Muchas mujeres dicen que ser madre les cambia la vida. Nancy Dupláa (34) dice que a ella le cambió la cabeza, no sabe explicar cómo fue el proceso que se desencadenó en ella, pero lo cierto es que a partir del nacimiento de su segunda hija Morena, ciertas sensaciones que hasta el momento la rondaban precipitaron y tomaron la forma de una idea definitiva: Como mujer tomé algunas decisiones en mi vida personal que fueron cuestionadas.

Más por las mujeres que por los hombres, dice. “Enjuiciaron mis decisiones y esos juicios fueron muy duros, dijeron cosas espantosas de mí, y a mí me dolió, tanto que cada vez más creo que este trabajo de actriz para mí es transitorio. No voy a poder seguir viviendo de esto”. ¿Qué cosas espantosas dijeron de usted? De todo. Y lo siguen diciendo. Todos saben a qué me refiero. Nancy Dupláa se resiste a repetir aquello que tanto la hiere y que refiere a la época en que comenzaba a salir con su actual pareja, Pablo Echarri (34 ). La actriz estaba embarazada de su pareja anterior, Matías Martin, cuando comenzaron a sonar los primeros rumores del romance entre Dupláa y Echarri. Y no fueron pocos los que hablaron de traición y de inmoralidad. Pero, en un buen momento, Nancy se dio cuenta de que se había enamorado y decidió seguir adelante con su nuevo amor de la mejor manera que pudo. “Muchas mujeres se quedan en sus casas sabiendo que no son felices para preservar a su familia. Yo sabía que no era feliz, que los que me rodeaban tampoco lo eran y quise romper con esa situación. Pero como soy una persona pública se generó toda una historia que no era tal. Enjuiciaron las decisiones que tomé. Y en su momento me la banqué”. ¿Lo vivió como una actitud heroica? En ese momento no lo sentí como algo heroico ni me sentí con una gran fortaleza por haberlo hecho. Pero después, cuando vi la repercusión que todo eso tenía afuera, cuando vi que las mujeres me enjuiciaban por lo que había hecho, dije: Ah, pero entonces fui mucho más valiente de lo que yo pensaba. Porque todas esas mujeres que hablan, me enjuician y dicen esas cosas espantosas de mí, jamás hubieran tomado las decisiones que yo tomé en una situación como la mía. Entonces, me parece que fui absolutamente valiente. Pero me di cuenta con el tiempo. ¿Decían o dicen cosas espantosas? Lo siguen diciendo. Porque encima, me fui a quedar con el sex symbol. Pero ojo, todo eso fue a partir de una historia que la prensa se encargó de contar. Una historia que supuestamente había sido un drama, en la que hubo gente lastimada. Al final, me enjuiciaron y la única que salió perdiendo fui yo. ¿Cree que salió perdiendo? Bueno, según desde donde se lo mire. Siempre digo que mi mundo privado es tan distinto a lo que se cuenta. ¿Tanto le dolió lo que pasó? Pero es que a cualquiera le pasa si escucha un comentario feo acerca de uno. Encima, teniendo dos hijos que oyen decir cosas horribles de su mamá. Tanto me dolió que cada vez más creo que este trabajo es transitorio para mí. ¿Piensa dejar de actuar para que no hablen mal de usted? Pienso que no voy a poder vivir toda la vida de esto. Mi familia siempre me enseñó a defenderme. Sola y con armas muy claras. Eso quiere decir: Si te atacan, defendete. Y en algún lugar yo me siento desvalida. Porque siento que me atacan pero no tengo posibilidad de defenderme. ¿Se siente atacada? Sí. Hay oportunidades en que se habla de mí y yo me siento atacada. Todavía me pasa. Pero el tema al que usted hace referencia es viejo pasó hace mucho tiempo. ¿Qué pueden decir ahora de usted? ¿Qué sólo trabaja porque es la mujer de Echarri? No sé, no sé. De todo. Cualquier cosa pueden decir. Escucho cualquier cosa de mí. Evidentemente ese episodio la marcó. Y sí. Me mató, me mató. ¿Y recién ahora que pasaron más de tres años piensa todo esto? Es como si recién me hubiera caído la ficha. Porque el hecho de ser madre me hizo