Nacionales
Claves no reveladas de la cirugía de CFK
DIAGNOSTICO Y OPERACIÓN
(Por Nelson Castro)- Imaginar todo lo sucedido alrededor del cáncer de tiroides que afortunadamente la Presidenta nunca tuvo hubiera sido difícil y propio de una mente afiebrada y atravesada por una estructura compleja de pensamiento. La realidad, sin embargo, ha superado una vez más –y con creces– a la ficción. Y la historia de este episodio, del que esta columna dio datos precisos que aquí habremos de ampliar y explicar en detalle, ha dejado, lamentablemente, una secuela de desprestigio para la medicina argentina
Como se sabe, felizmente la doctora Cristina Fernández de Kirchner no tenía un cáncer de tiroides. Como ya dijimos, ésa ha sido una muy buena noticia para ella, para su familia y para la institucionalidad del país. En cualquier país –y mucho más en la Argentina– es muy importante que el presidente se halle en buen estado de salud para completar la totalidad de su mandato. No hace falta dar más explicaciones acerca de la trascendencia que el estado de salud del jefe de Estado adquiere. El impacto político producido por una afección que compromete seriamente su salud es mayúsculo. Junto con ese impacto hay otro que, a su vez, se proyecta sobre la población en general. Vaya aquí un ejemplo que ilustra el significado de este concepto: Cuando en 1985 se le diagnosticó un cáncer de colon al presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan, la claridad con que se informó a la ciudadanía sobre esa enfermedad tuvo una consecuencia positiva de alto impacto en la salud pública, ya que en conocimiento de la eficacia de los métodos diagnósticos destinados a identificar lesiones colónicas que se encuentran en los primeros estadios del mal, mucha gente concurrió a la consulta, por lo que el diagnóstico precoz de dicha enfermedad aumentó significativamente, lo que hizo que muchos de esos pacientes fueran sometidos al tratamiento correspondiente y se curaran. Aquí pasó algo similar en los días siguientes a la difusión pública del carcinoma papilar que finalmente la Presidenta nunca tuvo. La cantidad de consultas que comenzaron a recibirse en los consultorios de los servicios de Endocrinología aumentó significativamente. Pero, a partir del alta presidencial y del brusco cambio diagnóstico, las redes sociales explotaron con las dudas de muchísimos pacientes que tras haberse sometido a una punción biopsia de la tiroides o haber estado a punto de hacerla fueron invadidos por la desconfianza acerca de la eficacia de ese recurso diagnóstico. El tema del falso positivo irrumpió en sus vidas, dato no menor que trajo a muchos de ellos incertidumbre y angustia. Otro tanto ocurrió y sigue ocurriendo en el mundo médico. Destacados patólogos argentinos, que viven el episodio con dolor profesional, se ven en la obligación de tener que explicar esto a especialistas destacados de todo el mundo, para quienes la patología argentina tiene exponentes de referencia en el campo de las afecciones tiroideas. Dicho ésto, vayamos a la narración y explicación completa de lo que sucedió con el cáncer que la Presidenta no tuvo: El jueves 22 de diciembre, ante la detección de un nódulo palpable en el lóbulo derecho de su tiroides, la Presidenta se dirigió a Diagnóstico Maipú a los efectos de realizarse una serie de estudios complementarios. Se le hizo allí una ecografía que estuvo a cargo deldoctor Alejandro Boroda, en la que se visualizó un nódulo en el lóbulo derecho de la glándula, por lo que se procedió a efectuar una punción biopsia por aspiración con aguja fina. Las muestras de tejido obtenidas fueron analizadas por los doctores Julio San Martino y Liliana Balsells, quienes diagnosticaron un carcinoma papilar de tiroides. Este resultado le fue comunicado a la Presidenta ese mismo jueves 22, día en el que además se decidió que la paciente fuera sometida a un estudio tomográfico a los fines de descartar o confirmar la existencia no sólo de ganglios a los que se hubiera extendido el supuesto carcinoma, sino también de metástasis que comprometieran otros órganos. Ese estudio se hizo el martes 27 de diciembre por la mañana y su resultado fue negativo. Con todos estos datos, el doctor Pedro Saco y su equipo junto con la Unidad Médica Presidencial acordaron la necesidad de operar, fijándose para ello la fecha del miércoles 4 de enero. Con todo esto ya cerrado, la Presidenta ordenó que se comunicara la mala nueva a la población. El comunicado leído en la noche