Opinión
Malvinas: la deuda pendiente de la Democracia
* ORLANDO GUSTAVO PASCUA
A medida que pasan los años y con una mayor profundización en el análisis y la reflexión del 2 de abril de 1982, sus causas y consecuencias, nos permite hoy a 26 años pensar con racionalidad, pero sin quitarnos el sentimiento colectivo que tenemos sobre Malvinas, y de señalar la deuda pendiente que tiene la Democracia para con ésta Causa y sus protagonistas en el conflicto bélico: los Combatientes.
La soberanía vive en constante sobresaltos, los procesos de globalización en la economía, la política y la cultura, asedian y erosionan a los Estados. Ningún país escapa a las interconexiones globales ni a la interrogación que se cierne sobre la práctica soberana; pero los estragos a la soberanía son más perceptibles en los países en desarrollo, o en las naciones de economías en construcción, que en las naciones hegemónicas que transitan con relativa fluidez por los circuitos que articulan a la aldea global. Para Argentina, el asedio a la soberanía proviene de una doble vía: de los procesos mismos de globalización, y de las notorias debilidades y omisiones que vienen caracterizando a los distintos gobiernos. En ese cruce de tensiones intra y extra fronteras, la soberanía debe ser repensada y, sobre todo, recordada a nuestros gobernantes, que omiten la política y no ejercen como deben la soberanía. Luego de mas de 30 años de imposición y aplicación de un modelo económico neoliberal depredador que atenta contra la soberanía, el desarrollo sustentable, la identidad de los pueblos, las conquistas sociales y los derechos humanos, los Pueblos de América Latina han comprendido que la Integración es un paso insoslayable para enfrentar estos desafíos y perfilar respuestas conjuntas que tendrán que madurar y perfeccionarse con el concurso de todos. En este sentido es necesario propiciar un movimiento de unidad, coordinación y cooperación de las fuerzas populares, políticas y sociales en nuestro país y en América Latina, a través de planes de acción conjunta, mecanismos de participación en áreas y temas de trabajo basados en el desarrollo de una agenda propia de integración soberana. La elaboración de acciones participativas que propicien, la preservación de la soberanía, el respeto a los derechos humanos y al medio ambiente, el fomento de un desarrollo humano sustentable con identidad, la reactivación económica y productiva con equidad y justicia social, son ejes que se plantean como desafío en la formulación de nuevas propuestas de políticas soberanas. Es la construcción misma de ese nuevo sujeto social, autónomo y soberano, capaz de llevar adelante el proceso emancipador de nuestros pueblos, en el compromiso y convicción entendiendo la diversidad cultural, la pluralidad, en un objetivo común. Para nuestro país, Malvinas es símbolo de la Soberanía que nos falta, Malvinas esta ligada a un proceso político que avalo la enajenación de los recursos naturales y culturales de nuestro Pueblo y que desmanteló los proyectos de investigación y producción de material propio, donde se usaron las excusas más oportunistas para vender las joyas de la abuela, un proceso de entrega y vergüenza. Malvinas no deben estar apartadas de una intervención solidaria y colectiva sobre la historia reciente de los procesos sociales. En este presente en el que se habla de malvinizar algunas causas, también se debería malvinizar el debate por Malvinas. Que no es hablar de 11718 Km. cuadrados de roca y turba, sino preguntarnos por el petróleo que nos falta, por la proyección antártica que nos disputan, por los recursos marítimos de los que estamos excluidos. Malvinizar Malvinas es hablar de integridad territorial, de soberanía social y política, de destino nacional autónomo, de alianzas estratégicas, es decir es hablar sobre las cosas que nos faltan o de las que estamos en proceso de recuperar, es decir, hablar de Malvinas, es hablar del Futuro. Malvinas es soberanía en su concepto integral: político, social, económico, educativo, cultural, laboral, sanitario. Debemos proponernos convocar al conjunto de organizaciones sociales y políticas, a generar un nuevo compromiso social en defensa de la Soberanía, la independencia política y económica de nuestra patria. Generar un Nuevo Compromiso Social por Malvinas que refleje los puntos por los cuales nuestro país sostiene por historia y por derecho el reclamo de la recuperación de la Soberanía usurpada por Gran Bretaña desde 1833. Porque Malvinas es propiedad del pueblo y no de los sectores autoritarios y reaccionarios. En este proceso podremos construir las respuestas, las acciones y los instrumentos para disfrutar de ser ciudadanos plenos recuperando el derecho al futuro, es decir la construcción de la felicidad del Pueblo. Desde la autonomía y la democracia, como principios fundamentales, en el marco de la integración latinoamericana es nuestra responsabilidad: Reafirmar los derechos Argentinos de soberanía e integridad territorial sobre las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Defender la soberanía de los recursos económicos y del valor estratégico de la región, propendiendo a la unidad regional en el marco de la solidaridad y unidad latinoamericana. Promover la protección de toda la región de Malvinas e Islas del Atlántico Sur, de toda proliferación nuclear que pudiera poner en riesgo la seguridad de las distintas formas de vida que allí se reproducen, incluida la vida humana. Solicitar ante los organizamos correspondientes, que veedores internacionales y de nuestro país, certifiquen y garanticen la no existencia de armamento nuclear en la base de Mount Pleasent en Malvinas. Promoción de la desmilitarización y el inmediato desmantelamiento del enclave militar que el Reino Unido de Gran Bretaña tiene instalado en Malvinas. El tema Malvinas es un gran convocante para el debate: generar dentro del ámbito nacional y de los espacios regionales de integración, cumbres de los pueblos, foros, recursos naturales, modelos de producción. A 26 años de Malvinas: Recuperar la Memoria en la búsqueda de la Verdad de lo acontecido y la Justicia necesaria, y al mismo tiempo reivindicar la Soberanía Argentina sobre nuestras Islas, es el Homenaje permanente a nuestros Héroes Caídos en la gesta de 1982 y el reconocimiento a los Combatientes de Malvinas. Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía por Malvinas Es posible construir una nueva sociedad, un País para todos. Seamos capaces de construir una Patria del tamaño de nuestros sueños.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.