Opinión
La hora del diálogo político
CARLOS HUMBERTO SARAVIA (*)
La crisis financiera por la que atraviesa la provincia de Salta muestra varias caras. La más importante se manifiesta en la continuidad del déficit institucional como consecuencia de la preservación de la estructura romerista en el oficialismo y la expansión de las contradicciones en cada acto de gobierno.
A más de 200 días de la asunción, la obediencia política se erige en un código conveniente para los legisladores sobrevivientes, a los que se suman los representantes del PRS y PV que sopesan con atención la conflictiva relación entre Cristina Kirchner y Julio Cobos. Son pocos los que pueden pregonar un “paladar negro” urtubeycista, y esperan que el mandatario defina quienes lo acompañarán en su derrotero inmediato. Por lo pronto, la incertidumbre los conduce al apoyo casi irrestricto a las iniciativas del Poder Ejecutivo, aunque se muestran prudentes a la hora de ejercitar la defensa de una gestión todavía híbrida. La justicia exhibe mayor turbulencia como consecuencia de medidas que involucraron el recambio de las cúpulas del Poder Judicial y el Ministerio Público. A pocos escapa que Rodolfo José Urtubey es el que digita el ingreso de magistrados y funcionarios compatibles con sus intereses y que a primera vista indican que se imprime al estamento un perfil conservador a pesar de la declamación progresista. Bajo el maquillaje de la consulta ciudadana, se intenta conformar una mayoría automática en la Corte y ratifican las propuestas gestadas con hermetismo, haciendo caso omiso a impugnaciones o quejas. La intolerancia los conduce ahora a modificar la reglamentación del proceso para evitar supuestos desgastes prolongados a los postulados. ¿Acaso no debiera repararse en que el desgaste no es producto de estrategias de desestabilización sino de una mala elección por parte del proponente? En el caso inaugural ha quedado en evidencia que al último acto se le imprimió vértigo senatorial similar al asignado a Gustavo Ferraris. Las denuncias que comprometían al candidato -sin que se sepa en qué medida- no fueron requeridas por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. ¿Esta omisión puede calificarse como ingenua cuando a cuestionamientos del Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel o el Centro de Estudios Legales y Sociales, Nicolás Juárez Campos las relativizó sin temor al bochorno? No resulta un dato menor que las cámaras legislativas hayan ratificado sus conducciones y que el gobernador no logre construir una alternativa al conglomerado que hasta hace ocho meses integraban los romeristas. El acuerdo también trasluce la imposibilidad de conformar tropa propia, tanto por las lealtades subsistentes al senador nacional Romero, como por la confusión de adhesiones que ven sus apoyos refractados por igual y terminan dispersando el apoyo. Yarade es el alfil de un sector financiero al que se prevé acudir de profundizarse la crisis y en el que emerge Jorge Brito como garante y prestidigitador. Es este senador el que acompaña al gobernador en cada acto o gestión relevante, y no Andrés Zottos o Antonio Marocco -por mencionar sólo algunos socios de la concertación-, para quienes se han reservado roles casi protocolares. También es el intermediario más gravitante entre la nueva gestión y las empresas que recibieron trato privilegiado de la anterior. Fundado en sus consejos, Urtubey ha dispuesto preservar el esquema neoliberal que concesionó servicios esenciales. En este marco, Aguas de Salta S.A. se apresta a concretar un negocio que le permitirá preservar su ecuación económica mientras que el Estado Provincial, a cambio de una participación accionaria casi irrisoria (20%), se erigirá en garante de las inversiones que no se cumplieron durante más de una década. Como siempre, Salta deberá compartir las pérdidas, mientras que las ganancias parecen exclusivamente reservadas al sector privado. ¿Cuál es el negocio de tener acciones en una empresa cuyo único patrimonio es la renta desmesurada que pactamos en tiempos de bonanza y que no garantiza eficiencia en la prestación durante el desequilibrio? El ajuste que ha anunciado Urtubey, luego de confesar las dificultades financieras, no tiene explicitación real. El presupuesto de personal se encuentra exhausto con más de cinco mil nombramientos que hacen trepar la planta a casi 45.000 empleados públicos. La coparticipación federal se ha visto reducida por el conflicto del campo, sin que el gobierno reaccione frente al Estado Nacional en búsqueda de la recomposición de los porcentajes que se les asignan a las provincias. La reformulación de los contratos no permite prever un incremento significativo de los ingresos provinciales genuinos y la recaudación ha disminuido en términos exponenciales como consecuencia del enfriamiento post-conflicto agrario. También se ha anunciado el retroceso en el rescate de los bonos hidrocarburíferos que, según el oficialismo, iba a reducir la entidad de los compromisos asumidos para la amortización. La suba del salario mínimo, vital y móvil a $1.200 amenaza con provocar una ola de reclamos al sector público y privado. Los docentes arreglaron provisoriamente, se intenta sofocar el autoacuartelamiento del personal policial y los judiciales se aprestan a dar batalla. Todo indica que la repercusión en el empresariado se traducirá en aumento de precios y elevará el índice del costo de vida. Un déficit de gestión ministerial concentra las negociaciones en manos del gobernador y provoca en cada instancia un costo político que se contradice con una encuesta que, contra todos los pronósticos razonables, intenta convencernos que a pesar de las promesas incumplidas y la obsecuencia para con la autoridad presidencial en situaciones álgidas, Urtubey ha elevado su imagen positiva a casi un 60%. La espiral inflacionaria ha devaluado la lealtad de quienes fueron beneficiados con planes sociales durante el último lustro. Ciento cincuenta pesos no alcanzan para soportar las cargas que apareja una familia, como tampoco el bolsón o la tarjeta social que se implementará próximamente. Por si algo faltara, el intendente Alcides Ontiveros ha mostrado en estos días una parte del agujero negro por el que se extravía la ayuda de Estado Nacional. No es el único intendente o legislador que hace abuso del cupo político y busca beneficio personal. Está claro que la improvisación ha caracterizado este período. Semejante panorama impone la convocatoria a todos los sectores para aportar ideas y proyectos que permitan capear un período que se advierte como crítico, no solamente por la coyuntura sino por la ineptitud de funcionarios que no han sumado aciertos y han desgastado el latiguillo del “cambio”. Algunas fuentes autorizadas anticipan que en pocos días se lanzará el proyecto oficial del “Consejo Económico y Social” que dará lugar a consultas de distintos sectores. Pocos dudan que sea el ámbito adecuado para gestar proyectos para el desarrollo productivo e industrial de la Provincia, a mediano y largo plazo. (*) Recibido por Corrientes al Día desde Salta, escrito por Saravia quien es Abogado y dirigente Radical), publicado en www.agensur.info.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.