El “grupo de la muerte” de la competencia continental provocó la eliminación temprana de Regatas, que como actual dueño de la Liga Sudamericana era favorito. Cayó por 96 a 94, en doble suplementario ante Universidad de Concepción de Chile (habían igualado en 78).

Regatas se eliminó sólo de la Liga de las Américas. Presa de sus imprecisiones, de haberse confiado por la inferioridad del rival que le tocaba enfrentar y porque, tal vez, tenía la cabeza más puesta en lo que debía suceder entre Peñarol y Biguá de Montevideo que en ganar su propio partido, y así fue como Universidad de Concepción, Chile, hizo historia al ganarle al equipo correntino por 96 a 94 después de dos suplementarios, y cuando en los papeles todo parecía un trámite para el equipo del Parque. Es que esta parece ser la historia de Regatas, agrandarse en las difíciles, ante los rivales poderosos, como lo hizo 24 horas antes en este mismo escenario para ganarle al local Peñarol, y sufrir lo indecible ante los equipos a priori de menor categoría, como fue en el arranque ante los uruguayos de Biguá, y anoche ante el débil equipo chileno. Por eso, porque esa historia se volvió a repetir Peñarol y Biguá definían anoche quien pasaba a la ronda final. Antes de iniciarse el partido, la única duda parecía ser por cuanto ganaría Regatas. No figuraba en los planes otro resultado. Y así pareció ser desde el arranque, cuando Regatas manejó el partido, dándose incluso el lujo de mover, y mucho, el banco, como buscando un descanso pensando en Estudiantes el próximo domingo por la Liga Nacional. Universidad de Concepción no se salió de su libreto. Como en las dos primeras jornadas, mostró buenas intenciones, pero un catalogo de errores. Sólo inquietó a Regatas por medio de sus americanos, especialmente André Hardwick, autor de 13 puntos en el primer tiempo, y Chinwuba Acba, (8). Pero la gran cantidad de pelotas perdidas, especialmente en ataque, y la potencia del equipo correntino a la hora de defender, fueron suficiente para que, más allá de algunas aproximaciones en el marcador los correntino no pasaran mayores sobresaltos y se fueran al descanso largo arriba por 7, 42 a 37. Pero el segundo tiempo sería otro partido. Porque hubo otro Universidad y también otro Regatas en la cancha. Regatas dejó agrandar a su rival y ahí comenzaron a aparecer las figuras inesperadas. Erron Maxey -de malas primeras dos noches- se acordó de sus buenos tiempos en la Liga Nacional y se convirtió en estandarte de la levantada chilena, al extremo de llegar a ser el goleador con 26 tantos y pese a haberse ido por cinco faltas a poco de comenzar el primer suplementario. Así, inesperadamente, se llegó a un final cerrado, con Regatas perdiendo la paciencia y haciendo valer solamente la presencia goleadora de Tintorelli (21) en la zona pintada. El 78 / 78 con el que llegó la chicharra final, se convirtió inmediatamente en un aliento ensordecedor para los chilenos de la parcialidad de Peñarol, al que una derrota correntina le daba tranquilidad. El primer suplementario pareció ser, aunque de manera ajustada, el que encaminaría a la victoria a Regatas, pero nuevamente sobre el final, de manera angustiosa, el marcador se cerró en 89 / 89. Los chilenos a esa altura se sentían locales. El segundo fue todo nervio e imprecisiones en el arranque. Al extremo que recién cuando restaban 2:57 se movió el marcador con un tiro libre chileno. Regatas no encontraba el camino fácil al aro y la salida de Maxey y Agba por cinco faltas no le facilitaron las cosas. Con el marcador 96 / 94 para Universidad y 16 segundos por jugarse el equipo correntino recuperó la pelota y convirtió el tablero chileno en un mar de manos que trataban de empujar los sucesivos rebotes del tiro del final, pero la fortuna le jugó en contra, hasta eso sufrió anoche Regatas. (Diario Epoca)