Verano HD
“Hoy veo la vida de otra manera”
CELESTE CID
Ella sabe que decir que a una mujer le cambia la vida cuando se convierte en madre es un lugar común. Sin embargo, no puede evitar expresarlo de una manera u otra. Porque si bien había escuchado a cientos de mujeres repetir frases semejantes, esta es la primera vez que le toca vivirlo en carne propia.
Es que hace un año y siete meses Celeste Cid (21) se convirtió en la mamá de André. Según dice, esa experiencia la abrió a un mundo nuevo que la invitó a comprender la vida desde otra perspectiva. Y ella aceptó. Entonces, junto con André, nació una Celeste que mira distinto y que, aunque ella no termine de aceptarlo, se muestra diferente. “No creo que haya una nueva Celeste”, dice. “Yo sigo siendo la misma de siempre. En todo caso, podría decir que lo que ves hoy es una Celeste en constante evolución. Y que, en ese proceso, el nacimiento de mi hijo fue un momento decisivo e importante. Pero esa no fue la única razón que me permitió llegar a ser lo que soy hoy”. Puesta a hacer historia, Celeste recuerda el final de “Resistiré” —la tira que protagonizó junto a Pablo Echarri, y que fue un verdadero suceso— como un punto de inflexión que ella pudo capitalizar recién cuando decidió alejarse de la televisión en pleno éxito. “Hacía tiempo que trabajaba horas y horas sin descanso. Y eso no me permitía ver en qué lugar estaba parada. Había perdido la noción de lo que me pasaba. Mientras duró, estuvo bien porque me permitió mostrar mi trabajo. Pero también ese ritmo me obligó a relegar muchas cosas. Y si uno no para, si no se detiene para tratar de recuperar esas cosas, se pierde”. —Y cuando paró, ¿qué recuperó? —Mi vida personal. En esa vorágine había perdido horas de vida: de ocio, de conocer gente, de recorrer lugares. Estaba parada detrás de una imagen que para mí funcionó hasta determinado momento, pero después no. Sentí haber crecido en el plano laboral pero que me había detenido en lo personal. Y, para mí, es muy importante que esa parte de mí también crezca. Si estás todo el día trabajando es difícil que eso suceda. El último año de “Resistiré” ya estaba muy cansada. Seguía adelante por inercia. Quería empezar a hacer terapia y otras cosas, pero carecía de tiempo. Los fines de semana los dedicaba a dormir y recuperar energía. Ahí comencé a pensar en la idea de parar. Y justo coincidió, o yo hice que así fuera, con la noticia de mi embarazo. Si llegó, por algo fue. Estaba necesitando algo muy fuerte que me hiciera pensar en mí como persona antes que en Celeste, la que trabaja y hace cosas todo el tiempo. —Al tomar esa decisión, ¿no tuvo miedo de perder lo que había conquistado en el terreno profesional? —Es que en todos estos años trabajé con mucha gente, lo que me hizo ganar una experiencia que no se iba a ir de mí de un día para el otro. —Pero usted sabe que el mercado televisivo olvida fácilmente. —Es que soy un poco egoísta en eso. Pienso sólo en lo que a mí me pasa. Sé que existe ese mercado y toda una parafernalia de la cual formé parte. Pero necesitaba volver a algo que me conectara con la tierra. —¿Y desoyó las voces de los más experimentados que le señalaban ese momento como el indicado para dar el gran salto? —Es que creo que si saltaba en ese momento, te aseguro que “derrapaba”. Porque necesitaba volver a mí. Este trabajo está relacionado con mis emociones, mi psique, mis afectos. Y si no tengo todo eso bien alimentado no lo puedo transmitir a mis personajes. Por eso pensé que tenía que darme un espacio para crecer como persona. Y lo hice. Ahora eso me está sirviendo mucho también en lo laboral. Pero no me dio miedo, no. No soy de calcular tanto. —¿Tampoco sintió miedo de enfrentar la responsabilidad de tener un hijo sin trabajo? —En eso fui bastante inconsciente. Tenía un margen para vivir un tiempo sin trabajar, respaldada por mi novio. Y no calculé nada más. Entonces, hice cosas como mi libro de fotografía que me demandaba energía, pero que no me despegaba de mí. —¿Ahora tiene ganas de volver a hacer una tira que