Quizás, quién sabe, dentro de un par de años cuando la pequeña Helena crezca y atraviese esa etapa en la que los niños todo lo quieren saber, ella se siente junto a su madre y mirándola a los ojos le pregunte con tono inocente cómo fue que llegó al mundo y cómo fue que sus padres se conocieron y se enamoraron.

Seguramente, en ese momento, Geraldine Neumann (22) la hermana de la modelo Nicole Neumann (24) tomará aliento, se acomodará en su sillón preferido y, entre caricia y caricia, le narrará a su hija cada uno de esos dos instantes mágicos que dieron un giro completo a su vida. Antes de comenzar el relato, con seguridad, a ella le pasarían en un segundo todas esas imágenes imborrables que atesorará entre sus recuerdos. Entonces, le contará todo y, entre otras cosas, revivirá éste, su octavo mes de embarazo. “Si tuviese que contarle a Helena sobre cómo fue mi vida antes de su nacimiento le diría que el año en que nació ella fue el mejor de mi vida y el más feliz. Todavía no puedo creer todo lo que estoy viviendo. No puedo esperar más. Quiero conocer a mi hija ya mismo”, dice la futura mamá con emoción y euforia. Geraldine quedó embarazada al poco tiempo de descubrir al amor de su vida, Jorge Otamendi (24), el hombre con el que se casó el 2 de julio pasado. Con él decoró el cuarto de su hija y juntos eligieron un nombre para ella. “Primero le íbamos a poner Mía, pero a Jorge mucho no lo convencía ese nombre. Así que terminamos eligiendo Helena, que nos encantó”, aclara Geraldine. En su octavo mes de embarazo, la modelo de Multitalent cuenta que esta semana comienza el curso de pre-parto y que aunque está muy ansiosa por el nacimiento de su hija trata de tomarse las cosas con calma para no exaltarse y seguir disfrutando de su panza. “No le tengo miedo al parto ni a ser madre. Estoy muy tranquila. Eso sí, quiero que Jorge esté todo el tiempo conmigo en el momento del nacimiento. El me da mucha paz y confianza”, asegura. —A los 22 años, ¿se siente preparada para ser madre? —Sí, totalmente. Muchos me dicen que hice todo muy rápido. Pero a mí no me importa, de mi vida hago lo quiero siempre que no moleste a nadie. Siento que voy a ser una gran madre y Jorge un gran padre. Estamos listos para algo que deseamos desde que nos conocimos. —¿Cuál fue su reacción cuando supo que iba a ser madre? —Nosotros suponíamos que estábamos embarazados. Entonces, me hice un análisis de sangre. Un día antes de pasar a buscar los estudios no aguanté y con Jorge llamamos por teléfono. Pusimos el manos libres y una mujer me dijo: “Felicidades, usted va a ser mamá”. Cortamos el teléfono y nos emocionamos. Estábamos felices. Desde que nos conocimos que sabíamos que queríamos vivir toda la vida juntos y tener hijos. Así que no nos tomó de sorpresa. Recuerdo ese día como si fuera hoy. Lloramos juntos y nos abrazamos. Fue un momento inolvidable. Después me hice un test casero de embarazo para guardar la prueba para toda la vida. —¿Y cómo fue la reacción de su familia y la de su marido? Se dijo que los Otamendi se habían opuesto a su casamiento y que no les había gustado nada la idea de que ustedes fueran padres tan jóvenes. —Nada más lejos de la realidad. Mi familia se puso feliz. Con la de Jorge siempre tuve una relación excelente así que se sintieron tan felices como nosotros al saber que iba a nacer Helena. —A menos de un mes de dar a luz, ¿qué sensaciones le provoca este embarazo? —Esta hija iluminó mi vida por completo. Me siento en el cielo, soy la mujer más feliz del mundo gracias a ella y a mi marido. Helena será la luz de mis ojos y la principal razón de mi vida. —¿Por qué eligieron ese nombre? —Helena significa bella como el amanecer, bella como la aurora. Y eso nos gustó. —¿Usted la imagina así? —En realidad cuando la imagino la veo muy parecida a la madre y al padre. Llena de vida y alegría, como vivimos nosotros. Y como me criaron mis padres: con mucho amor y alegría. —¿Qué le gustaría que tenga de usted y qué de su marido? —Me gustaría que tenga mi personalidad, que sus ideales no se corrompan frente a nada. Así soy yo. Yo hago