Nacionales
Discurso en el plenario de delegados del comité nacional de la UCR
ANGEL ROZAS (*)
Hemos asumido la responsabilidad de conducir el Comité Nacional de la UCR con plena conciencia que no fuimos convocados para el halago ni para los aplausos, en los tiempos quizá más difíciles, para asegurar en todos los rincones del país el compromiso con el partido, con las ideas y los principios del radicalismo.
Creemos haber hecho el esfuerzo para cumplir este desafío tratando de encontrar el rumbo justo en el camino de la reconstrucción del radicalismo a partir de la crisis. Fuimos el único partido que asumió sus responsabilidades por nuestros errores en el gobierno, haciendo la autocrítica pública más enérgica que se haya conocido, mientras que siguen actuando de salvadores de la patria los mayores responsables de la decadencia argentina. Frente al desencanto de la ciudadanía con la política y con el radicalismo en particular, por el fracaso del gobierno de la Alianza, intentamos redefinir nuestro posicionamiento más en contacto con la sociedad y los problemas de todos. Se trataba de promover alternativas creíbles y de crear un ambiente más propicio para la reconciliación del partido con la sociedad. De tal manera, las prioridades de nuestra acción estratégica estuvieron dirigidas a recuperar la credibilidad, sobre la base de reafirmar la sensibilidad social, la racionalidad de las propuestas y la capacidad de gestión de nuestros dirigentes, resguardando la unidad de nuestro partido y su autonomía política, como garantía de la democracia argentina. Dos hechos trascendentes de nuestra gestión intentaron saldar una deuda de muchos años con la realidad partidaria, y fundamentalmente con el futuro de nuestros jóvenes. En primer lugar, el Congreso de Actualización Doctrinaria realizado en octubre del año pasado, luego de casi 60 años del Congreso de Avellaneda de 1948, cuando nuestro partido actualizaba su doctrina con la presencia de figuras históricas, como Balbín, Frondizi, Illia, Lebensohn y Larralde. En segundo lugar, pusimos en marcha en junio de 2005 la Fundación Leandro N. Alem. Se trata de la primera fundación institucional del partido que dependerá funcionalmente del Comité Nacional, pero tendrá su propia organización, finalidades y objetivos. Una nueva herramienta al servicio de la sociedad y el país, como la Fundación Leandro N. Alem, responde no sólo a la necesidad de recuperar la mística propia de nuestro rol histórico, sino de abrir el debate a la sociedad para articular nuevas propuestas que movilicen las energías nacionales, y ampliar la presencia de la Unión Cívica Radical en la solución de los problemas argentinos. El Congreso Doctrinario de octubre de 2004 puso en evidencia una homogeneidad sustantiva de nuestra postura ideológica. Las conclusiones del debate, a las que se arribó por unanimidad, dejaron en claro que nuestra meta es la democracia social. No enfrentamos retos ideológicos sino más bien diferencias en el modo de concebir el destino del radicalismo y principalmente de actitudes para aumentar nuestra capacidad de participación política y cooperación social, con mayor solidaridad interna para poner al radicalismo nuevamente en el centro de la escena política nacional. Ser radical y ser progresista hoy, no es la suma de actitudes declarativas, de vanas discusiones seudo ideológicas, sino la articulación de hechos posibles y concretos que nos lleven a un modelo productivo nacional con justicia distributiva que el Estado debe garantizar. La Unión Cívica Radical, por errores propios y por las circunstancias que hacen a la Argentina de hoy, está en el llano. Pero no es sólo una consecuencia de resultados aritméticos de una elección, o nada más que el castigo por nuestros errores. Nosotros nacimos a la vida pública teniendo como bandera los valores y las ideas, como la libertad política, la igualdad social y la ética en todos los actos públicos y privados. Y para reavivar la necesidad de un pensamiento nacional que defienda los bienes históricos culturales y materiales, promoviendo los cambios y las renovaciones instrumentales de cada tiempo. Hay intereses en el país, muchas veces representados por fuerzas y movimientos políticos, que practican un crudo pragmatismo, en donde los fines están