coseche premios y aplausos? —Es que vivir así me sirve. No manejo la misma exposición que antes ni el rédito económico es el mismo que mientras hice una tira diaria. Pero prefiero vivir así, aunque tenga que hacerlo con menos. Después de todo, cuando trabajaba en la tira ganaba más pero no tenía tiempo de gastar lo que ganaba. Igual, lo que hice en esos ocho años funcionó: me permitió tener una casa a los 21 años, cuando mucha gente a los 40 sigue pagando un crédito. Y lo agradezco. —¿Quiere decir que es más feliz con menos exposición pública? —Sí, pero no sólo por eso. Lo que me hace más feliz es sentir que tengo la posibilidad de elegir. Elijo a qué lugar quiero ir, qué tapa de revista quiero hacer, con quién quiero estar. Después de terminar “Resistiré”, Celeste Cid trabajó muy poco en televisión. Hizo “Hipólito y Fedra” en teatro, una participación en “Locas de amor” y en “Botines”, trabajó en “Ambiciones” y, hace unas semanas, reapareció en un capítulo de “Mujeres asesinas”. Sin embargo, nunca volvió a participar en una telenovela diaria. “En “Mujeres…” interpreté a una hija atosigada por su madre. Ella no la dejaba crecer, y la hija tuvo que cortar con eso de algún modo. Me gustó hacer ese trabajo porque la serie propone una mirada distinta de los hechos violentos: acá la persona que ejerce la violencia es la víctima. Y eso pasa en la vida real. Por supuesto no justifico ningún asesinato ni nada por el estilo, pero muchas veces cuando me entero de que alguien cometió un delito pienso en la responsabilidad que tenemos todos en que esa persona haya llegado hasta donde llegó. Creo que todos somos un poco culpables: tanto la sociedad indiferente, como el Gobierno que no hace nada”. —¿Volvería a hacer una tira? —Tal vez más adelante. Pero ahora estoy muy tranquila así. Tengo mi casa, manejo mis horarios, los de mi hijo, puedo acompañarlo en su crecimiento. Por ahora, no me imagino de otra manera. Podría trabajar muchas horas como lo hacen la mayor parte de las mamás, pero tengo la posibilidad de no hacerlo y elijo no hacer muchas cosas. Por ejemplo, ahora lo último que hice fue el capítulo de “Mujeres asesinas”. Fue una semana de trabajo muy intensa, pero sólo eso. Entonces, no tengo esa sensación de vorágine. —¿Qué hizo en estos dos años, además de dedicarse a André? —El libro, por ejemplo. Lo presenté en octubre o noviembre del año pasado. Me enorgullece mucho. Además, sigo sacando fotos. Hago collages con cosas que voy encontrando por ahí, con revistas viejas. Con todo eso armo un universo que me dispara esas imágenes. Y pego y pego todo el tiempo. Después, los cuelgo en las paredes de mi casa, los regalo o quedan por ahí. Estoy muy bien así, viviendo día a día. A mí me hace muy bien trabajar. Tengo mucha energía, y me agrada depositarla en algo productivo. Pero ahora estoy en una frecuencia muy baja. Salgo con mis amigas, voy a museos, visito galerías, vamos a comprar alguna antigüedad. —¿Todo eso lo hace con André? —A veces salgo con él y otras, delego. Pero me gusta que me acompañe. El es un bebé muy rockero. Le gusta el rock, la calle. No le gusta estar todo el día en casa. Se copa con la gente. Siempre tuvo mucha personalidad. Cuando algo no le gusta no hay manera de convencerlo. Es bravo, pero también es muy simpático. —¿Le cuesta ser mamá o le sale naturalmente? —No sé. Pero el resultado lo veo en sus ojos. A André lo veo feliz y eso habla bien de cómo lo estamos educando. Cómo lo educo junto con su papá, sus abuelas. Mi hijo es un bebé feliz que se lleva el mundo por delante. Si lo vieras en su cuarto. Ahí tiene su batería, todo. Es poderoso. —¿André marcó un antes y un después en su vida? —Sí, claro. Igual, frente a cada cosa que me pasa siempre hay un antes y un después. No hago nada distraídamente. Un hijo te cambia la vida, la rutina. Si ahora quiero salir una noche tengo que pensar quién se va a quedar con André, qué va a comer. Toda una organización. —¿Eso le pesa? —No, porque me ayuda a organizarme a mí también. Soy muy dispersa. Puedo estar en ochenta cosas al