de ese día por el secretario de Medios Alfredo Scoccimarro fue claro: la doctora Fernández de Kirchner padecía un carcinoma papilar sin extensión a los ganglios linfáticos ni metástasis. En los días subsiguientes al anuncio de la enfermedad de la Presidenta, la doctora Melisa Lencioni, citóloga del Hospital Universitario Austral e integrante del equipo del doctor Saco, procedió a examinar los extendidos con que se hizo el diagnóstico de carcinoma. Como curiosidad, vale señalar que la muestra no fue remitida al Hospital Austral, sino que la doctora Lencioni debió desplazarse hasta el consultorio del doctor San Martino a los efectos de realizar su cometido. Allí apareció una discrepancia. “No hubiera sido tan categórica en llamar a esto carcinoma papilar”, dijo –palabras más, palabras menos–, y expresó, además, que hubiese preferido utilizar la palabra neoplasia dejando abierta así la posibilidad al estudio de toda la glándula para definir sobre la malignidad o benignidad del tumor. Ese fue el primer falso positivo. Esta conversación, narrada por una fuente que tuvo participación en todo este engorroso episodio, desmiente el punto uno del comunicado del Austral, que se analiza y explica más adelante. Según lo pautado, el miércoles 4 de enero la Presidenta fue operada de lo que, se creía, era un carcinoma papilar de tiroides, habiéndosele practicado una tiroidectomía total. En el quirófano central del Hospital Austral, sobrecargado de médicos. Estuvieron los patólogos: doctores Daniel Eduardo Siguelboim y Alberto San Román, jefe del servicio. La escueta información oficial que se dio señaló que todo había marchado sobre rieles. Lo mismo sucedió con la convalecencia de la Presidenta, por lo que fue dada de alta en el mediodía del sábado 7 de enero. Fue allí entonces que ocurrió lo impensado cuando se informó que la Presidenta nunca había tenido un cáncer. La muy buena noticia sorprendió a la opinión pública y shockeó a la comunidad médica. Algunos que comprendieron lo que vendría hicieron saber la necesidad de dar una conferencia de prensa para explicar lo que había pasado: la respuesta que obtuvieron fue el no rotundo de la Presidencia. En esa Babel, nadie advirtió que la dinámica de los hechos que sobrevendrían a esta novedad no se puede manejar por decreto. La mezcla de incredulidad, sorpresa, polémicas médicas y, entre otras cosas, hasta las publicaciones de diario PERFIL, desencadenaron el enojo presidencial. Ya se sabe que el enojo es la dínamo de gran parte de las conductas reactivas de la Presidenta y muchos de sus colaboradores. En consecuencia, se dio la orden de difundir el informe histoanatomopatológico de los doctores San Martino y Balsells. A esa altura, el concepto de falso positivo había pasado a formar parte del acervo informativo de los argentinos. El diagnóstico de la Presidenta había sido un falso positivo, cuya incidencia es del 1% al 2% de los casos. En un quirófano tan recargado de gente, y ante una situación que no dejaba bien parado al equipo médico actuante, hubo quienes empezaron a contar detalles de lo que pasó durante la operación. Nos tocó saberlo y contarlo. Esto enfureció al Gobierno, a sus medios afines, a la Unidad Médica Presidencial y afectó al Hospital Austral. El miércoles, las versiones de renuncia del jefe de la Unidad, Luis Buonomo, fueron muy fuertes. Terminaron cuando él mismo en respuesta a la consulta de una colega, dijo: “Estoy aquí con la Presidenta y en un rato sale un comunicado del Austral aclarando todo”. El comunicado salió unas tres horas después. No se sabe quién lo redactó; sí se sabe que lo aprobó la Presidencia. Es un comunicado que quedará en la historia por las dudas que genera y que, por ende, lejos de aclarar, oscurece. Vayamos a su análisis: EL PUNTO UNO DICE: “No hubo elementos suficientes surgidos del examen y de la revisión de los preparados de la punción citológica realizada a la señora Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, que obligaran a modificar el diagnóstico inicial de carcinoma papilar ni la indicación quirúrgica programada.” Ya se ha relatado más arriba cómo fueron los hechos del análisis que hizo la doctora Lencioni, citóloga del equipo del doctor Saco. La redacción del párrafo, además, deja una entrelínea que confirma lo narrado en esta columna: en efecto, no se dice que no hubo elementos que obligaran a modificar el diagnóstico, sino que “no hubo elementos suficientes”. Es decir que algo hubo que generó dudas, pero