por encima de los medios para conseguirlos. No es así para el radicalismo, y cuando lo olvidamos, tenemos que pagar muy caro esos errores y desviaciones. Cuando el pragmatismo influenció nuestros actos, nos alejamos de nuestro deber político y de los valores y las ideas que justificaron nuestra presencia en la vida nacional. Por urgencia del momento, algunas veces limitamos el debate enriquecedor y el liderazgo cívico fue reemplazado por la operación política. Cuando imitamos el pragmatismo de otros, el pueblo nos sospechó de negociar acuerdos y pactos a espaldas de los afiliados y de la ciudadanía. Allí comenzamos a desdibujar nuestra razón de ser como partido, abandonando el rol histórico de la UCR, dejando de ser para el pueblo el arma eficaz con la cual oponerse a los desbordes del poder, a la enajenación de nuestro patrimonio y a la violación de los valores y la ética. Tenemos que aceptar que así nos vio el pueblo y que esa es una realidad política al margen de la veracidad de los hechos puntuales que se nos adjudicaron y de que hubiéramos sido o no responsables de los mismos. Por lo tanto, una de las tareas imprescindibles para la recuperación de la UCR es dar señales claras e indudables de que no cumplimos solamente el rol de una oposición formal que acepta no competir por el poder. Tenemos que decir con toda nuestra fuerza que no formamos parte de la pretensión hegemónica del gobierno y de su partido, que estamos dispuestos a luchar en todos los frentes para defender nuestros valores y nuestras ideas en forma intransigente y que trabajamos para competir políticamente y lograr el poder. Pero esto no se consigue si sólo lo decidimos en la intimidad del partido. Tampoco se consigue si tenemos actitudes contemplativas que confirmen las sospechas de la gente. De nada valdrá que ejercitemos un discurso progresista si el pueblo no ve en nosotros actos decididos y concretos para afirmar que realmente queremos ser el partido de oposición y luchar por conseguir el consenso ciudadano para conducir al país. Ha llegado el momento de mostrar con hechos nuestra voluntad y nuestro rol. Es por eso que debemos subrayar nuestra posición opositora más que nunca, no permitiendo que se de lugar a la más mínima duda en ese sentido, o al aprovechamiento que de la duda hacen el gobierno y otras fuerzas políticas. Como en los tiempos fundacionales del radicalismo, nuestra acción deber ser enérgica y permanente y el partido debe ejercitar unidad de estrategias para mostrarnos ante la sociedad en el rol que debemos asumir. No hay otro camino si queremos afirmar la presencia de la UCR en el país. En la sociedad argentina persiste un grave proceso de dispersión que afecta no sólo al radicalismo, sino a una parte sustancial del sistema político argentino. Esta situación puede agravarse hasta comprometer la estabilidad y la esencia de la democracia, con el grave riesgo que significa pasar del hegemonismo al autoritarismo. Frente a este desafío debemos reafirmar nuestra convicción que la sociedad se reconstruye a través del sistema de partidos, si somos capaces de demostrar que son herramientas al servicio del ciudadano. Para ello debemos evitar hacerle el juego a las variantes populistas de la demagogia y el clientelismo exacerbado. El radicalismo debe defender el pluralismo y la tolerancia, junto a la responsabilidad necesaria para este momento crucial que vive el país. Debemos propiciar que los representantes de las distintas corrientes políticas representadas en el Congreso de la Nación aporten su honesta voluntad de acuerdo, para asegurar la gobernabilidad futura y sumar esfuerzos generosos que sirvan de sostén a las políticas acordadas por consenso. La salida de la crisis y transición hacia una nueva etapa de desarrollo sostenido en el país requieren el esfuerzo del radicalismo en todos los ámbitos donde asumimos responsabilidades públicas. Sea en los Gobiernos de Provincias, los Municipios o en el Congreso Nacional, nadie debe poner en riesgo nuestra identidad política como partido nacional, y nada puede relevarnos de desempeñar con honestidad el rol de oposición política que nos asignó el pueblo. Nuestro país carece de políticas de mediano y largo plazo. Ante esta ausencia de perspectivas estratégicas, la UCR debe