Opinión
El monopolio de los hechos
PATRICIA FORTINO (*)
Cuando yo era una joven estudiante de periodismo (de esto hace muchos años) era una discusión sin término, la independencia del periodista, como trabajador dependiente de un medio periodístico. Las ideas progresistas de los estudiantes se daban de palos con la experiencia incontrastable de quienes nos enseñaban, junto con los contenidos académicos, toda la puesta en marcha de sus profesiones.
El tire y afloje giraba casi siempre en poder ser independientes de la editorial, manteniendo eso de “la objetividad” como la herramienta más importante del trabajador de prensa. Al final, los que estábamos del lado de los sueños, concluíamos que en esos tiempos de dictadura (principios de los “80) los expuestos periodistas que auspiciaban de docentes no podían actuar de otra manera. Pero son discusiones que aunque pasen los tiempos, las botas, y las ideas cambien de rumbo o la libertad de elegir brinde algunas permisiones, no dejan de estar presentes. Porque para entonces era una discusión que se planteaba solo en ámbitos relacionados con el tema, todo lo que fuera distinto a lo oficial, era marcado, perseguido, clausurado, incendiado o peor aún sus responsables detenidos, desaparecidos, asesinados. En su libro “Los periodistas desaparecidos” publicado con fecha 22 de marzo de 2006, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) recuerda a los más de de cien periodistas desaparecidos y asesinados. Para cuando se monopolizaron los medios de comunicación en el país, era moneda de cambio hacer como que no pasaba lo que pasaba, o para mejor entender, pasaba solo lo que tenía que pasar. En esos tiempos se hizo carne una frase no sólo entre los medios, sino entre la población en general: “Lo que no sale en Clarín, no pasa”, dándole el privilegio de ser el hacedor por excelencia de las noticias, o yendo más lejos, de tener el monopolio de los hechos. Hoy, en cambio, los profesionales de prensa dedicados a la política, se autodefinen como “independientes” en su primera página curricular. Parece ser que es mejor calificado poner de antemano el cartel luminoso que llame mucho la atención del reflexivo atento y vigilante público. Pero, aunque a nadie le es indiferente, ni desconocida la mentada independencia no es de los medios en los que trabajan, sino del Gobierno del Presidente Kirchner. Aquí es dónde todo aquello que aprendí mientras estudiaba, hace agua. Porque nuestras discusiones aguerridas con los “viejos” periodistas de entonces no eran alrededor de la independencia ideológica, que por el contrario defendíamos cuando esperábamos deseosos el enfrentamiento con el Jefe de Redacción conservador que presuponíamos nos estaba esperando en la Redacción de algún matutino. Nuestra defensa como trabajador de prensa, era justamente, poder decir lo que pensábamos independientemente de la idea política de la editorial para la que trabajáramos. Lo que se dice “idealistas”. Cuando hoy hacemos rodar el dial de la emisoras de radio, pasamos las hojas de los diarios o miramos un informativo de televisión, podemos hacer un solo programa radial, un solo diario o un solo informativo televisivo, porque aunque distintas empresas se distribuyan oyentes, lectores y televidentes, hay un solo hilo conductor en la forma y en el medio, en qué es noticia y en qué bueno está que todo esté mal. Los informativos nunca tienen “buenas noticias”. Ahora llegó el tiempo de hacer la defensa del tremendismo, y esto no tiene nada que ver con aportar o no, que no crean quienes llevan la imagen de la inseguridad permanente que hacen algo para combatirla. Tampoco quienes se rasgan las vestiduras por el hambre de los pibes, el paro de los docentes, los accidentes de tránsito, el paco o el HIV, están libres de culpa y cargo. Cuando los Grondona y los Neustad defendían las privatizaciones, también estaban en la misma bolsa las concesiones de los medios