que no fue suficiente. Ante esa circunstancia, ¿por qué no se optó por una nueva punción biopsia? ¿Por qué no se pidió una nueva opinión, como es de rutina en estos casos? SEGUNDO PUNTO DEL COMUNICADO “Durante la exploración quirúrgica se constataron los nódulos conocidos del lóbulo derecho, así como la presencia de un nódulo palpable en el lóbulo izquierdo y adenopatías visibles en el área recurrencial derecha y pretraqueal. De acuerdo con esos hallazgos, se decidió la realización de una tiroidectomía total junto con linfadenectomía del sector VI (recurrencial derecho y pretraqueal), extirpándose la pieza operatoria en un solo block.” En referencia al segundo punto, se hace necesaria una explicación técnica. Durante una operación como la que se le realizó a la Presidenta, el equipo médico actuante incluye al patólogo, que está allí para realizar lo que se denomina biopsia intraoperatoria. La forma cómo se procede es la siguiente: el cirujano, una vez que abre y se encuentra con la tiroides delante de sí, toma los nodulos y se los entrega al patólogo para que los analice en ese mismo momento. El objetivo de este procedimiento es no sólo el de confirmar el diagnóstico previo, sino también el de examinar otras áreas de la glándula. Por lo tanto, es de buena práctica que el patólogo le pida al cirujano que tome muestras de más de una zona a los fines de asegurar el diagnóstico. Del análisis del punto dos de este comunicado, queda claro que aquí se actuó de una manera distinta, ya que se realizó la extirpación total de la glándula tiroides y de los ganglios adyacentes sin previa realización de la biopsia intraoperatoria. TERCER PUNTO DEL COMUNICADO “La biopsia por congelación realizada informó neoplasia folicular para el nódulo dominante del lóbulo derecho, y neoplasia folicular sospechosa de malignidad para el nódulo izquierdo, cuya histología definitiva se difirió. De acuerdo a este informe se dio por cerrada la cirugía.” Del tercer punto, surge que el estudio biópsico que se hizo en el quirófano fue, en realidad, un estudio posoperatorio, ya que la tiroides había sido removida en su totalidad. Por lo tanto, desde el punto de vista práctico, se diría que fue algo sin sentido. Pero lo sorprendente de este párrafo no termina ahí, ya que en él se habla de una “neoplasia folicular sospechosa de malignidad” en el nódulo hallado en el lóbulo izquierdo. Ese decir que aquí nos encontramos frente a un segundo falso positivo. Hay que señalar que ese estudio se hizo con toda la pieza extraída y, por lo tanto, con suficiente cantidad de tejido. ULTIMO PUNTO DEL COMUNICADO “El informe anatomopatológico definitivo es el oportunamente comunicado; dicho informe fue revisado por Servicio de Anatomía Patológica del Instituto de Oncología Angel H. Roffo, de la Universidad de Buenos Aires, que coincidió plenamente con lo informado en el mismo.” De lo expresado en el último párrafo del comunicado, llama la atención que no se informe quiénes fueron los patólogos del Instituto Roffo que examinaron la muestra, que ninguno de los patólogos que participaron de la operación firmara el comunicado del Austral y que no se conozca el informe anatomopatológico definitivo. Llegamos así al final del análisis de este comunicado que nos ha permitido saber que, en el caso de la Presidenta, hubo un “nódulo palpable” en lóbulo izquierdo que no fue identificado en la ecografía; en vez de una biopsia intraoperatoria, como marcan las normas de práctica, se le hizo una posoperatoria, y en exámenes histoanatomopatológicos vistos por al menos siete patólogos, hubo dos falsos positivos. Afortunadamente, como ya hemos dicho, la Presidenta no tiene cáncer y eso es una muy buena noticia. En cambio, el manejo del caso y las confusas explicaciones públicas dadas al respecto no han hecho más que causar un desprestigio a la medicina argentina que inquieta a destacados profesionales que todavía no aciertan a comprender por qué pasó lo que pasó.
El presidente chino Xi Jinping visitó la Rosada. Se anunció un mecanismo para reforzar las reservas del BCRA. También habrá créditos para represas y el Belgrano Cargas. China quiere ganar peso comercial y financiero en la región. Acuerdos que generan deudas.
(www.clarin.com) Fueron palabras del presidente Xi Jinping: este es el año del Caballo, y la Argentina es conocida -dijo- como el país de los caballos. Por eso, formuló sus deseos de que sea un “caballo galopante” la profundizada relación estratégica con la Argentina.
