El 4 de mayo se cumplen 365 días desde que Dardo Viani fue expulsado de su puesto de trabajo. Viani simboliza la lucha de los trabajadores argentinos por dignificar la profesión portuaria. Las violaciones de la legislación laboral son constantes en los puertos argentinos, pero los portuarios han logrado afianzar al sindicato SUTAP y obtener el apoyo del IDC, la internacional de trabajadores portuarios. Así, aunque los conflictos permanecen abiertos, las esperanzas de resolverlos son ahora mayores que nunca.

Un año. Ése es el tiempo que lleva abierto el “caso Viani”, la pugna entre la todopoderosa compañía británica P&O Ports y los trabajadores portuarios de Buenos Aires. Dardo Viani, delegado sindical, fue expulsado del puerto por el gerente de Recursos Humanos de la empresa, Siro de Martini, un hombre tristemente vinculado a la dictadura de los generales que asoló Argentina entre 1977 y 1983. La parálisis del gobierno argentino frente a la compañía P&O se ha visto compensada por la voluntad de resistencia de los trabajadores y, sobre todo, por la constante solidaridad internacional que ha recibido Viani desde todos los puertos del mundo, y que ha tenido su máxima expresión en el apoyo que ha recibido del Consejo Internacional de Trabajadores Portuarios (IDC). Los puertos argentinos son el escenario de un conflicto que se reproduce, con mayor o menor intensidad, en todos los puertos, independientemente de su tamaño: el que enfrenta a dos visiones contrapuestas de entender el trabajo. Por un lado, grandes corporaciones –y aquéllas que aspiran a serlo- que tratan de arrinconar a los sindicatos y a sus afiliados, negándoles cualquier representatividad y recortando, uno tras otro, los derechos de los trabajadores. Por otro lado, quienes entienden que sólo mediante el diálogo y el consenso entre trabajadores y empresas puede obtenerse un beneficio económico que, a la postre, resulte beneficioso para el puerto y, por ende, para el país. En Argentina, el sindicato SUTAP –afiliado al IDC- lleva demasiado tiempo pidiendo el respeto de las reglas de juego. La apatía del Gobierno argentino ha conducido a sus dirigentes a buscar el apoyo entre sus compañeros de profesión a lo largo y ancho del mundo, un apoyo que ha encontrado en el seno del IDC, la organización que aglutina a más de 50.000 trabajadores portuarios de África, Europa y América. La solidaridad con la lucha de sus compañeros argentinos fue, de hecho, uno de los ejes del debate de la reciente Asamblea General que esta organización celebró en Barcelona. Pero si hay un nombre que simbolice la lucha de los trabajadores argentinos éste es el de Dardo Viani, el delegado sindical del SUTAP que fue expulsado impunemente de su puesto de trabajo. Desde entonces, Viani y sus compañeros no han cesado de reclamar su reingreso, una petición a la que ha hecho oídos sordos la compañía P&O Ports, que controla las terminales argentinas TRP (Terminales del Río de la Plata) y TPA (Terminales Portuarias Argentinas). De hecho, este “control” de las terminales ha sido duramente cuestionado por el SUTAP, puesto que en la práctica nos encontramos ante una situación de monopolio que viola las propias leyes argentinas. De ahí que los trabajadores estén pidiendo a la AGP (Administración General de Puertos) que revise los contratos de concesión de las terminales, puesto que se estarían incumpliendo los más elementales parámetros de competencia. PERSECUCIÓN SINDICAL EN CORRIENTES En el interior del país, sin embargo, la situación no es tampoco excesivamente halagüeña para los trabajadores. En Corrientes, un importante puerto fluvial por el que se mueve gran parte de la mercancía que va al vecino Paraguay, los trabajadores de SUTAP han denunciado las condiciones que impone la compañía Chaco, S.A., que sistemáticamente incumple los acuerdos en materia de seguridad e higiene laborales, equipamientos mínimos y cumplimiento de los horarios. Esta situación se ha agravado con la decisión unilateral de prescindir de los trabajadores afiliados al SUTAP y operar con personal sin contrato, traído expresamente de la provincia vecina de Chaco. En síntesis, una situación extremadamente grave que ha sido reiteradamente denunciada por los representantes sindicales sin que, hasta el momento, se haya obtenido respuesta. Los trabajadores de Corrientes han recibido el apoyo directo de sus compañeros chilenos, también integrantes del IDC, que les han hecho llegar ropa, tanto para ellos como para sus familias, un gesto que los correntinos han agradecido sobremanera. Desde el IDC se es consciente de que la lucha de los trabajadores portuarios argentinos no se circunscribe únicamente a su país, sino que tiene implicaciones más allá de sus fronteras. De ahí el firme apoyo que esta organización internacional presta a sus compañeros argentinos. Cualquier ataque a un trabajador portuario supone un ataque a los más de 50.000 trabajadores que integran el IDC. Ahí reside su fortaleza y su convicción de que el SUTAP logrará superar estos embates. (*) Recibido por Corrientes al Día desde SUTAP.