de comunicación. Los mismos medios que hoy están saturados de profesionales “independientes”. Quiero aclarar, y empecé haciendo una mención a ello, que presiones han tenido y seguramente deben tener y tendrán que cambiar mucho los tiempos para que dejen de tenerlas, todos los periodistas. No voy contra esos, porque esos son los que deben dar la pelea, justamente contra los monopolios que los emplean. Mi análisis es contra los que se ponen el traje de laburantes de prensa y representan con más convicciones que el mismísimo editorialista los intereses económicos de los medios. Los medios que además son los principales accionistas de papel prensa, como si esto fuera un tema menor: Arte Gráfico Editorial Argentino Sociedad Anónima – Clarín (37%) y S.A. La Nación (34,49%). Ni hablar cuando la independencia tan mentada se ve beneficiada por los elogios, los guiños y agradecimientos de los políticos opositores al oficialismo. Así, podemos escuchar la conmovida declaración, improvisada y sin edición previa de una candidata (estrenada en absuelta de la justicia), donde en medio de tanto agradecimiento místico, pudo meter como chivos publicitarios los nombres de los periodistas independientes que le dieron prensa, tan desinteresadamente como su agradecida mención entre los nombres de cristo, la eucaristía y la santísima suerte que le acompaña según dice. ¿Cómo se puede hablar de campaña sucia cuando los dueños de la basura son los que tienen los medios para difundirla? Las herramientas mugrientas y siempre criticadas de la política clientelística no le llegan a hacer sombra a los mecanismos decapitadores de ideas, deformadores de opinión y conducidores de elección que usan los medios de comunicación masiva en exclusivo beneficio de sus intereses políticos y económicos. Por tanto, y a la memoria de quienes hicieron de esta profesión las entrañas mismas de sus vidas, en honor a las desapariciones y muertes de estos compañeros, en homenaje a sus vidas puestas indiscutidamente a servicio de la causa popular, y en mérito a su incuestionable forma independiente de ejercer el periodismo, dejemos de hacer mal uso de la palabra. Tengamos presente que es una de las primeras cosas que nos enseñan y si no recordamos su correcto significado no está de más recurrir al amigo diccionario. INDEPENDIENTE. adj. Exento de dependencia. Libertad, autonomía. LISTADO DE PERIODISTAS DESAPARECIDOS Claudio Adur (11-11-76), diarios Crisis y El Cronista Comercial, revista Arte Hispanoamericana. Fundador del Centro de Estudios e Investigaciones Artísticas. Docente. Ricardo Emir Aiub (09-06-77), periodista de Coronel Dorrego. Alejandro Martín Almeida (17-06-75), agencia de noticias Télam. Lucina Alvarez de Barros (07-05-76), revista Barrilete. Docente. María Elena Amadío (30-03-76), revista Discusión. Andrés Lucio Ariza (22-07-76), periodista de Córdoba. Juan José María Ascone (18-05-77), diario La Opinión, revistas Primera Plana y Competencia. Corresponsal extranjero. Jorge Alberto Asenjo (12-06-76), periodista de Cinco Saltos, Río Negro. Oscar Osvaldo Barros (07-05-76), revistas Crisis y Barrilete. Escritor. María Bedoian (12-06-77), revista Dinamis y radio Municipal. Horacio Félix Bertholet (01-10-76) Canal 2 de La Plata y docente en la Escuela de Periodismo de La Plata. Alicia Raquel Burdisso Rolotti (21-06-77), periodista de Tucumán. Miguel Angel Ramón Bustos (30-05-76), diario El Cronista Comercial y revista Panorama. Poeta. Juan José Capdepón (04-78). Roberto Carri (24-02-77), diario La Opinión, revistas Primera Plana y Extra. Sociólogo, escritor y docente. Aldo Néstor Casadidio (07-12-76), periodista de la Casa de Gobierno de Mendoza. Conrado Guillermo Ceretti (27-07-76), revista Panorama, diarios Clarín y La Opinión. Licenciado en Letras, traductor, ensayista y docente. Jaime Colmenares (02-01-77). Haroldo Pedro Conti (05-05-76), revista Crisis. Como escritor obtuvo el Premio Barral, Casa