las cosas cuando las siento y después si sale mal, sale mal. También me gustaría que Helena no fuera tan ingenua como yo. Soy de pensar que toda la gente es buena y los reveses duelen el doble. Me gustaría que ella sea un poco más fría que yo para que no sufra tanto. Con respecto a Jorge quiero que tenga todo de él: su bondad, su espíritu, su amor, su cariño, todo. También quiero que sea humilde como me enseñaron a ser mis padres. —¿Qué le gustaría que herede de su hermana, Nicole? —La verdad es que no quiero hablar en este momento de mi hermana. No quiero decir cosas buenas ni malas de ella. El tema de nuestra relación se bastardeó tanto que no quiero volver a él. No quiero que nada empañe este momento maravilloso que estoy viviendo. —¿Cree que su hija puede ser un factor que una a su familia? —Ojalá que mi hija venga a unir a mi familia. Me gustaría, claro que sí. Pero tampoco es un tema que me quite el sueño. Después de todo sé que cada uno es libre de hacer y de reaccionar como le guste. Lo realmente importante es que Jorge y yo estemos juntos para disfrutar de nuestra hija. —Sus padres, Francisco Conti y Claudia Neumann, ¿le dan consejos? —Siempre, y a mí me encanta. Son muy ubicados y dejan que haga mi propia experiencia. Más que padres consejeros son padres presentes que se preocupan por mi salud y me acompañan en todo momento. Capaz mi papá es un poco pesado. Siempre me está diciendo: “Yeye, acostate temprano”, “descansá bien”, “no salgas hasta tarde”. Pero los dos son divinos. —¿Su marido la mima más que antes? —Jorge es un divino total, no hay hombre más bueno y atento que él. Yo no tuve muchos antojos pero desde que quedé embarazada empecé a comer más chocolates. Desde ese día, él tiene en un cajón cientos de chocolates guardados y apenas me escucha hablar de chocolates saca uno y me lo da. Además siempre me acompañó a todos los controles y se desvive por verme bien. A mí me encanta cambiar todo de lugar y en una época que no me sentía muy bien se la pasaba corriendo muebles por mí. Es un sol, es el hombre de mi vida. —¿A qué se refiere cuando dice que en un momento se sintió mal? —En el quinto mes de embarazo tuvieron que internarme. Fue algo horrible, tuve mucho miedo. Tuve una amenaza de parto y pensé lo peor. Después, el fin de semana pasado tuve que quedarme en el sanatorio porque tenía contracciones. Pero no fue nada de mayor importancia. El resto del embarazo fue muy lindo. —¿Aumentó mucho de peso? —Ni me pongo a pensar en eso. Engordé nueve kilos. Como bien para que a la beba no le falte nada. Después tendré tiempo para adelgazar si me queda algún kilo de más. Dejaré de ver los programas de televisión para embarazadas y me pondré a hacer gimnasia. —¿Mira programas sobre el embarazo? —Miro y leo de todo. Leí muchísimos libros para embarazadas y, además, vi un especial en Discovery Channel que te muestra el embarazo semana a semana. Por otra parte, recibo fotos de una página web que te va mandando imágenes para que veas cómo es el embarazo semana a semana. La verdad no doy más. Tengo muchas ganas de ver a mi hija. Ya tenemos todo listo: el cuarto, la ropita, el cochecito. Sólo falta que ella nazca. —Una vez que nazca Helena, ¿usted volverá a trabajar como modelo? —Más que nunca. Ahora tengo un nuevo motor para volver a mi carrera de modelo, para ponerme a trabajar con todo. Haré gimnasia y volveré al modelaje cuanto antes. —Su marido toca la guitarra y el piano, ¿le compuso alguna canción a Helena? —Le hablamos mucho a Helena y Jorge le toca la guitarra siempre pero aún no le escribió ninguna canción. Sé que lo va a hacer. También tenemos un juguetito con música y siempre se lo ponemos en la panza para que escuche. Dicen que después, cuando nace, le ponés la misma música y ella se relaja. Además, cuando escuchamos rock en casa siento que a ella le gusta. Otro tipo de música, no. Creo que va a ser rockera. —¿Cuándo nacerá Helena? —Tengo fecha para el 25 de diciembre. Ojalá nazca una semana antes o una después. Así de grande le hacen más regalos, ¿no? Por Federico Levin Fotos: JC. WELCOME/PERFIL