De estilo muy sobrio, con esta gráfica alusión al calendario chino sorprendió Xi a la hora de los discursos, tras encabezar con Cristina Kirchner el acto de firma de acuerdos bilaterales por más de US$ 7 mil millones, que aportarán los chinos para financiar obras de infraestructura.
Estos aportes eran muy ansiados por el Gobierno, con problemas para financiarse, caída de reservas y el fallo adverso de la Justicia de EE.UU. que obliga a pagarle a los fondos buitre y al menos demoró el plan oficial de “regreso al mundo” para buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.
Los acuerdos con China incluyen, tal como se había anticipado, US$ 2.099 millones para revitalizar el Belgrano Cargas (el Estado nacional aportará otros US$ 370 millones); y US$ 4.714 millones para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, obras largamente postergadas y acaso último megaproyecto de la era kirchnerista. El otro acuerdo con números a la vista es el aporte chino para la compra de 11 buques de dragado, por 423 millones de dólares.
En total se suscribieron una veintena de acuerdos, y una declaración conjunta que elevó el vínculo bilateral a “asociación estratégica integral”, un estatus que China sólo tenía en América latina con Brasil, México y Perú, y supone la decisión de profundizar la cooperación mutua.
A estos acuerdos se sumó más temprano –sin presencia de los presidentes– la firma de un segundo swap (el primero fue en 2009), un intercambio de yuanes y pesos por US$ 11 mil millones que podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central. Cristina celebró este punto en un momento de “ataques especulativos” de los fondos buitre.
Xi Jinping llegó a las 17.20 a la Casa Rosada, donde fue recibido con honores militares por los Granaderos. Caminó por la alfombra roja y en el Salón Blanco lo aguardaba Cristina para el saludo, los himnos nacionales y la presentación de delegaciones. Luego pasaron al despacho presidencial, donde estuvieron reunidos a solas y luego sumaron a sus ministros, durante una hora.
La última visita de un presidente chino fue la de Hu Jintao, en 2004. Allí se estableció una asociación estratégica, se firmaron memorándums de entendimiento y el gobierno kirchnerista había generado un singular clima de furor previo al propalar la versión de que llegarían US$ 20 mil millones, que nunca se concretaron.
Ayer, el presidente Xi tuvo su inmersión en el estilo de los actos K: hubo una videoconferencia con El Calafate, por las represas santacruceñas, con el gobernador Daniel Peralta; y otra con Maciel, Santa Fe, donde el secretario de Transporte Alejandro Ramos y Wang Hong, vicepresidenta de la empresa estatal china que canalizará los créditos, hablaron de las obras del Belgrano Cargas.
La jornada terminó con una cena en el Museo del Bicentenario. A la hora de los regalos volvieron los caballos. Cristina mostró las fotos –“No podíamos traerlos acá”, se excusó– de los que regaló. A la primera dama china, un caballo de silla, y a Xi, uno de polo. “Ambos son reproductores, sementales”, enfatizó. “Ahora sí, brindo por el año del Caballo de Madera, a brindar por la Argentina, por la amistad con China”, cerró la Presidenta antes de chocar copas con Xi.
Nacionales
Municipio de la Costa. Otra denuncia contra Boudou de sus días como funcionario municipal
CASAS QUE NUNCA SE REALIZARON
La denuncia tomó nuevo impulso cuando en las últimas semanas la oposición del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Costa impulsó una denuncia contra Amado Boudou (secretario de Hacienda local en 2005), Juan de Jesús (por entonces intendente y actual diputado provincial) y su hijo Juan Pablo (ahora a cargo de la comuna) por presunta “defraudación al Estado nacional”.
(www.perfil.com) Según reseña la publicación La Tecla, en 2005 se firmó un convenio para la construcción de viviendas con Nación, el cual fue firmado por los funcionarios mencionados, entre ellos vicepresidente procesado en la actualidad por la causa Ciccone.
La licitación la ganó la firma Cantera FC y debía terminar la obra en 2006; pero para agosto de 2007 se había abonado más de dos tercios del monto total y más de la mitad de las casas estaba sin terminar, según consigna la revista.
Proveedores de Cantera FC denunciaron haber recibido cheques sin fondos. Tras esto, la empresa entró en convocatoria de acreedores pese a presuntamente haber cobrado hasta ese momento unos 24 millones de pesos.
