Opinión
Respuesta a Alberto Medina Méndez
LA VERDAD DE LA MILANESA (*)
La nota de opinión titulada “El voluntarismo nacionalista” de su autoría, además de carente de fundamentación me parece la exposición de un pensamiento que no es privativo sólo de su autor, sino el peligroso resultado de quienes propugnan un modelo de país y mundial perimido y opresivo.
Como “Payasada nacionalista” ligeramente define al acuerdo firmado entre los presidentes de Argentina y Brasil para reemplazar el dólar en las operaciones de comercio bilateral, como un primer paso hacia el promisorio objetivo de fortalecer el MERCOSUR, logrando a futuro compartir una moneda común. Tal chicana ideologizada podría ser respondida con otra de igual tenor, tipo lo suyo es una vergonzosa “obsecuencia cipaya”, pero en realidad no es esa la discusión que me interesa proponer. Primero me referiré a sus falacias y luego me permitiré una reflexión final. Medina Méndez sostiene que “Plantear la eliminación de la moneda estadounidense para las transacciones comerciales bilaterales es, simplemente, una nueva demostración de que el nacionalismo latino sigue incursionando por aristas muy creativas”. No es cierto lo que dice. La existencia de la Unión Europea y el euro refutan por sí solos sus dichos. Hay que agregar que el proceso de integración europeo tuvo inicios similares a los que transitamos con el MERCOSUR, y sus resultados y ventajas son demostrativos de la conveniencia del fortalecimiento de estos acuerdos regionales. Hoy el euro tiene un crecimiento sostenido frente a un retroceso del dólar, moneda que el autor exalta. En otro párrafo, muy suelto de cuerpo, afirma que “Intentar disponer normativamente que el dólar estadounidense dejará de ser la moneda a través de la cual operarán, en materia de comercio internacional, Brasil y Argentina, sólo puede provenir de la demagogia más tradicional”. Supina ignorancia o mala leche extrema. Lo cierto es que el euro es cada vez más utilizado por los bancos centrales de todo el mundo para diversificar sus reservas de divisas. El dólar sigue siendo la moneda más utilizada como reserva pero su proporción baja cada vez más a favor del euro y esto no es un discursito caprichoso de sectores de izquierda o antiimperialistas. No, es la resultante de un proceso de globalización mundial encabezado por un país devenido en potencia hegemónica que desde los acuerdos de Bretton Woods a nuestros días han favorecido la imposición mundial del dólar como moneda de uso internacional. Hoy ese modelo está en crisis. Cuando el Sr. Medina Méndez endiosa al dólar y, elípticamente a EEUU, omite deliberadamente considerar que desde la crisis del ´30, este es el mayor brete en que se encuentra inmerso EEUU, con una recesión sin precedentes y la implosión de la burbuja especulativa que se contagia a escala planetaria. Omite considerar que la caída del dólar tiene que ver con la pérdida de credibilidad por la recurrencia de las sucesivas crisis estadounidenses: burbuja financiera con activos virtuales en el 2000, fraudes empresariales y corporativos en el 2002 y la más reciente crisis basada en la liberalización de los mercados financieros con un fenomenal sobreendeudamiento (para sostener las escaladas bélicas en Medio Oriente), y un colosal déficit de la cuenta corriente. Tomar medidas para favorecer el intercambio comercial, mejorando la competitividad por la eliminación de los costos de la conversión monetaria y eliminando el factor de riesgo propio del tipo de cambio, es una sana y racional decisión gubernamental, aunque repercuta negativamente en la administración republicana, que en el ocaso de su señorío amenaza reiteradamente a las naciones que no se pliegan a sus estrategias económicas, políticas o militares. Los nostálgicos de los años ´90 buscan desmerecer todo intento superador de un modelo que hizo que América Latina sea el continente donde se construyó la mayor tasa de pobreza e indigencia.- Nuevos aires propios de los nuevos tiempos recorren América y con ellos surgen y se asientan nuevos paradigmas basados en una dimensión más humana y equitativa antes que en la liberalización extrema de mercados y fronteras. No hay paz en Wall Street ni en ninguna bolsa comercial de ningún lugar del mundo; apenas negocios y especulación más o menos fortuita. La paz se construye respetando al hombre en todas sus dimensiones y no solo en tanto y en cuanto sujeto u objeto de una relación transaccional.- Muchas de las guerras que hoy asolan al mundo se hacen en nombre de la paz y la democracia pero llevan la marca imborrable del afán de lucro y apropiación de recursos naturales estratégicos para el devenir de la humanidad.- Bolivia se desangra en la puja por sus recursos energéticos. Gas y petróleo son la razón del separatismo autonómico y de la ingerencia estadounidense. Sobre falsas profecías y conocimientos científicos, de los que carecen en absoluto, propugnan hoy como ayer el fin de la historia y un único destino para la humanidad, donde unos pocos se privilegiaban mucho y donde las mayorías estaban condenadas a soportar ese status quo supuestamente irreversible. Pero las cosas cambiaron para ir mejorando, poco a poco y paso a paso. Es, tal vez, un camino más lento y trabajoso que lo esperado, pero más sano y seguro; donde lo único irreversible es el eterno pesimismo de los eternos pesimistas. Sin tapujos, recordémosles que, por un poco de suerte y mucho de sabiduría nacional o criolla, estamos fuera de ese primer mundo que admiran y que hoy se estremece hasta sus cimientos dejando un tendal de gente en la desesperación y el caos. Por suerte somos argentinos. Por suerte somos parte de la hermandad latinoamericana, la que con la asunción de Lugo en Paraguay consolida el proceso de cambios y con la reunión de sus presidentes respaldando a su par de Bolivia ha dado nuevas muestras de su compromiso con la institucionalidad democrática. Los que promovieron dictaduras de todo tipo y no tuvieron empacho en aliarse hasta con el propio Bin Laden fueron ellos. Y digo ellos porque hay un nosotros y conviene ir diferenciando los tantos sobre la marcha para evitar que, mimetizados con el todo vale, nos hagan sancadillas y trampas engañosas. Como alguien dijo con sabiduría, el problema de la verdad es que no tiene remedio o arreglo. O dicho de modo más criollo, esa es la verdad de la milanesa. (*) Recibido por Corrientes al Día de Araceli Ferreyra; D.N.I. 18.388.693.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.