pensar en mi mundo privado. Ahora tengo una familia que cuidar, que defender, y mis prioridades cambiaron. Hago otras elecciones. Por los nenes. Porque si eso que escuché que decían de mí lo llega a escuchar Luca yo me muero. La voy a pasar muy mal. Y no sé qué haría para explicarle este asunto. Los nenes no tienen por qué pagar. Pero en algún momento les va a tener que explicar. Y sí, para que sepan y puedan defenderse. Les diría que esas cosas que se dicen de mí se dicen con un fin lucrativo. Tengo miedo por los nenes. Por ejemplo, está lo que pasó el año pasado, con Resistiré. Usted decía que comprendía que todos estuvieran atentos a su reacción frente a las fotos que su marido y Celeste Cid habían hecho semidesnudos. Pero yo me sentí acosada. En casa no pasaba nada pero afuera había toda una polémica y me resultaba difícil salir a desmentir o a aclarar cosas. Porque sé que este trabajo es así. La verdad es que no la pasé muy bien, nada bien. Pero Pablo seguramente seguirá trabajando. Sí pero al menos yo voy a estar menos expuesta. Ojo, te aclaro que esto es algo que se está elaborando en mí. No es una decisión final. Lo que quiero aclarar que esto me pasa por haber tenido hijos, porque Luca es grande y le pueden preguntar cualquier atrocidad. Yo me lo puedo bancar, pero no sé si soportaría que mi hijo no se lo banque. La verdad es que la maternidad a mí sí que me cambió la cabeza. Absolutamente. Y cuando esté segura de que ya no disfruto de mi trabajo, me voy a correr. ¿Y en este momento es más lo que disfruta o lo que padece? Cincuenta y cincuenta. Es que los artistas no somos cuidados. Tal vez a nosotros nos pasan las mismas cosas que a los demás pero cuando nos miran lo hacen con una moralina y un dedo acusador que no se puede creer. No podes hacer oídos sordos a eso. La verdad que no. ¿Ya pensó que haría si dejara la actuación? No lo sé. Por eso no tomé la decisión. Dejaría de actuar cuando encuentre algo que me dé el mismo placer que en su momento me dio la actuación. Hace unos minutos usted decía que tenía un espíritu heroico que la llevó a romper ciertas estructuras… ¡¡¡Ay, no!. Después de todo lo que te dije podríamos decir que soy re cobarde. Finalmente, salgo corriendo. Estoy huyendo, ¿no?. A pesar de que dice que ya no disfruta de la actuación como antes, la carrera de Nancy Dupláa atraviesa por un muy buen momento. Actualmente es la protagonista femenina de “Padre Coraje”, la telenovela que se emite por Canal 13. “Con la novela estoy muy bien. Me gusta cómo están cuidados todos los detalles de producción y la historia es muy atractiva. La gente me dice que espera un poco más de polenta. Será que vienen con el efecto “Resistiré” o “Soy Gitano”. Pero esta es otra cosa. Es una historia de época y hay que seguir los cánones de esos tiempos. Después, tenemos la cuestión del rating que no tiene que ver con los actores. Y el tema de la competencia. Muchos dicen que es muy desleal pero la competencia no es ni leal ni desleal. Es competencia. No tiene muchas reglas. Estamos luchando contra el monstruo que es “Los Roldán” que nos termina y veinte, y media. Y contra eso no podemos hacer nada. Siempre manda el que gana. Igual estamos un poco tristes por eso porque creemos que todo podría ser más honesto”, dice Dupláa. En esa tira, ambientada en los años ‘50 que relata una historia de amor con sabor a epopeya y un protagonista masculino con características de héroe, es donde la actriz luce todo su talento. ¿La seducen los hombres con espíritu heroico? Ay, sí.. claro. El héroe imbatible me parece súper seductor. ¿Pablo Echarri tiene esas características? En todo caso, puede ser un héroe por aguantarme, dice Nancy con humor, creo que es un héroe porque con el lugar que ocupa en la sociedad, sigue apostando a la familia. Y eso me resulta absolutamente entrañable. Lo que a las mujeres les gusta de Pablo es