Es obvio que aquí hay algo mas que un mero informe periodístico publicado por el diario La Capital de Rosario y diario UNO con notas firmadas por Julio Villalonga – También La Nación insistía con una fuerte defensa de la propuesta Eskenazi.

(AGRODIARIO) Apareció algo que hasta ahora no se conocía: la preocupación del Presidente de la Nación porque el Grupo Eskenazi quedó afuera en la negociación para resolver los problemas de fondo y la situación la deuda de Sancor. ¿Kirchner está preocupado por Sancor? ¿ Desconocía la situación? ¿No fue el Gobierno Nacional quien anunció con bombos y platillos la inversión del grupo Soros en el sur de Santa Fe y anunciado en EEUU como un signo de la confianza de los capitales internacionales en la política del Gobierno que preside Néstor Kirchner?. Todos sospechan que detrás de toda esta batería informativa hay algo mucho mas complejo y sobre todo mucho interés e intereses cruzados. Eduardo Buzzi, se mostró en línea con las preguntas que se hace el Ejecutivo nacional. “Uno empieza a preguntarse -dijo- qué pasa al interior de Sancor que no fue considerada una propuesta similar o superior a la de Soros presentada por Eskenazi, que garantizaba que la principal empresa láctea quedara en manos argentinas”. Buzzi agregó que no se pueden discutir las estrategias y políticas de la lechería argentina “con empresas cuyas casas matrices estén ubicadas en Europa o en Estados Unidos”. A esta altura está claro que el mero hecho de ser una empresa de capitales nacionales no garantiza el éxito en la gestión, pero la advertencia de Buzzi no debería caer en saco roto. Sería oportuno preguntarse, también, cuál será la actitud de los bancos de Santa Fe, Suquía, Nación y el Provincia de Buenos Aires en el comité de bancos acreedores. ¿Van a refinanciarle con quita a Soros o le reclamarán que pague el 100% de la deuda, más intereses? Y otra cuestión interesante, de cara a una eventual compra de Soros, sería la vinculada a la provisión de gas, un insumo clave en la industria lechera. Si Sancor sigue como cooperativa pero en manos extranjeras, ¿pagará el gas a precio subsidiado como hasta ahora? Los argentinos, ¿no terminarían subsidiando a Soros, entonces? LA PATA FINANCIERA Buenos Aires Capital Partners (BAC) es la otra pata de las fulminantes negociaciones entre el grupo Soros y los directores de Sancor. BAC ha participado en muchas operaciones de compra hostil de empresas argentinas por parte de “fondos buitre”. Para el gobierno nacional, la solución del “caso Sancor” debería estar en manos de los gobiernos de Santa Fe y Córdoba, pero mientras eso sucede la Comisión Nacional de Valores (CNV) que preside Eduardo Hecker, un economista muy respetado por Kirchner, se prepara para recibir la información sobre la compra que debería enviarle Adecoagro, la empresa de Soros. La lupa de Hecker, un funcionario que mostró capacidad y honestidad a su paso por el Banco Ciudad, está lista para analizar en detalle los pormenores de la operación. Y la Justicia federal es el otro ámbito en el que, muy probablemente, termine discutiéndose esta asociación, que dejaría al 70% de la industria láctea argentina en poder de grupos extranjeros cuando la solución -con la economía nacional en franco progreso- bien podría estar en manos locales. ESTO DICE EL DIARIO UNO DE SANTA FE. Esto es lo que encontramos en la tapa del diario Uno en un artículo firmado por Julio Villalonga. Santa Fe. Duras críticas a la conducción de la empresa SanCor – Kirchner no ve con buenos ojos que quede en manos extranjeras. Los directores de la cooperativa no informaron sobre la oferta del Grupo Eskenazi. ¿Administración negligente o corrupción? .La noticia de que la cooperativa lechera SanCor podría quedar en manos del grupo del inversor húngaro-norteamericano George Soros encendió varias luces rojas en el tablero de comando del Gobierno Nacional.Uno de los hombres más cercanos al presidente Néstor Kirchner se interesó esta semana en el tema y el eje de su análisis fue el siguiente: “Si la oferta de Soros es parecida a la de algún grupo de capitales nacionales, hay que priorizar al capital nacional”. La frase, disparada este viernes en una oficina del primer piso de la Casa Rosada, anticipa que no se desarrollará sin obstáculos la controvertida operación. Sucede que el alto funcionario K se está haciendo, por estas horas, una serie de preguntas. La primera se relaciona con unas declaraciones de los portavoces de Adecoagro, la empresa controlada por el Grupo Soros, quienes primero aseguraron que no existía ninguna