Opinión
El unicato no le da ningún respiro al campo
ENFERMOS DE SOBERBIA (*)
Finalmente, como anticipaban los pronósticos de los colegas porteños, la presión que ejerce la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, sobre su entorno está haciendo sus efectos. En principio con el Gabinete nacional, donde ya no quedan espacios para mínimas diferenciaciones.
La orden es “discurso y acción unificada” y el que se atreva a contradecir u opinar diferente o a correrse de esa línea, simplemente debe levantar sus petates e irse. Los gobernadores no están ajenos a las presiones La primera víctima de este sistema de unicato que inauguró el matrimonio Kirchner y que está en manos ahora de la señora (aunque muchos son los que sostienen que los verdaderos hilos son manejados por él), fue el ex ministro de Economía, Martín Lousteau. La dimisión de Lousteau tuvo que ver más precisamente con este fenómeno que nos angustia y que se llama inflación, las variables y el desaceleramiento de la Economía que impulsaba no fueron bien vistos por el ex presidente Néstor Kirchner que en una tribuna política lo criticó abiertamente sin nombrarlo. Después, ya sabemos lo que pasó. Pero el fenómeno se corre ahora al ala ya no técnica, sino que se encarna en la política misma, donde existen más matices para acercar o alejar posiciones. Un terreno donde los Kirchner son expertos en sacarse personajes de encima. Y si no, recordemos como llegó a la presidencia de la Nación el hombre de Santa Cruz y a cuantos dirigentes de su partido dejó por el camino después, condenándolos públicamente y olvidándose rápidamente cuantas tribunas políticas y cuantos “ideales” había compartido con ellos. Los Fernández (Aníbal y Alberto, aunque ahora ya hay otros Fernández para sumar al elenco), como los bautizaron muchos argentinos y en especial algunos medios porteños, tienen su escuela. Por eso causó mucha extrañeza que fuera justamente uno de ellos, Alberto, el que saliera a negar lo que había reconocido en mesa de negociación con el campo. Que las retenciones habían sido mal elaboradas y que podía haber una marcha atrás al respecto. O, en su defecto, se olvidó de pedir (para su reconocimiento), la máxima discreción de los integrantes de las entidades rurales que estaban sentados a la mesa de negociación. El resto ya se sabe, tras la conferencia del campo, no tardó en aparecer el mismo Fernández negando la especie por un canal amigo, desde donde rápidamente la noticia corrió como un reguero de pólvora hacia todo el país. Obviamente, la negación iba vinculada ya a la versión que hicieron rodar los más conspicuos colaboradores de la presidenta: Alberto Fernández era otro de los ministros que no resistía permanencia en el Gabinete. Todavía no se fue, pero seguramente no tardaremos demasiado tiempo en levantarnos con la confirmación de la noticia. Ya que hasta posibles reemplazantes se encargaron de publicitar, entre los cuales estuvo el gobernador del Chaco, Jorge Milton Capitanich. HACIA LOS GOBERNADORES La presión no es interna únicamente. Para cada acto la presidenta requiere que esté su séquito de acólitos y los no tanto. Todos en fila detrás o a su costado, aplaudiendo a rabiar sus adjetivaciones ocurrentes para quienes no comparten su posición. Y esta es otra postura que les puede costar muy caro a quienes deben manejar después lejos de la omnipotencia presidencial su provincia. Dicho de otra forma, los gobernadores, 22 del total, caminan por una cornisa, o entre la espada y la pared hasta que ya no tienen más remedio y quedan abiertamente expuestos como es el caso del nuestro, Jorge Capitanich, que pese a su idas a Buenos Aires para acompañar a Cristina, venía zafando como podía hasta el viernes último, en que no pudo disimular más y salió a enrostrar su ira a los dirigentes del campo a quienes acusó de faltos de gentileza por no querer reunirse con él durante la estadía de los mismos en el Chaco. Como ya los dijimos otra veces, gobernando una provincia tan pobre como el Chaco, que depende tanto de la Nación y habiendo hecho tantas promesas en campaña cuyo correlato es la caja que maneja Cristina, casi habría que decir que no le queda otra a nuestro mandatario, aunque obviamente que ello no es lo que el ciudadano chaqueño en general espera de su gobernador, pero… así son las cosas. A lo mejor, el terreno para el protagonismo más importante hay que dejárselo a los gobernadores de las provincias más ricas y populosas como Córdoba y Santa Fe que le han pedido públicamente a la presidenta que se siente a negociar con el campo “sin condicionamientos”. EN FRANCA CAÍDA ¿Hacia donde nos lleva la postura del matrimonio Kirchner? En realidad, a la presidenta Cristina, casi una reina, no le importa nada. No le importa en este momento ni siquiera la caída de su imagen y prefiere degustar todavía las mieles que le propina su séquito de acólitos. Además, está tan convencida de su papel que hasta le tiembla la voz y se emociona cuando habla delante de las masas. Masas alquiladas que son llevadas en cientos de colectivos a los actos que se organizan especialmente para seguir fustigando al campo. Muchos son los que están preocupados por este presente que nos toca atravesar. ¿Adónde vamos? Nadie lo sabe, pero habrá que tener en cuenta por ejemplo que aunque ella grite con voz entrecortada: “tengo aguante”, su popularidad cae abruptamente aunque la estadística no trascienda. Los trascendidos dan cuenta de que en algunos distritos del conurbano bonaerense los humores de la ciudadanía hacia la presidenta cayeron abruptamente del 60 al 30 por ciento, en tanto que en otros sondeos encargados por la misma gente del entorno de la señora (desde el propio Gabinete), su popularidad descendió más de 12 puntos, sólo en el primer tramo de la protesta agropecuaria. También se habla de una caída de 20 puntos, con lo cual estaría por debajo del 40 por ciento de aprobación. ¿Pero qué hace que estos datos no se sepan oficialmente? Hay silencio en los encuestadores y ese silencio significa un daño similar o peor al que se produciría si trascendiera la información. ¿O no es sospechoso que la información no se entrega cuando la suerte le es ajena a quien paga el trabajo? Justamente, ese sería uno de los motivos: los datos no trascienden para evitar el perjuicio al cliente que mejor paga (el Gobierno), aún cuando este principio provoque un daño mayor: la idea de que el resultado es realmente horroroso y obliga a evitar su trascendencia. De todas maneras, hay que decirlo, el convencimiento generalizado es que el desgaste no obedece a una oposición fuerte, sino a los propios errores. Y DESPUÉS Este presente adverso al Gobierno nacional está siendo muy bien capitalizado por el campo que representa para la gente la postura anti K, la postura fuerte del momento, cuando todavía la oposición política aparece absolutamente diluida y sin alternativas. La sociedad ve en el gobierno una figura desdibujada que no puede controlar ni siquiera el termómetro más sensible de los argentinos, la inflación que afecta los bolsillos. El después al deterioro… nadie lo sabe. Nadie se atreve tampoco a aventurarlo. (*) Por Jorge Gil, Publicado en Primera Línea y para Data Chaco
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.