adelantos técnicos de hoy, el principio de los “indiscernibles” se mantiene sólido. ¿Quien podría contestar cual es el origen de la antimateria? YO CONFIESO Sentirme hoy más que nunca hundido en la perplejidad que me produce ser y estar siendo aun en un país llamado Argentina. La perplejidad me conduce al sometimiento que el oscurecimiento de todo produce en los que solo perciben ya las “formas” y no los contenidos. Me remito ahora al discurso de la “filosofa” Cristina Kirchner en el acto de lanzamiento de su candidatura a la primera magistratura del país cuando afirma: “Debemos “despejar” toda perplejidad de nuestros horizontes”. No alcanza el menguado razonamiento mío a comprender esta proposición ante el “estado de quiebre institucional, jurídico, y económico en el que deriva el estado Argentino, a saber oscurecido el llamado a un Estado- Representativo. En de el cual se vaciaron los contenidos que hacen a una representación” – y real percepción (percetio) de lo que es – . ¿Existirían dudas razonables para pensar que las revoluciones Democráticas no fueron realizadas con el apoyo mayoritario del pueblo?. ¿Absolutamente no. Desde la decapitación de Carlos I de Inglaterra a la de Luis XVI, pasó el poder a manos del pueblo? Dirá la Historia que Oliverio Cromwell dio paso a la restauración de la Monarquía Francesa y la Noche de Varennes a la Coronación de Napoleón I como Emperador de Francia. Y si embargo son y constituyen las bases de lo que denominamos “democracias modernas”. Hitler, Stalin, Musolini, gobernaron con el apoyo mayoritario de su pueblo y con seguridad, para ellos, aunque el termino “democracia” haya sido solo el camino que por el que transitaron, a instaurar los peores totalitarismos del siglo pasado. ARGENTINA HOY La palabra pueblo a salido de quicio como también la muy cara a la palabra democracia “opinión pública”: cito: “¿Que es hoy la opinión publica?”: Jacques Derrida: “¿Hoy? La silueta de un fantasma. La obsesión de la conciencia democrática. El fantasma tiene derechos y poderes. Pero ¿como ajustar exigencias contradictorias? ¿Por que debe precaverse la democracia parlamentaria de aquello que, sin embargo, se parece a la fuente de su legitimidad? .. Por lo que se refiere al ritmo, al médium y en primer lugar a la historia de la opinión pública, se trata de la cuestión del día..”.. (fin de la cita). ¿Pero quienes producen opinión pública a escala de medios acústicos y audiovisuales, lo hacen realmente o la “opinión pública” ha caído y se ha tornado solo fantasmatica?: el estupor ante la afirmación de la señora de Kirchner no cede, y se profundiza en la medida cuantificable de un “hoy,” que ya es pasado. Nada queda en la República como canales de participación o protagonismo ciudadanos, que no sean los “inarticulados” frentismos que se atienen a la observancia del hoy. Y el hoy esta crucificado por la “incertidumbre de los índices inflacionarios”, la censura de algunos hacedores de “opinión pública”, en perversos mecanismos de corrupción estructuralmente solidificadas, en la “deconstrucción” de todas las pautas de conducta que hacen a una comunidad organizada, al desprecio del espíritu de las leyes, atadas a la cotización en bolsa de las bancas de una simulación de Congreso y Cámaras Provinciales. Pero la “opinión publica” está ausente y así lo quiere “hoy” el “stablismenth” político y económico Argentino, que difiere para la ausencia de futuro una democracia transparente y representativa. Los partidos políticos nacionales no han encontrado otra “formula” más consistente, que intervenir sus comités provinciales en un intento desesperado por defender los “frentismos” a través de los cuales se intenta salvar – no lo queda de ideología -, sino porciúnculas de poder en la conformación del futuro Congreso de la República. Ninguna señal hacia aquellos que son electores de “sombras”, a poco tiempo de que se defina, el destino de una nación que había nacido destinada a la grandeza, y agoniza en el exilio. Nadie sabe – “la opinión publica fantasmatica”, que la herramienta del voto puede tanto un camino hacia la total desintegración de un Estado, como a la salvación de un sociedad culturalmente integrada. Empero el “estupor” debe ser dejado a un lado. MÁRGENES DEL RÍO PARANÁ (Corrientes) Basta leer las declaraciones del Presidente del ex partido Liberal Sitjá y Balbastro, para advertir hasta que punto la decadencia recorre y usurpa el ámbito de todas las conciencias políticas provinciales. “Microestrategias” para salvar lo que “resta” de la decadencia del “día”. Y por el otro costado de esta implacable deriva, la señora de Mathó sin “estupor” ni “asombro” alguno, se prepara para contemplar como la República de sus mayores poco a poco se convierte en el paradigma, de aquello que debe hacernos caer en el “estupor” mas profundo, por que éste y solo éste, será el camino que conduzca a otra verdadera dirigencia, a inducir al soberano bajo la persuasión de razonamientos fundados, hacia las fuentes nutricias que hicieron grande nuestra patria. Mientras tanto la confusión, – el “que va a hacer este día?”: (Paul Valery)- y la fría indiferencia de aquellos no incluidos en éstas luchas intestinas, pueden conducirnos al caos. Del caos a la anarquía existen cortos pasos. Y del abismo. ¿Como presumir de que modos podríamos salir de el? (*) Oscar Portela; Corrientes 15 de Agosto de 2007
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.