oferta comparable a la de ellos e, inmediatamente después, cuando se les señaló que estaba sobre la mesa la del grupo argentino Petersen, retrucaron que había sido presentada fuera de término.El colaborador del presidente Kirchner sabe ya, que la oferta del grupo Petersen –o Eskenazi– es comparable. Y que fue presentada a tiempo.Aspectos poco clarosAhora bien, ¿por qué entonces los voceros de Soros la negaron y luego la descalificaron?, se preguntan en las cercanías del despacho presidencial. ¿Informaron a los cooperativistas de la oferta del Grupo Eskenazi? Si no lo hicieron, ¿estamos frente a un caso de administración negligente o de lisa y llana corrupción?, insistieron. Y aquí comienzan a develarse algunos aspectos poco claros de una negociación en la que son protagonistas algunos directores de la cooperativa y los representantes del grupo Soros. La empresa Adecoagro propuso a los dirigentes de la cooperativa el pago de 70 millones de dólares a los bancos acreedores, que reclaman 200 millones. Y un aporte para capital de trabajo de otros 50 millones de dólares.A cambio, los cooperativistas –unos 1.600 pequeños y medianos productores– tendrían una participación accionaria que rondaría el 38 por ciento del paquete. LA NACIONAL ES SUPERADORA La propuesta de Eskenazi no se concentra en el monto a pagar a los bancos, aunque garantiza que negociará con ellos hasta llegar a un acuerdo definitivo con todas las variantes financieras disponibles. El plan del grupo argentino incluye un aporte de capital de trabajo superior al del grupo Soros, de 60 millones de dólares, y un mínimo de 25 por ciento de participación accionaria a los cooperativistas. Además, los cooperativistas se quedarían con una opción de compra de acciones adicional, con lo cual podrían incrementar su participación en la sociedad. SANTA FE Los claroscuros de un acuerdo que tiene muchas incógnitas Una contra otra, las ofertas son distintas pero parece difícil que alguien pueda afirmar que la de Soros no tiene. Una contra otra, las ofertas son distintas pero parece difícil que alguien pueda afirmar que la de Soros no tiene competencia. Lo extraño del caso es que los portavoces de la dirección de SanCor se hayan mostrado decididamente a favor de cerrar con Adecoagro y desestimaron o directamente silenciaron la existencia de la propuesta de Eskenazi.La pregunta se impone: ¿Hay alguna condición más, de peso, en la oferta de Adecoagro, que no se haya difundido?El presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, se mostró en línea con las preguntas que se hace el Ejecutivo nacional.“Uno empieza a preguntarse –dijo– qué pasa al interior de SanCor que no fue considerada una propuesta similar o superior a la de Soros presentada por Eskenazi, que garantizaba que la principal empresa láctea quedara en manos argentinas”.Buzzi agregó que no se pueden discutir las estrategias y políticas de la lechería argentina “con empresas cuyas casas matrices estén en Europa o en Estados Unidos”. Sería oportuno preguntar, también, cuál será la actitud de los bancos de Santa Fe, Suquía, Nación y el Provincia de Buenos Aires en el comité de bancos acreedores. ¿Van a refinanciarle con quita a Soros o le reclamarán que pague el ciento por ciento de la deuda, más intereses? Y otra cuestión de cara a una eventual compra de Soros, sería la vinculada al gas, un insumo clave en la industria. Si SanCor sigue como cooperativa pero en manos extranjeras, ¿pagará el gas a precio subsidiado como hasta ahora? Los argentinos, ¿no terminarían subsidiando a Soros, entonces? SANCOR DEFINE SU ASOCIACIÓN EN 90 DÍAS El presidente del Consejo de Administración de SanCor Cooperativas Unidas Limitada, Oscar Carreras, explicó de manera pormenorizada las negociaciones con el Adecoagro, que es una de las principales empresas de agronegocios de la región. En tal sentido, el directivo conversó con Diario UNO y afirmó: “Hay una carta de intención que esboza la posibilidad de concreción de un proyecto lechero de mediano y largo plazo. Creo que es muy interesante para la Argentina y hemos decidido explorarlo y trabajarlo para su concreción en los próximos 60 o 90 días”. En ese período, ambas compañías tratarán de acercar posiciones tendientes a alcanzar acuerdos de cara a sus proyectos de crecimiento y consolidación financiera.