contribuir a la discusión sobre el rumbo del país aportando propuestas en todas las áreas de políticas públicas, con ánimo constructivo. El país necesita un mejor gobierno y ello exige una mejor oposición. Por ello, para revertir la decadencia de la Argentina resulta vital mejorar el nivel y la calidad del funcionamiento del sistema político, de los partidos y de las instituciones estatales, que queremos transparentes, eficaces y democráticas. Debemos prepararnos para abordar una agenda capaz de lograr una convergencia entre Estado, economía y sociedad. Debemos apuntar a un Estado incluyente como instrumento para regular justa y positivamente las relaciones sociales desiguales, para garantizar el equilibrio social y económico necesario. En el plano interno debemos fortalecer el partido y trabajar para renovar las ideas, los métodos y los hombres del radicalismo, recuperar su prestigio moral y garantizar su representatividad a lo largo y a lo ancho del país. También la UCR debe reafirmar su carácter opositor al gobierno nacional. Ello es lo más saludable que puede ocurrir para el país y para el radicalismo, como garantía para la subsistencia de la democracia. Hoy la demanda de renovación campea en toda la escena política nacional, como una aspiración compartida por todos los sectores, mientras el electorado tiende a alinearse por fuera de las referencias partidarias tradicionales y se orienta más por la imagen y las ideas propias de los candidatos. Por ello, los radicales debemos avanzar con firmeza en la renovación de nuestra vida partidaria. Este imperativo no es nuevo para el radicalismo. Desde hace más de cien años nuestra causa es la de la renovación constante de la vida republicana. Hemos tenido aciertos y errores. Seguramente nos pueden señalar equivocaciones, pero nadie podrá decir que traicionamos los principios fundamentales de la Unión Cívica Radical. Junto a quienes nos seguimos quedando en el partido a pesar que no eran los mejores tiempos para hacerlo, nos mantuvimos fieles e intransigentes a nuestras ideas. Testimonio de ello son los pronunciamientos políticos más relevantes de nuestra gestión que forman parte de este informe. Somos optimistas sobre el futuro del partido. Seguimos representando la segunda fuerza política nacional. Mantenemos una amplia representación parlamentaria, y la pondremos al servicio del pleno funcionamiento del Congreso Nacional. Por lo tanto, debemos seguir trabajando por la recuperación del radicalismo, que no pasa por la exclusión de nadie, pero exige de manera excluyente demostrar que tomamos en cuenta a la gente. Buenos Aires, 1 º de diciembre de 2005. (*) Enviado a Corrientes al Día por el diputado nacional, Àngel Rozas
El presidente chino Xi Jinping visitó la Rosada. Se anunció un mecanismo para reforzar las reservas del BCRA. También habrá créditos para represas y el Belgrano Cargas. China quiere ganar peso comercial y financiero en la región. Acuerdos que generan deudas.
(www.clarin.com) Fueron palabras del presidente Xi Jinping: este es el año del Caballo, y la Argentina es conocida -dijo- como el país de los caballos. Por eso, formuló sus deseos de que sea un “caballo galopante” la profundizada relación estratégica con la Argentina.
De estilo muy sobrio, con esta gráfica alusión al calendario chino sorprendió Xi a la hora de los discursos, tras encabezar con Cristina Kirchner el acto de firma de acuerdos bilaterales por más de US$ 7 mil millones, que aportarán los chinos para financiar obras de infraestructura.
Estos aportes eran muy ansiados por el Gobierno, con problemas para financiarse, caída de reservas y el fallo adverso de la Justicia de EE.UU. que obliga a pagarle a los fondos buitre y al menos demoró el plan oficial de “regreso al mundo” para buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.
Los acuerdos con China incluyen, tal como se había anticipado, US$ 2.099 millones para revitalizar el Belgrano Cargas (el Estado nacional aportará otros US$ 370 millones); y US$ 4.714 millones para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, obras largamente postergadas y acaso último megaproyecto de la era kirchnerista. El otro acuerdo con números a la vista es el aporte chino para la compra de 11 buques de dragado, por 423 millones de dólares.
