Un estudio desarrollado por investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste determinó una alta presencia de bacterias –entre un 60 y 80%- en agua de diversas fuentes analizadas. Pozos, lagunas, y perforaciones de zonas rurales de la provincia de Corrientes fueron monitoreados con el objetivo de definir la calidad del agua que consumen los pobladores del lugar y los riesgos sanitarios que podrían acarrear su inadecuado estado para el ser humano.

“Es importante conocer la calidad del agua, realizar mediciones sistemáticas y periódicas de diversos parámetros biológicos y fisicoquímicos. Para esto, es necesario realizar un monitoreo”, señaló a la revista Ciencia y Técnica de la UNNE la ingeniera agrónoma Silvia Rodríguez co-directora de esta investigación. Con respecto a la importancia de este estudio, la profesional indicó que “desde el punto de vista bacteriológico, para definir la potabilidad del agua, es preciso investigar bacterias aerobias mesófilas y, coliformes totales, fecales y Pseudomona aeruginosa”. La gran sensibilidad de las bacterias aerobias mesófilas a los agentes de cloración, las ubica como indicadoras de la eficacia del tratamiento de potabilización, la limpieza y desinfección de los depósitos de almacenamiento del agua, explicó. En tanto que las Pseudomonas son las más comunes en napas freáticas, “son patógenos oportunistas por excelencia y los agentes etiológicos principales de infecciones en vías urinaria, intestino, oído y heridas”. Asimismo, comentó que por su relativa resistencia al cloro son consideradas un indicador de eficiencia de la cloración. Su presencia en sistemas de almacenamiento, tanque, y cisternas, responde a un estado deficiente de dichas instalaciones. LA INVESTIGACIÓN Evaluar el comportamiento bacteriano en agua de diversas fuentes fue el objetivo de esta investigación desarrollada desde la cátedra Química Analítica y Agrícola que Rodríguez, junto con la directora del proyecto, la ingeniera agrónoma Gloria Martínez; su par Luciana Gauna y el bioquímico Ricardo Rolla, llevaron adelante durante un trabajo de campo que duró 7 meses. “Se trabajó en propiedades de pequeños productores de los departamentos de Itatí y San Cosme, de la provincia de Corrientes, con distintas fuentes de agua como tratamientos: pozos, perforaciones y lagunas, cada una con cuatro repeticiones”, recordó la ingeniera. “Se seleccionaron 12 puntos de muestreos tomando 4 muestras de cada una, durante siete meses”, acotó. Durante este periodo, se llevaron a cabo actividades de campo y de laboratorio-gabinete. “En campo, se realizó la toma de las muestras de las distintas fuentes, que fueron acondicionadas y trasladadas para ser analizadas en el laboratorio de Química Analítica de la Facultad de Ciencias Agrarias. Las muestras se colectaron en frascos estériles de un volumen de 250 ml y se las mantuvo refrigeradas entre 4 y 6 °C, para ser transportadas al laboratorio y ser analizadas dentro de las 24 horas de la toma, mencionó Rodríguez. En cuanto al análisis de laboratorio, se procedió al recuento total de bacterias mesófilas por el método de placa fluida. Mientras que el número más probable (NMP) de Coliformes Totales (CT) se realizó “en una fase presuntiva por la serie de cinco tubos de caldo Mac Conkey y la confirmación de positivos con caldo BRILLA a 37°C la presencia de Coliformes fecales; a partir de los positivos de la fase presuntiva de Coliformes totales y en cuanto a la Presencia de Pseudomonas aeruginosa se usó el medio selectivo que contiene cristal violeta a 37 °C y luego repicado en agar Cetrimide a 37°C”, explicó la profesional. RESULTADOS “Del análisis estadístico efectuado entre las distintas fuentes, vimos que la concentración de Bacterias Mesófilas no presentó diferencia significativa entre las fuentes de agua de pozo y laguna, pero si entre éstas y la fuente de agua de perforación”, comparó. En tanto, “debemos resaltar la importancia de la presencia de estas bacterias, que si bien no son patógenas, son indicadoras de la presencia de microorganismos potencialmente patógenos, por lo que las altas cargas, de esta bacterias en las fuentes de agua, nos indicaría una falta de seguimiento en las fuentes tratadas o bien una deficiencia en la efectividad de dicha desinfección”, analizó la ingeniera. “El agua de pozo demostró ser la más contaminada pasando el límite máximo permisible por el Código Alimentario Argentino”, resaltó luego. Tal como se mencionó anteriormente, la calidad sanitaria del agua puede ser evaluada examinando las muestras por la presencia de microorganismos indicadores como son las bacterias coliformes, las cuales se manifiestan con mayor frecuencia que los microorganismos patógenos, y a su vez son