Opinión
Los cataclismos de la Naturaleza: ley de causa y efecto
PRIMERA ENTREGA (*)
El hecho de que las instituciones eclesiásticas ocultaran a sus creyentes la ley de causa y efecto, de siembra y cosecha, fue una estratagema muy astuta. Con ello se construyó la base para hablar de los denominados «secretos de Dios» y de los «inescrutables designios de Dios».
El objetivo de esta astucia humana, fue difundir una enseñanza que necesite de teólogos que hayan estudiado a Dios, que con una forma hábil de expresarse y con la práctica de rituales, hacen creer a los hombres que se necesita “mediadores” para conseguir que Dios sea misericordioso. La atadura de los hombres a las doctrinas religiosas, también consiguió que durante siglos y siglos la mayoría de los seres humanos efectivamente apoyasen financieramente a tal o cual institución. En nuestros días, sin embargo, se desvanece cada vez más la fe en las instituciones eclesiásticas, pues muchas personas comprenden que el barco del mundo que se está hundiendo ya tampoco lo pueden salvar los dignatarios de la Iglesia. Después de la catástrofe del tsunami el 26.12.04, que constituyó posiblemente la catástrofe de la naturaleza más grande que ha vivido la humanidad, y ahora, nuevamente, en estos días, luego del tremendo terremoto en Haití, donde se especulan cientos de miles de muertos, se empiezan a escuchar las preguntas: « ¿Dónde está Dios? ¿Cómo pudo permitir esto Dios?» Algunos sostienen que la “pregunta del por qué”, se la plantea el hombre en la mayoría de los casos sólo cuando la vida empieza a desmoronarse. Pertenece, según sostienen varios, al proceso de madurez humana el “aprender a vivir con preguntas que no tienen respuesta”. Algunos teólogos sostienen que las catástrofes naturales nos pueden recordar que no vemos los planes que tiene Dios, que su modo de obrar es un secreto, un misterio, a veces un secreto muy doloroso. Si los teólogos, o el hombre erudito, o el materialista, quieren seguir estando en la oscuridad, ésa es su decisión. Toda institución, basada en dogmas, ritos, y costumbres humanas, que tiene a un dignatario humano, llamado sacerdote, o pastor, como mediador entre Dios y los hombres, es sentenciada con la advertencia que se encuentra en el Apocalipsis de Juan. Allí se dice: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas». (Apocalipsis, 18,4) Dios, el Eterno, no tiene necesidad de tener secretos, sino que aquellos que promueven la idea de “los misterios de Dios”, son aquellos que se vanaglorian de haber estudiado a Dios, pero no saben nada de Él, y lo conocen menos que cualquier sencillo hombre del pueblo. Los «secretos de Dios», de los cuales hablan tanto y con tanto gusto las Iglesias, se podrían calificar de una mentira piadosa, de engaño, de truco, para encubrir la falsificación que los teólogos han hecho de la enseñanza de Jesús. El paso de mayores consecuencias en este sentido se llevó a cabo en el concilio de Constantinopla, en el año 553, donde la enseñanza de la reencarnación desapareció, por acuerdo unánime, de la enseñanza de la Iglesia. Con ello se eliminó también la ley de causa y efecto, de siembra y cosecha, a pesar de que todavía se puede encontrar expresada con todas sus palabras en la Biblia. En la carta a los Gálatas, capítulo 6, 7, se lee: «No os engañéis: de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará». Si los teólogos eclesiásticos no hubieran suprimido el conocimiento de esta legitimidad, muchas personas no habrían estado indefensas ante su destino, lo habrían podido comprender y superar. De este modo muchos habrían podido aprovechar la oportunidad de encontrar el camino para comprender y cambiar su comportamiento, y convertirlo en independencia y seguridad en sí mismos, y en una mejor calidad de vida. LOS CATACLISMOS DE LA NATURALEZA (2DA ENTREGA) Quien lee el diario y escucha las noticias, oye hablar una y otra vez de catástrofes aisladas que tienen lugar sobre la Tierra: el nivel de las aguas subterráneas disminuye, tsunami, terremotos, maremotos, huracanes, derrumbes, inundaciones, sequías, etc. Usted se preguntará: « ¿Cómo puede permitir Dios las catástrofes, los trastornos de la Tierra y las muertes? ¿Por qué no interviene Dios?». En todos los tiempos Dios habló a través de hombres y mujeres justos, a través de Sus profetas. Dios