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Progresismo bananero

GUSTAVO A. KÜPFER (*)

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En el último trimestre de 2002, el ex (?) presidente Néstor Kirchner, logró engañar al bañero devenido en piloto de tormentas, respecto de su lealtad y grado de independencia. Menos de un año después, Duhalde comprendió que le hubiera sido más provechoso cerrar con su ex jefe (el también ex presidente) Menem, que haber creado este experimento sureño.


De esta forma, se conformó el progresismo pingüino y su jefe (jefe y no líder), sacó chapa de guapo. Como una credencial. LA SUCESIÓN En el 2005, el kirchnerato comenzó a plantear a la sociedad la posibilidad de no presentarse a la re elección del 2007. Y lo hacia con la excusa que había una mente superior dentro del movimiento. Un monje negro, detrás del trono. El cerebro de toda la movida sureña. Y esa no era otra que la Reina Cristina. La promesa se cumplió, y la reina se convirtió en presidente. Había prometido mucha más acción, medidas que pondrían a la Argentina en el mundo moderno. Y para lograr esa inserción, un mejoramiento sustantivo de las relaciones con los países más importantes, especialmente con los Estados Unidos. Y desde ya, la revalorización del Mercosur. Y así saco chapa de potencial estadista. Como una credencial. De camino a los primeros sesenta días de su gobierno, apenas si podemos hablar de las peleas justamente con la primera economía del mundo, como consecuencia de las valijas de Antonini y del apoyo a Venezuela como país que lucha contra el narcotráfico. Cosa que ni Chávez se lo cree, pero nosotros: “pechito argentino”. También podemos marcar la inexistencia de acciones políticas para mejorar la relación con Brasil y la no designación de embajador en el hermano país charrúa. Como contrapartida, las relaciones carnales con Venezuela ya no se discuten y ya sabemos que rol le cabe a cada parte en este apasionado romance. También hemos hecho el mérito de ser los que le pagan más caro el gas a Bolivia, aunque este no sólo no nos lo pueda entregar, sino que además nos exige, para que podamos tener ese placer de ser timados, que hagamos las inversiones que luego usaran para enviarnos el gas. Acá podemos mencionar que el Brasil también está comprometido en inversiones, pero paga el millón de BTU (unidad de medida del gas) sensiblemente más barato. ¿Será por ser los argentinos tan piolas? Finalmente, podemos contar casi, como único acto de gobierno en tan prolongado lapso, la confirmación de la mayoría de los funcionarios del equipo de su marido. Y unas prolongadas vacaciones hasta comienzos de enero y luego trabajo a reglamento. Esto es el cambio. Quienes votaron al FpV, seguramente podrán explicarlo mejor. LA SEGURIDAD Si algo favorece a la corrupción rampante que existe hoy en Argentina, en todos los niveles y ámbitos (no solo los funcionarios públicos), es la sensación de inseguridad en la que viven los habitantes de nuestro país. Los temores y por ende las prioridades de los ciudadanos son en primer lugar, la inseguridad. Luego viene el temor a la inflación que se viene, salvo para los miembros del gobierno. La educación, la salud, la falta de trabajo y la crisis energética se encuentran antes de la corrupción. Aún cuando todos estos temas ni siquiera figuren en la agenda oficial. En la provincia de Buenos Aires, el ministro Stornelli está comenzando a reconocer que la gestión Solá-Arslanian, ha sido de lo peor. Claro que debería elegir mejor las palabras. En su última declaración dijo: “Estamos en una suerte de precariedad; con los elementos que nos da la gobernación vamos a tratar de hacer lo mejor posible”. Si tan sólo va a tratar, me parece que estamos peor de lo que creíamos. Si los funcionarios van a tratar de cumplir con su deber en lugar de comprometerse a hacerlo, ¿para que juran? Aun así, por primera vez un funcionario de seguridad da un diagnostico similar a la sensación ciudadana. Lejos de lo que pasa con los índices del Indec. O con la visión del ministro de Seguridad de la Nación, antes además de Interior y ahora de Justicia, quien se dedica a opinar, pero no hace y no hace hacer. Por eso podemos decir que ha sacado chapa de parasito. Casi una credencial. SEGURIDAD EN LAS FRONTERAS La única frontera más o menos cuidada, es la que compartimos con Chile. Y no es un logro de nuestra política de seguridad. Es un mero accidente geográfico: la cordillera de los Andes. En el resto, es un colador. Las fronteras con Bolivia y con el Paraguay, hasta las inundaciones provocadas por el fenómeno de la Niña, se cruzaban de a pie. Y así será nuevamente, cuando el caudal de las aguas vuelva a su cota normal. Incluso hay lugares donde uno tiene la certeza que hay connivencia entre quienes cruzan en un sentido y otro y quienes deberían impedirlo, o al menos controlar. Caso típico, es el cruce de Clorinda con Puerto Nanawa, por mencionar alguno, donde se descargan los camiones estacionados en playas al efecto a menos de 100 metros del cruce, por changarines que de ninguna manera declaran ni les controlan los contenidos. La seguridad se maneja con tal liviandad que por lo general da la sensación que no se maneja. Y esto es lo que sucede en Gualeguaychú. Las provincias y mucho menos los municipios carecen de potestad alguna para regular el trafico migratorio en las fronteras nacionales. Pero en la ciudad entrerriana, un grupo de ciudadanos han decidido que van a tratar de respetar la Constitución. O