Hace quince años llegó a Buenos Aires, donde se hizo un lugar en el mundo del modelaje. Hoy, retirada de las pasarelas, reconoce haberse sentido “un metro arriba del piso”. Modelo top, madre y empresaria, Valeria Mazza supo moldear su propio destino y hoy asegura: “tengo la vida que quería tener”.

Puntual como pocas, Valeria Mazza espera, mientras toma un té caliente, en el estudio donde en algunos minutos estará posando para el número aniversario de LUZ. No es una entrevistada más y ella se encarga de demostrarlo: “Apoyalo acá”, dice mientras toma el grabador y lo deja sobre el sillón. Mujer de carácter y decidida, no pierde ni por un minuto su charme. Por el contrario, a cara lavada tiene la expresión aún más angelical que en las fotos. Sola, parada en medio del salón mientras habla por teléfono, y vestida con una musculosa blanca, pantalones capri y ojotas de cuero, parece una más, pero no lo es y ella lo sabe: Nueva York amaneció empapelada con su figura cuando en 1993 Guess la eligió para su campaña gráfica y, desde ese momento, su vida tomó una pendiente ascendente que, entre otras cosas, la llevó a la tapa de Sports Illustrated y a caminar las pasarelas de los más importantes diseñadores de alta costura del mundo como Valentino, Versace, Dolce & Gabbana y Cavalli. Coronó su vida de cuento cuando cumplió el sueño de formar una familia junto a su eterno novio, Alejandro Gravier. Ahora, con 33 años, la madre de Balthazar (6), Tiziano (3) y Benicio (9 meses) tiene su propia empresa de belleza, VM Beauty, y espera por la aparición de quien la suceda en el trono de LA modelo argentina para, según dice, acompañarla en su carrera internacional. -Pasaron dos años desde el número uno de LUZ que te tuvo como tapa. ¿Qué balance hacés de tu vida en este tiempo? -Lo primero que me acuerdo es que tuve un hijo. Es lo más positivo que me pasó. Después, creo que individualmente sigo creciendo y aprendiendo el nuevo rol de madre… -Ya no tan nuevo… -Sí, está bien, pero siempre es nuevo porque primero aprendés cómo estar con un bebé y después cómo manejarte con dos hijos y luego a hablar con un nene de seis años que te replantea todo. -¿Con Alejandro van a insistir hasta que llegue la nena? -No. La idea es tener un hijo más. La verdad es que ninguno de los dos está muy preocupado con el sexo. Todos creen que estamos desesperados por la nena. Yo siempre deseé tener un varón, así que estoy feliz de la vida. De chica era muy varonera y me divertía más con los nenes que con las nenas. Me parecen más fáciles los varones, no son tan enroscados. Lo único que, pensando a futuro, la mujer te llena la casa y el hombre no. Además, tenés que estar predispuesta a la bruja que te lo venga a sacar (ríe). -Ya te bajaste de las pasarelas, sin embargo, seguís vigente entre la gente. ¿Por qué creés que pasa eso? -Porque fueron 15 años y porque ésta no es una historia pasajera. Cuando yo empecé la carrera no existía el recorrido que hice: venir del interior, trabajar en Buenos Aires, incluir a la Argentina dentro del circuito internacional de la moda, hacer tanto desfiles como publicidades, gráficas y revistas. Es decir que fue una carrera de varios años donde Valeria Mazza se convirtió en una marca. De hecho, hoy existe VM Beauty, que es mi marca. Entonces, a pesar de que yo ya me bajé de la pasarela, sigo estando porque mantengo mis clientes. Mi idea es justamente tratar de seguir estando, pero hacer sólo las cosas que realmente tenga ganas, las que me den placer, las que me diviertan. Por ahora es así. -¿En qué más sentís que abriste camino? – Fundamentalmente en demostrar que trabajando se puede generar una carrera seria. Si mirás mi historia, creo que yo dignifico la carrera de una modelo porque demuestro que se puede llegar sin perder la dignidad ni los valores, y que se pueden hacer las cosas diciendo que no, manteniendo una línea. El sí es muy fácil, lo más difícil es decir que no y seguir avanzando. -¿Y vos dijiste muchas veces “no” durante tu carrera? -Muchísimas veces. Al principio con un miedo espantoso y después con un orgullo terrible. -Porque ya estabas plantada de otra manera… -No, porque te vas dando cuenta que funciona. Primero tenés dudas porque pensás que podés perder el