Opinión
Días duros para el oportunismo
SONIA LÓPEZ (*)
El oportunismo está en apuros en la Provincia de Corrientes. Son días difíciles para los mercenarios de la política, momentos de incertidumbre que nunca les tocó afrontar. Aquello de que “siempre es ganador el caballo del comisario” se ve de negras por estos rumbos. No se sabe cual es el caballo susodicho.
Es hora de sufrir para el oportunismo político. ¡Que buen momento! Es para alquilar balcones y ver desfilar a los personajes de un cuento que podría emular a García Márquez, el maestro en materia de detectar toda la decadencia de que somos capaces, cuando prima el egoísmo por sobre las causas colectivas. Es que el “caballo del comisario” depende del comisario. Y más allá de operativos mediáticos, no se sabe a ciencia cierta lo que pueda ocurrir el 13 de septiembre en la Provincia. No se sabe quién será el comisario finalmente por lo que no hay un “caballo” para montar con tranquilidad. El resultado electoral del 28, a pesar de la necesaria nacionalización de una elección nacional, es bastante parejo, si se piensa que hay solo 10 puntos de diferencia entre el primero (Frente de Todos) y el tercero (Frente Correntinos por el Cambio) pasando por ECO que salió segundo por 2 puntos con el primero y por 8 puntos con el tercero. Este esquema de análisis debemos completarlo diciendo que el 28 se trató de una elección a Legisladores Nacionales, donde estaba en juego el posicionamiento de las grandes tendencias políticas nacionales en el Congreso de la Nación, vinculadas a los intereses sociales en disputa abierta desde la crisis de la Resolución 125 impulsada por el Gobierno Nacional. Las Elecciones Provinciales del 13 de septiembre, en cambio, se trata de algo mucho más concreto para los ciudadanos de Corrientes. Se trata de apoyar o castigar con el voto a la gestión provincial y municipal. Se trata de definir: continuidad o cambio. Sencillo y contundente. Son elecciones ejecutivas y legislativas. Aquí se ponen en juego las principales figuras políticas de la Provincia. Y si bien, el test del 28 de junio había que pasarlo con decoro para asumir el desafío del 13 de septiembre, nadie (con honestidad intelectual) se atreve a aseverar quien saldrá ganador, ya que el test resultó bastante apretado y sin ningún número que haya resultado aplastante o al menos descollante como antecedente. Y si lo anterior es una obviedad, mayormente lo es considerar que, en realidad, Arturo Colombi gana muy lejos de aquel 60% que lo llevó al poder, en una curva descendente que no la pueden detener ni con todas las joyas de la abuela (los recursos públicos). Y lo sigue un Ricardo Colombi que por 3ra. vez consecutiva no alcanzó a ganarle a su primo que ostenta el poder que él mismo le confió. Y para colmo el Justicialismo se emancipa de ambos, constituye un Frente encabezado por el Senador Fabián Ríos y una constelación de aliados políticos y sociales, al cual no le fue del todo mal, teniendo en cuenta el golpe sufrido por el Gobierno Nacional, el Frente Correntinos por el Cambio se alzó, sin embargo, con un 25% del electorado sin jugar todavía su carta principal. Igualmente se tendrá que remontar bastante para lidiar con los dos primeros, y no está dicho que no se pueda. Así las cosas, la incertidumbre invade las camarillas políticas. Ya existen movimientos orientados a bajar personajes nacionales que impongan códigos nacionales a una elección que es en esencia provincial. Hasta se ha escuchado un mamarracho de declaración alertando: “Pretenden provincializar la elección del 13 de septiembre!”