La diva de Hollywood falleció el martes a los 86 años. En 40 años de carrera, trabajó en más de 50 películas, pero la Academia sólo le entregó un Oscar honorario. Siempre supo escoger sus roles.

(AFP- NA) Refinada y elegante, la actriz británica Deborah Kerr, estrella de filmes como “De aquí a la eternidad”, donde protagonizó uno de los besos más eróticos en la historia del cine, falleció a los 86 años, indicó ayer su agente. La estrella de “El Rey y yo”, “Té y Simpatía” y “La Noche de la Iguana”, que sufría desde hace años de la enfermedad de Parkinson, murió el martes en el condado de Surrey, en Inglaterra, precisó su agente. Nacida en Escocia el 30 de setiembre de 1921, Deborah Jane Kerr-Trimmer protagonizó unos 50 filmes en unos 40 años de carrera. Kerr deja a su esposo, el escritor Peter Viertel -autor del guión de la famosa película “La Reina africana”, que fue llevada a la pantalla por el gran John Huston- así como a dos hijas y tres nietos. La popular actriz, que alcanzó la fama a los 20 años, con su papel en la película “Major Barbara” (1941), vivió muchos años con Viertel en una casita en España, cerca de Marbella, y también en Suiza, y se trasladó al final a Gran Bretaña, debido a su enfermedad. La actriz fue nominada para un Oscar como mejor actriz en seis ocasiones, pero nunca recibió la célebre estatuilla. La Academia del Cine estadounidense le concedió sin embargo un Oscar honorario, en 1994, y saludó de esa manera la “perfección, disciplina y elegancia” de su trabajo en la pantalla. Con o sin Oscar, Kerr perdurará para siempre en la memoria de cinéfilos gracias a algunos roles memorables, como en la romántica película “Algo para recordar”, en que compartió cartelera con Cary Grant. El beso entre ella y Burt Lancaster, que ruedan abrazados entre las olas que rompen en una playa de Hawaii, en “De aquí a la eternidad”, de Fred Zinnemann (1953), donde Kerr interpreta a una esposa adúltera, provocó sueños eróticos en generaciones enteras de adolescentes. La Academia del Cine estadounidense designó esa cinta entre las 100 películas más románticas en la historia del cine, y la playa de Oahu, que fue bautizada luego como Eternity Cove, en honor de la película, se volvió un lugar de peregrinación, y es visitada por turistas del mundo entero. La actriz, que hizo estudios de ballet en el teatro Sadlers Wells de Londres y trabajó en teatros del West End, comenzó su carrera en el cine en “Black Narcissus”, y durante los 45 años que duró su carrera, logró la proeza de escoger bien sus roles, lo que no es nada fácil en Hollywood. También trabajó en “Las Minas del Rey Salomón” (1950) y en “Quo Vadis” (1951).