Opinión
El Ayuí Grande en tiempo de sequías
HÉCTOR HORACIO DALMAU (*)
Los ríos Paraná y Uruguay, con los arroyos Itaembé, Chimiray, Mocoretá y Guayquiraró, como si fueran los protectores de una maravillosa obra que surgiera de la magia Leonardo, Van Gogh, o Velásquez, enmarcan una de las más perfectas manifestaciones de la naturaleza.
Esa naturaleza que tiene esa especialidad increíble de mezclar cursos hídricos, con selvas, llanuras, islas, cerros y una diversidad de seres vivos, que bien podrían imaginar aquellos grandes de la pintura de todos los tiempos si conocieran a la provincia de Corrientes. Jamás hubiera dudado de que estuvieran ante la representación real del “Paraíso Terrenal”. No sé si tiene razón el Cholo Aguirre, cuando asegura ” Si usted no conoce Corrientes. No conoce a mi país”, por que parecería una afirmación presuntuosa. Sin embargo, yo puedo asegurar, que quien no conoce a Corrientes, sin dudas se perderá gozar de todo lo que el Supremo Hacedor ha dotado al “Taraguî”, es un poco como visitar el Louvre y no ver a la Gioconda, o regresar de Copenhague si haber admirado a la “Sirenita”. Podría estar horas escribiendo sobre esa prodigiosa muestra de la naturaleza, uno de cuyos símbolos debería ser la flor del “Irupé”, pero por desgracia debo escribir, no sin indignación sobre los despropósitos del hombre, que atentan contra esta inconmensurable belleza natural. BARBARIDAD SI LAS HAY Uno de los despropósitos es el proyecto de represamiento del arroyo Ayuí Grande, incomprensible si tomamos en cuenta que atenta contra tanta perfección, a contrapelo de la Lógica, que debería mortificar a quien lo hace.” ¿Que fiebre indescifrable producen en las mentes de los seres humanos dedicados a la producción, la ambición y la codicia?. La verdad es que no lo se. Lo grave es que quienes lo hacen, saben que no deberían y quien justifica a quien lo hace por unas monedas, supera sin dudas cualquier adjetivación negativa. Ese verdadero “Eden” llamado Corrientes, ya ha visto como mutilaban a su río Paraná con la represa de Yacyretá, con todo lo que de eso se desprende. Las planificadas represas de Garabí y San Pedro, segmentarían al Uruguay formando dos enormes piletones de aguas contaminadas con la colaboración que ofrece actualmente Salto Grande. Es decir, que desde el centro mismo de la provincia de Misiones hasta la actual hidrogeneradora, las aguas se aquietarán, enmudecerán, se degradarán y contaminarán. De manera tal, que de ese “espejo azul que viaja”, nada quedará. Más allá de aquellos que lucran con estos desatinos y sumados a ellos, quienes al sentarse frente a un tablero de dibujo son capaces de transformarse en verdaderos “Nerones”, capaces de quemar así sus propias Romas, que no escatiman esfuerzos para concretar obras como la Unión del Paraná con el Uruguay, Paso Yahapé-Laguna del Iberá y Río Aguapey mediante, para posibilitar la navegación desde el Alto Paraná (embalse de Yacyretá) con el puerto de Río Grande en el Atlántico. Están quienes para mejorar ese sistema, quieren canalizar al río Corrientes para facilitar la comunicación fluvial, desde Corrientes a Asunción del Paraguay, o bien para que el aprovechamiento del sistema del Iberá sea realmente eficiente y conectar así, las apocalípticas obras con el Río Gualeguay, para lograr que todo el interior mesopotámico pueda ser navegado hasta el Delta Ante tantas malas intenciones, particularmente me aferro a pensar que en este mundo actual no hay nada más insensato, que la sensatez que ponen de manifiesto los que proyectan el progreso de los pueblos. Se que la batalla en defensa del Ayuí Grande, no será definitoria como Mbororé o Trafalgar, como tampoco lo fueron las que los pueblos realizaron en contra de Corpus y Paraná Medio, porque siempre esas mentes pensadoras encontrarán algún resquicio legal para cumplir sus objetivos. Asumiendo y explicando que, aquí donde “Sobra Agua” (Todavía), es necesario usufructuarlas más allá de las enfermedades (Dengue, Esqistosomiasis, Filariasis, Paludismo, Fiebre Amarilla, Leishmaniasis, rabia paresiante, y muchos etcéteras más). O que, donde es escaso el vital elemento, tienen minerales que los llevan a contaminar todo el ambiente con explotaciones a cielo abierto, a tal punto que en una de ellas, hasta hicieron desaparecer la frontera Argentino-chilena. O como aquellas firmas anglo-australianas que están en las puertas de lograr que los respectivos gobiernos (Nacional y Provincial de Mendoza), los habiliten a explotar el Potasio arrojando residuos salinos al Río Colorado, que perjudicará el ecosistema de cinco provincias, que en nada difieren de los que han explotado nuestros bosques, como la tristemente célebre Compañía Forestal, que tenía ferrocarriles, moneda y policía propia. Claro que lo se pero hay que dar esa batalla y hacer de ella una causa popular, como lo son Paraná Medio, Corpus, el Acuífero Guaraní y otras más. En fin como diría Almafuerte: ” Detente pluma no quieras que pierda sus armas el idiota”. Héctor Horacio Dalmau (*)Maestro Nacional. También desempeñó cargos como Diputado Provincial, Diputado Nacional, Pte de la Comisión de Recursos Naturales durante dos períodos, Coordinador del Proyecto para el saneamiento del Riachuelo por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entre otros. Fuente: Salvemos al Ayuí – http://ennombredelayui.blogspot.com www.fundacionibera.com.ar
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.