de las Américas, Life, Municipal de Buenos Aires, Fabril Editora y Universidad Veracruzana. Daniel Alberto Danquen (15-05-77), diario Clarín. Eduardo Defieri (1977), periodista independiente de Buenos Aires. Julián Delgado (04-06-78), revista Mercado y diario El Cronista Comercial. Héctor Ernesto Demarchi (05-08-76), diario El Cronista Comercial. Delegado sindical. Carlos María Denis (27-03-77). Mabel Kissler de Domínguez (06-01-77), diario El Mundo. Pablo Hermes Dorigo (20-08-76), empleado de Canal 9 de Buenos Aires. Dardo Sebastián Dorronzoro (25-06-76), colaborador de los diarios Alberdi de Vedia, El Civismo de Luján y La Gaceta de Tucumán. Escritor. Alicia Graciana Eguren de Cooke (26-01-77), revista Nuevo Hombre. José Guillermo Espinosa (18-01-76). Rodolfo Jorge Fernández Pondal (05-08-77), director adjunto de la revista Ultima Clave. Claudio Arnoldo Ferraris (30-07-77), poeta y trabajador gráfico del diario La Opinión. Ernesto Luis Fossati (26-11-76), revista Panorama. Jorge Horacio Foulkes (17-03-78). Gerardo Francisco Gatti Acuña (09-06-76), trabajador gráfico. Raymundo Gleyzer (27-05-76), revistas Panorama, Life, Parabrisas, Time, Georama, Editorial Códex y Alexoraft. Cineasta. Célica Gomez (03-01-78), agencia de noticias Télam. Alberto Jorge Gorrini (03-06-78), periodista y fotógrafo. Profesor de Filosofia. Luis Rodolfo Guagnini (21-12-77), diarios La Opinión, Clarín y El Cronista Comercial, corresponsal de Interpress Service, El País de España, Latin American Political Report y Latin American Economic Report de Londres. Diana Griselda Guerrero (27-07-76), diarios El Cronista Comercial y La Opinión, revista Discusión. Norberto Habbegger (08-78), subdirector del diario Noticias, revistas Panorama y Primera Plana. Escritor. Jorge Rodolfo Harriague (12-77). Mario Hernández (11-05-76), codirector de la revista Militancia y director de El Descamisado. Abogado. Mario Herrera (24-05-76), revista Confirmado. Juan Carlos Higa (17-05-77), diario japonés Akoku Nippo. Poeta. Daniel Saúl Hopen (17-08-76), periodista y sociólogo. Ignacio Ikonicoff (12-06-77), diarios La Opinión, El Mundo y Noticias, revista Panorama, agencia Interpress Service. Dirigente del Sindicato de Prensa de Resistencia. Doctor Honoris Causa de La Sorbona. Santiago José Illa (12-05-76). Maurice Jaeger (08-07-75), corrector y crítico literario de La Gaceta de Tucumán. Alfredo Kolliker Frers (15-12-76), diario alemán La Plata Ruff y Prensa Libre. Miguel Francisco Lizaso (14-09-76), revista La Causa Peronista. Susana Lugones (24-12-77), diario La Opinión, revistas Siete Días y Crisis. Francisco Eduardo Martín (14-05-77), diario La Nación, ex delegado sindical en esa empresa. Mario Martínez (23-01-77). Elsa Martínez de Ramíres (30-05-78). José Mario Martínez Suárez (23-12-77), periodista uruguayo. Heraldo Juan Marucco (03-05-77), editorial Atlántida, secretario Adjunto de la Asociación de Periodistas de Buenos Aires (Apba). Nebio Ariel Melo Cuesta (08-02-76), periodista uruguayo. Liliana Molteni (21-06-76), periodista, cofundadora del Centro de Estudios Pampeano. Susana Beatriz Medina de Bertholet (01-10-76). Luis Carlos Mónaco (11-01-78), periodista de Córdoba. Toni Agatina Motta (11-80), periodista estadounidense corresponsal del Dailly News de Roma. Daniel Moyano Vega (1976), diario Los Andes de Mendoza. Paulo Alberto Nazar (23-04-77). Héctor Germán Oesterheld (06-77), guionista de historietas, creador de El Eternauta y Sargento Kirk, entre otros. Carlos Alberto Pérez (08-05-76), director del suplemento literario del diario Clarín y gerente de Producción de Eudeba. María José Perrier (30-10-76) Rafael Perrota (07-77), director y propietario del diario El Cronista Comercial. Horacio Norberto Poggio (23-07-76), dirigente del Sindicato de Prensa de Córdoba. Enrique Raab (16-04-77), diarios La Opinión, Clarín y El Cronista Comercial, revistas Primera Plana, Siete Días, Confirmado, Visión