Opinión
El infantilismo funcionario
ALFREDO LEUCO (*)
El peor de los pecados de los Kirchner fue haber autodenigrado la investidura presidencial al delegarla en un lúmpen como Luis D”Elía, acaso la figura pública de mayor desprestigio social. Son muy difíciles de suturar las heridas profundas que esos comportamientos dejan en la conciencia colectiva.
Blindado de impunidad, más soldado de Hugo Chávez y de Mahmud Ahmadinejad que de Kirchner, D´Elía reflotó las viejas patotas de tipo mussoliniano. Su declarado odio hacia los blancos millonarios de Barrio Norte con 4×4 se hace patético si consideramos que los mismísimos Kirchner son blancos, millonarios, vecinos de ese barrio y felices poseedores de esas camionetas. Hace algunos meses, D´Elía dijo que Cristina, Alberto Fernández y Héctor Timerman eran el ala derecha del Gobierno, y que respondían al Partido Demócrata de los Estados Unidos y al lobby de Israel. El jueves fue premiado con un lugar de privilegio en el palco de Parque Norte, donde los K pusieron toda la carne al asador. ESTO ES SIMBÓLICO Resume la confusión de un gobierno a la defensiva que muestra su peor cara lastimándose a sí mismo y pagando altos costos políticos por convertir en un tsunami un problema con el campo que era un vaso de agua si se aplicaba sentido común. Asusta el rosario de torpezas cometidas. Es legítimo preguntarse, a la luz de lo que pasó, cuál será la reacción de los Kirchner si en el futuro tuvieran que enfrentar una crisis económica más o menos seria. Teniendo todo a favor, fueron hasta el borde del precipicio. Así es este matrimonio: redobla la apuesta y construye casi desde el abismo. Por eso lograron todo lo contrario a lo que buscaban. Se preguntaban quién estaba oculto detrás del conflicto sin ver que ellos mismos ayudaban a multiplicarlo. Es difícil diagnosticar cuál es la enfermedad que los lleva a hacerse expulsar de la cancha cuando van ganando 5 a 0 y faltan diez minutos para el final del partido. Un viejo diputado patagónico los define con una frase: “Siempre logran por violación lo que pueden conseguir por seducción”. Recién anteayer buscaron el diálogo y el consenso. Su metodología es quebrar al que se atreva a desafiarlos y, si es posible, ponerlo de rodillas hasta la humillación. Algo de eso aplicaron con la protesta agropecuaria. Aprovecharon el desgaste de gente mansa e inexperta en combates sociales que no tuvo tácticas y se jugó al todo o nada a fuerza de bronca y falta de confianza en sus representantes sectoriales. Esa clase de victorias, arrasadoras como la 4×4 del pingüino Varizat, son triunfos pírricos que inoculan en los derrotados el veneno del resentimiento, que puede reaparecer en posturas más exacerbadas o como una lluvia de votos-castigo. Tal vez esa lógica de los Kirchner se pueda explicar por dos vertientes: la generacional-militante y el carácter personal.La primera tiene que ver con su formación política en los 70. “Ni sectarios ni excluyentes, Montoneros solamente”, solían cantar en los congresos los integrantes de la Juventud Universitaria Peronista. Los que se definen como vanguardia revolucionaria siempre sienten que son los elegidos. La metodología cerrada de la “orga”, tan necesaria para preservar la seguridad de todo grupo político-militar, también contribuye a forjar militantes con visiones conspirativas, acostumbrados al secretismo y a resolverlo todo entre poca gente y cuatro paredes, casi en la clandestinidad. Eso muchas veces los aleja de los problemas reales y de la vida cotidiana de sus semejantes y empuja a cometer errores de diagnóstico. Y, en algunas ocasiones, puede llevar a un aislamiento que achica niveles de inserción social. Tal vez esa misma cuna lleve a los Kirchner y a varios de los suyos a tener la palabra “traidor” demasiado a flor de piel. Cualquiera que, estando con ellos, modifique su pensamiento en algún tema no será portador de ideas enriquecedoras: es un traidor. Fue lo primero que dijeron del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, cuando, producto de la racionalidad que le impuso la marca personal de los productores agropecuarios que lo votaron, envió varios mensajes de prudencia y disposición al diálogo. Aquel infantilismo revolucionario que sacrificó la vida de tantos jóvenes reaparece en estos tiempos como una suerte de infantilismo funcionario, que ojalá no sacrifique el éxito de este modelo económico por moverse a fuerza de espasmos, de enojos y de actitudes sólo dignas de arrepentimiento. Elisa Carrió definió esos gestos como de “adolescentes tardíos”. MIOPÍA En su gigantesca metida de pata, el