Nacionales
El escenario. Se acelera la dinámica del reemplazo
CARLOS PAGNI (*)
Cristina Kirchner seguía anoche recuperándose de la cirugía que le realizaron anteayer. Mientras tanto, su retirada temporal ejerce una influencia poderosa sobre dimensiones intangibles de la política. Esa ausencia se ha constituido en una reducción a escala oblicua, paródica, del principal vector que rige la vida pública: el trámite sucesorio abierto por el ocaso electoral del kirchnerismo.
La situación objetiva tiene contornos bastante precisos. La señora de Kirchner guardará reposo estricto durante más o menos 7 días. Después recuperará de a poco su actividad. Aunque debería esperar unos 30 días para retomar su rutina, los neurólogos la autorizaron a realizar tareas que no planteen demasiadas exigencias en un par de semanas. De modo que si el Gobierno se enfrenta a alguna cuestión crucial durante su convalecencia, ella intervendría en la decisión.
El cuadro no despeja por completo las incógnitas sobre la salud de la Presidenta. Los médicos oficiales no aclararon a qué se debió el traumatismo que le provocó el hematoma. Tampoco se conocen las razones de las arritmias que la llevaron hasta la Fundación Favaloro. Muchos profesionales se preguntan si no tendrán que ver con el tratamiento hormonal que sigue desde que le extirparon la tiroides. También especulan con que su pérdida de peso se relacione con ese tratamiento.
Los funcionarios se irritan ante los reclamos de transparencia. Como si la jefa del Estado fuera una celebrity con derecho a ocultar su cuadro clínico. Un contraejemplo: como hizo notar la politóloga Eugenia Mitchelstein, la Casa Blanca publica informes muy precisos sobre la salud de Barack Obama (http:/blogs.suntimes.com/sweet/The_President’s_Periodic_Physical_Exam.pdf). Más aún, cuando era candidato, Obama también divulgaba dictámenes sobre su salud.
Más allá del fenómeno objetivo, la acefalía provisional está exhibiendo una gran capacidad metafórica. Obligado a transferir la titularidad del Poder Ejecutivo al vicepresidente, el kirchnerismo se sumergió en un estado de consternación digno de una comedia. Hasta el lunes por la mañana, los funcionarios no sabían qué hacer con Amado Boudou. En las oficinas de Juan Manuel Abal Medina informaban que ya había asumido sus nuevas funciones, y en el despacho del interesado ignoraban todo.
Boudou, que lamenta ante sus íntimos ser “un muerto en vida”, terminó, como corresponde, ocupando la Presidencia. Un poco por la fuerza de la ley, otro poco por la acidez de sus críticos. La oposición hizo escarnio del socio de “Nariga” Núñez Carmona, obligando a Máximo Kirchner y a Carlos Zannini a llevarlo al primer plano. El lunes le cedieron la explanada de la Casa Rosada para que encabece un acto proselitista con Daniel Scioli y Martín Insaurralde. La excusa fue audaz: entregar patrulleros.
En pocos minutos, la ficción quedó al desnudo. Mientras Boudou declaraba que la Presidenta mantenía un plácido reposo, ella reingresaba en la Fundación Favaloro para hacerse el examen prequirúrgico. El vicepresidente volvió a tomar contacto con la realidad al regresar al despacho del Banco Nación, en el que Zannini lo tiene confinado por si hay que firmar algún decreto.
Zannini ensayó su hora de gloria. Sigiloso enemigo del vicepresidente -muchos funcionarios le atribuyen filtraciones del caso Ciccone-, fue retratado como el alter ego de su jefa. La imagen fue tomada por el núcleo familiar como una irreverencia. La Presidenta advirtió en una entrevista reciente que “sólo confío en mis hijos”. En 2012, abriendo las sesiones del Congreso, aclaró que Zannini “es nada más que un asesor jurídico”.
Se entiende, entonces, que Abal Medina manifestara ayer que “la única que tiene el poder es la Presidenta”. Una aclaración con doble fondo: menoscaba al vicepresidente y tranquiliza a los adversarios internos de Zannini, encabezados por Julio De Vido.
Con la acefalía reaparecieron las proverbiales dificultades de los Kirchner para ceder poder a alguien ajeno al grupo familiar. Sea un íntimo, como Zannini, o un obsecuente, como Boudou. Nada que sorprenda: en el extremo de la endogamia, la señora de Kirchner se hizo entregar el bastón presidencial por su hija. Estas propensiones adquieren un nuevo significado a contraluz de la transferencia forzosa del año 2015. Las peripecias de Boudou y de Zannini prefiguran los sinsabores que le esperan a quien la señora de Kirchner señale como heredero. Si es que está en condiciones de preferir a alguien.