y Análisis. José Eduardo Ramos (01-11-76), diario Noticias de Tucumán y Canal 10 de Tucumán. Edgardo Sajón (11-04-77), diario La Opinión. Roberto Jorge Santoro (01-06-77), director de la revista Barrilete. Poeta y escritor. Premio Fondo Nacional de las Artes. Colaborador en diarios y revistas de la Argentina y del exterior. Juan Miguel Satragno (26-02-78), diario La Nación. Víctor Eduardo Seib (30-07-77), trabajador de prensa de la sección circulación del diario La Nación. Santiago Servín (07-09-76), director de la revista La Voz de Solano, Quilmes. Escritor. Roberto Juan Carmelo Sinigaglia (11-05-76), revista Nuevo Hombre. Abogado. Juan Marcelo Soler Guinard (29-04-77), revista Confirmado, diario El Mundo. María Cristina Solís de Marín (11-08-78), diario La Nación. Delegada sindical. Docente. Horacio Rodolfo Speratti (06-06-76), periodista, miembro de asociaciones automovilísticas. Eduardo Suárez (12-08-76), revista Siete Días, diarios La Opinión, El Mundo y el Cronista Comercial, agencia Interpress Service, integrante de la Asociación de Periodistas de Buenos Aires (Apba). Patricia Villa (14-08-76), correctora del diario La Calle, diario La Opinión. Agencia Interpress Service. Enrique Juan Ricardo Walker (17-07-76), revistas Gente, Semana Gráfica, Extra, Nuevo Hombre y El Descamisado. Rodolfo Jorge Walsh (25-03-77), escritor y dramaturgo, periodista en los diarios La Opinión, Mayoría y Noticias. Cofundador con Gabriel García Márquez y Jorge Massetti de la agencia Prensa Latina. Tilo Wenner (26-03-76), director de El Actual de Escobar y de revistas literarias. Escritor. Marta Mastrogiacomo (20-10-76), periodista y traductora de libros. Trabajó en la revistas Ya y El Descamisado. LISTADO DE PERIODISTAS ASESINADOS Pedro Leopoldo Barraza (13-10-74), ex director de Radio del Pueblo de Buenos Aires. Cristina Bettanín (02-01-77), fotógrafa de las revistas Ya y El Descamisado, diarios Noticias, El Diario. Guillermo Bettanín (05-76), diario Noticias. Leonardo Bettanín (02-01-77), revistas Confirmado, Primera Plana, El Descamisado, Editorial Siglo XXI. Diputado nacional. Mario Bonino (11-11-93), diarios Popular, Sur y La Razón, coordinador de la secretaría de Prensa de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba). José Luis Cabezas (25-01-97), reportero gráfico revista Noticias. Dardo Cabo (06-01-77), director de la revista El Descamisado. Diputado nacional. Fue detenido el 17-4-76 y asesinado durante un traslado de cárceles. José Domingo Colombo (03-10-73), diario El Norte de San Nicolás, Buenos Aires. Ana María Estevao (20-10-75), diario La Voz de Solano, Quilmes. Julio César Fumarola (06-02-74), fotógrafo, revista Siete Días y colaborador en otras publicaciones. Marcelo Ariel Gelman, revista Gente y diario Noticias. Hijo de Juan Gelman, fue secuestrado el 24-08-76, desaparecido y posteriormente asesinado, su cuerpo fue entregado a la familia el 05-01-90 y por pedido de ésta fue velado en la sede de la Utpba. Héctor Gutiérrez Ruiz (21-05-76), parlamentario y periodista uruguayo asesinado en Buenos Aires junto a Zelmar Michelini. Zelmar Michelini, diarios La Opinión y Noticias, agencia Interpress Service. Periodista y parlamentario uruguayo detenido por las fuerzas armadas el 17-03-76, su cadáver apareció el 22-03-76. Rodolfo Ortega Peña (09-73), director de la revista Militancia. Diputado nacional. Francisco Urondo (17-06-76), revistas Todo, Confirmado y Panorama, diarios Noticias, La Opinión y Clarín. Poeta y escritor. Fue asesinado en Mendoza. María Victoria Walsh (29-09-76), diario La Opinión, revista Primera Plana. Miguel Angel Zavala Rodríguez (12-76), director de El Auténtico. Diputado nacional Román Mentaberry, asesinado en las oficinas que tenía el periódico clandestino del PC hacia fines de 1979 o comienzos de 1980. (*) Recibido por Corrientes al Día de identidadpopular@yahoo.com.ar
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.