mismo tiempo. Y el orden que le ofrezco a André me ayuda a concentrarme. Pero es verdad que un hijo también insume mucho trabajo. Si tuviera que señalar aquello que con más ganas modificaría diría que me encantaría dormir dos horitas más. Pero cuando a la mañana lo veo con su sonrisa, me saca de la cama inmediatamente. —¿Qué otras cosas le enseñó la maternidad? —Me pasa que hay cosas que tenían prioridad y ahora me doy cuenta de que pasaron a segundo plano. Para mí el trabajo ocupaba un lugar preponderante. Me descubría a mí misma sobre la base de lo que me pasaba en el trabajo. Y creo que si bien sigue siendo importante, hoy mi hijo es mi prioridad. El me educa. Pensá que André nació siendo hijo pero yo no nací siendo mamá. El me brinda la información que necesito para aprender a serlo. Y se lo agradezco. Un hijo te obliga a crecer. Yo dejé de ser hija para ser mamá. Y hay cosas que ahora veo desde otro lugar. Me ayudó a madurar. Cuando miro a una embarazada ya no lo hago con la misma mirada de antes. Además, ser mamá reivindicó la imagen de mi propia madre. Eso fue muy fuerte para mí. —¿Qué significa eso para usted? —Que ahora entiendo a mi mamá desde otro ángulo. Había cosas cotidianas que siempre le criticaba. Por ejemplo, le decía que era una paranoica cuando yo salía, y ella sentía miedo de que me pasara algo. Me molestaba. Y ahora eso mismo me ocurre a mí cuando tengo miedo que algo le pase a André. Por eso siento que mi hijo me educa. Y me coloca en un lugar de mucha fuerza. No por casualidad el libro apareció después de su nacimiento. El despertó en mí la decisión de hacer cosas que siempre quise hacer y que nunca terminaba de poner en marcha. —¿Se siente más valiente? —Tener un hijo te hace sentir poderosa, valiente. Veo la vida desde otro ángulo y empecé a conectarme con otras cosas. Por ejemplo, en el caso Blumberg me di cuenta de que podía comprender el dolor de otra manera. Inclusive estaba embarazada y fui a la marcha. Pero me integré a esa gente desde un lugar de madre. —Usted siempre tuvo una relación difícil con su mamá, ¿verdad? —¡Y quién no!… Si no fuera así, sería sospechoso. Mi vieja me rebanca. A mi viejo lo veo con otra energía. Lo veo más joven. Juega con André y está a la par de mi hijo. Tal vez él siempre haya sido así, y yo no tuve la posibilidad de verlo. —¿Se considera una madre permisiva o es estricta con los límites? —Me cuesta definirme en ese sentido. Depende. Si tuviera que hablar en líneas generales, diría que prefiero darle libertad que quitársela. Y siempre voy a acompañarlo en el camino que elija. Esa es una de mis metas: crecer junto con él. Porque el hijo no es el único que tiene que crecer. —Usted siempre tuvo un espíritu independiente. ¿Le costó aceptar que la maternidad la obligaba a hacer concesiones? —Es que no creo que ahora haga menos cosas por tener un hijo. Al contrario, me animo a hacer más. Hoy para mí el éxito es estar tranquila y poder conectarme con las cosas verdaderas de la vida. No con que si me fue mejor o peor en un programa de tele. Si yo estoy bien y logro transmitirle esa felicidad a mi hijo, creo que soy una buena madre. —¿Qué cosas no cambió a pesar de ser mamá? —Soy la de siempre, sólo que ahora me siento feliz y realizada. —¿La maternidad le reservó alguna sorpresa ingrata? —Tal vez lo relacionado con la disponibilidad de los tiempos. Si salgo tengo que calcular un sinfín de cosas que antes ni imaginaba. Pero más allá de eso, no. Ahora siento que tengo más energía. O tal vez, antes la colocaba en un lugar más estático. Ahora voy a vacunar a André, vuelvo, le doy de comer, todo. Ser mamá me pone en movimiento, en acción. —¿También tuvo que convertirse en ama de casa? —Sí. André me enseñó a cocinar, a todo. Antes, era de pedir comida. Pero la papilla no me la hace el delivery. Entonces, le preparo la comida a André, me ocupo de la casa. Los fines de semana no hay nadie que nos ayude. Entonces, cocino. O cocina Emmanuel que lo hace muy bien. Ordeno, limpio. Y me gusta hacerlo. Será que mi casa es muy linda, me