Opinión
Cristinismo: igual al kirchnerismo pero sin plata
JUAN SALINAS BOHIL (*)
En el firmamento del sur bolivariano brilla un nuevo cometa llamado “cristinismo”. Antes resplandecieron con igual ímpetu el kirchnerismo, delaruísmo, menemismo, aliancismo y el alfonsinismo: se opacaron a la misma velocidad.
Sin embargo, antiguos aliados que más que ello fueron hermanos, amigos, confidentes, ejecutores, sostenedores, séquito, compinches y culatas – y aquí pisamos el pedal del medio para no parecer irrespetuosos– han venido tomando prudencial distancia del matrimonio rosado.
Moyano, Fernández (Alberto), Lavagna, Lousteau, son algunas de las caras visibles de las críticas “desde adentro” del sistema como si en su momento se les hubiese impedido abrir la boca cuando se encontraban adentro, bien adentro del útero mismo del “modelo nacional y popular con inclusión social”.
Falta que arribe el embajador en Francia y se desdiga de su “Vivir con lo nuestro” para clamar por la apertura de las importaciones, el libre mercado y tendríamos cartón lleno.
Lo que ahora le critican a la Presidente es, básicamente, que no es como Él. Pero conociéndolos, porque aquí somos demasiados pocos y nos conocemos al dedillo, podrían ser capaces de pedirle que realice reuniones de Gabinete. Él no las hizo; ella tampoco, mientras, en Argentina continúan las desapariciones.
Así, Gran Hermano ha borrado de la faz de “una nueva y gloriosa nación” la tragedia de Once que causó 51 muertos y más de 700 heridos. Nada de nada. Ni una mísera línea o palabra. ¿Por qué será? ¿O es que quizás algo habrán hecho?
Otra desaparición anunciada es la situación de la firma inglesa Prestolite Indiel, fundada en 1957 y que cuenta con 350 operarios en su planta de La Matanza y 220 en la de San Luis. De acuerdo a manifestaciones de los obreros, la firma falseó los últimos cuatro balances presentándolos a pura pérdida cuando se hartó de vender alternadores y arranques debido al boom de venta automotor.
Según las mismas fuentes, los directivos estadounidenses de la empresa se habrían fugado y hasta hace poco los operarios buscaban al presidente de la firma que cuenta once propiedades en su haber y un sueldo de 32 mil dólares mensuales. Después de haber cortado avenidas y ocupado las plantas, los trabajadores hablaron con el ministro de Economía Guillermo Moreno y después de sacar banderas de repudio que habían sido colgadas en las verjas exteriores de la fábrica, han colocado el conocido cartel de “Fábricas Recuperadas”. Se ignoran hasta el momento los pormenores de la conversación y quién se ha hecho cargo de las varias quincenas adeudadas por Prestolite Indiel.
Resulta extraño que estas “desapariciones” se hayan producido durante un gobierno que ha hecho una bandera de la defensa de los Derecho Humanos, aunque sea una defensa parcial, alejada de la verdad histórica y plagada de tribunales revolucionarios impropios de una República.
Porque otra evaporación jurídica y política fue el conflicto con Uruguay por la instalación de la pastera Botnia en el Río Uruguay frente a la ciudad entrerriana de Gualeguaychú. De los “ambientalistas” de esa localidad y de la gran “causa nacional” que impulsó Néstor Kirchner en el discurso que pronunció en 5 de mayo de 2006 en el corsódromo de Gualeguaychú, lugar emblemático si se quiere para esa “causa”, nada ha quedado, apenas párrafos del discurso presidencial de entonces:
“Hemos venido a decir que no es una cuestión que atañe sólo a la provincia de Entre Ríos o a la ciudad de Gualeguaychú, esta es una cuestión ambiental que atañe a los pueblos uruguayo y argentino y que la República Argentina toda asume como un problema propio” (Aplausos).