En total se suscribieron una veintena de acuerdos, y una declaración conjunta que elevó el vínculo bilateral a “asociación estratégica integral”, un estatus que China sólo tenía en América latina con Brasil, México y Perú, y supone la decisión de profundizar la cooperación mutua.
A estos acuerdos se sumó más temprano –sin presencia de los presidentes– la firma de un segundo swap (el primero fue en 2009), un intercambio de yuanes y pesos por US$ 11 mil millones que podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central. Cristina celebró este punto en un momento de “ataques especulativos” de los fondos buitre.
Xi Jinping llegó a las 17.20 a la Casa Rosada, donde fue recibido con honores militares por los Granaderos. Caminó por la alfombra roja y en el Salón Blanco lo aguardaba Cristina para el saludo, los himnos nacionales y la presentación de delegaciones. Luego pasaron al despacho presidencial, donde estuvieron reunidos a solas y luego sumaron a sus ministros, durante una hora.
La última visita de un presidente chino fue la de Hu Jintao, en 2004. Allí se estableció una asociación estratégica, se firmaron memorándums de entendimiento y el gobierno kirchnerista había generado un singular clima de furor previo al propalar la versión de que llegarían US$ 20 mil millones, que nunca se concretaron.
Ayer, el presidente Xi tuvo su inmersión en el estilo de los actos K: hubo una videoconferencia con El Calafate, por las represas santacruceñas, con el gobernador Daniel Peralta; y otra con Maciel, Santa Fe, donde el secretario de Transporte Alejandro Ramos y Wang Hong, vicepresidenta de la empresa estatal china que canalizará los créditos, hablaron de las obras del Belgrano Cargas.
La jornada terminó con una cena en el Museo del Bicentenario. A la hora de los regalos volvieron los caballos. Cristina mostró las fotos –“No podíamos traerlos acá”, se excusó– de los que regaló. A la primera dama china, un caballo de silla, y a Xi, uno de polo. “Ambos son reproductores, sementales”, enfatizó. “Ahora sí, brindo por el año del Caballo de Madera, a brindar por la Argentina, por la amistad con China”, cerró la Presidenta antes de chocar copas con Xi.
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Municipio de la Costa. Otra denuncia contra Boudou de sus días como funcionario municipal
CASAS QUE NUNCA SE REALIZARON
La denuncia tomó nuevo impulso cuando en las últimas semanas la oposición del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Costa impulsó una denuncia contra Amado Boudou (secretario de Hacienda local en 2005), Juan de Jesús (por entonces intendente y actual diputado provincial) y su hijo Juan Pablo (ahora a cargo de la comuna) por presunta “defraudación al Estado nacional”.
(www.perfil.com) Según reseña la publicación La Tecla, en 2005 se firmó un convenio para la construcción de viviendas con Nación, el cual fue firmado por los funcionarios mencionados, entre ellos vicepresidente procesado en la actualidad por la causa Ciccone.
La licitación la ganó la firma Cantera FC y debía terminar la obra en 2006; pero para agosto de 2007 se había abonado más de dos tercios del monto total y más de la mitad de las casas estaba sin terminar, según consigna la revista.
Proveedores de Cantera FC denunciaron haber recibido cheques sin fondos. Tras esto, la empresa entró en convocatoria de acreedores pese a presuntamente haber cobrado hasta ese momento unos 24 millones de pesos.
Cantera cedió los créditos al Banco Hipotecario, y éste emprendió una causa judicial contra el municipio para cobrar la supuesta deuda de 1.930.000 pesos” por las casas que nunca se terminaron”, dicen desde la oposición. Y éste fue el puntapié para su tratamiento y denuncia la cual fue impulsada por Marcos García, concejal del bloque A toda Costa.