Gobierno ha dejado jirones de su musculatura política. Al obligar a intendentes y gobernadores a que sostengan posturas equivocadas con subordinación y valor, los Kirchner los sometieron a un desgaste inesperado a poco de haber sido legitimados electoralmente. José Alperovich, en Tucumán, perdió dos ministros. También Sergio Uribarri, en Entre Ríos. Raúl Rivara, ex ministro de Felipe Solá, se puso del lado del campo. El senador por Córdoba Roberto Urquía, quien hasta hace unas horas era el preferido de la Presidenta, se quedó del lado del campo (es el dueño de Aceitera General Deheza). Varios intendentes K y Radicales K no tuvieron más remedio que diferenciarse de Cristina para que no se los llevaran puestos sus vecinos chacareros. Por si fuera poco, lograron el milagro de hacer hablar a Carlos Reutemann, quien superó la cobardía de muchos y desde su experiencia de hombre de campo aportó una visión distinta. Tal vez eso reciba el castigo del freezer y de no ser invitado al santuario de Puerto Madero por un largo tiempo. Hasta Roberto Lavagna salió a advertir sobre los riesgos de la fractura social, corriendo el riesgo de ser otra vez marginado. Algunos que habían tomado distancia de Kirchner, como Luis Juez, apuraron sus pasos hacia la otra vereda y, en la opinión pública, los números van a reflejar en las próximas encuestas una caída fuerte de la imagen de Cristina, profundizando la tendencia de los dos últimos meses. Néstor Kirchner se metió en la refundación del PJK para ampliar las bases de sustentación del Gobierno de su esposa y no le estaba yendo mal. Pero la miopía e impericia para afrontar los reclamos del campo les hicieron perder mucho de lo que habían logrado. La crispación oficial, las palabras cargadas de pólvora y el río revuelto de las operaciones de prensa, las cadenas de mails y mensajes de texto fueron el caldo de cultivo para algunos nostálgicos de la dictadura militar que aprovecharon para rapiñar algo de prensa. Es el caso de la minúscula Cecilia Pando. Hubo un genuino y pacífico rechazo al estilo intolerante y mandón de los Kirchner. La historia ya demostró que, cuando los gobiernos no escuchan, sólo terminan obligando al pueblo a levantar la voz. Y, luego, a golpear cacerolas. La industrialización del miedo para imponer disciplina tiene patas cortas. La altanería está en el ADN de Néstor y Cristina. Puede más que ellos mismos. En Parque Norte, el jueves, ella quiso hacer una broma distendida y le salió un reto: “Ya es hora compañeros de que vayan actualizando las consignas y comprendan que tienen una Presidenta”, dijo con excesiva rigidez facial cuando los muchachos identificados con la gloriosa Jotapé le reclamaban “huevos” para liberar a la Patria. LOS OTROS CRISTINA Y NÉSTOR Norma Morandini es una lúcida diputada que no perdió su tonada cordobesa ni en el exilio. Sus dos hermanos desaparecidos estudiaban periodismo conmigo y se llaman igual que el matrimonio presidencial: Cristina y Néstor. Todos ellos militaban en el peronismo universitario que seguía a Montoneros. Su madre es de Plaza de Mayo, pero en Córdoba. Por lo tanto, nadie puede sospechar que Morandini tenga posturas derechosas o antipopulares. Desde su banca confesó que su corazón latía con angustia y dolor por lo que estaba pasando, por la pobreza extrema de los pueblos rurales de Tulumba y Río Seco que aportaban fortunas al Estado nacional con las retenciones de las que después no veían ni un centavo. Pero lo más conmovedor fue el final de su discurso. Sus ojos transmitieron una tristeza sincera al decir: “Ojalá que la sensatez, la cordura y una palabra que es ajena a la política –el amor al otro, al cualquiera– sirvan para que nuestros compañeros del oficialismo desactiven esa bomba de tiempo que son los matones puestos en nombre del pueblo. No puede ser que la Justicia esté juzgando a la Triple A, de la que muchos compañeros han sido víctimas, y hoy tengamos que ver a estos matones que en nombre del pueblo no garantizan lo único que tenemos que garantizar: la democracia”. Lo dicho: los Kirchner cometieron el peor de los pecados. Tienen tiempo de arrepentirse. Es urgente que la Presidenta recupere y lleve a la práctica su mejor discurso, el que pronunció el día que asumió, cargado de promesas institucionales y llamados a desterrar el odio. Sería trágico partir la sociedad a la venezolana. Tirar para siempre por la borda el lastre de la violencia fraticida es una responsabilidad de todos, pero, ante todo, del Gobierno. Antes de que sea demasiado tarde para lágrimas. (*) Perfil.com
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.