Su regreso a Pol-Ka fue espectacular: el público aún guarda en sus retinas a esa mujer hermosa que envenenaba a sus maridos cada vez que necesitaba volver a empezar. Como su personaje, la actriz necesitó cambios, pero claro los hizo sin cometer ningún crimen.

Sus hijos están grandes, volvió a trabajar con Adrián Suar y, lo más importante, hay un nuevo amor en su vida. Llegó a las tres de la tarde y, después de comer algo, entró al camarín con su peinadora y su maquilladora. Desde afuera se escuchaban las risotadas de las tres amigas que, entre sombras para ojos, humectante para el pelo y confidencias, pasaban un momento ameno. Embellecer aún más a Araceli no puede ser muy difícil. Cuando se prestó a la charla aún le estaban retocando el peinado. “Estoy llena de moretones que me hice grabando el capítulo de Mujeres asesinas”, comentó. Feliz con el resultado de su Probadora de hombres (salió al aire el último martes), confesó que tuvo miedo de quedarse pegada al personaje. Nunca se la había visto tan sexy y perversa en un rol. Ella, que cuando se ríe lo hace a carcajadas, no tuvo miedo de mostrarle al público una faceta hasta ahora desconocida. -¿Trabajar con tu ex marido (Adrián Suar) te complica la vida? -La verdad que no. Creo que siempre en el inicio de una separación todo es difícil, pero cuando pasa el tiempo llegás a tener una relación más adulta. -Este capítulo de Mujeres asesinas fue el primer trabajo que hicieron juntos desde que se separaron… -Así es. Y estuvo muy bueno. Porque además, si bien Adrián es el dueño de la productora y el que elige quién va a trabajar, cuando grabo, mi contacto es con el director, los técnicos y gente que conozco desde hace muchísimos años. -¿Vas a seguir trabajando en Pol-ka? -Obvio. -¿Qué otros proyectos tenés ahora? -El año que viene tal vez una novela, pero ahora no puedo comentar más. Estoy investigando, también, la vida de Felicitas de Alzaga, para ver si se puede hacer en cine. La intención es involucrarme desde la producción. -¿Podrías vivir sin cámaras? -Es algo que me cuestiono a diario, cuando me pregunto dónde quiero estar en el futuro. Me está agotando esta vida tan ajetreada. -¿Te gusta que te peinen y maquillen? -Hay días que me divierte y lo disfruto. Pero hay otros en que quizás mi estado de ánimo no coincide. Igual, lo bueno de esto es que cuando se encienden las luces, te transformas y por un rato te olvidas de todos los problemas. -¿Te molesta el paso del tiempo? -No al contrario, porque suma mucha experiencia y sabiduría. -¿Y físicamente no te da miedo? -No, porque me cuido y estoy atenta. Disfruto de cómo estoy. Sé que el tiempo va pasando y que no soy la misma de hace 10 años. Pero también sé que a partir de determinada edad empieza a tomar más fuerza tu palabra y creo que ahí es cuando la mujer se hace muy interesante. -¿Te sentís más grande al ver a tu hija (Florencia Torrente, 17 años) de novia? -Desde que se hizo señorita sentí como una especie de estaca en el pecho (risas). La veo con su personalidad muy definida y, por un lado, me enorgullece, siento que hice un buen trabajo. Pero por otro, también me doy cuenta de que se va a ir, que está tomando su propio vuelo. -¿Te molestaría que te haga abuela demasiado joven? -Yo la hice abuela a mi mamá a los 20 y no me equivoqué. Fue lo mejor que me pudo pasar: no sé cómo sería mi vida sin Flor. -¿Pero te molestaría ser “una abuela”? -No, para nada. Me parece que es maravilloso eso. -¿Te preocupa que salga con Nicolás Cabré, ocho años más grande? -Con Nico no me afecta porque lo conozco desde que tiene 10 años. Él es muy tradicional y familiero. -¿Y cuando Tomás (7 años, hijo de Adrián Suar) tenga una novia? -Ahí vamos a estar más complicadas. Esa chica, pobrecita, va a estar en problemas (risas). -¿Serías capaz de meterte y elegirle la novia? -No, lo que más deseo en el mundo es que tenga alguien que lo ame. Lo que pasa es que la mujer es la que se lleva al hombre a su familia. Si tenés un hijo se te va, por eso cuesta más. -Vos estás de novia, ¿no? -Me parece que ese es un título que todavía no estoy en condiciones de poner. -¿Es porque no tenés ganas de estar en pareja? -No, no. Yo ahora vivo con mis hijos y son momentos de transición que hay que hacer. No soy fácil. Siempre