“Es una asociación que se va a sostener sobre tres patas, una es SanCor Cooperativas Unidas Limitada, otra son los más de 1.600 productores que tiene la empresa y que son proveedores de leche y la tercera pata es Adecoagro, que es la que suministraría el capital monetario, en parte para arreglar la problemática financiera y el resto para capital de trabajo y para potenciar todo el negocio lácteo en la Argentina”, sostuvo Carreras.Además, recalcó que las negociaciones encaradas tienden a un proyecto de “mediano y largo plazo en la lechería nacional” y añadió: “Yo prefiero hablar de un proyecto lechero, ya que es eso lo que llevó a SanCor a tomar esta definición y no cuestiones circunstanciales o temporales”. Como principal argumento para la asociación de las firmas, dijo que no le parece que “hoy la lechería argentina sea una lechería de un rincón del planeta, sino que es una lechería que está siendo observada y tenida muy en cuenta por actores mundiales de relevancia, donde hay un mundo que demanda más que lo que se produce y la Argentina tiene una potencialidad enorme para producir”.Esa potencialidad se traduce en la capitalización de la cooperativa, que pasará a ser una sociedad anónima y con la consiguiente “sensible reducción de su pasivo”. Incluso, manifestó que otra alternativa de negocios sería “a través del uso de subproductos para las energías renovables (no contaminantes), que parten también de este complemento entre las empresas”. Por último, Carreras prefirió una actitud propositiva para analizar lo hecho hasta el momento con Adecoagro y sentenció: “Es un horizonte progresivo realmente de relevancia y, por lo tanto, no nos interesa ni nos preocupa hablar de una situación regresiva que podamos estar atravesando en estos momentos”. ESTO DICE ROSARIO 12: SanCor primero lo negó, pero ayer reconoció que hubo otras ofertas El Consejo de Administración de la empresa emitió un comunicado donde aclara que la propuesta de compra de Soros “supera las otras recibidas”, aunque se negó a darlas a conocer. Soros adquirió el 62 por ciento del paquete accionario de la empresa de Sunchales. Para Binner “siempre es positivo que el empresariado nacional sea parte de la solución”. Tras negarlo inicialmente, SanCor Cooperativas Unidas Limitada reconoció ayer a través de un comunicado firmado por su Consejo de Administración que existieron otras propuestas alternativas de compra del paquete accionario de la firma láctea, a la que finalmente prosperó, planteada por un consorcio liderado por el magnate húngaro George Soros. Con esta afirmación, los directivos de la planta que funciona en la localidad santafesina de Sunchales contradijeron al vocero de la empresa, Sergio Montiel, quien dijo desconocer la existencia de una oferta presentada por el grupo Petersen. Sobre los otros ofrecimientos, los directivos de Sancor se encargaron de aclarar que no darán “a conocer su identidad ni el alcance de las propuestas, dado el acuerdo de confidencialidad suscripto”. Desde que se conoció el acta acuerdo suscripta entre SanCor y la firma Adecoagro, controlada por Soros, para adquirir el 62 por ciento del paquete accionario mediante el desembolso de 120 millones de dólares; no fueron pocas las voces que alertaron sobre un eslabón más en la tendencia de extranjerización de la industria nacional. En ese marco, el presidente del Nuevo Banco de Santa Fe, Enrique Eskenazi sorprendió a mediados de semana al confesar que el grupo empresario que integra había presentado una oferta “nacional” para adquirir parte de las acciones de Sancor. De inmediato el vocero de la firma láctea dijo desconocer tal ofrecimiento. Ayer, el Consejo de Administración de Sancor emitió un comunicado donde informa. * “El viernes 10 de noviembre se aceptaron los términos de una carta de intención que envió Adecoagro SRL con el objeto de llevar adelante negociaciones tendientes a alcanzar acuerdos de asociación para la explotación del negocio que actualmente SanCor lleva adelante”. * “La aceptación de la propuesta fue notificada, de acuerdo a la normativa vigente, a la Comisión Nacional de Valores el mismo viernes. A partir de esa fecha y por un plazo máximo de 90 días, Adecoagro tendrá exclusividad para negociar con SanCor y llegar a acuerdos que se consideren mutuamente satisfactorios. SanCor emprendió este camino en respuesta al mandato que expresaron los delegados a la última Asamblea anual con la aprobación del 4° punto del Orden del Día respectivo”. * “La propuesta aceptada contempló además, un aporte de capital y una participación accionaria de SanCor en la nueva sociedad, que equilibradamente superan las otras recibidas. Sobre éstas últimas, no damos ni daremos a conocer su identidad ni el alcance de las propuestas, dado el acuerdo de confidencialidad suscripto”. Por su