“No están ni la provincia de Entre Ríos ni la ciudad de Gualeguaychú solas en esta lucha por el derecho, está la República Argentina y el pueblo argentino todo comprometido para solucionar esta controversia” (Aplausos).
“En este reclamo los habitantes de Latinoamérica debemos estar unidos en todos los foros y circunstancias. Ese debe ser el único camino, exigiendo juntos las soluciones que imperiosamente se necesitan”.
Aquella desaparecida “causa nacional” “de Latinoamérica” se etiquetó ahora con el sello de la UNASUR, el 2 de abril en Ushuaia, Tierra del Fuego, capital bolivariana del ensamblado, por la esposa de Néstor Kirchner. Dijo en la ocasión: “Por eso, esto que ha dejado de ser una causa nacional, esto que ha pasado a ser una causa de todos los argentinos pero también de todos los países de la UNASUR”.
Claro que las voces del oficialismo acusan con cualquier desvarío a quienes opinan que esta nueva “causa” es sólo una retoque con maquillaje barato de las necesidades de financiación del gobierno. Veamos cómo le ha ido a la Argentina en las últimas décadas en la intención de recuperar las usurpadas islas. Su recuperación transitoria acabó en una guerra perdida contra la OTAN, el reconocimiento de los kelpers como súbditos británicos, la pérdida de gran parte de nuestro litoral marítimo, el desarme unilateral argentino que dura hasta el presente y la instalación de una base militar ajena en las islas.
La improvisación constante de la actual dirigencia en todos los órdenes no escapa al tema Malvinas. Primero la Casa Rosada balbuceó el restablecimiento de los vuelos hacia el archipiélago desde la plataforma continental argentina y ahora envió “una carta al titular de la Cruz Roja Internacional para que interceda ante el Reino Unido para lograr identificar a los hombres argentinos y aún ingleses que aún no han sido identificados”. Mañana será otra cosa.
Pero veamos qué ha logrado este nuevo arranque de plagio nacionalista que no debe ser confundido con el original, el que anida en lo profundo de cada argentino por la recuperación de sus dos irredentas hermanas sureñas. Ahora el Reino Unido quiere establecer una zona de conservación marina en torno a la isla Georgia del Sur, cercana a las Malvinas.
Se trata de crear una gran área de conservación estimada en un millón de kilómetros cuadrados alrededor de la Georgia de Sur, con el objetivo primordial de proteger el hábitat natural de pingüinos, morsas, focas, ballenas, elefantes marinos o el bacalao patagónico.
Además, el Reino Unido amenazó a través de canales oficiosos con reclamar una deuda de 45 millones de libras (71,41 millones de dólares al cambio actual) por un préstamo concedido en 1979 a la Junta Militar argentina, que financió, en parte, armamento comprado a los mismos británicos y empleado en Malvinas.
Que los ingleses vayan a proteger la vida y la ecología de los tiernos y mojados animalitos que viven en las adyacencias de las Georgias nos hace preguntar si lo van a hacer de la misma manera que se comportaron en el Gran Chaco argentino (Chaco, Formosa, noroeste de Santiago del Estero y norte de Santa Fe) con la extracción del quebracho.
Por otra parte, la deuda hay que pagarla (como debería pagar Cuba los 600 millones de dólares más intereses que el tirano adeuda desde 1973 cuando Perón-Gelbard le otorgaron un préstamo consistente en alimentos y automóviles Chrysler, Ford y General Motors que “burlaban” el bloqueo norteamericano a la isla).
Y es más, sería más que justo que Argentina se comprometa a pagar los daños de guerra en Malvinas con los intereses correspondientes a los 30 años que han transcurrido desde la gesta.
Claro, a contrario sensu el Reino Unido debería indemnizarnos por sus 11 invasiones, a saber:
1ª.-(1763) A Colonia de Sacramento, como gobernación de Buenos aires, dependiente del virreynato del Perú.
2ª.-(1765) A Malvinas, se retiraron luego de una escaramuza con España.