más simples y seguras de detectar. El grupo de coliformes incluye una gran variedad de microorganismos, enterobacterias de vida libre y de origen intestinal. Según varios autores, las estimaciones de estas bacterias totales muestran una posible contaminación fecal, como así también detectan la presencia de muchos organismos de limitada importancia sanitaria, mencionó Rodríguez. “En forma similar a lo observado en las bacterias mesófilas, la mayor cantidad de coliformes que se encontró en esta investigación, fue también en las muestras de agua de pozo y de laguna, esta diferencias puede deberse a que esta contaminación puede provenir de pozos no encamisados o napas freáticas cercanas a la superficie, y sabiendo que las bacterias coliformes se encuentran en mayor abundancia en la capa superficial del agua o en los sedimentos del fondo”, expresó la profesional. BACTERIAS COLIFORMES FECALES Con respecto a la presencia de Coliformes Fecales, el estudio indicó que se observó comportamientos diferentes en agua subterránea (pozo y perforación). “En los pozos analizados, un 92% presentó contaminación de estas bacterias, mientras que en las perforaciones un 64%, lo que puede deberse a que en la primera fuente haya defectos en la construcción o estructuras y ausencia o irregularidad en el mantenimiento, que son causas que predisponen el ingreso y proliferación de microorganismos”. Así, también, como ya se mencionó anteriormente la existencia de coliformes fecales probablemente proviene de la contaminación con materia fecal que puede provenir de pozos no encamisados o napas freáticas cercanas a la superficie. En las fuentes de laguna analizadas, un 86% presentó contaminación, lo que podría esperarse ya en la mayoría de los casos los corrales de los animales se encontraron en las cercanías de las fuentes. “Una de las causas más importantes de contaminación por coliformes, son los sitios donde se acumulan heces y orina (como por ejemplo lugares de pastoreo intensivo, zonas de bebedero animal) que si estos desechos están cerca de las fuentes de agua podrían ser arrastrados a la misma por medio de las escorrentías provocadas por agua de lluvias”, analizó Rodríguez. Del total de muestras analizadas bacteriológicamente, especialmente las que presentaron una elevada población de coliformes, sugieren una posible contaminación fecal. “Esto coincide con lo propuesto por diversos autores, que además sugieren que los suelos o aguas que reciben ingresos de efluentes cloacales o material fecal vacuno muestran una relación directa entre coliformes totales y coliformes fecales. Las causas de esta contaminación pueden ser atribuidas a diversos factores. La presencia de pozos ciegos y/o cámaras sépticas en las cercanías de donde se realizó la toma de las muestras creó condiciones para que la población de coliformes fuera superior a 100 NMP por cada 100 mL de agua”, dijo la investigadora. Bacterias Pseudomonas aeruginosa. En relación a las distintas fuentes, la presencia de Pseudomonas en este trabajo de investigación se registró comportamientos similares en agua subterránea (pozo y perforación 19%), sin embargo esta presencia fue superior en agua superficial (laguna) con un 31%. “Esta diferencia se podría atribuir al arrastre de agua de lluvia hacia la fuente de agua”, analizó la especialista. CONCLUSIONES En las fuentes de laguna analizadas, un 86% presentó contaminación, lo que podría esperarse ya en la mayoría de los casos los corrales de los animales se encontraron en las cercanías de las fuentes. Del total de muestras analizadas bacteriológicamente, especialmente las que presentaron una elevada población de coliformes, sugieren una posible contaminación fecal. En relación a las distintas fuentes, la presencia de Pseudomonas se registró comportamientos similares en agua subterránea (pozo y perforación) 19%, sin embargo esta presencia fue superior en agua superficial (laguna) con un 31%. La carga de coliformes fecales encontradas en más del 60% de aguas analizadas, nos indican que las mismas son inaptas para el consumo humano, concluye el informe desarrollado por estos investigadores. Asimismo, la ingeniera destacó que más allá del estudio, durante el periodo de trabajo “se les brindó a los pobladores charlas de capacitación sobre esta temática y la receta sobre cómo limpiar su tanque o perforación. Para cada caso tenían su instructivo, los pasos a seguir para el saneamiento de la fuente”. Y si bien “algunos ya tenían la costumbre de limpiar su fuente de agua utilizada, no lo hacían en el tiempo recomendado, tal como lo indica la Dirección de Saneamiento Ambiental, dependiente del Ministerio de Salud Pública, de –por lo menos- dos veces al año”, concluyó la ingeniera agrónoma.