identifica. Es vieja y, a la vez, moderna. Es niña: llena de colores. —¿Tiene ganas de tener otro hijo? —No. Quiero disfrutar a André. —Dice que su hijo no le restó nada a su vida. ¿Tampoco a su relación de pareja con el músico Emmanuel Horvilleur? —En mi pareja sucedió lo que pasa frente a cualquier cambio. La pareja cambia con un hijo. Todo cambia. —¿Será ese cambio lo que despertó rumores de separación? —No sé, pero no es verdad. Igual, ya no me importa tanto como antes lo que digan. Trato de reírme un poco más. —¿Siente que su hijo la obliga a relegar su relación de pareja? —No, va todo integrado. Es cierto que ahora tenemos que buscar espacios para nosotros que antes eran más naturales. Pero también, cuando tu pareja se convierte en padre, empieza a mostrar una parte de él que desconocías. Al hombre también se le moviliza todo. Y eso lo muestra diferente. Nosotros nos acompañamos mucho. André tiene sus momentos con su mamá, su papá y momentos con los dos. —¿Emmanuel es un buen compañero de equipo en la crianza de su hijo? —Absolutamente. Antes el hombre y la mujer se dividían más las tareas. Pero entre nosotros las cosas se van armonizando. Quiero decir que si uno se levanta a la noche porque André llora, el otro va y prepara la mamadera. No hay uno que se quede durmiendo. O hay días en que uno quiere dormir y el otro lo saca a dar una vuelta. Nos complementamos mucho. De verdad, creo que Emmanuel, André y yo formamos un buen equipo. Por Viviana Andón | Fotos: Nora Lezano y Sebastián Arpesella
Estudia Enfermería en la UNNE porque le interesa ayudar a los demás. Le gusta la playa y divertirse con amigos. Se suma al suplemento VeranoHD de www.archivo.mediostresbarbas.com.ar para contagiar las ganas de vivir y disfrutar.
Sus amigas la conocen como Azu, le gusta la fotografía y quiere ser enfermera diplomada para ayudar a las personas, cuando están pasando un mal momento de salud.
Le gusta tomar mate y reunirse con amigos, así como aprovechar los días de sol para ir a la playa. Quiere estar presente en las redes sociales y comprometerse políticamente con su sociedad cotidiana.
Se preocupa por sus padres y es familiera. Adora a sus sobrinos y los malcria.
Azu es así, como se muestra. Simple, sencilla y multifacética
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Diseñan en el país un novedoso estuche para iPAD con pantalla de tinta electrónica
INNOVACIÓN
El nuevo dispositivo denominado “Bombshell” fue desarrollado para lecturas prolongadas porque tiene mayor nitidez que una tablet, pero también sirve como anotador, teclado multilingüe, para decoración, entre otros usos. El trabajo estuvo a cargo de especialistas del INTI y de la empresa Enyetech.
Las primeras pantallas de tinta electrónica ingresaron al mercado a comienzos del siglo y desde entonces su uso se ha extendido en el mundo, no sólo por su fácil lectura sino también porque requieren bajo consumo de batería. Libros electrónicos, relojes, marcadores de precios en supermercados y vestidos que cambian su estampado, son sólo algunos ejemplos de esta innovación que llegó para quedarse.
Con el objetivo de promover el desarrollo nacional de la tecnología, especialistas del INTI trabajaron junto a la firma Enyetech en un cobertor para tablet con un lector electrónico. “Decidimos desarrollar este producto, porque detectamos que los usuarios de iPAD suelen adquirir libros electrónicos independientes para lecturas prolongadas porque son más agradables y cómodos que el dispositivo de Apple”, destacó Horacio Acerbo, cofundador de EnyeTech, quien ya obtuvo el aval de la empresa de la manzana para este trabajo.
El nuevo producto tiene una pantalla táctil de 7,8 pulgadas, con un espesor de 5,5 milímetros, batería recargable de larga duración (que puede estar encendida hasta una semana) y permite una experiencia de lectura similar a la de un papel porque los textos e imágenes se ven nítidos desde cualquier ángulo de visión. Está diseñado para comunicarse a través de bluetooth con un iPAD o utilizarse de manera autónoma como e-book.
