El 12 de febrero Nueva York amaneció más temprano de lo que habitualmente lo hace un día sábado. A las ocho de la mañana, en pleno Central Park, el artista búlgaro Christo Javacheff (69) y su esposa Jeanne-Claude Denat (69) inauguraron su última obra a gran escala, “The Gate”, una impresionante escenografía que tiñó de naranja el emblemático pulmón de Manhattan.

Entre tantos turistas de todos los continentes, Carolina Ardohain (26) se desvivía tratando de lograr la mejor pose con un vestuario audaz que desafiaba los termómetros. No había nieve, pero las montañas de hielo y los abrigos de piel llevaban a preguntarse cómo esa muchacha soportaba, estoica y sin decir ni “mu”, fotografiarse a la intemperie con prendas que apenas cubrían su piel. Invitada por el diseñador catalán Custodio Dalmau, “Pampita” y su marido Martín Barrantes (31) viajaron a la Gran Manzana para presenciar el desfile primavera-verano de Custo Barcelona. Y todo producto de la buena onda que tuvieron en Punta del Este con el creador. “Justo el día que lo conocimos con Martín yo tenía puesta una remera de su marca, de la que soy fanática. Y como no se venden en la Argentina, a él le cayó bárbaro que usara su ropa. Fue pura casualidad y terminó invitándonos a su desfile en Nueva York. Encima me regaló muchísima ropa, me parece una persona muy generosa. Lo admiro como creador, es un innovador. Y me dio un gran placer aceptar la invitación”. En efecto, la modelo representada por “Pancho” Dotto y su esposo llegaron a Nueva York el martes 8. Antes, ella había estado en las Islas Vírgenes, donde trabajó durante diez días para la nueva campaña mundial de Gillette. “Empezábamos a las cinco de la mañana y no parábamos hasta que se iba el sol. Eramos cinco argentinas y nos trataron como reinas, la producción fue impresionante, con grúas gigantes, barcos y unas cien personas afectadas. Recién el último día nos metimos al mar. ¿Si me acompañó Martín? No, yo cuando trabajo viajo sola”. En los Estados Unidos, el matrimonio Barrantes se alojó en el hotel W Nueva York, sobre la Lexington Avenue, y desarrolló una intensa vida social. Primero se encontraron con la prima de Martín, Sarah Ferguson, quien participó de un desfile benéfico dentro de la Fashion Week. El miércoles 9, Carolina visitó el local de Custo en el Soho, y se fue con una sonrisa de oreja a oreja por la cantidad de prendas que le obsequió el español. El jueves, la modelo y Martín almorzaron en Café Gitane, uno de los restó de moda del barrio Nolita. A las siete de la tarde, una limousina llevó a la pareja y a una pequeña comitiva argentina –Diego “Chino” Mauviel, el empresario textil Antonio Straface, Ricky Sarkany y su hermana Hedy– hasta Bryant Park, donde a las ocho en punto comenzó el show de Custo. A pesar de no desfilar, “Pampita” fue maquillada y peinada de la misma manera, con rodete y dos trencitas, que las modelos que subieron a la pasarela. Y aprovechó para grabar la presentación y los copetes del programa especial sobre Custo Barcelona en Nueva York, que se verá por Fashion TV. La agenda de salidas culminó el viernes a la noche en el restaurante “Indochina”, escenario de la comida ofrecida por los hermanos Dalmau para agasajar a su centenar de invitados, y ya de madrugada en una disco de Manhattan. —¿Es su viaje número cuánto a Nueva York? —Uy, no sé, ya vine un montón de veces. Me encanta porque tiene lo suyo, el movimiento y la cantidad de gente que ves es impresionante. ¡Pero no sabés el frío que hace! —¿Qué le pareció la Fashion Week y el desfile de Custo? —Y, vi mujeres increíbles. Las mejores modelos del mundo con cuerpos perfectos, la ropa les queda bárbara, ¡y cómo caminan! La colección de Custo es diferente, los colores le dan vida. Fue un placer ver el desfile. —¿Le da bronca no tener la altura suficiente para participar de esos desfiles? —Jamás, ni se me cruza por la cabeza. Me gusta lo que hago y lo disfruto. Me parece que tengo muchas cosas como para andar fijándome en lo que no puedo hacer. —¿Ya se le terminan las vacaciones? —En realidad no tuve vacaciones, porque en enero trabajé en Mar del Plata, en Pinamar y tuve el desfile de “Pancho” en Punta. Este año sólo pasé dos fines de semana en Punta, no hice el típico veraneo de ir e instalarme durante diez o quince