advirtió y mostró a Sus hijos el camino de vuelta hacia su origen divino. En nuestro tiempo, hace ya más de 30 años, Dios volvió a enviar a un gran profeta a los hombres, Gabriele, de Würzburg, Alemania, la profeta y mensajera de Dios. Sin embargo, la mayoría de los hombres, encabezados por la casta sacerdotal, que estuvo en todas las épocas en contra de los profetas de Dios, ni hizo caso ni sigue escuchando la palabra de Dios. Por ejemplo, Cristo, en 1984, manifestó a través de palabra profética: «El futuro de la humanidad está escrito en la atmósfera. También la Tierra y los mares dan testimonio de lo que el hombre ha sembrado. En verdad, en verdad os digo: El tiempo está cerca en el que las aguas se llevarán a muchos hombres, en el que el planeta Tierra se rebelará y tragará todo lo que atrape. Y será que las aguas purificarán muchas partes de la Tierra. Y se presentarán diferentes condiciones climáticas…» Y en el año 1993: «Oh ved, las tempestades de los tiempos no sólo están anunciadas, ellas soplan, se desencadenan, es decir, se desenfrenan en todos los continentes. Pero eso sólo es el principio. Continentes enteros se tambalearán, pues las placas tectónicas de la Tierra rotan cada vez más debido a que el magma de la Tierra está cada vez más caliente. Así es como también toda la Tierra se calienta…A los campos se les quitará la buena tierra. Lo que habéis plantado será arrancado de los campos pues las tormentas se desencadenarán violentamente y no sólo azotarán la tierra; al mismo tiempo son huracanes que se formarán y harán reventar comunidades enteras, pueblos y ciudades». Desde el Reino de los Cielos, se expresó en palabras muy claras a los hombres, que el causante de los acontecimientos venideros no es ningún Dios que castiga, sino el hombre. En la Tierra todavía muchas cosas pueden ser cambiadas, aún en el corazón de muchos hombres. Por esto, el mundo divino nos indicó, una y otra vez, a nosotros los hombres, la ley causal, la ley de siembra y cosecha: «El poderoso gigante, la ley causal, el gigante con las muchas causas que los hombres han creado en siglos y milenios, de lo cual mucho aún no está expiado, camina por la Tierra. El poderoso gigante va de un lado a otro. Allí donde pone su pie, empiezan los efectos y muestran al hombre lo que él mismo ha causado. Pisa por un lado: un terremoto; por otro lado: una catástrofe más; allí empieza una guerra. Camina hacia otro lugar: contaminación nuclear, y él camina también por los mares». DE LA SERIE “LOS CATACLISMOS DE LA NATURALEZA (3RA ENTREGA) La catástrofe en Asia sudoriental, fue provocada por un terremoto que tuvo lugar el 26.12.2004. El terremoto tuvo una intensidad de 9,0 de la escala de Richter, con epicentro a 160 Km. de Sumatra, a una profundidad de 30 Km. bajo la superficie del océano Índico. El terremoto fue captado en diversos países fronterizos como India, Bangla Desh, Malasia, Tailandia, Myanmar, Singapur y las Maldivas. El terremoto fue desacostumbradamente amplio en su extensión geográfica. Tuvo lugar en una línea de dislocación en la que la placa indo-australiana se sumerge bajo la placa de Burma, que se elevó en unos 10 a 30 metros, lo que provocó olas de choque en el océano Índico. Durante este terremoto se liberaron gigantescas cantidades de energía. Un gran huracán necesitaría 70 días para liberar la misma cantidad de energía. Los tsunamis son provocados, sobre todo, por terremotos, pero también por erupciones volcánicas, explosiones nucleares, o por la caída de un meteorito al mar. El tsunami desarrolla su capacidad destructiva sólo cuando se acerca a la costa. Las olas, que en alta mar a menudo sólo tienen un metro de altura, se convierten en la costa en murallas de agua de hasta 30 metros de altitud, a veces de hasta 100 metros. Los tsunamis se producen en el momento en que grandes cantidades de agua se desequilibran, p. ej., por movimientos de un lado para otro del fondo marino. Desde su lugar de origen, las olas se extienden en círculos a gran velocidad. Y en este proceso la rapidez es tanto más alta cuanto más profunda es el agua. Los tsunamis se componen, por lo general, de una serie de olas que se acercan una tras otra a la costa. A menudo, las primeras crestas de las olas se anuncian con una marea muy baja, a la cual sigue después la ola. Una ola de tsunami