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¿De qué lado están los “fierros mediáticos”?

ENTRELÍNEAS (*)

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El matrimonio Kirchner se queja del “relato” que hacen la prensa y la TV, como si no existieran medios y figuras adictos a su política.


Volvió la vieja y aborrecida cadena nacional: la de los gobiernos militares y la que usufructuaba de lo lindo José López Rega; la que nos hacía bostezar con los kilométricos planes de ministros de Economía que nos hundieron y la que nos contaba que íbamos ganando en las Malvinas. De Carlos Menem en adelante, el recurso quedó de lado por obsoleto y autoritario, sólo restringido a acontecimientos excepcionales. En la semana que pasó, la presidenta Cristina Kirchner la utilizó en tres ocasiones y se equiparó a Marcelo Tinelli en los 29,2 puntos que consiguió cuando habló en Plaza de Mayo, pero por la suma de los cinco canales que debieron prestarle obligatoriamente su pantalla. Esa noche, el partido de Brasil con la Argentina, sólo por Canal 13, obtuvo 41,9 puntos de audiencia. El sitio television.com.ar calculó que, desde el 25 de mayo para acá, con cinco cadenas nacionales acumuladas, los canales de TV perdieron la posibilidad de ganar por publicidad no vendida 3.688.000 pesos. Y si el Gobierno hubiese abonado los 158 minutos que les birló a las emisoras por estatizar de prepo, esas dos horas y media largas con las que se quedó, habría tenido que oblar 15.006.600 pesos. Igualmente, sacó plata del bolsillo (del nuestro) para publicitar el último acto en la Plaza de Mayo: un millón de pesos por día. Aun así, el Gobierno sigue teniendo el complejo de no estar bien respaldado mediáticamente. Y nadie le saca esa fea sensación: ni las cotizadas figuras que se acercan de buena gana al despacho presidencial para hablar de la ley del actor ni los músicos más populares que dan periódicos recitales en la Casa de Gobierno. Ignacio Copani escoltaba al ex presidente Kirchner en el palco del último acto; la “Tota” Santillán cerraba filas junto al inefable Guillermo Moreno. Y también había prestigiosos artistas e intelectuales que se acercaron a testimoniar su simpatía por este gobierno. Pero no alcanza. Nunca alcanza. Cuando Néstor Kirchner se autocompadece por no contar con los “fierros mediáticos” y su esposa, la Presidenta, cuestiona el “relato” supuestamente malintencionado que hacen los medios de su gestión, quieren convencer de que toda la cobertura periodística que circula en la Argentina está exclusivamente en manos de los medios de comunicación que más declaran aborrecer (con alguno de los cuales, incluso, compartieron negocios y primicias hasta no hace mucho, amén de decretar una generosa prórroga de las licencias de los canales de TV, que hasta antes del conflicto con el campo devolvían ese favor apolitizando a más no poder sus pantallas). La existencia de un gigantesco “cuco” mediático de un lado y el matrimonio presidencial, inerme, del otro, sin ningún tipo de defensa comunicacional, es una de las grandes falacias que corren en la convulsionada Argentina de estos tiempos. Tanto la repiten los sinceramente convencidos y los “idiotas útiles” (para decirlo en palabras del general Perón) como los genuflexos de profesión o los que sacan buena tajada de la chequera oficial. En psiquiatría llaman proyección al fenómeno de endosar al otro el error que uno mismo comete: en este caso, la acusación de “discurso unificado” -Néstor Kirchner culpó el martes a los medios de trabajar de manera coordinada- no se compadece con la realidad y encubriría, en cambio, el deseo de disciplinar todos los contenidos minimizando las opiniones discrepantes (tal cual sucedió entre 1946-1955 cuando un gigantesco aparato estatal y paraestatal de medios respondía ciegamente a Perón y Eva Perón). Pruebas al canto: desde el programa de mayor rating ( ShowMatch ), ya no se acosa humorísticamente al poder como se quejaba algún gobierno anterior y su conductor, que mantiene fluidas relaciones con Néstor y Cristina Kirchner, ponderó el discurso presidencial del martes; CQC suele salirle al paso a la pareja gobernante con simpáticas insolencias gustosamente consentidas; muchos mediodías el pecho de Orlando Barone estalla de fervor con sus proclamas radiales hiperkirchneristas y TVR prefiere disparar sus dardos más ponzoñosos hacia Macri, el campo y los cacerolazos. El oficialismo mediático se irradia por derecha y por izquierda: Radio Diez y C5N se muestran más que a gusto al calor gubernamental; los diarios Página 12, Buenos Aires Económico, Crónica y Miradas al Sur enfocan la realidad de una manera que, raramente, podría molestar a los presidentes Kirchner, al igual que las revistas Veintitrés y Debate , entre otras. Por su naturaleza estatal (que en la Argentina equivale a decir rabiosamente gubernamental), Canal 7 y Radio Nacional esparcen por todo el país versiones de la realidad ajustadas al evangelio kirchnerista y ni que decir la poderosa agencia Télam, en tanto que desde el exterior, apoya la cadena internacional Telesur. Por si todo lo anterior resultase poco, el gasto en publicidad oficial pasó de 46 millones de pesos, en 2003, a 322 millones, el año pasado, que se reparte en mayor proporción entre los “medios amigos” que entre los de más circulación, excluyendo del todo a la editorial Perfil. ¿Y los oyentes de la radio cuántas veces al día oyen hablar por distintas sintonías a Aníbal Fernández y Alberto Fernández? Y hay más: Radio Provincia