trabajo y no te van a llamar nunca más y después descubrís que, a pesar de correr el riesgo de volverte a tu casa, vale mucho más la pena decir que no, que decir que sí y no poder dormir de noche. Además, lo más difícil de esta carrera es que empezás de muy chica. Por eso es fundamental tener una estructura sentimental muy fuerte… En ese sentido, Alejandro siempre fue mi gran estabilidad emocional. Obviamente, es un gran empresario, y con todos sus conocimientos me ayudó en mi carrera también. -Justamente, hace poco en LUZ Nicole Neumann dijo que fue la única en llegar a ser una top sin un novio mánager… -Alejandro nunca fue mi mánager. Siempre tuve, y hasta ahora sigo teniendo, mis agencias en todos los centros de la moda: París, Milán, Nueva York, Madrid, Londres. Él me ayudó a desarrollarme como empresa. VM Beauty es de los dos. Yo no soy empresaria, así que está claro que nunca lo hubiera podido hacer sin él. Y él, desde Buenos Aires, siempre trabajó para que todas estas agencias marcharan hacia la misma dirección. -¿Alguna vez te cansó ser famosa? -No, no. Yo no creo personalmente en alguien famoso que diga que está cansado de la fama. Siempre en el mundo hay lugares donde nadie te conoce y que podés ir tranquilamente. No es imposible, aunque hubo momentos, después de hacer ciertas cosas puntuales como la campaña de Guess, donde aparecí por todos lados en carteles gigantes y… En el ’95, ’96 y ’97, que fueron mis años más fuertes, llegaba del desfile de Armani al de Versace, de ahí al de Dolce & Gabbana…. cuando terminaba con eso, empezaban las campañas. Era como que estaba un metro arriba del piso, por eso siempre es muy importante mantener los cables a tierra y por suerte siempre los tuve. -¿Para poder bajar ese metro? – Para poder bajar ese metro y para poder ver la realidad: esto fue mi trabajo y después volvía. No era mi vida o mi vida sí era así, pero era mi trabajo. La vida que yo tengo hoy es la vida que quería tener. -¿Hay alguna sucesora de Valeria Mazza? -No lo sé y me parecería bárbaro. Es más, me encantaría acompañarla… de hecho, siempre lo hice. He llevado chicas a España como Dolores Barreiro, Roxana Zarecki, Dolores Trull, Liz Solari… Pero eso lo vamos a evaluar después de unos cuantos años. Que hay chicas lindas, hay chicas divinas. Lo que pasa es que a eso le tenés que sumar la personalidad, las ganas y el momento. -¿Estás a favor de las cirugías? -No me parece mal la cirugía para determinados casos. Me parece espantoso cuando uno lo usa como herramienta para cambiar el humor del día. Es más sano ir a un psicólogo que ir a un quirófano una vez por mes. Igual, no estoy en contra. A lo mejor, el día de mañana se me ocurre que quiero tener un poco más de lolas y me las pongo. No digo un “no” rotundo. -¿Qué conservás de la chica de 18 años que llegó a Buenos Aires desde Paraná? -Aún conservo la inocencia, totalmente. En ciertos aspectos soy bastante naif o al menos me gusta hacerme la naif para mantener esa niña que está dentro mío. Me gusta esa cosa de niña que también me permite, muchas veces, llegar de otra manera a mis hijos. Me parece importante tener muy buena onda con los hijos, pero.¿viste cuando dicen “yo más que madre soy amiga”? No, yo quiero ser la madre de mis hijos, no su amiga. Quiero que ellos tengan sus amigos y yo quiero ser la madre. De todos modos, me divierto horrores con ellos, pero cuando llega el momento de poner límites, los pongo sin ningún problema. No me cuesta. -¿Qué imagen creés que tiene la gente de vos? -No sé. Antes, me preocupaba más y estaba pendiente de la imagen, de qué pensaban los demás. Hoy, no. Hoy soy lo que quiero ser y estoy donde quiero estar y no me preocupa. -¿Cómo te definirías? -(ríe y contesta cantando) “Yo soy lo que soy, no tengo que dar excusas por eso”. Soy una mujer que está cumpliendo su sueño de niña de formar una familia. Por eso soy muy agradecida, porque la vida me ha sorprendido y me ha dado mucho más de lo que yo podría haber imaginado. Creo que soy honesta y que tengo mis valores y me gusta que me respeten porque yo respeto mucho a los demás. -¿Sos feliz? -Soy muy feliz. La felicidad no es permanente, son momentos. Y yo, sin dudas, tengo mis momentos de felicidad. -VERÓNICA SALATINO.