. ¿Perdón? ¿Acaso no es provincial la elección de un Gobernador y su vice? ¿No es provincial la elección de legisladores provinciales?. El debate sobre lo provincial es ineludible. Y aquí es donde hacen crisis algunos esquemas. Se debe discutir Federalismo. Si. Pero ya no solo en relación con los fondos que llegan a la Provincia. También se deberá discutir porqué el ejecutivo provincial se negó a votar el 15% de coparticipación a los Municipios en la Reforma de la Constitución Provincial en el 2007, y ahora se niega a cumplir lo que es un derecho consagrado de todos los Municipios. Y no solo se tendrá que discutir cuanto dinero llega a la Provincia de la Coparticipación de impuestos de la Nación., sino también como se gasta. Por qué nunca una verdadera recomposición y blanqueo salarial. El Gobernador deberá decir en qué gasta tanto dinero, porque en mejorar los sueldos y los presupuestos públicos de salud, educación y justicia no lo hace. Y son días duros, decía, para el oportunismo político. Porque no se sabe si Arturo Colombi podrá torcer su curva descendente ni con todo el dinero de nuestros bolsillos. No se sabe si Ricardo Colombi podrá sumar voluntades para ganarle alguna vez a Arturo. Y tampoco se sabe si Fabián Ríos y el Frente, podrá ocupar el espacio potencial de votos que queda abierto para un cambio. Nadie tiene “la vaca atada”. Esto exige definiciones de cada sector vinculadas a coincidencias de ideas y programas. Esto exige jugarse alguna vez por algo con honestidad intelectual y compromiso. Y no es la costumbre en nuestra dirigencia política. Por eso sufren tanto. Los malacostumbrados a cambiar de partido como de ropa interior. Los frecuentes saltimbanquis que se cruzan de Frente en función de ofertas y contraofertas de secretarias y subsecretarias, están todos jodidos. Porque cuando se ofrece eso, para cumplir, hay que ganar. Y no hay garantías. Entonces se ven espectros grotescos. Como aquellos consagrados al ultrakirchnerismo que ahora son los primeros críticos, se despegan como de ropa sucia de acuerdos que los tuvieron bien alimentados durante años. ¡Ahora resulta que nadie votó a Cristina Kirchner!. Dan vergüenza ajena, empezando por el Gobernador, siguiendo por el primo y terminando por algunos ex transversales que dan lástima en lo que están cayendo para cotizarse. Tan grotesco como el Peronismo Federal vernáculo, enarbolando su posición de ganadores como quien saluda con sombrero ajeno, exigiendo al Gobierno de Arturo la vicegobernación. Así es, los traidores salen caros, pero no dejan de serlo. Nuestro espacio político, el Partido Comunista y los amigos de la Izquierda, sigue apostando al cambio, y esperamos que todo el Frente Correntino por el Cambio así lo haga, sumando más voluntades sinceras y nuevas fuerzas políticas, sociales y comunitarias que decidan asumir esta batalla. Seguimos adelante con el desafío que nos planteamos, que los trabajadores y el conjunto del pueblo encuentren un espacio de representación política plural, y se termine con el ciclo saqueo de los fondos públicos en la Provincia que ahoga la posibilidad de desarrollo y crecimiento verdadero. No votamos nunca a ningún Kirchner, no integramos ningún Gobierno, ni Nacional ni Provincial, por ser críticos con algunos temas, valorando importantes esfuerzos que se han hecho a nivel nacional, entendemos que se debió y se debe profundizar la distribución del ingreso y recuperar los Recursos Naturales para el futuro de los argentinos, entre otros problemas. Pero nos da vergüenza ajena ver como los otrora obsecuentes al kirchnerismo, que se integraron al Gobierno sin matices, ahora huyen del barco como las ratas cuando sienten que se hunde. No hay decencia en ello. No hay dignidad. Solo vergüenza. Así es, Corrientes, ahora habrá que jugarse por algo. Habrá que definir si queremos seguir así o queremos cambiar. Ninguna excusa será suficiente para justificarse en el futuro. No hay caballo del comisario. Pero tampoco absolución gratuita, ni olvido. El electorado definirá seguramente. Pero ganando o perdiendo, el mercenario solo cosechará dinero o puestos, si le acierta al tiro. Pero la imagen grotesca del oportunista miserable, que no se juega en verdad por nada, quedará sepultada para siempre. (*) Secretaria General del Partido Comunista. Convencional Constituyente de Corrientes (MC)
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.