parte, el diputado nacional Hermes Binner sostuvo en diálogo con Radiofónica: “Siempre es positivo que el empresariado nacional sea parte de la solución de los problemas económicos y sociales del país, más aún cuando se trata de una empresa de larga trayectoria y tan exitosa a nivel cooperativo como Sancor”. “ME HUBIERA GUSTADO UNA SOLUCIÓN CON CAPITALES NACIONALES” El gobernador Jorge Obeid se refirió a la situación de la cooperativa láctea SanCor, envuelta en una etapa de negociaciones con Adecoagro, del grupo que encabeza el magnate húngaro George Soros, y aunque prefirió expedirse con cautela sobre el tema, dijo que hubiera preferido una solución “con capitales nacionales” para los problemas de endeudamiento que registra SanCor. El gobernador Jorge Obeid se refirió a la situación de la cooperativa láctea SanCor, envuelta en una etapa de negociaciones con Adecoagro, del grupo que encabeza el magnate húngaro George Soros, y aunque prefirió expedirse con cautela sobre el tema, dijo que hubiera preferido una solución “con capitales nacionales” para los problemas de endeudamiento que registra SanCor. Obeid habló brevemente con la prensa en el mismo despacho del intendente. Y allí se refirió a la situación de SanCor CUL. “He querido ser cuidadoso porque se trata de un tema de una empresa privada. COOPERATIVA, PERO PRIVADA AL FIN Es de público conocimiento que SanCor arrastraba un problema de endeudamiento muy grande. Sobre por qué se produjo el endeudamiento, tendrán que dar cuenta los que han gerenciado la empresa durante los últimos años a sus socios”, comenzó señalando, en lo que pareció un implícito cuestionamiento a las anteriores conducciones de SanCor CUL. Más adelante, y sobre “cómo se financia esa deuda”, agregó: “por supuesto que a todos nos hubiera gustado mucho más que antes de ser financiada por un grupo extranjero, sea financiada por el capital nacional. Bueno, ayer me he enterado que había una oferta de bancos nacionales, incluso regionales, que no tuvo éxito porque no se llegó a un acuerdo”, apuntó, en referencia a las versiones que lanzó el banquero Enrique Eskenazi, del Nuevo Banco de Santa Fe –entre otros bancos que administra el grupo Petersen, que lidera Eskenazi- sobre su fallido intento de asociarse a SanCor. Obeid rescató aspectos positivos y negativos de la operación. “Lo bueno es que aparezcan capitales para financiar la deuda de la empresa, se pueda garantizar su continuidad y se pueda garantizar el empleo de los trabajadores. Lo malo es que una empresa que nació del esfuerzo de cooperativistas santafesinos y cordobeses, poco a poco se vaya desnacionalizando”, aseguró el mandatario. Sobre el motivo que lo trajo a Rafaela, Obeid señaló que “vine a despedir los restos de un amigo y un hombre importante para el justicialismo de la provincia y de Rafaela, como fue Pachún Barreiro, saludar a sus familiares y estar junto a ellos. Pachún fue un bastión y un hito del peronismo santafesino. En mi época de militancia, en los años 70, venir a Rafaela implicaba dos visitas: a Parra y a Barreiro, aunque se pelearan entre ellos. Pero fueron dos hitos en el peronismo de la ciudad y la provincia”, destacó. Como dato anecdótico, Obeid trajo a la familia de Pachún un poncho que el desaparecido dirigente le había entregado a la esposa de Obeid, en una reciente visita a la ciudad, debido a que la mujer del mandatario estaba sufriendo los efectos de la baja temperatura. Según contó con simpatía el gobernador, Pachún lo llamó poco después de haberle prestado el poncho reclamando su devolución, ya que se trataba de un regalo que había recibido de uno de sus hijos. “Hasta los últimos días, cuando lo veíamos con su sillón de ruedas y su gorro de cosaco, Pachún marcó presencia en los actos importantes de Rafaela”, subrayó Obeid. En la conferencia de prensa, el titular del Ejecutivo provincial también negó que tenga pensado imitar al gobierno nacional y derogar el régimen de internas abiertas que forma parte del sistema electoral santafesino ARGENTINA VIVE UN PROCESO DE EXTRANJERIZACIÓN DE LA ECONOMÍA Por: Fernando Garello (CASTELLANOS – TMO) Argentina vive un proceso de extranjerización de la economía que se ha hecho evidente todavía más con el acuerdo alcanzado entre SanCor y Adecoagro, una empresa relacionada con el magnate húngaro George Soros. Quienes pensaban cándidamente que el nuevo escenario pos devaluación limitaría el fenómeno, se equivocaron porque las empresas nacionales, especialmente las dedicadas al rubro de la alimentación, se transformaron en un bocado muy apetecible