Opinión
La crisis del principio de autoridad y la muerte del sistema republicano de gobierno
OSCAR PORTELA (*)
La palabra “pueblo”, debería ser paulatinamente borrada del habla común, pués designa a un conjunto de individuos que conforman una identidad cultural, lingüística, religiosa con aditamentos étnicos, decididos a conformar un estado con el fin de afianzar -vía pactos sociales- y luego de distintos sistemas jurídicos, un peto que les permita coexistir junto a otras comunidades que puedan constituir una amenaza para sus intereses, un trazado geopolítico determinado.
Este – con sencillez – y no otro constituye el origen del Estado que esgrafia la identidad de la palabra pueblo. Sin embargo la palabra “pueblo” en la primera mitad del siglo XX fué asociada, a todo tipo de mitologías étnicas y religiosas: la mitología aria de la raza, la negritud, la eslavófila y el mundo ario o el semita. Hasta aquí el sofisma dado que la genealogía de constitución de un Estado abarca singularidades mayores y deberíamos remitirnos a la “Genealogía de la Moral” nietzscheana para alcanzar los fundamentos que ideologizan la topología del funcionamiento de ésta maquinaria. Como forma de gobierno el Estado puede adoptar en defensa de los intereses del pueblo y sus legítimos representantes el sistema republicano de gobierno : quienes consiguieron constituirse en estados nacionales confederados -luego de la revolución industrial que trajo consigo la cabeza de un rey en platillo de oro- lograron luego que las diversidades culturales no se disuelvan en un único polo de exclusión de poder económico y político, y que la división retórica de poderes, intente resolver los conflictos sectoriales o los del individuo contra el estado. PROFECÍAS Durante el siglo XIX Friedrich Nietzsche escribió, “ hemos perdido el instinto para estas instituciones”: luego nos hemos extraviado en un laberinto, durante el fin de los grandes debates ideológicos de mediados del siglo XX le permitieron afirmar a Heidegger :“ ni socialismo, ni capitalismo, son soluciones para aquello que va a venir”: es decir, la muerte de la “cosa pública” y de la representación política ideal del “sujeto identitario” , que ha suplantado la autoridad de la representación de la imagen del mundo, por el autoritarismo del estado técnico moderno – maltusiano al fin- pues para el liberalismo inmanentista y el capitalismo de estado solo deben sobrevivir y triunfar los más capaces o los más aptos. La división de poderes tamizada por la racionalización de formas teocráticas de gobierno en una época de hiperracionalidad tecnológica no contradicen al espíritu del déspota enraizado en el origen del Estado ni la juridicidad del estado de derecho -los intereses y fines corporativos o meramente personales de los diversos sectores que conforman una comunidad- y que los partidos políticos tenían como fin último resolver. Con la muerte de los auténticos sistemas Republicanos de Gobierno en manos de los oligopolios tecnocráticos, – en los que se encarnan hoy los intereses económicos de las minorías- muerta definitivamente la vía de la representación que el pueblo se dá a si mismo para zanjar sus conflictos internos y señalizar las políticas externas del Estado Nación en un mundo “mundializado”: ( J.L.Nancy) LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN DISEMINACIÓN Han muerto los partidos políticos que hoy en ciertos países como el nuestra – y en general dentro del marco del llamado eufemísticamente tercer mundo- conforman una extraña amalgama de intereses extraños al pueblo – y a toda forma republicana de representación -, convirtiéndose en formas de gerenciamiento de intereses corporativos y cumpliendo fines de “lobbies” desde el punto de vista parlamentario de gobierno. Extraños por supuesto a los intereses del Estado Nación en vías de extinción y de toda “República”, de la que no queda sino lo latino de la huella gramatical que nos conduce a lo Noam Chomsky llama “mega corporaciones”, el mundo se mueve a nivel de decisiones globales en medio del desfile fantasmagórico de lo que Derrida denomina estados fantasmaticos, en un mundo que con velocidad increíble (Virilio) marcha hacia el viejo ideal de un estado universal en manos de superpotencias todavía en estado auroral, – hoy el renacimiento de China- de la que esta ausente todo ideal de verdadero pueblo . Hoy solo las luchas étnicas y religiosas que mantienen al Estado alternativamente en estados de implosión-explosión dominan en panorama de la época. En su pretensión desesperada por mantener las autonomías y características de “pueblos o estados autónomos” el mundo asiste sin saberlo a una lucha entre el Estado Universal tecnocrático, tantas veces deseado y la libanización de un nomadismo al que se ha denominado extrañamente “terrorismo” y que no constituye sino la contracara del inmenso “terror del poder que imponen las mega corporaciones” financieras, fuera ya del marco de las imágenes del mundo que proyecta todo sujeto individual o colectivo.. EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD EN CRISIS A nadie