respetarla a medias. Como un casi-embarazo. Totalmente ridículo desde la crónica. Totalmente inadmisible desde lo institucional. Peor aun, un ex vicegobernador de la provincia y actual senador nacional, dijo que “el tema es insignificante”. Y agregó “esto es una operación de prensa”. Ante el hecho consumado de la generación de credenciales otorgadas por un grupo privado, con criterios insondables, limitando de manera inconcebible la libertad de transito del resto de los argentinos y extranjeros, decidiendo quien cruza y quien no la frontera, la Gendarmería no ha hecho nada. Quizás sea hora de su disolución. El impresentable ministro de (in)Seguridad de la Nación tampoco ha hecho nada. Quizás sea hora de reducir el ministerio a escombros y mandar a su titular a su Quilmes natal. La presidente no ha hecho nada. Si bien es cierto que no hecho nada de nada, me refiero que tampoco lo hizo respecto de este tema. Lastima que no hay revocatoria prevista en nuestra Constitución. Pero tampoco han hecho nada los fiscales que tiene jurisdicción. Ni siquiera la oposición ha hecho o al menos dicho nada. ¿Para que mantenemos tantos parásitos? ¿Es que acaso, cualquiera puede hacer cualquier cosa y a nadie se le ocurre hacer (y no tratar de) respetar las leyes? ¿O están todos de vacaciones? Mal preludio para una administración que llegaba con muchas dudas, que ahora se convierten en certezas. Y no de las mejores. (*) El autor es economista e Investigador Asociado de la Fundación Atlas 1853 gakupfer@gmail.com

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Cuando el mérito no importa

OPINIÓN (*)

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Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.


Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo.  Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico.  Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!

 

Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles.  Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan.  Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.

 

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Pobres Alberdi y Sarmiento.  Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria.  Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.

 

Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.

 

¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar.  El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.

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Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.

 

El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias.  Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.

 

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Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.

 

¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país.  ¿En serio?  ¿Se puede ser tan caradura?  Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?

 

También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio?  “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.

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Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos?  Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.

 

Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.

 

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Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.   

 

El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.

(*)  Rogelio López Guillemain

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Opinión

Reconvertir proyectos e innovar

POR MARIA EUGENIA MANCINI

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La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.


Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.

 

Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.

 

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También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.

Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.

 

Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables  y caminos nuevos para salir adelante.

 

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Pienso que un camino de desarrollo  es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.

 

Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo  foco en nuestros recursos y liderar.

 

Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos  el compromiso de crear un cambio duradero.

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Opinión

La “borocotización” de Alberto

(*) OPINIÓN

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Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner.  Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.


El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".

 

En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.

 

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La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo  a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.

 

Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.

 

Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.

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En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.

 

La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.

 

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(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.

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