puede mover 1 millón de toneladas de agua; así de grande es la energía que lleva consigo un tsunami cuando alcanza tierra firme. Los daños causados allí son enormes. Muchos de los daños se producen, no tanto por la inundación misma, sino que por el efecto que el agua produce al retirarse. Casas, hoteles y construcciones completas son arrastradas por las aguas. Hoy, y para toda la humanidad, globalizada, unida a través de la información y la imagen, la noticia es el llamamiento que esta realizando la Madre Tierra, mediante el terremoto en Chile, del 27 de febrero, y los efectos enlazados en el océano pacifico, los alerta de tsunamis, tanto en Hawai, como así mismo en Australia, y Japón. Por medio de palabra profética, y a través de la profeta y mensajera de Dios en la actualidad, Gabriele, de Würzburg, Alemania. Tomemos las palabras de Cristo, a través la profeta, en el año 1993: «Oh ved, las tempestades, se desencadenan no sólo están anunciadas, ellas soplan, se desencadenan, es decir, se desenfrenan en todos los continentes. Pero es sólo el principio. Continentes enteros se tambalearán, pues las placas tectónicas de la Tierra rotan cada vez más debido a que el magma de la Tierra se calienta. Vosotros sólo pensáis en la atmósfera que está destruida, pero Yo os digo: El magma se calienta cada vez más produciendo movimiento en muchas cosas. La Tierra se calienta. El hielo se derrite. Vienen las inundaciones y las tempestades las inician…» Ya en 1984, esto es hace más de 20 años, Cristo nos llamó la atención a lo siguiente: «En verdad, en verdad os digo: El tiempo se aproxima, en que las aguas se llevarán a muchos seres humanos, en que el planeta Tierra se rebelará y se tragará todo aquello de lo que pueda apoderarse. Y sucederá que las aguas purificarán muchas regiones de la Tierra…» El poderoso gigante, la ley de causa y efecto, se mueve en la Tierra: ese gigante, son las muchas causas que los hombres han creado en siglos y milenios, de lo cual mucho aún no está expiado. Esta “vibración magnética” camina por la Tierra. El poderoso gigante va de un lado a otro. Allí donde pone su pie, un terremoto; por otro lado: una catástrofe más. Nosotros los hombres hemos puesto, por decirlo así, en marcha a este «gigante». Los efectos que puede tener cuando él camina por los mares, los hemos vivido con la catástrofe de olas marinas sísmicas en Asia sudoriental. A raíz del fuerte terremoto de Sumatra en 2004, se produjo también un cambio de la rotación de la Tierra; a pesar de que éste es calificado por los científicos como un “mínimo cambio de la rotación del eje de la Tierra”, no cabe duda de que puede tener consecuencias. En 1986 Cristo explicó a través de Gabriele, la profeta, la siguiente relación: «El llamado eje terrestre, que es como lo llamáis, no sólo se transformará, sino que también será diferente en su rotación, y con ello toda la Tierra. En verdad os digo: En la Tierra se formará una fuerza que sustituirá al eje terrestre. Pero hasta que esto venga, en la Tierra sucederán algunas cosas. El llamado eje terrestre se transforma y se mueve en una dirección determinada. El hombre diría que “se tuerce”, pero esta torcedura no es visible para los seres humanos; ellos lo sienten, puesto que las estaciones están cambiando, el tiempo va más de prisa. Las fuerzas, sobre y dentro, de la Tierra indican que está sucediendo algo grande desde dentro hacia fuera; ¡y va a suceder! A raíz de la fuerte desviación del llamado eje terrestre, de la rotación, los mares se elevan; terremotos, erupciones volcánicas y cosas semejantes se suceden unas a otras…» Aquí se indican, con algunos ejemplos como confirmación, como desde el mundo espiritual, Dios no ha dejado de advertir a la humanidad, acerca de los efectos de la forma de comportarse del ser humano, para consigo mismo, para con la Naturaleza, y para con el mundo animal, vegetal, y mineral. Así, si podemos reconocer en nuestro corazón, como simples hombres, que muchas veces somos injustos, tengamos entonces en cuenta, en gran escala, que todo es energía, y que esa energía repercute en la Tierra, volviendo a su emisor: el ser humano. (*) Recibido por Corrientes al Día de Maximiliano Corradi. DNI: 27.090.991 Ref. www.vida-universal.org. Email: ivanmeden@yahoo.es
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.