Según García, Boudou “fue quien firmó los cheques, que además no estaban a la orden, cuando los cheques en la administración pública deben estar cruzados” y porque “él firmó eso y firmó los cheques por 24 millones de pesos”, sostuvo García. Los denunciantes buscan investigar hasta qué punto llegaba la relación entre Cantera FC y el vice.
Familiares acusaron al canciller por negociar en secreto con Irán y dijeron que “nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Del piquetero K aseguraron que “debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y criticaron que tenga espacios en TV y radio.
(www.clarin.com) El vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, exigió hoy al Gobierno nacional “medidas concretas” para conseguir la captura de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA y que “sean sometidos a juicio en Argentina”.
También reclamó al Congreso de la Nación “la derogación expresa” de la ley que habilitó el memorándum con Irán, que fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Fue el primer orador de un acto que incluyó duras críticas al canciller Héctor Timerman y al piquetero oficialista Luis D’Elía.
Luego de Saiegh habló el periodista Alfredo Leuco, quien comenzó diciendo que “los muertos no tienen ni paz ni justicia”. El conductor de Radio Mitre recordó diferentes historias de víctimas del atentado, como la de Sebastián, un niño de 5 años y repasó la evocación de sus compañeros en el colegio.
“La impunidad no es producto de un fenómeno natural sino producto de la ineficacia de ocho presidentes que pasaron y pasaron”, dijo Leuco. Y acusó al ministro Timerman por el memorándum con Irán.
“Será recordado como el canciller responsable del delito de lesa impunidad. Quedará grabado en la historia por esta traición al pueblo hebreo y argentino”. Y también le apuntó a Luis D’Elía, a quien acusó de antisemita.
Finalmente, habló el familiar Luis Czyzewski, quien perdió a su hija en la masacre. Czyzewski dijo que, “En cada una de nuestras casas hay una silla vacía”. Luego, criticó el acuerdo del Gobierno nacional con Irán y calificó de “mal gusto” al denominar ese arreglo como un memorándum de entendimiento.
“Señor ministro Timerman, si el memorándum fuera tan bueno ¿por qué lo negoció en secreto? Usted parece que no tuvo en cuenta que negociaba con un gobierno repudiado por la comunidad internacional”, fustigó el familiar. “Parece que para usted, señor canciller, esto no era trascendente. El gravísimo error diplomático de acordar con Irán no es gratuito”, indicó.
Czyzewski agregó que, “Nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Y se preguntó: “¿Por qué nunca se denunció a Irán como un país terrorista?”. También criticó al gobierno menemista y dijo que “´¿Cómo la Justicia no pudo encontrar pruebas contra Corach?”, en referencia al ex ministro del Interior de Carlos Menem, bajo cuyo mandato sucedió el atentado.
Y criticó que Luis D’Elía tenga espacios en radio y televisión para difundir su pensamiento antisemita. “D’Elia debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y también dijo que en el programa “Fútbol para Todos” no mostró un homenaje hecho por las víctimas de la AMIA y agradeció, por el contrario, a los clubes Boca y Estudiantes.
Además, Czyzewski pidió a Julio Schlosser (presidente de la DAIA) que aclare los contactos que tuvo con Timerman antes de la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Y también añadió que, “Apoyamos la creación de una CONADEP para la causa AMIA”.
Minutos antes de las 11, se emitió un mensaje en video grabado del Papa Francisco.
El año pasado los cuestionamientos pasaron por el memorándum firmado por el Gobierno con Irán, que prometía poder tomarles declaración a los funcionarios iraníes sospechosos de ser autores intelectuales de la masacre pero a cambio de hacer caer las circulares rojas de Interpol. El pacto fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal y el Gobierno apeló a la Corte empantanando la polémica idea de Cristina.
Con el sonar de la sirena, comenzó a las 9.53 el acto central para recordar a las víctimas del atentado que en 1994 destruyó la sede de la AMIA, provocando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos.
Bajo el lema “Ni un día de olvido”, se recordó a las víctimas del ataque perpetrado hace 20 años en la mutual judía ubicada en Pasteur 633, en pleno barrio de Once. Mario Pergolini fue el maestro de ceremonias.