Opinión
“Hablar de nacionalidad mapuche es un disparate”
CLAUDIO CHÁVES (*)
El historiador Claudio Cháves dio una entrevista a diario digital www.infobae.com en agosto de este año, donde explica el origen del pueblo mapuche, su vínculo con otras etnias preexistentes en el actual territorio argentino y la relación entre sus reclamos y la constante deslegitimación de Roca y la Campaña del Desierto.
¿En qué circunstancias ingresan los mapuches a la Patagonia y qué otros pueblos la habitaban previamente?
Los mapuches son de origen chileno y en sucesivas oleadas ingresaron a lo que hoy es territorio argentino. Los ranqueles, los pehuenches, los tehuelches, son todos indios cuyo origen está en esta región de la Patagonia. Los mapuches ingresan cuando el caballo, que es el instrumento bélico que los españoles incorporan a América, les permite transformarse de agricultores en corredores, en cazadores. E ingresan en nuestro país y se transforman, los mapuches, en cazadores, sometiendo a las poblaciones originarias de este país. No puedo decir “la Argentina” porque era primero la Gobernación de Buenos Aires y luego el Virreinato del Río de la Plata, pero sobre esas regiones actuaron los mapuches.
Hasta que en el siglo XIX estalla el conflicto con lo que ya era el embrión de la República Argentina. Primero, los sucesivos gobiernos que no pudieron consolidarse hasta la Constitución de 1853 y luego los presidentes. A partir de ese momento, el conflicto es con las autoridades de la República Argentina. Antes había sido con las de la provincia de Buenos Aires, con Juan Manuel de Rosas, y con las de las distintas provincias, de Córdoba, San Luis o Mendoza, porque las correrías indígenas se hacían sobre los pueblos y estancias de cada una de estas provincias.
Esta filtración de mapuches a través de la cordillera, ¿en qué período se produjo?
A partir del siglo XVII. Masivamente, en el siglo XVIII. Y en el siglo XIX, un jefe mapuchizado, Juan Calfucurá, ingresa a nuestro país aproximadamente en el año 1833, 1834, y corona en su persona una gran confederación indígena por la cual caen distintos pueblos bajo su poder y bajo su reinado. El objetivo de esta confederación dirigida por Calfucurá es el arreo de ganado de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza, un poco para manutención propia y otra parte, una enorme porción, para su venta en Chile. Y no era solamente el ganado, eran también las mujeres. Del regreso de su Campaña del Desierto, Rosas trae quinientas mujeres, quinientas cautivas. Rehenes.
¿Rescata quinientas mujeres?
Rescata de las tolderías quinientas mujeres. Algunas eran vendidas a Chile, otras retenidas como rehenes. Porque si un estanciero o un pulpero, al que le habían robado a la mujer, a la madre o a la hija, tenía algún vínculo con las tolderías cercanas, si ponía dinero le devolvían a la mujer.
¿Por qué hoy sólo se habla de mapuches?
Este grupo plantea que los mapuches son una civilización, una cultura, que ha sido dominante en los siglos que mencioné, que estableció esta confederación indígena. Pero se olvida que ellos sometieron a estos pueblos de los cuales he hablado. Y se arrogan, desde ese poder que tuvieron en algún momento, la posibilidad de constituir una nacionalidad mapuche. Ahora, para lograr una nacionalidad mapuche hay que romper la República Argentina y hay que romper Chile. Dicho de esta manera es un disparate. Pero es un disparate del cual hay que tener mucho cuidado, porque hay un clima cultural en nuestro país, y en Chile también, sesgado en la defensa de los derechos de los pueblos “originarios”.
Palabra que esconde una picardía ¿Cómo pueblos originarios? ¿Quiénes son los pueblos originarios? ¿Cuáles son los pueblos originarios? Si no hay pueblos originarios americanos. Existen distintas teorías acerca del poblamiento americano; está la de Paul Rivet, de que cruzaron por Alaska. Está la del antropólogo Thor Heyerdahl, que con una balsa quiso probar la hipótesis de que venían…
…de la Polinesia.
De la Polinesia. Lo cierto es que no hay un hombre originario americano. Florentino Ameghino se equivocó cuando dijo que el origen del hombre estaba en la Pampa.
¿Hay una intencionalidad política detrás de este reclamo?
Sí. Quien empieza a plantear por primera vez en América la defensa del indigenismo como una comunidad aislada de la nación que la contenía es el Partido Comunista Boliviano ya en la década del 50. No toda la izquierda sostenía esto; la izquierda creía en aquella época -hablo de los años 40, 50- en las nacionalidades ya constituidas, Bolivia, Perú, Chile, Argentina. El resurgimiento de los pueblos originarios tiene que ver con el cambio de la política mundial a partir de la caída del Muro de Berlín: ya no es el proletariado, ya no es la clase obrera el sujeto de la historia, sino que ahora empieza a haber otros sujetos.
Entre ellos, estas minorías indígenas. Y viene la extremización: que como minorías merecen ser respetadas, salvaguardada su cultura y demás, en el marco de la nacionalidad argentina, me parece perfecto y es así. Ahora, la defensa de esas culturas para destruir la nacionalidad me parece un disparate porque entonces los visigodos entonces romperán España, los francos Francia… y los indoeuropeos toda Europa.