para los inversores internacionales, incluso a pesar de las ventajas que ofreció la pesificación, licuando pasivos. Las causas de este proceso no son pocas: el endeudamiento que arrastran la mayoría de las grandes compañías, la ausencia virtual de créditos para la industria, la fuga del capital nacional que se ha volcado a la actividad primaria o a la construcción, cuando no salió del país para “descansar” en algún paraíso financiero y la apatía del Estado, para quien al parecer es más importante inaugurar obra pública que preservar la industria nacional. El caso de SanCor no es una excepción a esta siniestra regla, porque la cooperativa láctea llega a esta instancia acuciada por una deuda millonaria en dólares que si bien se bajó en los últimos años en aproximadamente U$S 120 millones, en la actualidad trepa a U$S 167 millones. El cierre del último ejercicio de la compañía, en tanto, arrojó una pérdida de U$S 40 millones que no permitió honrar el cumplimiento de los compromisos contraídos con terceros. La cooperativa láctea no acumuló esta deuda por especular sino para invertir en nuevas plantas fabriles y tecnología, es decir, por apostar al crecimiento socioeconómico del país. Nada de esto parece pesar a la hora de encontrar una salida al problema, ni siquiera los cuatro mil puestos de trabajo directos que genera la compañía y la extraordinaria multiplicación que su actividad provoca sobre una vasta región de las provincias de Santa Fe y Córdoba. Las comparaciones suelen ser odiosas y en el caso del papel del Estado en el sostenimiento de la industria nacional, las realidades de nuestro país y de Brasil son radicalmente diferentes. Mientras los argentinos adquieren departamentos en las localidades turísticas del vecino país, los brasileños adquieren nuestras fábricas y empresas. Y lo que es todavía peor: nuestro Estado se empeña en financiar sus campañas políticas, obligándolas a vender por debajo de sus costos para después “entregarlas” a cualquier grupo internacional (generalmente fondos buitres) con el solo sentido de superar situaciones adversas en años electorales. Esa es la dura realidad. Sin embargo, eso no es todo, ya que el Estado brasileño socorre a las empresas de su país cuando estas atraviesan por dificultades. El caso de la cervecera Brahma es paradigmático, ya que el salvataje ensayado le permitió evitar la quiebra o la venta y no hace mucho se quedó con la emblemática cervecería Quilmes, el principal establecimiento del rubro en nuestro país. La clave del problema es la confianza, porque sin ella, ninguna economía puede desarrollarse de manera sustentable, es decir, equitativamente y a largo plazo. Pero para conseguirla el objetivo del Estado debería ser la inclusión total y plena de los argentinos: en trabajo, salud y educación. Distinto es el crecimiento que responde a factores exógenos al entramado productivo como un tipo de cambio competitivo. El problema de nuestro país quizá sea que caímos tan bajo que hoy nos contentamos solamente con haber recuperado el nivel de actividad que tuvimos en 1998 pero no nos damos cuenta que tenemos el doble de ciudadanos pobres e indigentes. ¿Qué se puede hacer con una sociedad que atenta, consciente o inconscientemente, contra sus propios intereses? Aunque suene descorazonador, la verdad que muy poco, porque ni una ley ni un decreto pueden impulsar a los argentinos a invertir sus ahorros en nuevos emprendimientos en lugar de producción primaria o construcción de torres de departamentos que se venden a precios exorbitantes aun antes de haber sido construidos. No hace mucho le pregunté a uno de los economistas más respetados y brillantes del país cómo se podía resolver la virtual ausencia de crédito para las industrias y me respondió que no habrá créditos a largo plazo en pesos hasta que la gente no deposite sus ahorros a largo plazo en pesos. “Los argentinos buscamos a un tonto que ponga la plata que nadie quiere poner”, argumentó. El Estado debe arbitrar los medios, a efectos de que los inversores del país se vuelquen a la productividad y no a la especulación. A modo de ejemplo y siguiendo con las comparaciones, no podemos ignorar que Brasil, a través del Banco Nacional de Desarrollo presta el 12% del PBI. Chile llegó al 67% del PBI y Argentina no supera el 1% del PBI. Recuperar la confianza de la economía implica, ni más ni menos, resolver los problemas estructurales que tiene hoy nuestra economía y que los cuatro años de crecimiento a una tasa superior del 8 por ciento, algo que no se daba desde hacía un siglo, no alcanzan