Opinión
La supremacía de lo táctico
ALBERTO MEDINA MENDEZ (*)
Argentina vuelve a dar la nota. Con un argumento muy pobre desde lo intelectual, se anunció que se adelantarán las elecciones legislativas previstas para este año 2009. Para ello, el oficialismo recurre al procedimiento de enviar un proyecto de ley al Congreso de la Nación, que habilite esa posibilidad. Hoy es inviable, por que está vigente OTRA norma, que establece parámetros tradicionales para las fechas comiciales.
No hay dudas de que la decisión responde a intereses meramente electorales. Se ajusta a concretas necesidades tácticas. No responde a las prioridades del país, mucho menos a la institucionalidad. Ningún país del mundo, ni los más, ni los menos afectados por la crisis internacional, modificaron sus fechas eleccionarias con semejante argumento. La institucionalidad debería seguir su camino. Las reglas que rigen a una Nación y a su funcionamiento, no pueden estar sujetas a los caprichos del poder. Mucho menos caer en la tentación de tomar como rehén al acto eleccionario para manipular su resultado. En esto no asusta la actitud del poder. El que puede hacer uso discrecional de las decisiones, está claro que por estas latitudes, invariablemente abusa de ellas, y sobre todo, si tiene poco respeto por las instituciones republicanas y democráticas. Para ellos la democracia es solo un medio, un simple formalismo que cumplir para lograr sus propios fines. No se trata de convicciones, ni de principios, solo de reglas que pueden ser modificadas según convenga en cada coyuntura. Puede no sorprender la actitud del oficialismo, pero ciertos sectores que se dicen detractores del poder, que se ofrecen como alternativa y que cuestionan la ausencia de institucionalidad y de respeto por ciertos valores, han caído en el mismo juego. Con declaraciones ambiguas, han abierto la puerta para hacer exactamente lo mismo. Ellos son especuladores del poder. Creen que la democracia es una herramienta y no un fin en si mismo. Entienden que lo de “las formas” es una cuestión irrelevante. Lo importante es su vocación por el poder, su ambición por apropiarse de todo aquello que les permite hacer prevalecer su voluntad. La República está a su merced. En tanto y en cuanto puedan manejar los hilos de un sistema cada vez mas manoseado, podrán seguir haciendo lo que deseen, los que le venga mejor, y siempre encontrarán el argumento adecuado para justificar lo que precisan, sin que siquiera les produzca vergüenza alguna. El oficialismo tuvo una actitud inmoral, con un alto grado de desprecio por las instituciones, pero que en definitiva está alineada con su estilo de hacer las cosas. Ya no sorprende, ellos no tienen esos valores. Cualquier cosa que les permita seguir en el poder, resulta valido. Guardan ciertas formas, pero apelarán a todo lo que dispongan para hacer lo que desean. Sus caprichos son más importantes que cualquier institución. En un país plagado de mañas, uno esperaba que la oposición reaccionara con inteligencia, pero por sobre todo con principios, con convicciones. Eso paso solo parcialmente. Un sector de la oposición reaccionó rápido y en el sentido de las instituciones. Se privó de especular con sus eventuales conveniencias. Pero otro sector, declarado como opositor, tuvo una actitud timorata, dubitativa, especulativa. Lo van a pensar, lo van a considerar y seguramente analizarán las cosas, no desde lo institucional, sino desde la conveniencia circunstancial, viendo como sacarle provecho a la situación. Razonan de idéntica forma que nuestros gobernantes. Funcionan de modo similar. La prioridad no la tiene el país, menos aún las instituciones. Lo primordial es lo táctico, el modo de lograr el resultado esperado. Lo otro, es menor para ellos. Las normas están solo para respetarlas si convienen. Si no convienen, las reglas son parte de la negociación, pueden ser eliminadas o modificadas. No son importantes, son secundarias. Una Nación que no es capaz de sostenerse sobre sus instituciones no tiene futuro. Sus decisiones siempre estarán sujetas a los vaivenes del poder. La crisis pone en jaque a todo el planeta. La Argentina sigue discutiendo banalidades. Los problemas domésticos nos consumen y las decisiones políticas de estas horas, lo único que hacen, es mostrar el lado mas mezquino de una clase dirigente alejada de la realidad. La sociedad se debate en torno a su creciente preocupación vinculada a la inseguridad, la inflación y el desempleo. La política ya puso en claro cuales son sus preocupaciones. Lo electoral ha tomado la delantera. Lo otro deberá esperar. El Congreso tendrá un maratónico esfuerzo para darle lugar a los apetitos electorales del poder. Tendrá para ello, que dejar de lado el tratamiento de importantes leyes que esperaban ser consideradas. También quedarán de lado las preocupaciones de la gente. Los temas que aparecen en las encuestas como aquellos que mas angustian a la sociedad, tendrán NUEVAMENTE que esperar. Tampoco serán parte de la agenda, cuando finalice el tratamiento de esta ley. Después de eso, se ocuparán los dirigentes de tejer alianzas, conformar listas de candidatos, reunirse para establecer estrategias, buscar consensos sectoriales y territoriales. Mucha tarea política queda por delante. La gente, nuevamente tendrá que esperar. Alguna vez seremos prioridad. Esta vez NO. Estarán TODOS muy ocupados en lo táctico. Lo importante será pulsear, mostrar quien es más fuerte. La política se llevará el máximo de la atención de los medios de comunicación y todos estaremos presenciando el circo y el folklore local que rodea a cada compulsa electoral. Mudarse de domicilio para ser candidato por otro distrito, postularse para un cargo que se sabe de antemano no se pretende asumir, y mucho menos concluir su mandato, renunciar a un cargo electivo actual para postularse a otro. Todo eso será parte del mismo escenario. La viveza criolla puesta al servicio de la vocación de poder. La creatividad aplicada al máximo, para saltear las normas de un sistema cada vez menos transparente. La creatividad solo se aplica para burlar normas, modificar reglas y fundamentalmente sacar el máximo provecho frente al adversario de turno. Ese mismo ingenio no se aplica para resolver los estructurales problemas que aquejan a esta Nación desde hace décadas. Se agota la creatividad en cada esfuerzo electoral. Pero todo esto no es privativo del oficialismo. También lo hacen con idéntico descaro la inmensa mayoría del arco político. No se precisa estar en el poder para apelar a estas patéticas argucias que no hacen más que confirmar la deteriorada imagen que la gente percibe de la política. Este escenario se vivirá también en las provincias. Allí la agenda de la gente, igualmente tendrá que esperar. En definitiva, se vienen instancias en las que lo importante será lo electoral. Después de todo, esto solo confirma algo que se podía presumir. Vivimos en una sociedad que está gobernada por la supremacía de lo táctico. (*) Recibido por Corrientes al Día de Alberto Medina Méndez. E- Mail: amedinamendez@gmail.com (Corrientes, Argentina).
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.