La lección está destinada, sobre todo, a Scioli, quien a partir del sábado intenta aprovechar las forzadas vacaciones presidenciales. Desde que Martín Insaurralde perdió las primarias, el gobernador apunta a dos objetivos contradictorios: ofrecerse al electorado como el garante del orden poskirchnerista, y a Cristina Kirchner como el mejor candidato a una sucesión solidaria. En vez de involucrarse en la derrota bonaerense, recomienda “ayudar al Gobierno para que llegue bien a 2015”. Ahora, con el alejamiento provisorio de la Presidenta, Scioli aspira a realizar un ensayo general de la escena que sueña para ese año.
Desde que Cristina Kirchner se internó, Scioli se propuso como un antídoto contra la incertidumbre. Si el Gobierno se resignó a catapultar a Boudou por unas horas, fue también para desplazarlo de esa posición. Pero Scioli insiste. Anteayer le ganó de mano a Alfredo Scoccimarro para comunicar el éxito de la neurocirugía. Y ayer se refirió a la Presidenta en estos términos: “Ella nos ha marcado el camino del futuro, de esta década de recuperación y crecimiento, tras la cual viene una gran década de desarrollo, si somos capaz (sic) de cuidar estos logros y construir un futuro mejor”.
Estas palabras habrán sonado como una herejía en el iracundo oído presidencial. Para alguien que debe sostener el timón dos años más, los elogios de Scioli tienen el improcedente tono retrospectivo de una oración fúnebre. Sugieren, además, que puede haber un futuro mejor sin un Kirchner al frente del poder. Un ciclo de “desarrollo” que supere el actual, de mero “crecimiento”. Y que se extienda una década, con lo que Scioli aspira, por lo menos, a la reelección en 2019, salvo que maquine alternarse con Karina Rabolini.
Sergio Massa también irrumpió en la escena médica para acelerar con declaraciones la dinámica del reemplazo. Como si le contestara a Scioli, dijo: “Quienes están en el Gobierno tienen la responsabilidad del pasado y del presente, mientras que nosotros tenemos la tarea de la propuesta y del futuro”.
Como Scioli, Massa se postula como un juglar del porvenir. Pero, a diferencia del gobernador, sugiere una ruptura. La constitución del Frente Renovador supone que el deseo de Scioli de llegar al poder predicando la continuidad del kirchnerismo es imposible. Massa se presenta como una alternativa. Explícita para 2015, subliminal para estos días. El domingo decidió mostrar un equipo económico. Se postula como una referencia de gobernabilidad más inmediata y concreta que Scioli.
Massa puede ser más agresivo que Scioli frente a las deficiencias del Gobierno. La exhibición de sus técnicos no es sólo una respuesta al desasosiego que puede producir la ausencia de la Presidenta. Pretende ser un catalizador de la batalla que se libra en el seno del poder por la responsabilidad de la política económica.
El más comprometido en la pelea es Guillermo Moreno, único funcionario cuya renuncia ha pedido Massa. El despacho de Moreno es la usina principal de las versiones sobre cambios en el, llamémosle así, gabinete económico. El propio secretario de Comercio pronostica ante empresarios y diplomáticos que pronto estará fuera del cargo.
Esas profecías expresan los deseos de Moreno. En estos años él ha ofrecido a la Presidenta una gestión basada en la prepotencia del poder. La vigilancia sobre el comercio, la administración de las exportaciones y la manipulación cambiaria. Los instrumentos de este funcionario para doblegar la inflación no dependen de regla alguna. Se basan en el temor que sea capaz de inspirar el Gobierno.
Moreno sabe que, si el próximo 27 el kirchnerismo queda muy debilitado, le será dificilísimo mantener el control de precios y tener a raya al dólar paralelo. Empresarios que temblaban cada vez que identificaban su llamado, ya no le atenderán el teléfono. Ante esa posible pesadilla, Moreno prefiere dejar su cargo a otro. Lo manda a decir a la convaleciente Presidenta a través de los diarios. Habrá que ver si ella le sigue haciendo caso.
(*) La Nación
El presidente chino Xi Jinping visitó la Rosada. Se anunció un mecanismo para reforzar las reservas del BCRA. También habrá créditos para represas y el Belgrano Cargas. China quiere ganar peso comercial y financiero en la región. Acuerdos que generan deudas.
