Negociará los contratos de los jugadores, elegirá los refuerzos y planificará las giras. No es ningún Carlos, Bianchi, más allá del nombre que eligieron sus padres para bautizarlo. Volverá a Boca, después de cuatro años y medio, y estará a cargo de un nuevo Virreinato.

(clarín.com) Pero no será desde el banco, donde todo lo que ganó lo hizo oro. Ahora, el Virrey será el manager. Y anoche, después de varias horas de reuniones en la Bombonera, el presidente Jorge Amor Ameal y sus más cercanos dirigentes terminaron de darle forma a esta función que Bianchi estrenará desde el año próximo. Hoy se producirá el anuncio en la reunión de Comisión Directiva. Bianchi regresó con un contrato millonario: cobraría alrededor de 1.700.000 dólares más impuestos, más del doble de lo que percibirá su tocayo Ischia. Algo normal en Europa, donde la figura del manager es mucho más importante que la del entrenador. El vínculo, que se prolongará hasta el final del mandato de Ameal en 2011, tiene una cláusula de rescisión pero en ningún punto estipula que el Virrey no puede sentarse en el banco en el caso de que sea necesario. “Por ahora, no tiene ganas de dirigir”, dijeron cerca del entrenador más exitoso de la historia xeneize. El dinero sería aportado por una serie de sponsors, algunos de ellos patrocinadores de la camiseta. La pregunta que circuló a orillas de Caminito apenas se supo que llegaría Bianchi, justo 24 horas antes de la vuelta olímpica ante Tigre, volvió a repiquetear ayer, mientras los directivos discutían algunos detalles del contrato: ¿a qué viene el Virrey? “Será un gerente a la europea”, le dijo Ameal a Clarín. Y añadió: “La idea es internacionalizar (sic) todavía más la imagen del club. Y Bianchi es un hombre muy reconocido en el exterior, es nuestro embajador”. Tiene sentido el pensamiento de Ameal, compartido en su momento por el fallecido Pedro Pompilio. Porque una de sus funciones será optimizar los recursos y uno de esos será, justamente, gestionar giras en el exterior. “No es lo mismo vender un partido con Bianchi como cabeza de la delegación que con pirulito (sic) sentado en el banco”, deslizó un dirigente. Bianchi, además, tendrá otro tipo de facultades. Siempre en consenso con el técnico, elegirá los refuerzos. Y manejará, en base al presupuesto del club, los contratos. Negociará con los clubes del exterior en el caso de que haya interés por jugadores del plantel de Boca. “Un dirigente puede saber de fútbol, pero Bianchi te puede decir si Dátolo, por citar un caso, está capacitado para jugar en tal o cual lugar de la cancha. Su palabra pesa a la hora de hablar con los clubes europeos”, afirmó un allegado al nuevo manager. El Virrey le aliviará el trabajo al Pelado. Porque hasta podrá interceder en situaciones conflictivas como las que sucedieron en el vestuario. “Con él, se acabó el cabaret en serio”, confió un informante. Si Julio César Cáceres tiene algún problema con Juan Román Riquelme o viceversa, Bianchi estará capacitado para zanjar la diferencia. Su límite estará en la formación del equipo. “Las cuestiones tácticas y futbolísticas serán manejadas por Ischia”, remarcó Ameal. Lo cierto es que Boca siempre deseó su regreso pero como entrenador. Era el plan B en el caso de un fracaso de Ischia. Pero la sangre no llegó al río. Entonces, se buscó la manera de ponerlo en escena. Sin necesidad de un golpe de efecto, los dirigentes igualmente apostaron al Virrey. Pero no todos estaban de acuerdo. Algunos tiraron la bronca por lo bajo. Eso sí, nadie se animará a ir en contra de la corriente esta noche, cuando Ameal haga oficial el retorno de Bianchi. Ayer, de hecho, Ameal se reunió con el vicepresidente, José Beraldi, el tesorero, Daniel Angelici, y el secretario, Oscar Vicente, todos integrantes de la denominada “mesa chica”. No estuvo Juan Carlos Crespi, otro de los vice. Y llamó la atención, porque siempre asiste a este tipo de eventos. Sólo falta el anuncio oficial. En tanto, se prepara una nueva cumbre: la de los dos Carlos que no son ningunos Carlitos…