Los especialistas del INTI le presentaron a Enyetech tres prototipos, en los que desarrollaron tanto el circuito impreso para manejar la pantalla como la comunicación con bluetooth del dispositivo. Durante el proceso de trabajo, también formaron a un profesional de la empresa en la temática. “Para comercializar el nuevo estuche, avanzaremos en un acuerdo con la tienda de libros de Apple y con un fabricante habilitado por la empresa”, anticipa Acerbo.
“El desarrollo fue innovador, porque la tecnología y el mercado de tinta electrónica son muy cerrados no sólo en Argentina sino también en el mundo. A partir de esta experiencia, quedó en evidencia que a nivel nacional contamos con la capacidad para trabajar en esta temática que integra tecnología de circuitos impresos, conectividad y software”, destacan los ingenieros Noelia Scotti y Diego Brengi, del sector de Micro y Nanotecnologías del INTI, que llevaron adelante el desarrollo
Para conocer iniciativas innovadoras a nivel nacional como “Bombshell”, el próximo 13 y 14 de noviembre se llevará adelante el “Forum EXCELENCIA, Innovación con impacto” en el Palacio de las Aguas Corrientes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El encuentro permitirá discutir los temas clave en el desarrollo argentino para un mundo globalizado y cambiante: la disrupción tecnológica, el desafío de innovar y cómo mejorar las condiciones de competitividad de las empresas.
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4° Ciclo de Charlas abiertas sobre “Igualdad de género, participación política y empoderamiento de las mujeres”
FUNDACIÓN PENSAR
Esta semana Fundación Pensar llevó adelante un nuevo Ciclo de Charlas abiertas cuyo tema giro en torno a “Ciudadanía y Participación Política Femenina en la Argentina” realizadas en el marco del Día Internacional de la Mujer. La disertación fue brindada por la Dra. María Elena Martin del Instituto Nacional de Capacitación Política.
En la localidad de Goya el día jueves 07 de marzo, y en la ciudad de Corrientes Capital este viernes 08 se realizó una nueva edición del Ciclo de Charlas abiertas organizadas por Fundación Pensar cuyo tema giro en torno a “Ciudadanía y Participación Política Femenina en la Argentina”. La disertación fue brindada por la Dra. María Elena Martin del Instituto Nacional de Capacitación Política, quien junto la Lic. Ingrid Jetter, presidente de Pensar abordaron y reflexionaron sobre diversas temáticas de políticas públicas con perspectiva de género, el recorrido por la historia en la construcción de ciudadanía como así también sobre los avances y desafíos que se presentan para alcanzar una democracia plena con igualdad real de oportunidades.
La apertura del Ciclo estuvo a cargo de la presidente de Pensar Corrientes Lic. Ingrid Jetter, quien expresó: “Debatimos por más y mejores políticas públicas para las mujeres. El objetivo de estos encuentros es que este 08 de marzo no quede inadvertido debemos seguir avanzando en la conquista de una ciudadanía más plena. Nuevamente nos encontramos para reflexionar, charlar e intercambiar experiencias juntos y seguir achicando las brechas de género con mejores políticas públicas contra la violencia de género y la desigualdad en diferentes ámbitos. Como así también acompañar a nuestro gobernador Dr. Gustavo Valdés quien envió el proyecto de paridad en la Legislatura para abrir el debate y permitir una mayor equidad política”
El tema principal de las dos jornadas fue “Ciudadanía y Género” y fue brindada por la Dra. María Elena Martin del INCaP. Martin es Doctora en Ciencia Política (USAL, Argentina) y Experta en Género e Igualdad de Oportunidades (Universidad de Málaga, España). Fundación Pensar, sede Corrientes, conjuntamente con el presidente de PRO Goya Mario Sellares invitaron a este encuentro realizado en Goya con la destacada presencia de la concejal Andrea Manassero, Prof. Ana Muniagurria y en capital el evento contó con la participación de la reconocida comunicadora Myriam Fleitas y Arq. Inés Presman. El objetivo principal de estos encuentros es participar de un espacio de diálogo, intercambio y transformación, son dirigidos al público en general con entrada libre y gratuita.