3ª.-(1769) A Malvinas, se rinden al mayor General Juan Ignacio Madariaga, que enviado desde Buenos Aires obtiene la rendición el 1° de Julio de 1770.
4ª.-(1788) A la Isla de los Estados de donde son expulsados en 1791 por orden del virrey Loreto. En 1790 lo habían sido de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Ya había sido firmado el tratado del Escorial (1790), por el cual se prohibía a los ingleses navegar y pescar a menos de 10 leguas de tierras españolas y establecerse en ellas.
5ª.-(1806) A Buenos Aires.
6ª.-(1807) A Buenos Aires, Montevideo y Colonia.
7ª.-(1833) A Malvinas.
8ª.-(1845) A Buenos Aires. Junto a Francia bloquea su puerto y la navegación de los ríos Paraná y Uruguay. Lo levanta en 1847 y Francia un año después.
9ª.-(1908) A Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y litoral continental con el fin de pescar bajo su supervisación.
10ª.-(1917) Ídem al anterior.
11ª.-(1982) A Malvinas.
Pero como todo suma, existe algo que suma mucho. Este es el caso del robo de los caudales reales en 1806, entregados por el después destituido virrey Sobremonte, llevados a Gran Bretaña por la fragata Narcissus y paseados triunfalmente en Londres con gran júbilo popular. Fueron 40 toneladas de pesos plata de las que se extrajeron 296.187 libras, 3 chelines y 2 peniques a repartir entre los 1235 miembros del Ejército y 1606 de la Marina que habían participado en la invasión.
Una simple deducción arrojaría un saldo netamente favorable a la Argentina, pero para poner eso en la mesa de discusión debería estar al frente del Servicio Exterior alguien más capacitado que el actual volatinero que se mueve en su frente y que fue, como muchos que hoy se rasgan las vestiduras, entusiasta defensor del Proceso militar nacido en 24 de marzo de 1976.
Por otra parte, viendo a los integrantes de la Cámara de Comercio Argentino-Británica (http://www.ccab.com.ar), fundada en 1914, se observa cómo han calado hondo en la economía argentina las empresas del Reino Unido. Y qué, ¿acaso piensa la Casa Rosada estatizarlas como pretende hacerlo con la amiga española REPSOL YPF después que fue socia y cobijó lo que ahora critica? Vamos… que esos “negocios” entre los que se quieren ir y los que desean llegar ya los conocemos como las palmas de nuestras manos.
Y como no podría ser menos, las agresiones de los funcionarios hacia quienes manifiestan su parecer en contrario a las políticas oficiales, muchos de los cuales no tenían ni ropa decente para ponerse cuando llegaron a la función pública y después se pavonean en grandes mansiones, no han variado ni un ápice.
Por supuesto que son iguales los gobiernos de los Kirchner. Claro que sí. No obstante, la falta de dinero obliga al actual a intentar quitar subsidios, a desprenderse de la ayuda económica a empresas de transporte público, frenar la mayor cantidad de importaciones, ampliar los controles cambiarios con respecto al dólar (la moneda refugio de los argentinos), aumentos clasistas en luz y gas, una cada vez peor prestación de aquellos servicios mínimos que se consideran potestad de los gobierno como seguridad, educación y supervisación del transporte público. En eso y sólo en eso se diferencian.
La actualidad muestra una feroz pelea entre saqueadores. Antes, esas cosas no pasaban. Es que cuando la miseria entra por la puerta, los códigos se fugan por la ventana.
En el gobierno, a pesar de ser científicamente agnóstico y, como dijera un miembro de la Corte Suprema, “ateo militante”, le prenden una vela a cada santo para que el dinero de la soja entre lo más rápido posible y pueda fagocitarlo a destajo.
Detrás vendrán las reservas y ahí podrá tirar manteca al techo otra vez. Eso sí, después no quedará nada. Absolutamente nada.
(*) correodebuenosaires.com.ar
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.