tuve novios y me encanta tener relaciones fuertes, pero me es muy difícil incorporar a una nueva persona a mi vida o instalarla en mi casa. Aún no me atrevo a convivir. -¿Y fantaseas con tener otro hijo o armar otra familia? -Sí. Pero creo que esa inquietud aparece a partir de algo más estable. Ya no tenemos 20 años. Llegué a una edad en la que busco relaciones con las que pueda evolucionar y no involucionar. Tengo más claro lo que no quiero y me puse más exquisita. -Ser exitosa en tu trabajo y llevar todo adelante, ¿ayuda o complica a la hora de formar una pareja? -Complica. Porque estoy acostumbrada a tomar decisiones sola. Igual, ahora estoy en un punto en el que ya no tengo ganas de ocupar lugares que no me correspondan y, en ese sentido, me empecé a relajar. Porque en esta época, donde la mujer trabaja a la par del hombre y además tiene la casa, sus hijos y un montón de cosas, es bueno que sepamos realmente dónde estamos ubicadas. Yo me pregunto si conviene o no ser medio feminista, porque eso nos quitó un lugar. Yo hago todo, y está bueno, pero a la vez me dan ganas de que me abran la puerta del auto. -¿Y a la hora de vivir un amor te pesa lo que opinen tus hijos? -No me pesa, me preocupa. Y me ocupo de lo que opinen porque son lo más importante que tengo. Tampoco voy a dejar de jugar mi lado de mujer por mis hijos, pero ellos son prioridad en mi vida. -¿Qué harías si pudieras salir a la calle sin que te reconozcan? -Yo me manejo bastante naturalmente, voy al supermercado como cualquier mamá: no me produzco para ir a hacer las compras. A veces hasta me olvido de quién soy. Pero me gustaría estar relajada en un lugar y que nadie me mire o critique. -¿Te relajarías más con la estética? -No, porque desde muy chica fui muy coqueta, eso ya viene en mi sangre. Siempre fui de combinar, ver que todo esté perfecto y ordenado. -¿Qué sacrificios tenés que hacer para estar linda? La buena alimentación es fundamental. Trato de hacer una dieta sin grasas y de comer súper sano, con muchas vitaminas y proteínas. También tomo unos nutrientes, que son unas cápsulas que me prepara un médico chino, y algunos energizantes, como creatina y todas esas cosas que se necesitan. Y tomo mucha vitamina C, que es ácido ascórbico puro. Y suelo hacer gimnasia… Me encanta la aeróbica. Y ahora empecé con unos complementos de pesa. -¿Cuándo te volviste experta en vitaminas y energizantes? -Siempre me gustaron las cosas naturales. Si bien me hice las lolas, prefiero mantener la belleza natural y lo que pueda aportar la naturaleza en complementos y nutrientes. -¿Cuál es tu secreto de belleza? No tengo. Creo que todo es a partir de mi inquietud. En el embarazo de mi hijo descubrí, por ejemplo, el yoga. Y también me interesa la medicina china porque soy anti medicamentos. Detesto tomar antibióticos, así que siempre estoy con mi té de jengibre, la vitamina C, el olio 31 de Just, la pomadita china… -¿Qué es lo que más te gusta de vos? -Creo que siempre estamos disconformes con nosotras mismas y que todos tenemos un tema con el espejo. -Y no me dijiste qué te gusta de vos… -¡No sé qué decirte! Sé lo que no me gusta, que me parece más importante (risas). Por ejemplo, detesto mis piernas y por eso las trabajo mucho. A los defectos hay que ponerle más intensidad. -¿Sos fanática de la ropa? -¡Muy! ¡Me encanta! Soy fanática de comprar revistas extranjeras de moda, también. Creo que es mi mayor adquisición cuando viajo. -¿Qué diseñadores te gustan más? -No tengo una línea. Prada y Gucci, que son bien clásicos y se pueden combinar toda la vida. Me encantan algunas cosas de Cavalli, todo lo de Chanel me parece súper fino y me gusta mucho Hermés. -¿Qué te gusta hacer cuando tenés tiempo libre? -Decoración, jardinería… Ahora me están por poner la huertita en la casa nueva… También me encanta cocinar. -¿Cuál es tu platillo? -Si le cocino a mi hijo, le pongo su nombre con ketchup, o le hago una carita en la hamburguesa. También hago tiramisú, que se comen las amigas de mi hija, y me gusta preparar las tortas en los cumpleaños. -¿Hacés repostería? -¡Si! No sé si buena, pero intento hacer lo mejor. Los domingos viene a almorzar toda la familia a casa y como hago ricos ravioles, ya me pidieron que les cocine eso para la próxima.