y la radio de las Madres de Plaza de Mayo; José Pablo y Eduardo Feinmann. La lista sigue y sigue ¿De dónde surge, entonces, esa sensación de acorralamiento mediático que transmiten los dos dirigentes que hoy tienen más poder en la Argentina? Básicamente, proviene de dos impresiones: 1) no conseguir en algunos medios grandes (grandes, porque la gente los sigue) la versión mejorada (tipo Indec) de los acontecimientos que se suceden, y 2) no haber logrado que la TV se interesara por ellos tanto como por los dirigentes rurales que sonaron más auténticos desde la acción y la palabra. El autismo gubernamental (del que los Fernández son la excepción y Luis D´Elía, su mayor desgracia) no comunica y la primera miniconferencia de prensa (con hinchada propia) que dio el ex presidente Kirchner el martes último está a años luz de la entrevista, con agenda abierta, que brindó Juan Domingo Perón a los periodistas Jacobo Timerman, Sergio Villarruel y Roberto Maidana el 1° de julio de 1973, exactamente un año antes de su muerte. La estrategia mediática del Gobierno es la del amante despechado: reclama buen trato, maltratando. Ansía ser amado y reconocido, y para ello no se le ocurre mejor idea que pedirlo con los peores modales. Le gusta que lo cortejen, que no lo contradigan, y lo consigue con adhesiones espontáneas y los conversos por conveniencia, que nunca faltan. Pero no se conforma con lo mucho que ya tiene: quiere más. (*) Publicado en el Diario La Nación y escrito por Pablo Sirvén; psirven@lanacion.com.ar

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Cuando el mérito no importa

OPINIÓN (*)

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Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.


Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo.  Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico.  Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!

 

Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles.  Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan.  Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.

 

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Pobres Alberdi y Sarmiento.  Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria.  Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.

 

Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.

 

¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar.  El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.

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Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.

 

El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias.  Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.

 

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Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.

 

¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país.  ¿En serio?  ¿Se puede ser tan caradura?  Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?

 

También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio?  “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.

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Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos?  Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.

 

Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.

 

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Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.   

 

El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.

(*)  Rogelio López Guillemain

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Opinión

Reconvertir proyectos e innovar

POR MARIA EUGENIA MANCINI

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La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.


Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.

 

Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.

 

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También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.

Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.

 

Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables  y caminos nuevos para salir adelante.

 

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Pienso que un camino de desarrollo  es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.

 

Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo  foco en nuestros recursos y liderar.

 

Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos  el compromiso de crear un cambio duradero.

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Opinión

La “borocotización” de Alberto

(*) OPINIÓN

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Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner.  Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.


El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".

 

En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.

 

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La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo  a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.

 

Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.

 

Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.

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En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.

 

La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.

 

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(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.

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