Cantera cedió los créditos al Banco Hipotecario, y éste emprendió una causa judicial contra el municipio para cobrar la supuesta deuda de 1.930.000 pesos” por las casas que nunca se terminaron”, dicen desde la oposición. Y éste fue el puntapié para su tratamiento y denuncia la cual fue impulsada por Marcos García, concejal del bloque A toda Costa.
Según García, Boudou “fue quien firmó los cheques, que además no estaban a la orden, cuando los cheques en la administración pública deben estar cruzados” y porque “él firmó eso y firmó los cheques por 24 millones de pesos”, sostuvo García. Los denunciantes buscan investigar hasta qué punto llegaba la relación entre Cantera FC y el vice.
Familiares acusaron al canciller por negociar en secreto con Irán y dijeron que “nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Del piquetero K aseguraron que “debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y criticaron que tenga espacios en TV y radio.
(www.clarin.com) El vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, exigió hoy al Gobierno nacional “medidas concretas” para conseguir la captura de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA y que “sean sometidos a juicio en Argentina”.
También reclamó al Congreso de la Nación “la derogación expresa” de la ley que habilitó el memorándum con Irán, que fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Fue el primer orador de un acto que incluyó duras críticas al canciller Héctor Timerman y al piquetero oficialista Luis D’Elía.
Luego de Saiegh habló el periodista Alfredo Leuco, quien comenzó diciendo que “los muertos no tienen ni paz ni justicia”. El conductor de Radio Mitre recordó diferentes historias de víctimas del atentado, como la de Sebastián, un niño de 5 años y repasó la evocación de sus compañeros en el colegio.
“La impunidad no es producto de un fenómeno natural sino producto de la ineficacia de ocho presidentes que pasaron y pasaron”, dijo Leuco. Y acusó al ministro Timerman por el memorándum con Irán.
“Será recordado como el canciller responsable del delito de lesa impunidad. Quedará grabado en la historia por esta traición al pueblo hebreo y argentino”. Y también le apuntó a Luis D’Elía, a quien acusó de antisemita.
Finalmente, habló el familiar Luis Czyzewski, quien perdió a su hija en la masacre. Czyzewski dijo que, “En cada una de nuestras casas hay una silla vacía”. Luego, criticó el acuerdo del Gobierno nacional con Irán y calificó de “mal gusto” al denominar ese arreglo como un memorándum de entendimiento.
“Señor ministro Timerman, si el memorándum fuera tan bueno ¿por qué lo negoció en secreto? Usted parece que no tuvo en cuenta que negociaba con un gobierno repudiado por la comunidad internacional”, fustigó el familiar. “Parece que para usted, señor canciller, esto no era trascendente. El gravísimo error diplomático de acordar con Irán no es gratuito”, indicó.
Czyzewski agregó que, “Nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Y se preguntó: “¿Por qué nunca se denunció a Irán como un país terrorista?”. También criticó al gobierno menemista y dijo que “´¿Cómo la Justicia no pudo encontrar pruebas contra Corach?”, en referencia al ex ministro del Interior de Carlos Menem, bajo cuyo mandato sucedió el atentado.
Y criticó que Luis D’Elía tenga espacios en radio y televisión para difundir su pensamiento antisemita. “D’Elia debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y también dijo que en el programa “Fútbol para Todos” no mostró un homenaje hecho por las víctimas de la AMIA y agradeció, por el contrario, a los clubes Boca y Estudiantes.
Además, Czyzewski pidió a Julio Schlosser (presidente de la DAIA) que aclare los contactos que tuvo con Timerman antes de la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Y también añadió que, “Apoyamos la creación de una CONADEP para la causa AMIA”.
Minutos antes de las 11, se emitió un mensaje en video grabado del Papa Francisco.
El año pasado los cuestionamientos pasaron por el memorándum firmado por el Gobierno con Irán, que prometía poder tomarles declaración a los funcionarios iraníes sospechosos de ser autores intelectuales de la masacre pero a cambio de hacer caer las circulares rojas de Interpol. El pacto fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal y el Gobierno apeló a la Corte empantanando la polémica idea de Cristina.
Con el sonar de la sirena, comenzó a las 9.53 el acto central para recordar a las víctimas del atentado que en 1994 destruyó la sede de la AMIA, provocando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos.
Bajo el lema “Ni un día de olvido”, se recordó a las víctimas del ataque perpetrado hace 20 años en la mutual judía ubicada en Pasteur 633, en pleno barrio de Once. Mario Pergolini fue el maestro de ceremonias.