Opinión
El padre de San Martín nunca pudo ser Alvear
JUAN CARLOS RAFFO (*)
Es cierto que cuando un ser humano relata una historia la impregna de rasgos muy personales. También es cierto y pareciera inevitable para algunos, manejar objetivamente la visión con la que describen los hechos. Y esto es porque casi involuntariamente siempre apoyan sus criterios en un pedestal construido con los escombros de experiencias personales no siempre felices, las que influyen por lo general en las tintas que narran las descripciones.
Tiene mucho que ver la historia que cada uno cuenta con la manera de sentir la vida o con el espíritu que llenó las alforjas de su formación humana. Por eso una historia con dudas rigurosas como la que pone en dudas la paternidad del general San Martín, más allá de la audacia de sus autores, debe ser considerada con generosidad por quienes entendemos que, seguramente, con la honestidad intelectual que descontamos, lo que impulsa a sus autores no es trascender por la trasgresión sino más bien por aportar certezas a incógnitas que viven en ellos más que en la sociedad que mira al hombre como es y no al progenitor, a quien sólo considera autor de una criatura cuya misión en la vida será la de soltarse autónomamente en un vuelo inconmensurable sin lazos ni ataduras. No obstante, la historia tiene hechos que son inamovibles porque están apoyados sobre la documentación inalterable que le fue dando forma. Y no precisamente la que los archivos guardan en un papel, como es la que certifica que Juan de San Martín es el padre y Greogia Matorras su mamá, sino aquellos papeles que marcan el paso del tiempo y certifican la vida de los hombres y mujeres que hicieron nuestra historia. AÑO POR AÑO El 2 de abril de 1782 se casan en Buenos Aires Diego de Alvear (supuesto padre de San Martín) y María Josefa Balbastro (tía tatarabuela del autor de esta nota). Josefa Balbastro nació en Buenos Aires el 18 de febrero de 1767 (sus padres llegaron al Río de la Plata en 1747) y conoció a Diego de Alvear en las reuniones sociales de la época, agraciada por su belleza, atributo común en la familia, y que el historiador Vicente Fidel López calificara de proverbial. Josefa era 18 años menor que Diego. Se casaron no sin antes solicitar la correspondiente licencia real. El capitán de navío don Diego Estanislao Alvear y Ponce de León, se hallaba en el Río de la Plata en comisión. Había nacido en Montilla, Andalucía (España), el 13 de noviembre de 1749. Al celebrarse el tratado de límites de San Ildefonso, entre las Cortes de Madrid y Lisboa, fue nombrado por parte de España Primer Comisario y Astrónomo de una de las secciones en que fueron divididos los trabajos de demarcación de lo que serían los límites entre Argentina y Portugal. Ha dicho un autor que la historia de estos trabajos está llena de peripecias, aventuras, privaciones y sufrimientos. Agregando que Alvear adquirió fama de prudente, valeroso y entendido oficial de ilustración nada común: principalmente en ciencias físicas y exactas, y conocimientos tan vastos en filología, que a pesar de su menor graduación fue nombrado en 1783 comisario agrónomo de la Comisión demarcadora de límites. Luego de su casamiento en 1782 (recordemos que San Martín ya tenía 5 años por entonces) y tras nacer su primer hijo, Benito Manuel Diego y luego de quedar nuevamente embarazada Josefa, Diego de Alvear parte en ese año 1884 a radicarse en las antiguas misiones jesuíticas para dirigir el trazado de límites que determinó el acuerdo entre España y Portugal. En 1784 nace el primer hijo del matrimonio, Benito Manuel Diego y luego, tras el nacimiento de su hija María Manuela, Pepa Balbastro, como era conocida familiarmente, parte para la región de las Misiones Jesuíticas, en la provincia de Corrientes, para reunirse con su marido. Lo hace en compañía de su hermano Eugenio José Balbastro (tatarabuelo del suscripto) y de Elías Galván, quien sería maestro de los hijos del matrimonio Alvear-Balbastro. Recordemos que Galván, hijo de una Cabral, gobernó Corrientes en los tiempos de la Revolución de Mayo y a la vez fue funcionario del general Carlos de Alvear. Ya radicado en Santo Ángel Custodio, antigua estancia jesuítica, nacieron los restantes siete hijos: Zacarías, María Josefa, Juliana, Ildefonso, Francisco Solano, Francisco de Borja y el 25 de octubre de 1789, quien sería el segundo Director Supremo del Río de la Plata y héroe de Ituzaingó, Carlos Antonio José Gabino del Ángel de la Guarda de Alvear y Balbastro. Diego de Alvear y Josefa Balbastro son, además: abuela de Torcuato, primer Intendente de Buenos Aires en 1880 y bisabuela de Marcelo Torcuato, Presidente de la Nación en 1922. Diego de Alvear termina su tarea de límites en el año 1801 y se establece en Buenos Aires y en 1804 se embarcó en la fragata Medca, perteneciente a la división que integraban las unidades de la misma clase, Fama, Mercedes y Clara, en calidad de segundo jefe de la división, la que se dirigía a España, yendo embarcada en la Mercedes, su esposa e hijos, con excepción del mayor de estos últimos, Carlos, de carácter insoportable, por lo que su madre lo envió al buque en que iba su progenitor. Después de 57 días de navegación, el 5 de octubre de 1804, fueron atacados por flotas inglesas, teniendo que rendirse la división española, pero lamentablemente la fragata Mercedes se incendió pereciendo la esposa, María Josefa Balbastro sus siete hijos, cayendo su hijo Carlos y don Diego prisioneros de los ingleses. LA DISTANCIA ES COMO EL TIEMPO Como dice la canción “la distancia es como el tiempo”; y la distancia y el tiempo forman parte de la rotación de la tierra y no de nuestras suposiciones. Por lo tanto, la aborigen Rosa Guarú, al menos en los años que rodearon al nacimiento de José de San Martín, nunca pudo haber quedado embarazada de quien llegó a la región recién 6 años después. Pero en tren de novelar la historia, lo que estimo es un acierto de los tiempos literarios, siempre y cuando se construyan sus pasajes con la rigurosidad histórica que la documentación certifica, son posibles otras consideraciones que pueden ser tenidas en cuenta. Siempre entendí que la historia está hecha por hombres y mujeres de carne y hueso, y que por lo tanto, las descripciones debemos ajustarla a los contextos que circundaban a los protagonistas. Para no enfrentar categóricamente la afirmación de investigadores sobre los rasgos americanos de San Martín, y sin ánimo de faltar el respeto sino tan sólo de señalar cosas que ocurren en el mundo real, por más “próceres” que los actores sean, – podría haber sucedido por el mes de mayo de 1777 que don Juan de San Martín, tras concluir sus tareas matinales de gobernante del Cabildo de Yapeyú, haya llegado a su casa, motivado por el otoño subyugante del cristalino río Uruguay y justo, doña Gregoria lo recibía, ¡pero!, con un fuerte “dolor de cabeza” y que esto haya llevado al padre del libertador a inclinarse por tomar unos mates con Rosa Guarú-. Las fechas son categóricas. Diego de Alvear no pudo ser jamás progenitor de José de San Martín y que el ensayo novelesco que describo como ejemplo –con el respeto que las personas involucradas se merecen- puede aproximarse a la verdad, eso sí ya es una cuestión de comprobación científica, la que inclusive, creo que la debemos dejar pendiente para siempre, porque la verdad está en el Libertador y no en sus progenitores. (*) Recibido por Corrientes al Día.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.