se le escapa que la Argentina como nación de un territorio devastado desde sus orígenes, continúa jugando el juego que imponen las “mega corporaciones” dentro de un supuesto régimen democrático, federal y republicano de gobierno – a pesar de las antiguas y fallidas felicitaciones de Chirac a Mr. Kirchner- que obedece las ordenes del imperio cuando envía soldados a Haití, el país mas pobre y explotado del mundo que a los verdaderos intereses nacionales. La Argentina, su pueblo que ha soportado más de cuatro décadas de retroceso económico, científico, cultural, – parálisis que nos ha retrotraído a las mas horrendas humillaciones de pobreza, exclusión creciente, mortalidad infantil – deudas internas y externas semejantes al fantasma del padre de Hamlet-. continua sin encontrar salida del laberinto en la representación de ninguna pulsión colectiva de vida o muerte y se consume bajo el unicato de los intereses de la mundialización, encerrándose en si misma como si en su “interior” pudiese encontrar al fin un destino manifiesto que se escapó desde sus orígenes. Los estados avanzados – en crisis o no – miran solo un territorio rico en recursos naturales que por el momento no significan un inconveniente para el progresivo y sostenido avance que mantienen los intereses económicos globales en aras del dominio del planeta. LA RESPUESTA ARGENTINA Y LA ESPECTRALIDAD DE SU SISTEMA POLÍTICO Dentro de éste panorama, la Argentina no puede sino dibujar gráficos de espantajos animados, como ejemplos de su política exterior ya que la república como tal, semeja, a nivel de su Congreso de la Nación, aquel triste ejemplo de la República de Weimar, – exterminada tanto por la SA, como por el plebiscito al que llamó Hitler y la reforma constitucional llevada a cabo por Carl Schmidt- en la Alemania de 1930. Más de trescientos partidos políticos en un país con menos de cuarenta millones de habitantes, representa el llamado por Lorca “teatro de títeres de cachiporra”, limitado al escenario de un congreso que a nadie representa. Más de cuarenta partidos en una provincia como Corrientes cuyas necesidades básicas no dejan de crecer puede ser calificada ya como algo más que un “teatro de cachiporras”: se trata ya de un “teatro de gran-guiñol” (imitación a través de marionetas de la vida cotidiana de los franceses en la popular época de Monsieur Guillotin), con la diferencia importante, de que esta “representación” no divierte a público ni a pueblo al que supuestamente esta dedicado. Tomemos pués como ejemplo la crisis de “ autoridad” dentro de un partido centenario como el partido Liberal de Corrientes: si en tres décadas desaparecieron del escenario político partidos como la UCRI, como el MID, como el también centenario PA, -porque hoy con la concentración de poder alrededor de los ejecutivos en retroceso electoral o no – habría de desaparecer el PL, dividido en tres fracciones para organizar simulacros de internas que son acuerdos de cúpula, -dado que el principio de autoridad que regula el normal y orgánico funcionamiento de un partido- a dejado en la práctica de existir y lo que resta lo constituyen partes de ambiciones mundanas de poder y dinero – u obscenas exposiciones de ingenio- para mostrar como el mono sube más rápidamente al árbol que los demás animales ¿?. A espaldas- eso si- siempre a espaldas del pueblo, ese cementerio de sueños representado en tiempos idos por partidos políticos que hoy -“espectrales” – levantan suspensiones o expulsiones en aras de una lucha por el poder semejante a aquellas que dieron origen al nacimiento de la constitución del estado. Mesas directivas para mostrar cuan democrático es el funcionamiento de un partido multiplicado ahora por tantos intereses sectoriales como existan: tendremos finalmente 150 partidos políticos y finalmente reelecciones indefinidas en ésta provincia de Corrientes, la tercera o cuarta en mortalidad infantil de país? Cuando las nuevas generaciones muy pronto deban decidir con sus votos – ya no vinculantes-, lo que debe suceder en éste país y en esta provincia, para definir ese futuro que se les escapa de las manos por la imprevisibilidad de un modelo en crisis, que nada asegura para ellos sino la persistencia de actos personales vergonzosos, como muestra de que todo acto de habla político solo consiste en juegos ( games virtuales ) de un tablero de ajedrez en la que una vez más por la necesidad de persistir como persisten los zombis, -se llame a reuniones para renovar la presidencia de órganos supuestamente colegiados- y solo quede al descubierto ante la opinión pública? la mezquindad de un sistema que esta quitando el futuro al pueblo – los sueños y los deseos colectivos que hicieron alguna vez de éste país una utopía digna de ser vivida- no quedará otra cosa que la que a comenzado a vivir la gente desde hace un tiempo. La violencia errabunda y la indiferencia de la impotencia como soberana de nuestro panorama político. (*) Recibido por Corrientes al Día. Según el autor, este artículo fue publicado en el 2005.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.