a disimular. El diagnóstico es inequívoco: incertidumbre a mediano y largo plazo, desconfianza generalizada, inseguridad jurídica, escasez de recursos energéticos, falta de infraestructura y seriedad en la administración pública, cuyos responsables se encuentran demasiado interesados en perpetuarse en el poder. La solución también lo es pero aparentemente nadie está dispuesto a afrontar los costos que implica y mientras los dirigentes evitan las cuestiones relevantes, los ciudadanos que pueden hacerlo, evitan asumir demasiados riesgos y a la hora de invertir van a lo seguro, aunque paradójicamente después reclaman que se frene la ola de ventas de empresas argentinas. LA FISFE EXPRESÓ SU PREOCUPACIÓN POR LA EXTRANJERIZACIÓN DE LA ECONOMÍA El consejo directivo de la entidad sesionó en Rafaela, junto a dirigentes e industriales de la provincia de Córdoba y destacó la necesidad de recuperar la burguesía industrial que en el pasado tuvo el país. La reunión mensual de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), tuvo lugar en el Hotel Campoalegre, donde se congregaron dirigentes e industriales de esta provincia y de Córdoba. El encuentro volvió a demostrar el grado de cohesión que predomina entre las distintas entidades que aglutinan al sector industrial, así como también la integración regional existente. La ola de traspaso de grandes compañías a manos extranjeras, un fenómeno que agudizó la anunciada asociación de SanCor con una empresa del magnate húngaro George Soros, fue uno de los temas centrales de la jornada. Consultado sobre el particular, el presidente de la entidad, Carlos Garrera manifestó a El Tiempo que los industriales están «sumamente preocupados por el problema. La extranjerización de la economía fue uno de los temas que tocamos en la anteúltima conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) y es evidente que después de un largo período de desindustrialización que vivió el país, no hemos sabido crear la corriente de emprendedores necesaria para recuperar la desaparecida burguesía industrial que tuvimos alguna vez». El dirigente también reconoció que la política de control de precios, si bien sirvió para morigerar los efectos de la inflación, «no ayuda a generar expectativas entre los industriales, quienes no parecen estar muy convencidos de asumir nuevos riesgos». Por su parte, el presidente de la Comisión de Industria y vicepresidente de la Fisfe, Juan Carlos Basso, consideró que la venta de empresas «es un coletazo más de lo que ocurrió en el país durante la década del 90». «Hay que tener mucho cuidado porque se nota que hay una opinión pública muy favorable al traspaso de las compañías. Realmente preocupa que el productor crea que le hará bien que venga alguien de afuera», precisó y reclamó que la sociedad recupere «el valor de lo nacional». De todos modos, el empresario admitió que «las compañías que se venden son las grandes porque nadie vendrá a nuestro país a comprar una pyme». Fomentar la participación «Por segundo año consecutivo, el tercer miércoles de noviembre, logramos que el comité ejecutivo de la Fisfe venga a Rafaela», dijo el presidente de la Comisión de Industria del Centro Comercial e Industrial, Juan Carlos Basso, a modo de bienvenida. El empresario admitió seguidamente que «la única razón que tiene este evento gastronómico es recuperar las ganas de participar, porque solamente participando podremos juntar la fuerza necesaria para provocar los cambios que todos queremos para nuestro país». En el mismo sentido, Oscar Garrera señaló que la entidad tiene por costumbre recorrer la provincia con su consejo directivo para tomar contacto con los problemas y los empresarios de cada región. «En la Argentina está ocurriendo algo inédito, ya que van cuatro años de crecimiento a una tasa superior al ocho por ciento, algo que no se registraba desde hacía más de un siglo», expresó el dirigente galvense y precisó luego que «este crecimiento se sustenta indudablemente en un tipo de cambio competitivo pero debe consolidarse a través de todos los eslabones de las distintas cadena de valor». «Por supuesto que no está todo resuelto porque el crecimiento no solamente nos generó una nueva agenda sino también nuevos desafíos», reconoció y manifestó que los industriales necesitan que haya «un crecimiento con inclusión social y que la clase obrera recupere su poder adquisitivo para revitalizar el mercado interno». Además consideró que «se necesitarán dos o tres décadas para reconstruir lo que se destruyó durante treinta años de desindustrialización».