(www.clarin.com) Fueron palabras del presidente Xi Jinping: este es el año del Caballo, y la Argentina es conocida -dijo- como el país de los caballos. Por eso, formuló sus deseos de que sea un “caballo galopante” la profundizada relación estratégica con la Argentina.
De estilo muy sobrio, con esta gráfica alusión al calendario chino sorprendió Xi a la hora de los discursos, tras encabezar con Cristina Kirchner el acto de firma de acuerdos bilaterales por más de US$ 7 mil millones, que aportarán los chinos para financiar obras de infraestructura.
Estos aportes eran muy ansiados por el Gobierno, con problemas para financiarse, caída de reservas y el fallo adverso de la Justicia de EE.UU. que obliga a pagarle a los fondos buitre y al menos demoró el plan oficial de “regreso al mundo” para buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.
Los acuerdos con China incluyen, tal como se había anticipado, US$ 2.099 millones para revitalizar el Belgrano Cargas (el Estado nacional aportará otros US$ 370 millones); y US$ 4.714 millones para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, obras largamente postergadas y acaso último megaproyecto de la era kirchnerista. El otro acuerdo con números a la vista es el aporte chino para la compra de 11 buques de dragado, por 423 millones de dólares.
En total se suscribieron una veintena de acuerdos, y una declaración conjunta que elevó el vínculo bilateral a “asociación estratégica integral”, un estatus que China sólo tenía en América latina con Brasil, México y Perú, y supone la decisión de profundizar la cooperación mutua.
A estos acuerdos se sumó más temprano –sin presencia de los presidentes– la firma de un segundo swap (el primero fue en 2009), un intercambio de yuanes y pesos por US$ 11 mil millones que podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central. Cristina celebró este punto en un momento de “ataques especulativos” de los fondos buitre.
Xi Jinping llegó a las 17.20 a la Casa Rosada, donde fue recibido con honores militares por los Granaderos. Caminó por la alfombra roja y en el Salón Blanco lo aguardaba Cristina para el saludo, los himnos nacionales y la presentación de delegaciones. Luego pasaron al despacho presidencial, donde estuvieron reunidos a solas y luego sumaron a sus ministros, durante una hora.
La última visita de un presidente chino fue la de Hu Jintao, en 2004. Allí se estableció una asociación estratégica, se firmaron memorándums de entendimiento y el gobierno kirchnerista había generado un singular clima de furor previo al propalar la versión de que llegarían US$ 20 mil millones, que nunca se concretaron.
Ayer, el presidente Xi tuvo su inmersión en el estilo de los actos K: hubo una videoconferencia con El Calafate, por las represas santacruceñas, con el gobernador Daniel Peralta; y otra con Maciel, Santa Fe, donde el secretario de Transporte Alejandro Ramos y Wang Hong, vicepresidenta de la empresa estatal china que canalizará los créditos, hablaron de las obras del Belgrano Cargas.
La jornada terminó con una cena en el Museo del Bicentenario. A la hora de los regalos volvieron los caballos. Cristina mostró las fotos –“No podíamos traerlos acá”, se excusó– de los que regaló. A la primera dama china, un caballo de silla, y a Xi, uno de polo. “Ambos son reproductores, sementales”, enfatizó. “Ahora sí, brindo por el año del Caballo de Madera, a brindar por la Argentina, por la amistad con China”, cerró la Presidenta antes de chocar copas con Xi.
Nacionales
Municipio de la Costa. Otra denuncia contra Boudou de sus días como funcionario municipal
CASAS QUE NUNCA SE REALIZARON
La denuncia tomó nuevo impulso cuando en las últimas semanas la oposición del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Costa impulsó una denuncia contra Amado Boudou (secretario de Hacienda local en 2005), Juan de Jesús (por entonces intendente y actual diputado provincial) y su hijo Juan Pablo (ahora a cargo de la comuna) por presunta “defraudación al Estado nacional”.
(www.perfil.com) Según reseña la publicación La Tecla, en 2005 se firmó un convenio para la construcción de viviendas con Nación, el cual fue firmado por los funcionarios mencionados, entre ellos vicepresidente procesado en la actualidad por la causa Ciccone.
La licitación la ganó la firma Cantera FC y debía terminar la obra en 2006; pero para agosto de 2007 se había abonado más de dos tercios del monto total y más de la mitad de las casas estaba sin terminar, según consigna la revista.
Proveedores de Cantera FC denunciaron haber recibido cheques sin fondos. Tras esto, la empresa entró en convocatoria de acreedores pese a presuntamente haber cobrado hasta ese momento unos 24 millones de pesos.