Es llamativo que Inglaterra sea uno de los países donde se crea esta suerte de “embajada” mapuche. Es significativo el respaldo a esta causa justamente en un país que siempre buscó deslegitimar la conquista española.
Claro. No sé si hay un apoyo efectivo del gobierno o de alguna estructura cultural o política del gobierno británico. Lo que sí sé es que uno de los defensores de esta idea, un chileno, Reynaldo Mariqueo, que se arroga la condición de mapuche, huyó de Chile con la dictadura militar de Pinochet, vino a la Argentina, estudió y luego huye de Argentina, en 1976, y se establece en Inglaterra, en Bristol y lo llevan a recorrer toda Europa.
Desconozco el dinero que hay detrás, desconozco quién banca a este señor. Pero si de algún sector político ideológico sale el aporte, no tengo la menor duda de que es de la progresía mundial, de la izquierda.
Quienes hoy se presentan como mapuches, ¿lo son o son criollos?
Bueno, me pregunto: ¿es posible que haya un mapuche étnicamente puro? Gracias a Dios no hay una química étnicamente pura, porque eso habla del entrevero de razas que es nuestro país. Si uno quiere saber si una persona es discriminadora la primera pregunta que debe hacerle es: ¿te casarías con un mapuche?, ¿te casarías con un boliviano?, ¿te casarías con un judío? Sí. La historia de América Latina indica que sí. Si me enamoro, sí.
La conquista española fue así.
Exactamente, exactamente. Hay otras culturas que no, que no han actuado así. Pero la cultura española y la característica piadosa de la religión cristiana y católica que vino con la conquista española tiene esta mirada. Así que esto de hablar de pureza étnica a mí me suena a pureza de raza, a algo que no tiene que ver con nuestra cultura, con nuestros principios éticos y morales.
La deslegitimación constante de la figura de Roca ¿se relaciona con esta idea de los pueblos “originarios” como nuevos sujetos de la historia?
Sí. Justamente este personaje que reside en Bristol, Mariqueo, explicaba el accionar mapuchista como un ataque frontal, decía, a la destrucción que el Ejército nacional había hecho de los grupos indígenas, como si hubieran sido una cultura alternativa y posible a la civilización que planteaba el gobierno nacional. Y eso es un error porque en realidad ¿qué era la Confederación Pampa?, ¿qué hacía Juan Calfucurá?, ¿qué hacía (Vicente) Pincen?, ¿qué hacía luego el hijo de Calfucurá, (Manuel) Namuncurá? Robar. Cuando Roca inicia la campaña sobre el río Negro, lanza una proclama a sus soldados y a la sociedad argentina en la que habla de “piratas terrestres”. Pero si esto era lo que hacían, robaban. En las estancias.
El malón gigantesco de 1876 sobre Azul, Tapalqué, Olavarría y Tandil ocasionó aproximadamente 4 mil muertos, y arrearon 300 mil cabezas de ganado. Pero si eso es lo que hacían. ¿Y eso es lo que defiende Mariqueo? ¿El robo? Hay que tener cuidado con esto porque cómo puede ser posible que hoy el sujeto de la historia sea la delincuencia. Hay que tener mucho, mucho cuidado. Porque parece ser que ahora los portadores del futuro son los delincuentes, es decir los que se les atreven a las leyes, los que se le atreven al orden.
Ellos podrían decir que hacían eso porque les habían arrebatado lo que era de ellos. ¿Tenían alternativa?
Sí, por supuesto. La Campaña del Desierto no se hace sobre los tehuelches, los tehuelches son hombres de trabajo, agricultores, y luego van a ser trabajadores de las estancias en el Sur del país. En tal caso sufrirán su condición de pobres, pero no su condición de indígenas.
Además no se arrogaban una nacionalidad. El cacique (Ignacio) Coliqueo cuando hacía su reunión de caciques lo hacía con la bandera argentina, mientras que el principal asesor de Calfucurá era un chileno.
¿Estaba en disputa la Patagonia?
Sí. Entre 1850 y 1874, Chile hace cuatro reclamos muy fuertes de demanda sobre la Patagonia. Primero, la Isla Grande de Tierra del Fuego, después, hasta la desembocadura del río Deseado, y finalmente hasta la desembocadura del río Negro, y todo hacia el Sur. Y uno de los elementos con los cuales justifican la exigencia de soberanía sobre ella era la condición chilena de sus habitantes. En el pasado, incluso en europa, sabemos que ese fue un componente fundamental de las teorías geopolíticas para apoderarse de territorios.
¿Cuándo terminan esos reclamos?
Quien puso punto final a los piratas terrestres, al robo en las estancias y a la posibilidad de que Chile se quedara con nuestra Patagonia fue Roca en la Campaña del Desierto. No es casualidad que la hay hecho en 1879, cuando Chile estaba en guerra contra Perú y Bolivia en la llamada Guerra del Guano o del Salitre, guerra que Chile gana con el apoyo de Inglaterra. Cuando esa guerra termina en el año 1881 con Chile victorioso, la Patagonia ya está ocupada por nosotros.
(*) El autor es un reconocido escritor e historiador, que se ha caracterizado por presentar los hechos y procesos desde perspectivas diferentes a las generalmente impuestas.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.