muy distinto a lo que él es en lo cotidiano. A ellas les gusta físicamente, por lo reo que es, por su manera de hablar y de seducir. Pero a mí me enamora por otra cosa. En “Los Buscas”, por ejemplo, me defendió como nunca nadie lo hizo en esta profesión. Cuando sentía que no me cuidaban desde los libros, desde los tiempos, él salía a dar la cara por mí permanentemente. ¿Y eso empezó a enamorarla? Sí, empezó a enamorarme. Porque ponía más energía en defender lo mío que cuando tenía que hacerlo por algo propio. Una de las cosas que más lo movilizan a Pablo es que yo me sienta segura en mi lugar de trabajo. Por eso, digo que si lo que hago no me hace feliz, me voy a correr. ¿Y Pablo está de acuerdo? Nunca lo charlamos así. Hablamos de las dudas que nos van apareciendo pero nunca lo hablamos en estos términos. Entonces Nancy vuelve a hablar de la novela y se entusiasma. Dice que de chica siempre había soñado con protagonizar una historia de amor de esas características y que hay algo de los años ’50 que le gustaría recuperar: “Esa época emparentaba mucho más a las mujeres. Me parece que todas tenían las mismas armas de seducción y que respetaban más los códigos. Competían con las mismas armas, eran más respetuosas” Quiere volver al tema de la agresión de las mujeres, ¿no? Es que sí, hay mucha agresión. Yo me sentí muy agredida. Y me pasa con las mujeres nada más. Yo la pasé muy mal en su momento y fue por el comentario de las mujeres. La mujer es implacable, más criticona, más machista que el hombre. Y suele quedarse con el costado feo de las cosas. Usted rescata el sentido de género que tenían las mujeres en los años ’50. ¿También le gusta la manera en que las mujeres vivían la femineidad? Eran más femeninas. Porque a pesar de la ropa que usaban podían ser sensuales. Rita Hayworth era re sensual y se vestía con quinientos trapos. Me parece que pasa más por la actitud. Usted dijo hace unas semanas que no se veía linda. ¿Cómo seduce si el físico no es su fuerte? Es que cuando hice esa nota venía transitando un postparto y en esos momentos uno suele sentirse más fea, más gorda, más vulnerable, más todo. Con el tiempo vas ganado seguridad. No podría dedicarme a lo que me dedico si no me sintiera sensual, atractiva, linda. Hay una parte mía que considera que es así. Creo que tengo una sensualidad mía, no sé si es parecida a la de todas las mujeres. Tiene que ver con la palabra, la actitud, con el cuidado de las formas. En mi vida trato de que la sensualidad nunca se pierda. ¿Tuvo un postparto difícil? Sí, más con Morena que con Luca. Me sentía mal, no estaba contenta conmigo. Bajé diez o doce kilos el primer mes. Empecé a hacer gimnasia, hice dieta con las viandas del Dr. Cormillot. Ya adelgacé quince kilos desde que tuve a Morena. Y sigo entrenando. Me gusta verme bien, estar linda. Ahora que es madre por partida doble, ¿siente que es menos mujer? No, al contrario. Me siento más mujer que nunca. Sobre todo, por mi condición de mujer de Pablo, porque él colabora mucho para que yo me sienta y me vea cada vez mejor. Entonces, me gusta agradecer todo ese cuidado y trato de potenciar todo el tiempo mi sensualidad. Siempre encuentro una parte del día para mí. El hecho de ser madre no cambia las cosas. ¿Tampoco modificó su pareja? ¿El ambiente familiar no le ganó espacio al erotismo? En nuestra pareja ahora hay de todo. La pareja y los hijos se pueden combinar perfectamente. Yo no podría vivir sin alguna de las dos cosas. Necesito del erotismo para ser buena madre y necesito ser buena madre para acercarme eróticamente a mi marido. No cambiaría este estadío de la vida por los primeros meses de relación. Ahora hay más romanticismo entre nosotros, más amor, más confianza, más entrega, más incondicionalidad. Más todo. Ahora tenemos un motivo para seguir adelante y seguir creciendo. Por: Viviana Andón | Fotos: C.DIVELLA.