Cantera cedió los créditos al Banco Hipotecario, y éste emprendió una causa judicial contra el municipio para cobrar la supuesta deuda de 1.930.000 pesos” por las casas que nunca se terminaron”, dicen desde la oposición. Y éste fue el puntapié para su tratamiento y denuncia la cual fue impulsada por Marcos García, concejal del bloque A toda Costa.
Según García, Boudou “fue quien firmó los cheques, que además no estaban a la orden, cuando los cheques en la administración pública deben estar cruzados” y porque “él firmó eso y firmó los cheques por 24 millones de pesos”, sostuvo García. Los denunciantes buscan investigar hasta qué punto llegaba la relación entre Cantera FC y el vice.
Familiares acusaron al canciller por negociar en secreto con Irán y dijeron que “nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Del piquetero K aseguraron que “debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y criticaron que tenga espacios en TV y radio.
(www.clarin.com) El vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, exigió hoy al Gobierno nacional “medidas concretas” para conseguir la captura de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA y que “sean sometidos a juicio en Argentina”.
También reclamó al Congreso de la Nación “la derogación expresa” de la ley que habilitó el memorándum con Irán, que fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Fue el primer orador de un acto que incluyó duras críticas al canciller Héctor Timerman y al piquetero oficialista Luis D’Elía.
Luego de Saiegh habló el periodista Alfredo Leuco, quien comenzó diciendo que “los muertos no tienen ni paz ni justicia”. El conductor de Radio Mitre recordó diferentes historias de víctimas del atentado, como la de Sebastián, un niño de 5 años y repasó la evocación de sus compañeros en el colegio.
“La impunidad no es producto de un fenómeno natural sino producto de la ineficacia de ocho presidentes que pasaron y pasaron”, dijo Leuco. Y acusó al ministro Timerman por el memorándum con Irán.
“Será recordado como el canciller responsable del delito de lesa impunidad. Quedará grabado en la historia por esta traición al pueblo hebreo y argentino”. Y también le apuntó a Luis D’Elía, a quien acusó de antisemita.
Finalmente, habló el familiar Luis Czyzewski, quien perdió a su hija en la masacre. Czyzewski dijo que, “En cada una de nuestras casas hay una silla vacía”. Luego, criticó el acuerdo del Gobierno nacional con Irán y calificó de “mal gusto” al denominar ese arreglo como un memorándum de entendimiento.
“Señor ministro Timerman, si el memorándum fuera tan bueno ¿por qué lo negoció en secreto? Usted parece que no tuvo en cuenta que negociaba con un gobierno repudiado por la comunidad internacional”, fustigó el familiar. “Parece que para usted, señor canciller, esto no era trascendente. El gravísimo error diplomático de acordar con Irán no es gratuito”, indicó.
Czyzewski agregó que, “Nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Y se preguntó: “¿Por qué nunca se denunció a Irán como un país terrorista?”. También criticó al gobierno menemista y dijo que “´¿Cómo la Justicia no pudo encontrar pruebas contra Corach?”, en referencia al ex ministro del Interior de Carlos Menem, bajo cuyo mandato sucedió el atentado.
Y criticó que Luis D’Elía tenga espacios en radio y televisión para difundir su pensamiento antisemita. “D’Elia debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y también dijo que en el programa “Fútbol para Todos” no mostró un homenaje hecho por las víctimas de la AMIA y agradeció, por el contrario, a los clubes Boca y Estudiantes.
Además, Czyzewski pidió a Julio Schlosser (presidente de la DAIA) que aclare los contactos que tuvo con Timerman antes de la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Y también añadió que, “Apoyamos la creación de una CONADEP para la causa AMIA”.
Minutos antes de las 11, se emitió un mensaje en video grabado del Papa Francisco.
El año pasado los cuestionamientos pasaron por el memorándum firmado por el Gobierno con Irán, que prometía poder tomarles declaración a los funcionarios iraníes sospechosos de ser autores intelectuales de la masacre pero a cambio de hacer caer las circulares rojas de Interpol. El pacto fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal y el Gobierno apeló a la Corte empantanando la polémica idea de Cristina.
Con el sonar de la sirena, comenzó a las 9.53 el acto central para recordar a las víctimas del atentado que en 1994 destruyó la sede de la AMIA, provocando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos.
Bajo el lema “Ni un día de olvido”, se recordó a las víctimas del ataque perpetrado hace 20 años en la mutual judía ubicada en Pasteur 633, en pleno barrio de Once. Mario Pergolini fue el maestro de ceremonias.