días. Después me fui a hacer lo de Gillette y ahora esta invitación a Nueva York. Y con todo las cosas que tengo de acá en adelante, recién en julio o agosto voy a tener algo de tiempo libre. —¿Entonces comienza 2005 a full? —Y ahora, ni bien llego, tengo que hacer las campañas de invierno de C&A y de la ropa interior Getien. También tengo que viajar a México para promocionar un programa de modelos. Y hay un montón de proyectos, concretamente uno de actuación y otro de conducción en tevé. Pero todavía no hay nada firmado, espero que se defina pronto porque en marzo se empezaría a grabar. Ojalá se concrete, yo quiero hacer televisión. Me encanta, aunque se que tengo mucho por aprender. —En la productora Endemol aseguran que usted participará de la serie “Doble vida”. ¿Ya está confirmado? —Hay una carta de intención, pero todavía no firmé el contrato. Por lo que me dijieron en la agencia hay un elenco bárbaro. Creo que se va a dar. —¿Y no le gustaría seguir en el programa de Nicolás Repetto? —No sé qué va a pasar conmigo. Nunca hablé con él, pero me encantaría seguir. Yo, personalmente, estoy muy contenta de haber trabajado con uno de los mejores conductores de televisión de la Argentina. Siempre hizo cosas increíbles, y para mí fue un honor que me invitara a hacer comedia musical, que casualmente empecé a estudiar el año pasado. Me encantó hacer los musicales, la producción, el antes, grabar las canciones. Y sobre todo me sirvió para demostrarle a la gente que “Pampita” podía hacer algo diferente. —Con tantas cosas por delante, ¿no le preocupa volver a tener un pico de estrés? —No, porque a mí trabajar no me cansa. Al contrario, me encanta y me energiza, siempre estoy dispuesta a hacer lo que haya que hacer. Jamás me quejo, y estos tres años y medio de carrera que llevo siempre fueron así, con mucho ritmo. —¿Esa actitud hacia el trabajo es su mejor carta de presentación? —Sí, pero más importante es que no perdí la emoción, sigo trabajando con la misma emoción que tenía el primer día. Y eso es lo mejor, cuando hicimos las fotos de esta nota decíamos con el fotógrafo qué bueno ese lugar, corregíamos lo que no nos gustaba, yo me maquillé y elegí la ropa. Y cuando se disfruta tanto lo que hacés dan más ganas de seguir. A la distancia, la voz de “Pampita” transmite una alta dosis de felicidad y optimismo. Una vez más reitera que quedó fascinada con la producción fotográfica, y sólo se rehusa al diálogo cuando se la consulta sobre cuestiones personales. “No voy a hacer más comentarios de mi vida personal y familiar. Es una decisión que tomé hace un tiempo, y la vengo manteniendo porque sino después se transforma en un juego. Resevarme para mí esos temas es la única forma de estar más tranquila. Y este último tiempo viene funcionando bien. Cuido mis cosas y sólo hablo de mi trabajo, que es lo que a la gente le interesa”. —¿Cómo está su relación con “Pancho” Dotto? —Muy bien, perfecta, como siempre. Esos rumores que aseguraban que me cambiaba de agencia son pavadas, no sé de dónde salieron. Con “Pancho” tengo la mejor onda y analizamos un montón de proyectos, para este año y para el que viene también. —¿Sigue siendo entonces su manager? —Nunca estuvo en duda eso. —Anímicamente, ¿se siente bien? —Sí, bien y muy tranquila. —¿Se puede decir que los nubarrones ya quedaron atrás? —Supongo que sí. Pero en serio, no me detengo a pensar en las cosas que pasaron. Trato de seguir la vida y de disfrutar todas las oportunidades que me da este trabajo hermoso Estoy super agradecida, las cosas buenas son muchísimo más que las malas. —¿Y cuáles son los aspectos positivos y negativos de su carrera? —Empecemos por lo bueno: las puertas que se abren, los proyectos que aparecen, viajar y conocer lugares, tener un trabajo estable. Hace tres años y medio que estoy en ésto, y para mí permanecer es un honor, un privilegio. Y las cosas negativas fueron las que pasaron, la sobre exposición. La cuestión es aprender a manejarlo. —¿Le afectan las críticas sobre su persona? —A mí me llega más el cariño de la gente. Ya no me detengo a pensar en aquellos que me envidian. Me llega mucha más buena onda que mala, y ese cariño me ayuda para afrontar la adversidad y los nuevos desafíos. —¿Está con ganas de agrandar la familia? —Ya lo dije: no comments